No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Balance tras cuatro años de lactancia

Ahora que Sara ha cumplido 4 años, me apetece hacer un repaso a los aspectos que más nos importan y nos han importado.

Voy a empezar por la lactancia, que es lo primero que nos unió. Así han sido estos 4 años de teta.

La teta, fue lo primero después de separarnos tras el parto. Sólo unos segundos después de nacer, se enganchó a mi pezón y así estuvo durante horas. No quería tocarla, no quería que nadie la cogiera. Simplemente, quería que estuviese así, a mi lado, sintiendo su calor y notando como mamaba como si lo hubiese hecho siempre. Es increíble como la naturaleza es tan sabia y dota a nuestros hijos de ese conocimiento y del reflejo de succión.

Durante las 48 horas que estuvimos en el hospital, casi no me la quité del pecho. Así, antes de salir de allí, ya tenía los pechos rebosantes de leche.

4 años de lactancia en imágenes

4 años de lactancia en imágenes

Las primeras semanas fueron las más duras. Nunca tuve grietas, pero sí tenía los pezones irritados. Siempre digo que la lactancia con un agarre correcto no duele, no debe doler. Pero también es cierto que al principio, los pezones se irritan. Son una zona delicada del cuerpo, que de pronto se ve sometida a un roce y a una humedad continua y es normal una pequeña molestia hasta que se acostumbran. Si esa misma succión continua se produjese en el antebrazo, también acabaría irritado.

También tuvimos unos cuantos pequeños sustos las primeras semanas. Mi reflejo de eyección era muy potente. Tanto que Sara empezaba a mamar y la leche salía con mucha presión y en mucha cantidad y siempre se atragantaba. Fueron semanas duras, en las que intentaba vaciarme un poco el pecho antes de que empezase a mamar para disminuir ese reflejo. Pero casi todas las veces se atragantaba, estaba un par de segundos sin respirar, tosía incómoda y volvía a seguir mamando. En esas semanas, disparé leche por todos lados. Cada vez que Sara se retiraba del pecho, la leche salía disparada y le caía en la cara, en los ojos, en el pelo…e incluso en alguna persona que se ponía demasiado cerca.

También fueron duras las noches. El pecho a demanda es así, los peques maman cada vez que lo necesitan. Y por la noche mamaba muchas veces. Jose y yo nos caímos por las esquinas del sueño. Lo bueno, es que compartimos cama y de ese modo, los despertares fueron menos y más cortos. Cuando fue creciendo, muchas noches mamaba y no me enteraba, pues ella sola era capaz de buscar mi teta y engancharse. Eso sí, tenía que dormir despechada, para tener el self-service listo toda la noche.

Es estos cuatro años, la teta nos ha dado mucho consuelo. Al principio servía para calmarla, tranquilizarla, que se relajase, además de alimentarla. Con el tiempo, descubrimos que la teta era el mejor calmante. Durante todo este tiempo, la teta ha sido un potente analgésico. Cualquier dolor, cualquier herida, cualquier malestar, todos hemos conseguido reducirlos con el poder sanador de la teta. La tetanalgesia existe.

Los primeros meses estuvieron llenos de comentarios por parte de todo el mundo. Ya sabemos que en esto de la maternidad, parece que la gente de nuestro alrededor es experta y todos dan consejos sin pedirlo. De este modo, al principio todo el mundo me decía que la niña mamaba muchas veces y por eso regurgitaba, porque estaba llena. También me dijeron que posiblemente mi leche no fuese buena y se quedase con hambre, por eso pedía tan seguido. Menos mal que no hice caso de ninguno de los comentarios y seguimos felizmente lactando. Algunas veces expliqué la fisiología de la lactancia; otras, simplemente, sonreía con cara de “que sí, que lo que tú digas pero yo hago lo que me da la gana” y a seguir con la teta. Superados los 6 primeros meses, los comentarios cambiaron de rumbo. Empezó la época de “ya es muy mayor, quítale la teta” o “deja de darle el pecho que con esos dientes tiene que comer pan” o la mejor “a esa edad, ya la teta no alimenta, es sólo vicio” Si ya superas el año de lactancia, oyes verdaderas tonterías. Pero bueno, nada que no se pueda solucionar con unas palabras cortantes. Con algo más de 2 años, directamente pasaron a decirle las cosas a Sara en vez de a mí. En una ocasión le dijeron que la teta era caca; tuve unas palabritas con esa persona y al final terminó pidiendo perdón. Y así hemos seguido hasta ahora. Como ya mama muy poco y sólo en determinados momentos, lo normal es que lo hagamos en casa y no nos vea nadie, así no nos hacen comentarios.

Con estos 4 años de lactancia he proporcionado a Sara un montón de defensas. Es una niña sana y feliz, segura de sí misma y con una personalidad muy bien definida. Puede estar agarrada a mi pierna cuando conoce a alguien nuevo y estar jugando con esa persona cinco minutos después. Desde luego, alargar la lactancia el tiempo que quieran mamá y bebé no hace que los niños sean dependientes.

Pero todo lo bueno se acaba y desde hace unos meses, sé que nuestra lactancia está llegando a su fin. Cada vez mama menos, y cuando lo hace, son sólo unos segundos. Desde el día de su cumpleaños, me ha pedido teta sólo 3 veces. Lo que me alegra es que no ha sido nada impuesto, ha sido algo natural, que va llegando sin esfuerzo y sin presiones. Hace unos meses, cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, me dio mucha pena. En este tiempo me he ido acostumbrando y sé que cualquiera puede ser la última vez. Así que estos pocos momentos que tenemos últimamente los disfruto al máximo.

Esta conversación tuvo lugar hace unos días, cuando llegamos a casa del colegio y se estaba lavando las manos para comer:

-Mamá, ¿me das tetita?

-Anda Sara, hacía muchos días que no me pedías, como ya tienes 4 años pensé que ya no querías.

-Mamá, si yo no tomo teta, ¿qué vas a hacer tú con tus tetitas? Yo no veo que tengas ningún bebé para darle teta.

Y con esta lógica infantil de mi hija, que entiende mejor que nadie que los pechos de las mujeres son para alimentar a sus hijos, me despido con una pregunta.

¿Hasta qué edad han mamado tus hijos?

Se acerca el destete

Vaya, qué raro se me hace decir esto, pero creo que nuestra lactancia se está acercando a su fin. En poco menos de un mes Sara ha pasado de mamar en bastantes ocasiones a espaciar las tomas hasta casi ninguna.

Y todo esto ha sido a raíz de empezar el colegio de mayores. Madre mía, si es que el colegio les hace mayores para todo, aunque no queramos.

Hasta que empezó el colegio todo iba como siempre. Nos despertábamos tranquilamente, mamaba en la cama sin prisa y pasábamos el día. Siempre tomaba teta para dormir la siesta y al despertarse y también tomaba por la noche para dormirse. Esas cuatro tomas eran sagradas y no nos las saltábamos nunca (bueno, algún día que no se haya echado siesta…) Además, pedía teta cuando estaba cansada, tenía hambre o sed, se aburría o se había hecho daño.

Y de pronto llegó Septiembre y el inicio del colegio, con sus nuevas prisas. Tengo que reconocer que el curso pasado, en la guardería, aunque entraba a las 9 siempre la llevaba más tarde, en la franja de 9 a 10, porque nos lo permitían, así que teníamos tiempo de despertarnos tranquilamente. Pero el colegio es otro tema, hay que estar a las 9 allí sí o sí, no podemos llegar a la hora que nos dé la gana. Esto ha supuesto hacer las cosas con prisas por las mañanas. Ahora me levanto, preparo los desayunos y voy a despertar a los niños (bueno, Lucas suele estar levantado), lo que ha implicado saltarnos la toma de la mañana. El primer día que la desperté para ir al cole estaba tan emocionada que no se acordó de la teta. Y desde entonces, hemos cambiado esa rutina y ya ninguna mañana me pide. Tampoco me pide cuando la recojo del cole, porque venimos jugando y hablando de cosas. Y así, vamos dejando tomas atrás. Tanto, que un día me di cuenta que no había mamado en todo el día. No fui consciente de ello hasta el día siguiente, cuando caí en la cuenta que en más de 24 horas no me había pedido teta. ¡Y me llevé un disgusto!

Sé que es normal, que todos los niños se destetan tarde o temprano y sé que a la mía no le debe quedar mucho ya. Tiene 3 años y medio y se va haciendo “mayor”. Incluso hace unas noches que ya no mama para dormir. Una noche me dijo que era grande y que no iba a tomar teta para dormirse, sólo un poco antes de dormir. Mamó unos segundos y se acabó. Ahora me descubro muchas noches ofreciéndole el pecho aunque ella no me lo haya pedido. Le digo: “¿quieres un poquito de teta después de cenar? Que sabes que ya no tomas para dormir…” Y la mayoría de las veces me dice que no.

La siesta la sigue haciendo con la teta y al despertar lo mismo, pero hay dos días a la semana que no duerme siesta porque no nos da tiempo, y esos días, si no se acuerda de pedirme por la tarde, se los pasa sin mamar.

Siempre que se hace daño sigue pidiendo. Y eso me gusta. Me encanta que la teta siga siendo su consuelo. Pero me pregunto hasta cuándo durará, viendo el rumbo que están tomando las cosas.lactancia

Pensar en el final de nuestra lactancia me provoca sentimientos encontrados. Por un lado, hay momentos en los que hasta me alegro. Sobre todo por las noches, cuando mamaba hasta quedarse dormida. Esas tomas ya me molestaban. Pero por otro lado me da mucha pena, pensar que es una etapa que se termina, otro detalle más que me demuestra que mi niña crece y se hace mayor y no se va a quedar pequeña por más que se lo pida.

Las madres no somos vacas

Hace unos días compartí en mi página de Facebook una foto que me había indignado bastante. Era una foto publicada en una revista chilena, supuestamente, enumerando las desventajas de dar el pecho. Evidentemente, esto generó un montón de comentarios entre las madres, pues dicho artículo es totalmente absurdo.madre o vaca

Evidentemente, la lactancia no tiene desventajas y sí beneficios, por ello es lo normal. Por ello somos mamíferos, según la Wikipedia: “mamíferos son una clase de vertebrados que poseen glándulas mamarias productoras de leche con las que alimentan a las crías”. Vamos, que más claro el agua. Los pechos, mamas o tetas sirven para alimentar a nuestras crías. Punto. Es lo que viene escrito en nuestra especie y en nuestro código genético. Que haya madres que no quieran dar el pecho, por el motivo que sea, es totalmente respetable. Pero escudarse en buscar desventajas y atacar a las madres lactantes, me parece absurdo.

Así que aquí estoy para desmontar esa foto punto por punto.

El artículo tiene un título llamativo “¿Madres libres o egoístas? Mujer, eres una vaca”.  Evidentemente, me ofende que me llamen vaca, porque no lo soy, no lo somos. Somos humanos. Las vacas son una especie de mamíferos que alimentan a sus crías de la única forma lógica, a través de sus mamas. Y no solo eso, alimentan a otras crías y no tan crías con su leche. ¡Alimentan a los humanos! No voy a entrar ahora en si la leche de vaca es buena para nosotros o no. Pero vamos, ¿que vemos normal tomar leche de vaca y no vemos normal que nuestros hijos tomen leche de sus madres?

Alegan que grupos prolactancia chilenos han “cambiado de bando” y se han vuelto grupos antilactancia. Evidentemente, esos datos no son ciertos, sólo hay que buscar en  las redes sociales y veremos que los grupos de apoyo a la lactancia chilenos siguen ahí, ayudando a todas las madres que lo necesiten. Refieren que se han publicado estudios que cuestionan los beneficios de la lactancia materna sobre la artificial. ¿Dónde están esos estudios? ¿Tienen algún valor científico? Porque estudios sobre las bondades de la leche materna los hay a cientos, durante años se están estudiando todos sus beneficios, y ahora ¿quieren desmontar todos esos datos? Por ejemplo, podemos leer las recomendaciones de la Asociación Española de Pediatría o este de Unicef, por poner unos cuantos.

Lo peor es cuando afirman que detrás de la lactancia materna hay una conspiración política para apartar a las madres lactantes del mundo laboral. Me río yo de las conspiraciones políticas. Vamos, que optar por la alimentación natural de nuestros bebés en realidad no es en beneficio de los mismos, es que una horda de señores pensantes ha decidido hacernos creer que hacemos lo mejor para nuestros hijos cuando en realidad lo que quieren es que el mundo esté dominado por los hombres y las mujeres se queden en casa cuidando a los hijos y del hogar… Tremenda sarta de tonterías. Hay mujeres que optan por quedarse en casa cuidando de sus hijos; muchas mujeres que cogen excedencias alimentan a sus hijos con lactancia artificial. Hay madres que se incorporan a trabajar en cuanto finaliza la baja maternal porque no quieren  o pueden permitirse dejar el trabajo; muchas madres que se incorporan a trabajar siguen alimentando a sus hijos con lactancia materna. Ambos casos son normales y son posibles.

“La libertad consiste en no ser esclavas del hambre de sus hijos”  Tremenda tontería. En primer lugar todos los niños tienen que comer, absolutamente todos, da lo mismo la forma en que sean alimentados. La lactancia materna, además de natural y gratis, está siempre a punto, lista para consumir. Preparar un biberón necesita lavar y esterilizar biberones, calentar agua para la preparación, añadir los cacitos de leche y mezclar. Implica salir a la calle cargados de cosas para preparar el biberón. Yo veo eso más esclavo (y no digo que lo sea) que sacarse la teta siempre a punto en el momento necesario.

Desmontando sus argumentos en contra de la lactancia materna:

  • “La madre debe cuidar su alimentación y tomar 500 calorías extras para no debilitarse con la energía que supone la producción de leche” – Pero bueno, cualquier madre, vamos más allá, cualquier persona debe tener una alimentación sana y equilibrada. O sea, si das el pecho debes cuidarte, lo que es un fastidio. ¿Si das biberón puedes comer comida basura? Está comprobado que hasta las madres desnutridas producen leche de calidad para sus hijos, así que no, no hace falta llevar una dieta estricta ni comer más que antes.
  • “La madre debe evitar la ingesta de alcohol, cigarrillos y fármacos que traspasan agentes nocivos al niño” – El alcohol, el tabaco y los medicamentos son perjudiciales para todos, niños, madres y adultos, por la salud de todos deberían evitarse. Vaya fastidio tener que dejar de beber por amamantar… ¿Si das biberón puedes pillarte unos pedos de la leche? Una madre fumadora hace fumador pasivo a su hijo, aunque no le dé el pecho. Es más, sigue habiendo recomendaciones al respecto, si la madre fuma, es mejor la lactancia materna, por los beneficios que ella aporta.
  • “Produce cansancio, lo que podría derivar en una depresión post parto” – La maternidad per se implica cansancio, no asociado a la lactancia, sino asociado a la nueva situación que se presenta, bebés que necesitan cuidados 24 horas, múltiples despertares. También es una época de grandes cambios hormonales. Estas situaciones, junto a muchos otros factores, pueden desencadenar una depresión post parto. Achacar la depresión a la lactancia es tratar de encontrar un culpable que no lo es tal. En el post parto, las mujeres necesitarán una red de apoyo, tanto físico como psicológico. Y sobre todo, apoyo para una lactancia exitosa, no palabras de desaliento.
  • “Puede causar heridas, dolor o malformación en pezones y pechos” – Dar de mamar no duele. Si hay dolor o grietas son producidas por un mal agarre o una mala postura. También en algunos casos por un frenillo lingual corto. Causas solucionables todas ellas. Y ya, decir que produce malformaciones…es el colmo. Los pechos sufren durante el embarazo, además de que con el paso de los años, las fibras musculares son más débiles. El pecho no se estropea ni deforma por dar de mamar.
  • La lactancia dificulta la reinserción laboral después del postnatal” – Para la gran mayoría de las mujeres, la baja maternal es demasiado corta, queremos más días para disfrutar y compartir con nuestros hijos. Y para todos, incorporarnos al trabajo trae dificultades, adaptarse a horarios y compatibilizar la familia con los hijos. Una madre que amamanta tiene las mismas dificultades a la hora de incorporarse al trabajo que una que no lo hace. Otra cosa diferente es que en el trabajo haya o no facilidades para continuar con la lactancia, cosa que debería solucionarse y apoyar a las madres trabajadoras que continúan con la lactancia materna.
  • “Aleja al padre o a otros familiares del apego en la alimentación del niño” – El vínculo afectivo que se establece entre el bebé y sus padres no está ligado a la alimentación. El pecho favorece el apego entre madre y bebé. Pero no sólo de teta vive el niño. Hay multitud de momentos a lo largo del día en el que el padre puede y debe mostrar cariño a su bebé, calmándole, abrazándole, a la hora del baño, en los cambios de pañal, llevándole en brazos, durmiendo juntos, tranquilizándole cuando está nervioso o cuando le duele algo… Todos esos momentos formarán una unión especial entre el padre y su hijo.

Es una pena que se permitan reportajes de este tipo. Información no veraz que puede sembrar la duda en algunas madres lactantes e imposibilitar o arruinar su lactancia materna. Se debe promover la lactancia materna como el mejor modo de alimentar a los bebés. Es el mejor alimento.

¿Cuándo vas a dejar la teta?

Cuando me quedé embarazada, tenía muy claro que quería darle lo mejor a Sara y eso era, indudablemente, la lactancia materna. Siempre tuve claro que le daría el pecho, nunca me planteé otra forma de alimentarla. Y de la misma manera, nunca pensé cuanto duraría. Sabía que durante al menos 6 meses, sólo se alimentaría de mí y después, ya veríamos. En esos primeros meses, ya me tuve que enfrentar alguna vez a comentarios sobre si mi leche alimentaba, sobre si la niña no dormía toda la noche del tirón porque pasaba hambre o sobre si debería darle papillas con 4 meses porque estaba muy gordita y necesitaría más alimento. Evidentemente, no hice caso a ninguno de esos comentarios, y nuestra lactancia siguió, superó los 6 meses, el año, los dos años…y ahora tiene 31 meses y seguimos con la teta.

Sara, 31 meses, mamando y en bandolera

Sara, 31 meses, mamando y en bandolera

En estos meses, he oído multitud de comentarios al respecto de mi lactancia, y últimamente, el que más oigo es cuándo voy a dejar de darle la teta. Cosa que yo no tengo ninguna intención de hacer, a Sara le gusta, a mí me gusta, las dos estamos bien, y eso es lo que importa. Lo que verdaderamente me molesta es que las tetas son mías, la que mama es Sara, ¿por qué motivo tiene la gente que entrometerse entonces?

Las ventajas de la lactancia son muchísimas, eso ya está más que probado y ya he hablado de eso muchas veces, aquí en el blog, en la página de Facebook y en las cientos de ocasiones que he estado en reuniones de mamás y ha salido el tema. Está probado que el mejor alimento para nuestros hijos es la leche materna y que incluso, más allá de los 6 meses tiene multitud de ventajas, sigue teniendo beneficios aunque la niña tiene 31 meses, para ambas.

La lactancia a demanda pasa por muchas fases. Los primeros meses, te pasas las horas con la teta fuera, literalmente, pues los bebés maman muy a menudo. A medida que van creciendo y van incorporando nuevos alimentos a su dieta, la lactancia se reduce paulatinamente, de modo que con 31 meses puedo decir que mi hija mama unas 4 o 5 veces al día, y no las 12 o más que hacía los primeros meses. Aunque esto no es una ciencia exacta y dependerá mucho de cada bebé y de cada situación; por ejemplo, cuando Sara está cansada, enferma, triste o enfadada o cuando se encuentra rodeada de extraños, siempre quiere teta, para calmarse, y esos días, suele mamar más veces de lo que hace normalmente. Otras veces, está excitada por algo, como una visita a un parque de atracciones, y se le olvida mamar después de la siesta, porque sólo quiere salir corriendo.

Y todos esos momentos, yo los vivo positivamente (bueno, algún momento puntual ha habido también de no gustarme la lactancia, por ejemplo, si un día yo estoy enferma y ella reclama mucha teta). Y ella los vive de la misma manera, de forma positiva y natural, que es lo que es. Además de alimentada, ella se siente protegida y reconfortada. Y por eso me pregunto, si no le hacemos daño a nadie, si lo que hacemos es natural y bonito, ¿por qué la gente se empeña en seguir preguntando cuando vamos a dejar la teta?

Parece que culturalmente, dar de mamar a una niña “mayor” no está bien visto. Pero eso no siempre ha sido así. Hasta no hace tantos años, cuando las leches de formula aún no existían, todos los bebés mamaban, y las madres no se dejaban guiar por consejos sobre el tiempo de amamantamiento, puesto que dar el pecho era lo normal y los niños mamaban hasta bien mayorcitos. Hablo de niños de 5 o 6 años, podéis preguntar a vuestros abuelos si recuerdan cuando tiempo mamaron. En la época de la postguerra, cuando muchas personas no tenían alimentos que llevarse a la boca, los niños que mamaban eran los que estaban mejor alimentados. Hasta que empezó la leche de fórmula y las campañas de las compañías farmacéuticas para mermar la capacidad de las madres……Además, en otras culturas, dar de mamar es lo más normal del mundo

Ahora, por fin, parece que todo el mundo comienza a darse cuenta que la lactancia es lo mejor, lo normal y lo natural. Y dar de mamar está casi siempre aceptado. Aunque sigue habiendo gente que ve los pechos como algo sexual, no como algo biológico, por lo general, no suele haber problemas…siempre y cuando, el que esté mamando sea un bebé. Porque cuando el que mama es un niño más “mayor”, entonces sí que hay más miradas reprobatorias y más comentarios al respecto.

Y yo me pregunto, si de todos es sabido que la lactancia es beneficiosa para los niños, sin importar la edad que tengan, si los pechos son míos y a mí me gusta y no me molesta, si la que mama es mi hija y a ella le encanta, si no le hacemos mal a nadie… ¿Por qué la gente sigue preguntándome cuando le voy a dejar de dar el pecho? ¿Por qué hacen comentarios ofensivos al respecto? ¿Por qué le dicen a la niña que deje la teta, que ella es muy mayor y que la teta es caca? ¿Acaso la teta era caca cuando tenía 2 meses? ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Hace poco me «recomendaron» un método para que mi hija dejase el pecho, evidentemente sin yo pedirlo. Si yo no he hablado de destetar a mi hija, ¿por qué la gente me ofrece formas de hacerlo? Bueno, mirad la historia. Una niña de dos años y pico, lactante, tiene que quedarse una noche a dormir en casa de su tía. La tía, sin preguntar a la madre, claro, se pasa la noche diciéndole a la niña que ella es muy mayor, que no necesita la teta para dormirse, que las niñas grandes duermen solas, que la teta es de bebé…. y no sé cuántas lindeces más. Cuando la pequeña vio a su madre al día siguiente, le dijo que ya no quería más teta porque ella era una niña grande. Y fin de la lactancia. Vamos, me hacen eso a mí, Sara deja el pecho por culpa de una tercera persona y yo tendrías unas cuantas palabritas con la persona en cuestión.

Cada lactancia es única y maravillosa, es un momento entre la madre y el bebé irrepetible. Y cada lactancia es perfecta, sea como sea. Da lo mismo si una madre le ha dado el pecho a su hijo unos días, unas semanas, unos meses o unos años. Cada madre y cada bebé deben decidir cuándo dejarlo. Yo tengo claro que no obligaría a Sara a dejar la teta, la lactancia seguirá mientras ella quiera, hasta que ella, por sí sola, decida dejarla. Y hasta que llegue ese momento, por favor, absténgase todo el mundo de seguir metiéndose en nuestra lactancia.

 

Tengo 4 tetas

Vaya, con el título de este post, algunos abrirán los ojos desmesuradamente y  empezarán a leer ávidos, para conocer el motivo de dicho fenómeno extraño. Sobre todo, os preguntaréis si esto es algo nuevo, o me acabo de dar cuenta ahora.

Pues venga, os lo voy a explicar ya, para que nadie sufra. En principio, como todos los mamíferos, tengo dos glándulas mamarias, pechos o tetas, como las llama mi hija, que es la palabra que más usamos las dos, y casi de las primeras que dijo, jejeje.

Y siempre he tenido dos tetas, no soy ningún fenómeno de la naturaleza, no os vayáis a creer. Pero desde hace unos días, tengo cuatro, y mi hija es la niña más feliz del mundo, y yo, la madre con la sonrisa más grande.

Desde que nació, he usado camisetas de lactancia en invierno, para facilitar la labor, ya que eso de llevar muchos escotes con el frío, no va conmigo. Y en verano, pues bien escotada para acceder a la teta desde la parte de arriba. Siempre hemos funcionado así, y tan contentas. Hace unos días, estando en casa mamando, hizo lo de siempre, mamó de una mientras con la mano pellizcaba el pezón de la otra. Luego, cambio a la teta contraria y repetimos operación. Pero entonces, decidió subirme la camiseta, para investigar, y ¡oh sorpresa!, de nuevo apareció una teta. Evidentemente, era la misma que acababa de soltar, pero ella se puso muy contenta, soltó una risilla nerviosa y se lanzó a mamar nuevamente de esa teta recién descubierta. Y claro, siguió investigando y encontró la otra. ¡¡No os imagináis que descubrimiento!!

Yo le he explicado que es la misma teta, pero a ella le da lo mismo, para ella, ahora son 4 tetas. Así que casi todas las veces que mama, coge una, pasa a la otra y al terminar me dice “ la mimma” (que es lo que yo le repetía, que era la misma), me levanta la camiseta y vuelve a tener dos tetas para mamar otra vez.

No me digáis que no es para estar loca de amor por mi hija.

teta

Lactancia materna ¿tengo poca leche? ¿mi bebé se queda con hambre?

El otro día, hablando con una clienta, salió el tema de la lactancia. Estaba preocupada porque tenía poca leche y porque su bebé se quedaba con hambre, ya que le pedía mamar con bastante frecuencia. Preocupada por estos hechos, decidió acudir a la matrona, y al pediatra, que le confirmaron sus sospechas y empezaron a suplementarla con biberones. La madre se quedó mucho más tranquila porque su hija ya no pasaba hambre y aguantaba casi 4 horas con cada biberón.

¿Os extraña la historia? A mi no me extraña en absoluto, aunque me fastidia, y mucho. Otra lactancia que se han cargado.

Las madres, sobre todo cuando son primerizas o con anteriores lactancias fallidas, se agobian bastante con la producción de leche y las necesidades de sus hijos. Si a esto le sumamos los comentarios de las personas que la rodean y encima, personal sanitario incompetente en materia de lactancia, la hemos liado.

Durante el embarazo, en esa larga espera de 9 meses, en la que nos enseñan con mayor o menor acierto, cosas relacionadas con el embarazo, el parto y supuestamente, la lactancia, deberían explicar mejor como funciona la lactancia y qué esperar tras el nacimiento de nuestros pequeños. Si las madres recibieran una información correcta, un apoyo adecuado y el personal sanitario que las trata también tuviese los conocimientos suficientes, evitaríamos muchos casos como estos.

Voy a contaros unas nociones básicas, que toda madre debería conocer.

Tamaño y volumen del estómago de un recién nacido

Tamaño y volumen del estómago de un recién nacido

Cuando un bebé nace, el tamaño de su estómago es muy pequeño. Como podemos ver en la fotografía, el primer día tiene apenas el tamaño de una cereza y una capacidad de 15 ml. Sabiendo esto, es lógico que la cantidad de leche que se produce en el pecho de la mujer sea mínima. Si contamos además, que los primeros días sólo hay calostro, muy rico en grasas y que muy poca cantidad sirve para saciar el hambre de los pequeños lactantes, deberíamos quedarnos tranquilas. A lo largo de los días, el estómago va creciendo, pero sigue siendo un órgano muy pequeño, por lo que necesita muy poca cantidad de leche para satisfacer sus necesidades.

¿Por qué las madres se agobian entonces? ¿Por qué creen que sus bebés pasan hambre? ¿Por qué nos hacen creer que tenemos poca leche? En realidad, es algo que desde hace unos años, cuando la leche de fórmula comenzó a extenderse y a ganar adeptos, empezaron a hacernos creer a todas las madres, para de ese modo, aumentar las ventas de leche de fórmula.

Es lógico que un estómago tan pequeñito y con una leche como la materna, que se digiere muy rápidamente, se quede vacío enseguida. Por ese motivo, los bebés de días no pueden pasarse varias horas sin mamar. Es lo normal. Al poco rato de haber mamado, vuelven a tener hambre. Habrá momentos en los que aguanten 2 horas y otros momentos en los que pidan a los 15 minutos. Pero no es porque no estén bien alimentados ni porque tengamos poca cantidad de leche, tenemos la leche suficiente que necesita nuestro bebé. La lactancia a demanda, es, como su nombre indica, a demanda. Cada vez que el bebé quiera, cada vez que le notemos que empieza a tener hambre, cada vez que llore, cada vez que necesite consuelo, cada vez que haga gestos que nos sugieran que quiere comer.

Ya hemos aclarado que los estómagos son pequeños y que la velocidad de vaciado es rápida, así que ya entendemos el motivo de mamar frecuentemente. Ahora, vamos a pensar en la cantidad de leche que producimos. La mama es un órgano fantástico, que regula la cantidad de leche que necesita cada bebé en cada momento, siempre hay leche, siempre está disponible. ¿Por qué muchas madres (y abuelas, y pediatras y enfermeras y matronas) piensan que tienen poca leche? Si los primeros días, un bebé necesita unos 20 ml de leche, ¿qué esperamos que se produzca en nuestro pecho? No puede haber más leche de la que necesita el bebé. Si nuestro pequeño necesita 20 y nuestro cuerpo fabrica 100, ¿qué haríamos con el excedente? ¿Tirarlo? ¿Acumularlo? Evidentemente, si hubiese más cantidad de la necesaria, las tetas se pondrían como melones el primer día, pero llegaría un momento en que ya no podrían acumular más cantidad y se producirían ingurgitaciones o mastitis o tendríamos un grifo para abrir y rellenar vasos para toda la familia. No, hay poca leche porque es lo que necesita nuestro hijo. Ni más ni menos. Y con el paso de los días, cuando las necesidades del bebé vayan aumentando, la cantidad de leche que fabrique cada madre irá aumentando para adecuarse a las necesidades de ese momento.

Estoy hablando de una lactancia a demanda, con una succión frecuente por parte del bebé. Porque si empezamos a interferir en la lactancia, dando suplementos de leche de fórmula, cada vez el bebé mamará menos y entonces, sí tendremos poca leche, pero por la falta de estimulación.

Es muy triste oír como una madre piensa que tiene poca leche y que su hija se queda con hambre, debido a la falta de conocimiento. Pero esa madre NO tiene la culpa. Ni muchísimo menos. La culpa es de la falta de información. Pero sobre todo, de la falta de apoyo y conocimiento del personal sanitario. Volviendo a la mamá del principio de la historia. Agobiada porque su hija a veces le pedía mamar cada 15 minutos (algo que ya hemos visto que es normal), agobiada porque su madre le decía que no tenía leche suficiente (algo que la gente que rodea a una madre reciente debería dejar de hacer), se fue a la matrona a contarle su problema. Y aquí, me quedo ojiplática con el comportamiento de esta mujer, una mujer que se supone que sabe de lactancia y que maneja grupos de apoyo en su centro de salud. La matrona en cuestión cogió el pecho de la madre y se puso a exprimirlo como si fuera una naranja, con las dos manos, sin ningún tipo de miramiento, a lo bestia, retorciéndoselo y haciéndole un daño horrible. Y dio su veredicto: ¡tienes poca leche!

En primer lugar, NO tiene poca leche, tiene la que su hija de  pocos días necesita. Y en segundo lugar, el pecho está sensible, en ningún caso está justificada la maniobra de estrujamiento a la que sometió a la madre. Además, de ese modo, no se obtiene la cantidad real de leche que se produce. La mejor estimulación es la succión del bebé. Con un sacaleches, y con un poco de práctica, se puede conseguir extraer una cantidad de leche significativa. Pero nunca se debe manipular ni estrujar así un pecho. El dolor que le produjo a la madre fue enorme. Y la cantidad de leche que consiguió sacar fue muy poca, lógicamente, porque no era el modo correcto de extracción y porque había poca cantidad, la cantidad requerida por una niña de 10 días. La madre, que desconocía las necesidades reales de su bebé, y convencida de que se lo decía una matrona con conocimiento, pensó que todos tenían razón en la falta de leche y comenzó con suplementos. A día de hoy, está convencida de que eso fue lo mejor, su hija se toma 60 ml de biberón y duerme 4 horas. Aunque tiene un gran sentimiento de culpabilidad por no haberle podido dar de mamar. Y en este momento, en el que la lactancia ha fracasado, yo no voy a seguir metiendo el dedo en la herida, a hacerle ver que todo estaba bien, que su hija mamaba a demanda, que tenía una buena producción de leche, porque sólo voy a conseguir que se sienta más culpable.

Bueno, en realidad, si lo estoy haciendo. Pero no para que ella se sienta mal, fue una decisión que se tomó en un mal momento, guiada por comentarios y por profesionales sin los conocimientos necesarios. Lo estoy haciendo porque me gustaría que otras madres tuvieran estos conocimientos, que supieran las necesidades que tiene un bebé con respecto a su alimentación, que supieran que la cantidad de leche que producen es la que necesita su bebé. Lo hago con la esperanza de que la información se vaya extendiendo, y con la esperanza de que cada vez más madres conozcan estos datos, que estén seguras y preparadas y puedan hacer frente a comentarios del estilo “este bebé pasa hambre” y “tienes poca leche”.

Crónica de la gran quedada familiar

Antes de contar todos los detalles del pedazo de domingo que pasamos, quería empezar dando las gracias a todas las personas que hicisteis esto posible, tanto a las que aportaron algo como a todas las familias que vinisteis y que hicisteis que tanto esfuerzo mereciera la pena.

Era la primera vez que me embarcaba en algo así y no sabía muy bien lo que me iba a encontrar. Contactar con gente para que fuera a hacer talleres interesantes fue la primera de mis labores. Es cierto que mucha gente no contestó o no le interesó el evento, que le vamos a hacer. Pero por suerte, mucha gente estuvo interesada y vinieron a pasar un ratito con nosotros. La otra parte, la de conseguir regalitos para los asistentes, también estuvo dividida, entre las marcas que han colaborado desinteresadamente y las no han querido estar presentes.  Y bueno, después de todas las horas invertidas, llegó la hora de la verdad.

Las primeras en llegar fuimos Isabel, Mi mami es matrona, Carol, mamadoracacharreadora y yo, que como ya sabéis, me han ayudado mucho en la organización del evento. Y si no fuera por ellas, el domingo no habría dado abasto.quedadafamiliar-104

Y así, las familias fueron llegando y fuimos ocupando un gran trozo de parque, entre sol y sombras. Y para nuestra sorpresa, ¡¡vinieron 42 familias!! Al principio estaba un poco nerviosa, porque no tenía ni idea de la gente que iba a venir. Y al final, nos quedamos sorprendidísimas de la aceptación que hemos tenido. Debo decir que me encantó lo que vi. Muchas madres dando de mamar a sus bebés. Y muchos bebés en portabebés ergonómicos (alguno no estaba bien puesto del todo, pero al final del día, ya lo habíamos solucionado). Por ello celebrábamos conjuntamente la Semana Mundial de la Lactancia Materna y la Semana Internacional de la Crianza en Brazos.portabebe y lactancia

Primero tuvimos una sesión de yoga de mano de Felisa García. Todos muy aplicaditos, relajando el cuerpo y haciendo estiramientos con los bebés debajo. Genial.quedada lactancia y porteo

Luego, Cristina Gómez nos habló acerca del Baby-led weaning o alimentación complementaria regulada por el bebé. Nos explicó como ofrecerles la comida a los niños, y como ellos solos aprenden a comer sólidos, sin necesidad de papillas, sin meterles la comida en la boca, dejándoles probar y experimentar. Mi princesa, que ya tiene 19 meses, lleva desde los 6 comiendo así, sin forzar, sin obligar, sin triturar, come lo mismo que nosotros, y la verdad, da gusto verla comer. Y otros bebés del parque también nos mostraron lo bien que comen solos.babyled weaning

Antes de comer, hicimos un concurso de baile un poco improvisado. A ritmo de música infantil, todos los asistentes que querían bailaron con sus portabebés en un claro del parque. Nos reímos un montón. Por votación popular, ganó una niña que bailaba porteando a su muñeca con un pañuelo y la flamante ganadora se llevó una bandolera de juguete para sus muñecas, cedida por felizenbrazos como esta.baile portabebe

Sorteamos varias cositas, cedidas por todas estas marcas: MUSTELA, que además repartió unas muestras para todos los asistentes; TROMPY, productos para la higiene infantil; PEGATINAS DE FAMILIA cedió para la ocasión un body de bebé personalizable y un pack de pegatinas; ÁRBOL DE AMOR cedió una camiseta de lactancia; EL HADA DE LAS GALLETAS nos obsequió con unas deliciosas galletas artesanales, que pudimos degustar todos, además de regalar dos cajas preciosas para sortearlas;  De manera improvisada, mi querida amiga Gabriela y su marido Vicente, del blog Aprendiendo a ser padres, nos hablaron de su nuevo proyecto, una tienda online de productos exclusivos de puericultura. Y nos enseñaron unos simpáticos muñecos antibacterianos, que aunque se caigan al suelo, repelen las bacterias, ideales para los más pequeños de casa, que lo tiran todo, o para llevarlos a la guardería, donde se comparten todos los bichitos. Sortearon dos de estos muñecos para los asistentes. Próximamente, en su web Bebé Koala

Comida campestre y familiar, rodeada de buenos amigos. Ese fue el único ratillo que pude charlar tranquilamente con la gente, jejeje.

Después de comer tuvimos un interesante taller de primeros auxilios, a cargo de PREVENKIDS, donde nos enseñaron como actuar en algunos casos de urgencia.

Isabel, nos habló sobre el sueño infantil y la lactancia, porqué es normal que los bebés se despierten varias veces por la noche y cómo el colecho puede ayudarnos. Y también estuvo a cargo del concurso de preguntas sobre lactancia, que estuvo muy divertido.concurso lactancia

El último de los talleres lo impartí yo. Portabebés y lactancia, cómo el uso de los mismos ayuda a dar de mamar y cómo hacerlo con los distintos tipos de portabebés, aflojar nudos y luego volver a ponerlos. A parte de saber dar de mamar en un portabebé, es muy importante la ropa que llevemos. En verano, solemos ir más escotadas. Pero en invierno, si nos ponemos ropa de cuellos altos, es muy difícil acceder al pecho desde un portabebé. Y aquí, la ropa de lactancia facilita mucho la labor. Por ello, LACTAM cedió una camiseta de lactancia para la ganadora del concurso sobre lactancia que hicimos para finalizar el evento. Y desde ahora, Felizenbrazos y Lactam vamos a trabajar juntas. Pronto os ofreceré sus modelos en la web.charla porteo

El evento fue inmortalizado por Eva, de Fotodetalle y su cámara. Quería darle las gracias de nuevo por compartir la mañana de domingo con todos nosotros y capturar tan bellos momentos.

Hasta aquí todo lo acontecido ese día. Salió tan bien, que ya estamos deseando repetir el año que viene.

Lactancia, medicamentos y hospitalización

¿Alguna vez os habéis planteado que pasaría si os tuvieran que ingresar en un hospital, siendo madre lactante? Imagino que sí lo habéis hecho, como todas, pero creo que no hemos pensado en todas las consecuencias.

Cuando nació la princesa, esa idea se me pasó por la cabeza varias veces, incluso lo hablábamos en mi grupo de Mamás de Marzo. Al cumplir el mes o así, empecé a extraerme leche y congelarla en bolsitas, por si, algún día me pasaba algo, que la niña no se quedase sin comer. La verdad es que tuve suerte, y nunca me hizo falta. Pero no llegué a pensar en todas las implicaciones. No, porque la niña era muy pequeña y yo no pensaba más allá de la teta como alimento. Y ni siquiera pensé que eso me pudiera pasar a mí.

Pero va pasando el tiempo. Y vas viendo como la teta es mucho más que comida. Que la teta es el lugar seguro que tienen nuestros hijos, el lugar en el que se refugian cuando tienen miedo, cuando están cansados, cuando están tristes… Es su manera de dormir, de querernos, de decir que nos echan de menos; es su diversión y su consuelo. La teta es mucho más que comida. Y entonces, de nuevo te planteas que pasaría si tuvieras que estar ingresada en un hospital, porque, aunque tengas muchas bolsas de leche congeladas, ¿quién le va a dar la teta?

Últimamente he leído varios casos de mamás que han pasado por situaciones de este tipo. Mamás que han tenido que pasar horas en urgencias, atendidas por personal que no tiene ni idea de lactancia. Y mamás que han tenido que ser ingresadas varios días, encontrándose con muchísimos problemas de todo tipo.

Ya hemos hablado muchísimas veces de que la lactancia materna es una gran desconocida en el ámbito sanitario. Como enfermera, puedo aseguraros que durante los 3 años que estudié, todo lo que aprendí de lactancia fueron unas cuantas cosas en la asignatura de obstetricia. Y ya. Nadie nos habló de las recomendaciones de la OMS. Nadie nos explicó todos los beneficios que tiene la lactancia. Nadie nos contó la cantidad de nutrientes que tiene la leche. Y, por supuesto, nadie nunca nos dijo que la teta era mucho más. Y al igual que yo, el resto del personal sanitario (médicos, enfermeras, auxiliares) no tienen ni idea de lactancia. Aquí es donde entran las ganas de cada uno de aprender. En mi caso, he hecho cursos relacionados con la lactancia. Y como eso me sabía a poco, he leído muchísimo, he comparado información y sobre todo, me he dejado llevar por mi instinto. Me encantaría seguir formándome y ser asesora de lactancia, pero de momento, económicamente, se escapa de mis posibilidades. Pero bueno, no siempre creo que haga falta un título para ser casi una “experta”.

A lo que iba. El personal sanitario tenemos en nuestras manos la posibilidad de saber más sobre lactancia. Y, en caso de no saber, deberíamos tener la decencia de delegar el cuidado de las madres lactantes a otras personas que sí sepan. Porque, es en estos casos, en el del desconocimiento, en el que muchos médicos y/o enfermeras, se cargan lactancias.

La mayoría de las madres, sobre todo, si son primerizas, tienen una confianza ciega en los pediatras (y en todos los médicos en general). Y si a una madre, le dicen que tiene que dejar el pecho, pues muchas, pensando que el médico tiene razón, lo harán. Y bruscamente. Ya comenté en este post, como la pediatra había “prescrito” a la madre que le quitara la teta de golpe al niño.

¿Y qué pasa, por ejemplo, si te tienen que ingresar? Pues pasan cosas horribles.

Una mamá, al poco de dar a luz, tuvo un problema y tenía que someterse a una cirugía. El cirujano (¿qué leche sabía ese hombre de lactancia?), le dijo que tenía que suspender la lactancia porque la anestesia pasaba a través de la leche. Y los medicamentos que iba a tener que tomar. Esa madre, con todo el dolor de su corazón, y pensando que el médico era el experto y tenía razón, destetó a su hija. Lo que resultó un trauma para todos. Porque la pequeña no entendía que de pronto no tuviera su teta. Y le metieran en la boca una tetina de goma. Y le dieran leche de fórmula que no sabía a mamá. Y le quitasen el contacto con su madre. Pasaron unos días realmente malos. Y la verdad, sin ninguna necesidad. La anestesia general tiene una vida media muy corta, es decir, se elimina rápidamente. Una vez que la madre se hubiera despertado de la anestesia, podría haberle dado el pecho a su hija, puesto que ya casi no había anestesia en su organismo. Y con respecto a los medicamentos que tenía que tomar, la mayoría de los medicamentos son compatibles con la lactancia, sobre todo, medicamentos generales como analgésicos y antibióticos. Y ante la duda, hay una web utilísima y que todos los médicos, en caso de duda, deberían consultar. E-lactancia

Otra madre, tuvo que acudir a urgencias en mitad de la noche, por una reacción alérgica. Antes de que le pusieran medicación, ella dijo que estaba lactando y que necesitaba medicamentos compatibles con la lactancia. La tacharon de loca, de inconsciente, le dijeron que su hijo ya era muy grande, que su leche no alimentaba…. La miraron mal y la trataron peor. Ella les habló de e-lactancia, pero los médicos no eran capaces de admitir su desconocimiento y al final, se fue a casa con medicamentos compatibles “bajo su responsabilidad”.

El último y más vergonzoso caso que conozco es este, donde podéis leer como trataron a una madre lactante en el hospital Can Misses de Ibiza. Esta madre sí ha tenido problemas, problemas de verdad, por la medicación, pero sobre todo, porque no querían dejar que su hijo estuviera con ella. La historia es un poco larga, pero merece la pena leerla.

Si a mí me ingresaran, ¿de qué me serviría la leche congelada? Posiblemente a estas alturas, La princesa podría pasar unos días sin el aporte calórico de mi leche, ella come mucho y de todo, así que tampoco sería un problema. Pero no es esa la cuestión. La cuestión es que mi hija me necesita para dormir (y a mí me encanta, y no me importa, aunque haya gente que no lo entienda). Mi hija necesita estar conmigo. Ella es un bebé, y separar a un bebé de su madre durante varios días, no es una opción. Un bebé debería poder ingresar con su madre, estar con ella. Se escudan en que los niños no pueden estar en el hospital por el riesgo de contraer infecciones. Pero todos los días nacen niños en los hospitales. Y todos los días hay niños ingresados y no por ello contraen infecciones nuevas. Un bebé sano puede estar en un hospital con su madre. Evidentemente, si la madre está en estado crítico o aislada por una infección, habrá que restringir las visitas. Pero sólo en casos puntuales. En el resto de los ingresos, se debería permitir estar a los bebés con sus madres, tanto rato como el estado físico de la madre le deje. Porque, siendo realistas, una madre a la que le prohíben ver a su bebé durante varios días, va a estar mucho más angustiada (y la recuperación será peor) que una madre a la que le dejan estar con su hijo, que estará más tranquila y relajada y se recuperará antes.

Es vergonzoso que pasen cosas como estas, que las madres y sus hijos tengan que sufrir destetes forzosos, malos tratos psicológicos y todo tipo de comentarios sólo por necesitar querer estar juntos.

En caso de tener que vernos en alguna de estas situaciones, es importante que sepamos que tenemos derechos. Que no nos pueden tratar mal por dar el pecho a nuestros hijos, tengan la edad que tengan; que deberían buscar alternativas a la medicación en caso de que no fuera compatible con la lactancia; y que deben dejarnos estar con nuestros hijos durante una hospitalización el mayor tiempo posible. En caso de que esto no se cumpla, debemos poner una reclamación, hablar con la persona responsable del hospital e incluso, hablar con los medios, si llega el caso. Y nunca, nunca, suspender una lactancia de golpe, sólo porque lo diga un médico. Por favor, en caso de duda, es mejor contactar con un grupo de apoyo a la lactancia o con alguna mamá experta, para poder seguir con nuestra lactancia.

Un nuevo caso de desconocimiento sobre lactancia

Ayer fui a la piscina con los niños y mi madre. Allí, mi madre se encontró con una amiga y se pusieron a charlar. Las típicas preguntas y ya sale el tema de los nietos. Mi madre le preguntó por el suyo y de pronto, empieza la conversación de la abuela:

Nos cuenta que TODOS lo han  pasado fatal con su nieto de 11 meses. Preguntamos qué le pasaba, pensando que habría estado malito o algo y va y nos suelta que el niño, con 11 meses estaba enviciado con la teta y no quería comer potitos, no había manera, solo quería teta y le tenían que obligar a comerse los purés, medio potito a la fuerza, con llantos y todo. Que estaba muy delgado porque la teta no le dejaba comer purés.

Aquí ya empiezo yo a poner una cara…. Y claro, intento hablar, aportar algo a la conversación. Pero la señora no me dejaba. Ella erre que erre. Yo no quiero juzgar a nadie, sabéis que ante todo, respeto. Y en este caso, como en muchos, el desconocimiento es lo malo, que de verdad creían que el niño tenía vicio. Pero lo que me sentó mal era que la señora no me dejaba hablar. Y que siguiera con el tema.

Así que ella siguió relatando:

-Qué mal lo hemos pasado todos, con tanta teta y sin comer, se iba a poner malo. Fuimos a la pediatra,  nos dijo que lo mejor era quitarle la teta de golpe, porque además, se despertaba dos veces por la noche para mamar, que vicio. Y encima, el crío un maleducado, porque en mitad de la calle le levantaba la camiseta a la madre para mamar, pero bueno, enviciado total, mira que cosas hacía.

Comprenderéis que aquí, yo ya de todos los colores, porque en este caso, la que estaba juzgando era la abuela. Y en ese oportuno momento, mi princesa decidió que quería teta, y como iba en el portabebé y yo en bikini, más fácil, imposible. La señora me puso una cara….

–“Madre mía, ¿qué tiempo tiene esta niña? Es más grande que mi nieto. ¡Qué vergüenza! ¿Y como no le quitas la teta?”-

Así que, como no me dejaba explicar nada, de los beneficios de la lactancia, directamente, me di la vuelta y la dejé con un palmo de narices, pensando en el vicio de mi hija, allí, hablando con mi madre, que ahora os cuento el final de la conversación.

 Vamos a ver, analizando la conversación tranquilamente, esto es lo que veo.

  • La abuela hace suyo un «problema» del nieto (veis que va entre comillas la palabra problema, porque desde luego, aquí no hay ningún problema). En este caso, la abuela se ha metido hasta el fondo en la lactancia de su hija y de su nieto. En ningún momento ha hablado de lo que sentía la madre de la criatura. Vamos, que me juego el cuello a que por culpa de la abuela, esta madre y este bebé han dejado la lactancia. Tantos comentarios sobre el vicio del niño, sobre que hay un problema, dice que fueron a la pediatra, ella presente en todo el proceso….. ¿Porque no puede dejar la gente en paz a las madres con sus hijos y su forma de crianza? 
  • El niño no comía nada, estaba delgado, no quería puré y le metía la comida a la fuerza- La leche materna debe ser el principal alimento del niño durante sus primeros dos años de vida, tiene todos los nutrientes necesarios para un correcto desarrollo y nutrición. Y hay que complementarla con el resto de la alimentación. Así mismo, la alimentación complementaria debe «complementar» a la leche, no sustituirla. Y nunca, jamás, se debe forzar al niño a comer, no hay que obligarle y menos, hacer que el niño llore a la hora de la comida, porque entonces, la hora de comer se va a convertir en un trauma. Si este niño no quería terminarse los potitos, podía ser por varias causas: que con la lactancia estaba satisfecho y no necesitaba más comida, que sea un niño que come menos (aquí también tengo que puntualizar, ¿que come menos que qué? ¿Qué las cantidades estipuladas por quién?, No todos los niños comen ni deben comer las mismas cantidades, y no por eso hay que etiquetarles como malos comedores) y que no le gustase el sabor de los potitos y prefiriera comerse unos cuantos macarrones. composición de la leche materna en el segundo año
  • La parte del pediatra, en la que le dice que suspenda la lactancia a la fuerza, ufff, esa me deja sin palabras. Porque volvemos al tema que ya hemos tocado más veces. Las madres se dejan aconsejar por los profesionales sanitarios, creyendo que estos son expertos en todo. Ese pediatra, debería tener más conocimientos en lactancia y haberle explicado a la madre que la leche alimenta más y mejor que un puré. Pero por lo que veo, el pediatra en cuestión no es de los que fomentan la lactancia, al contrario, es de los que creen que ¡un puré de verdura es más sano que la teta! Desde luego, en caso de que la madre quiera destetar a su hijo, por cualquier causa, nunca, jamás, vería aconsejar hacerlo a lo bestia.
  • Comenta que el niño se despertaba varias veces en la noche para mamar- Los niños pasan por distintas fases del sueño, lo lógico es que se despierten y no sepan volver a dormirse solos, para eso tiene que pasar tiempo. Y además, como al resto de los humanos, a ellos, no les gusta estar solos. Se despiertan y buscan a la madre para quedarse tranquilos, calmarse y volver a dormirse. No es por la teta, es por evolución. En contra de la creencia popular, el hecho de que un bebé tome lactancia artificial no significa que vaya a dormir toda la noche del tirón. Sí es cierto que hay estudios que demuestran que los bebés que maman, tienen más despertares nocturnos. Pero estos despertares son saludables y previenen, en muchos casos, el síndrome de muerte súbita del lactante.
  • Cuando ya habla de vicio y de que el niño era un maleducado… La teta no es solo alimento, como ya he contado más veces, es consuelo, es paz, es cariño, es amor, es un lugar donde refugiarse, es donde se calman los golpes, es donde se relajan para dormir, es un lugar para reírse. La teta sirve para todo eso y más. Un bebé que busca la teta y a su madre, no lo hace por vicio, lo hace para calmar alguna necesidad o por el simple hecho de querer contacto físico. Y ya, lo de decir que un bebé de 11 meses era un maleducado… Vamos a ver, ¿Cómo puede alguien pensar que a un niño menor de 1 año le puedes explicar que en casa se puede mamar, pero que en la calle, si tiene hambre, sueño o pupita, se tiene que aguantar, porque no está bien que mamá se saque las tetas en público? ¿y porque se empeña la gente en pensar que dar de mamar en público es algo malo y ofensivo?

Cuando mi madre volvió un momento después de la conversación con esta señora, me contó, que después de todo, al niño le quitaron la teta. Que lo pasó fatal unos días, llorando a todas horas, pero que ya se había acostumbrado (pobre mío, acostumbrarse así a lo bestia, a sufrir una pérdida). Que ahora conseguían que ya se tomara casi todo el potito de verduras pero que no quería tomar leche de fórmula. (Ahora sí que puede tener un problema de alimentación, porque está ingiriendo menos calorías de las que tomaba antes). Y que de momento, se seguía despertando varias veces en la noche, pero que en cuanto le obligaran a tomarse los biberones cargados de cereales, seguro que ya dormía del tirón (jolín, que miedo me da la palabra esa, obligación).  Vamos, que a ese niño, que estaba tan feliz con su teta, le han hecho sufrir, le han quitado su teta querida, y encima, no han conseguido solucionar ninguno de los supuestos “problemas” que tenía.

Se necesita mucha información sobre la lactancia, muchísima más de la que se dispone. Las madres necesitan conocer los beneficios reales de la lactancia materna, necesitan saber que dar de mamar 11 meses, 2 años o 4 no es nada malo, que es beneficioso tanto para el bebé como para la madre, que la leche materna sigue aportando gran cantidad de nutrientes a la alimentación del niño aunque este sea “mayor”, que mamar no es un vicio y que despertarse varias veces por la noche es totalmente normal. Las madres necesitan saber todo esto. Pero sobre todo, necesitan tener el valor de decirles a esas abuelas/vecinas/tías/amigas/desconocidas/pediatras que la lactancia es lo más sano y natural para sus hijos y que dejen de hacerles ese tipo de comentarios y de meterse en su forma de crianza.

La importancia de los talleres de porteo

Cada vez hay más familias que quieren portear a sus hijos, un gran paso adelante en nuestra cultura de «abandono» de los hijos durante horas en la cuna. El problema radica en la falta de información veraz y contrastada. Muchas de estas familias van a tiendas de puericultura, donde el dependiente, bien por desconocimiento, bien por su afán de ventas, les ofrece unas mochilas «colgonas», vendiéndoselas como maravillosas y comodísimas. O incluso, alguna bandolera, también de marca de cochecito, que no se puede regular, ni para el tamaño del portador, ni para el tamaños del bebé. Y es aquí cuando nos encontramos que el porteo fracasa.

Hasta mi han llegado bastantes mamás que han tenido malas experiencias con este tipo de productos, como que les duele la espalda, el bebé cuelga mucho, necesitan sostenerle con los brazos o se pierde dentro de tanta tela. Estas mamás, por suerte, me han encontrado o han encontrado alguna otra página de porteo ergonómico, y quieren darle una segunda oportunidad a los portabebés, ergonómicos, por supuesto. Otras, en cambio, reniegan del porteo para siempre, aduciendo que es muy incómodo. La otra tarde, sin ir más lejos, en el supermercado, una señora estaba empeñada en que yo cogiera el carro de la compra que llevaba asiento de bebé para poner a mi princesa, porque «llevarla ahí colgada te hace daño en la espalda». Por más que traté de explicarle que las dos íbamos muy cómodas, ella seguía diciendo que me tenía que doler la espalda, mientras empujaba el carro de su bebé y tiraba de una cesta de la compra con la otra mano.

Es bien sabido por todos (o no tanto) que los portabebés ergonómicos no están tan extendidos como deberían. También he conocido a gente, que queriendo usar un fular, han pasado por tiendas de puericultura, donde no solo no tenían, sino que han tratado de quitarles la idea de la cabeza.

Y aquí es donde llegamos a la importancia de los talleres. Actualmente, realizo talleres en varios Centros de Salud, bien en clases de preparación al parto, bien en talleres de lactancia. Son talleres básicos, donde hablo de los beneficios del porteo, de llevar a los bebés en brazos y donde les enseño todos los tipos de portabebés ergonómicos que existen y la diferencia con las mochilas colgonas. Además, les enseño como se usan cada uno de ellos y como, con un portabebé, se puede dar de mamar perfectamente, facilitando así la lactancia y el poder seguir realizando otras actividades al mismo tiempo. En estos talleres, las madres comprueban por sí mismas, lo cómodos que resultan de usar y ven claramente las diferencias entre un portabebé ergonómico y uno que no lo es. Las embarazadas practican con muñecos. Y en las clases de lactancia, las mamás prueban los portabebés con sus hijos, comprobando las virtudes de estos mismos.

Estos talleres, sirven para difundir el porteo y para que las mamás se vayan concienciando de que llevar a sus bebés en brazos no es nada malo, muy al contrario, tiene un montón de beneficios para los bebés y para los padres también.

Desde los Centros de Salud, se debería promover más este tipo de talleres, totalmente gratuítos. Pero muchas veces me encuentro con puertas cerradas, bien por razones administrativas, bien porque el propio personal sanitario del centro no está muy por la labor….

Yo estoy contenta, porque, actualmente, en 4 Centros de Salud de la zona sur de Madrid, apuestan por este tipo de talleres. Pero creo que se debería hacer más.

¿Que opinas tu? ¿Te gustaría asistir o haber asistido a uno de estos talleres?

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