No hay mejor lugar que los brazos de mamá

Hace unas semanas tuve la oportunidad de participar en un programa para probar una cafetera nueva. Se trata de la Dolce Gusto Mine Me, una nueva versión de la conocida cafetera, que aporta algunas mejoras.

Yo era usuaria de Nespresso, y digo era, porque la Dolce Gusto se ha quedado definitivamente en mi casa. Y ahora os cuento las razones. Y cuales son las cosas que me han gustado más que la cafetera antigua y mi motivo de cambiarla.

De aspecto, podríamos decir que es similar a las otras, una cafetera compacta, no muy grande y con un diseño bonito. Pero una diferencia que me ha gustado con respecto a mi cafetera antigua es que la bandeja de escurrido se puede quitar y cambiar de altura. Con la Nespresso, si quería meter algún vaso más grande, no podía hacerlo, por lo que tenía que hacer el café en un taza y luego pasarlo al vaso grande. La Mini Me tiene 3 posiciones de bandeja, con lo que se puede graduar para cafés cortos y para bebidas largas.

Dolce gusto

Es graduable- Antes de hacer una bebida, se puede graduar el volumen de líquido que queremos obtener. Cada cápsula tiene marcada la cantidad de líquido que más se adecúa a la bebida. Sólo hay que seleccionar y listo.

Automática- Una ventaja que me parece imprescindible. Enciendes la cafetera, ajustas el café, le das y listo, bebida se para sola cuando se ha terminado. Puede parecer una tontería, puede parecer que las manuales, en las que tú tienes que parar la bebida cuando quieres, tampoco están mal. Pero, en una casa con niños, en las que las prisas están siempre presentes, en las que mientras sale el café la pequeña puede ponerse a llorar y tienes que salir corriendo a atenderla…la tranquilidad de que la máquina pare sola es mucha. Os cuento un caso real, y no me pasó a mí, ehhh. Fue con otra cafetera manual. Una persona le dio a la máquina, empezó a salir el café y en ese momento, sonó el teléfono. Se acercó a contestar con la intención de volver a la cocina en 10 segundos, pero la llamada se complicó, se le olvidó el café y al llegar a la cocina, había un litro de agua sucia con color a café desparramada por todo el suelo. Después de esta historia, para mí es totalmente imprescindible que la cafetera sea automática.

Es multibebida. Con la otra cafetera, sólo podía tomar café. Yo soy cafetera totalmente, con lo que eso no era ningún problema. Pero, con esta, además de poder tomar café, se pueden hacer más bebidas, como té, chocolates y bebidas frías. Ahora tenemos la posibilidad de usar la cafetera más personas, como mi mayor, que le encanta el chocolate y enseguida me convenció para que nos la quedáramos.

Hay mucha variedad de bebidas. 28 en total. Vamos, como para no encontrar la que más te gusta.

Y ahora, la buena noticia para vosotros. La cafetera automática Dolce Gusto Mini Me, tiene un precio de 99 euros. Confieso que por internet, en algunas páginas la he encontrado un poco más barata, unos 80 euros. Pero yo tengo unos vales descuento para regalaros. Con estos vales, la cafetera cuesta sólo 44€, con gastos de transporte incluidos. Vamos, el regalo ideal para estos Reyes. Y además, 10€ de descuento para la próxima compra online de bebidas. ¿Qué os parece? Sólo hay una pequeña pega. Y es que los vales sólo sirven hasta el 31 de Diciembre. Sí, lo sé, debería haberos avisado antes, pero es que tengo tantas cosas en la cabeza…. De todos modos, aún tenéis 6 días para encargarla, tiempo de sobra, jejeje.

Si queréis aprovecharos de esta oferta y que os mande el código, sólo tenéis que rellenar vuestros datos y os los mandaré a vuestro correo.

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¡Aviso!

1 año de Blog

Madre mía, que mal tengo la cabeza. Resulta que ya hace 1 año que ando por aquí, compartiendo un poquito de mi vida y de mi mundo con la gente que me sigue. Y resulta que no me había acordado. Ha tenido que ser el propio WordPress el que me lo recuerde.

Un año de hablar de lactancia, de portabebés, de criar con respeto, de colecho, de contar alguna anécdota, atreverme a poner recetas… Un año de participar en algunos carnavales, de los que, por falta de tiempo, me he tenido que ir bajando del carro. Un año de compartir fotos, de hablar de mis problemas personales y de las alegrías de mi vida. Pero sobre todo, un año en el que he estado acompañada, en el que mucha gente pasó a echar un vistazo y decidió quedarse. Un año en el que he recibido críticas, pero también palabras hermosas que me han llegado al corazón. Y sobre todo, un año en el que he conocido a gente maravillosa.

¡Gracias!

Gracias a todas las personas que a lo largo de este año me habéis acompañado, gracias a todas por estar ahí, porque sin vuestro apoyo y vuestras palabras, seguro que esto no sería posible.

1 año de blog

Ya sabéis de mi relación con la lactancia. De momento, van 21 meses de teta y lo que nos quede. En estos meses, ya he escuchado varios comentarios, como el que me hizo la dentista de mi hijo hace unas semanas, que me comentó que mi hija ya era muy grande para seguir mamando…. (Parece ser que en la carrera de Odontología no hablan de los beneficios de la lactancia materna ni de las recomendaciones de la OMS).

También, me han preguntado ¡¡si todavía tengo leche!! ¡Y si me sale leche del pezón si me aprieto! ¿Qué necesidad tengo yo de apretarme las tetas? En fin….

Como siempre, veo tan necesario normalizar la lactancia, que cuando puedo, hablo de ello. Toda la sociedad debería cambiar el chip sobre la lactancia y saber que es lo normal, lo natural, lo más sano, lo más sencillo, lo más barato, lo mejor para nuestros bebés, lo mejor también para la salud de las madres. Deberían saber que la lactancia se debe mantener durante 6 meses en exclusiva y que se recomienda seguir hasta los 2 años y después, todo el tiempo que la madre y el bebé quieran.

Ayer, una famosa modelo, publicó en su cuenta de Twitter una foto amamantando a su hija de 1 año. Y muchos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia. Algo que me parece muy favorable y necesario. Quiero romper una lanza a favor de estas famosas que normalizan la lactancia. Tenemos que tener en cuenta que son mujeres que tienen muchísimas seguidoras, y si publicar este tipo de fotos dando la teta a sus hijos sirve para que se vaya viendo la lactancia como algo más normal, si gracias a estas imágenes, miles de chicas y mujeres en el mundo ven que la lactancia no está reñida con la belleza, pues me uno a la iniciativa y voy a compartir en este espacio unas cuentas de esas imágenes.

Gisele Budchen

Gisele Budchen mientras se prepara para una sesión, amamantando a su hija de 12 meses

Pink detuvo una sesión de fotos para dar la teta a su hija

Pink detuvo una sesión de fotos para dar la teta a su hija

Miranda Kerr

Miranda Kerr

Miranda Kerr también en una sesión fotográfica

Miranda Kerr también en una sesión fotográfica

Maggie Gyllenhaal dando el pecho en la calle

Maggie Gyllenhaal dando el pecho en la calle

Jerry Hall alimentando a su hijo

Jerry Hall alimentando a su hijo

Gwen Stefani y la teta en un parque

Gwen Stefani y la teta en un parque

Eva Erzigova, la mujer del wonderbra y la lactancia

Eva Erzigova, la mujer del wonderbra y la lactancia

Angelina Jolie amamantando a uno de sus hijos

Angelina Jolie amamantando a uno de sus hijos

 

Salma Hayek dando de mamar a un bebé en Sierra Leona

Salma Hayek dando de mamar a un bebé en Sierra Leona

 

Mi teta y mi hija a la salida del cole (aunque no seamos famosas)

Mi teta y mi hija a la salida del cole (aunque no seamos famosas)

 

 

Aunque con unos días de retraso, lo prometido es deuda, y por fin puedo hablaros de mi cajita Nonabox de Noviembre, que cada mes nos sorprende con nuevos productos, todos ellos muy útiles. Os recuerdo también, por si alguno no lo ha leído, la campaña de recogida de cajas,NAVIDAR, para mamás y bebés desfavorecidos, que gracias a la ayuda de todos, podrán tener una sorpresa esta navidad. Para saber toda la información, pinchad aquí.

Pues aquí va lo que contenía mi caja de este mes:

Cochecito Vikingtoys– Ya teníamos un coche de esta marca de otra ocasión. Esta vez es un camión morado. Lo bueno de estos coches es que se pueden enganchar unos a otros, así que ahora tenemos el doble de diversión, uniéndolo al anterior. Los coches no contienen piezas pequeñas, son redondeados, de plástico y con ruedas de goma blanda.  A la peque le encanta lanzarlos por el pasillo y que reboten contra las paredes, jejeje.vickingtoys

Adorno de navidad Baubloom– Una precioso estrella en tela, para colgar del árbol que sin falta pondremos este fin de semana. Es original, se sale de las bolas convencionales de cada año, la verdad es que me ha encantado.adorno blauboon

Bolsa de tela Cute Martina – Bolsa multiusos con un precioso dibujo, que puedes personalizar a tu gusto. Cada dibujo tiene su propia historia particular y están diseñados con todo el cariño. Muy práctica para llevar cositas a la escuela.bolsa de tela

Crema Nivea Q10 con color – Crema de día, antiarrugas, con un toque de color. Hidratación perfecta para cada día. Un producto que me viene genial, para tener la piel de la cara perfecta todas las mañanas.Nivea

Flexicup de Nuk – Una botella ligera y resistente, ideal para las manos de mi pequeña y para calmar su sed, que en cuanto subimos al coche, ya me está pidiendo agua. Con esta botella, llevo el agua a todas partes, sin miedo a que se derrame. Y con un precioso diseño.flexicup

Accesorio para el pelo Cuini– Una goma del pelo y una horquilla a juego, para adornar la cabeza de mi pequeña. Preciosos accesorios hechos a mano.IMG_9823

Cambiador Moltex– Cambiadores desechables de celulosa, con una capa impermeable y divertidos dibujos de Pocoyó. Reconozco que los uso desde siempre, bueno, los de Moltex no los había comprado, siempre llevo en el bolso empapadores del hospital. Me resultan más prácticos que los que vienen a juego con los bolsos, porque ocupan menos espacio y si hay un pequeño “accidente”, se tiran a la basura.moltex

Como podéis comprobar, todos los meses, Nonabox viene cargada de productos muy útiles tanto para las mamás como para los bebés. Una caja a la que puedes suscribirte o que puedes regalar a un mamá embarazada, así sabes que siempre acertarás con los detalles.

sdsHabía una vez una chica llamada Diana, que vivía en Madrid, que abrió un negocio, empezó a escribir un blog y publicaba cosas en su página de Facebook. Un día, una chica llamada Minerva, de Asturias,  le hizo un encargo para la tienda, y a partir de ese momento, empezó a seguir todas las andaduras de Diana. Poco a poco comenzaron a compartir risas en las noches, comentarios en el blog y acabaron haciéndose amigas. Porque, aunque mucha gente no lo crea, la amistad a través de la web existe. Y ellas se hicieron amigas, whatasappeaban y se mandaban mensajes.

Un día, Minerva tuvo la oportunidad de ir a Madrid con su familia, y ambas decidieron que era la oportunidad perfecta para conocerse. Y así hicieron. Se encontraron entre un mar de gentes, superaron el agobio de moverse por Madrid en plenas fechas navideñas y compartieron una tarde agradable y entrañable con sus hijos. Y prometieron volver a verse pronto, porque esta bonita amistad que se había forjado continuará a pesar de la distancia.

Para homenajear a Minerva, Diana decidió compartir con todos vosotros una imagen preciosa, que Minerva tomó de camino a Madrid y que ha tenido a bien ceder para que todos disfrutéis de esta maravilla.

Urbana

las nubes

Un paseo por las nubes

Un beso amiga y espero volver a verte pronto.

embarazada-silla2En este MI diccionario maternal, no podía faltar esta palabra. Voy a hablar de hermanos desde un punto de vista maternal, pero también del fraternal, de la relación que tengo con la mía. Empezaré por esta parte.

Mi hermana nació 2 años y medio después que yo. Siempre hemos sido como la noche y el día, siempre nos hemos peleado y llevado mal. Mi hermana siempre ha sido, y sigue siendo, una persona muy egoísta, sola mira por sí misma, solo piensa en ella misma. Durante muchos años, culpé a mis padres de la forma de ser de mi hermana, me decía que ella era así porque ellos la habían dejado. Cuando era pequeña y quería algo, si no se lo daban, se tiraba al suelo y dejaba de respirar; mis padres, asustados, consentían sus caprichos. Cuando se hizo más mayor, cambió sus tácticas de chantaje: amenazaba con hacerse daño, escribía notas sobre sí misma….; mis padres, asustados, consentían sus caprichos. Y así ha sido siempre.

Como digo, he culpado a mis padres muchos años por su forma de ser. Ahora que soy madre, ya no les culpo, incluso les entiendo. Entiendo que eran padres, con una hija más difícil de llevar, que no sabían cómo actuar, que estaban asustados y desbordados por las exigencias de una niña. Estoy convencida de que no actuaron correctamente, pero lo hicieron por desconocimiento, por creer que de esa manera lo hacían bien. Ahora entiendo, como madre que soy, que queremos lo mejor para nuestros hijos, que intentamos educarles de la mejor manera posible y a veces nos equivocamos. También creo que rectificar es de sabios, y que ellos deberían haber cambiado su forma de actuar con ella, pero ese es otro tema…

El caso es que mi hermana y yo crecimos siendo dos personas totalmente opuestas. Como digo, ella se movía por la envidia y el egoísmo. Y yo no podía soportar esas cosas. Sobre todo, cuando ya éramos más mayores y veía cómo manipulaba a la gente para conseguir lo que quería. Cómo nunca ha sido capaz de hacer un favor sin exigir algo a cambio. Cómo siempre se ha acordado de las pocas cosas que ha hecho alguna vez “altruistamente”, para rebozártelas en el momento apropiado. No os cuento detalles, porque me daría para llenar libros enteros. Pero me ha hecho muchísimo daño. Ella ha llegado a alegrarse cuando me ha visto sufrir y además, me lo ha dicho. Me ha humillado por quedar bien delante de otras personas. Han sido tantas cosas, que, evidentemente, nuestra relación de hermanas es poco más que un mero dato estadístico escrito en el libro de familia.

No tiene amigos. Por lo menos, no amigos antiguos, con el tiempo, todo el mundo veía como era y acaba huyendo de ella. Pero siempre se las ha apañado bien para conocer gente nueva, ir de tía guay por la vida y estar rodeada de gente… que irremediablemente, acaban escapando de su influjo al poco tiempo de conocerla. Lo peor de todo: nunca ha sido capaz de reconocerlo, nunca ha dado su brazo a torcer, nunca ha visto el mal que estaba haciendo, al contrario, siempre acababa culpándome a mí de todo. Y durante muchos años, he tragado y tragado, porque era mi hermana.

Y por mi padres. Cuantas veces habremos discutido por lo mismo. Mi padre siempre me decía que como yo era la hermana mayor, yo era la responsable y debía  llevarme bien con ella. Daba igual lo que hubiera hecho. Ellos siempre han pensado que el hecho de ser hermanas era motivo suficiente para a llevarnos bien. El problema es que a un hermano, tú no lo eliges, te viene impuesto. De nuevo, poniéndome en mi faceta de madre, entiendo un poco a mis padres. A pesar de saber cómo es mi hermana, de su egoísmo, de su forma de tratar a la gente, de su desapego, a pesar de todo, ellos, como padres, siempre han querido tener una familia más o menos normal, no han querido que sus hijas se llevasen mal. Y siempre han intentado justificarla, “como ella es así…”Imagino lo doloroso que debe ser para unos padres. Pero ellos no imaginan lo doloroso que es para mí como hermana. Porque, evidentemente, no saben muchas de las historias que hemos pasado, historias que en el pasado, también incluyeron a mi hijo mayor y que me llevó a pasarme un año sin dirigir la palabra a mi hermana.

Y ahora, llega la parte de los hermanos en relación a mi maternidad. A la parte de mis hijos.

Mi mayor ha sido hijo único hasta los 10 años. Muchas veces he escuchado consejos de esos que no pides a la gente, sobre que un hijo no debería estar solo, que es mejor tener hermanos…y yo pensaba en la mía propia, y la verdad, si hubiese podido elegir, habría preferido ser hija única.

Una parte de mí, deseaba ser madre de nuevo, pero otra parte, tenía mucho miedo. ¿Y si mis hijos se llevaban mal, como mi hermana y yo? Para ellos iba a ser muy duro, y para mí, como madre, también. Conozco a mi mayor, sé que tiene una sensibilidad extrema, que es una bellísima persona, que da todo lo que tiene, pero, ¿y si tenía otro hijo y era egoísta, egocéntrico, manipulador? ¿Puede pasar eso? A las pruebas con mi hermana me remito. Mismos padres, mismos valores, dos personas completamente opuestas. Sigo pensando que la forma “inconscientemente” de actuar de ellos pudo hacer que el tema se agravase, pero mi hermana ya tenía eso de fondo, ya lo traía de serie.

Bueno, ahora soy feliz. Tengo dos hijos que se adoran. Son unos hermanos estupendos. Y me encanta ver lo contentos que se ponen cuando se ven después del cole, o al levantarse por las mañanas. Soy consciente de que todo eso puede cambiar, mi pequeña tiene 21 meses todavía y una personalidad que se está forjando. De momento, yo le estoy dando todo el amor que tengo, mi tiempo, mis abrazos, mis besos, todo mi cariño, estoy haciendo de ella una persona segura y confiada y espero que esto sirva para asentar las bases de un buen desarrollo. También sé que se llevan 10 años de diferencia, que el mayor todavía es un niño y se divierte con ella, pero en unos años, la diferencia de edad será más importante. Aunque eso no quiere decir nada. Llevarse poco tiempo de diferencia con tu hermano no es condicionante para tener una relación sana, solo tenemos que ver la poca relación que tenemos mi hermana y yo. Posiblemente, con 10 años de diferencia sean capaces de quererse y respetarse mucho más que nosotras.

Ojalá sea así. Ojalá mis hijos estén orgullosos de tener un hermano con el que contar. Yo siempre he echado mucho de menos el poder contar con la mía. Siempre he envidiado las relaciones sanas que tienen la mayoría de las personas con sus hermanos, la complicidad, la confianza, saber que tienes a alguien con quien poder contar en caso de necesidad. Yo no puedo hacer eso con mi hermana. Ojalá mis hijos sean los mejores hermanos del mundo. Y yo, la madre más feliz.

Navidar

No, no me he equivocado al escribir el título. Lo he escrito así porque es el nombre de una iniciativa que quiero contaros. Hace unos días, llegó mi caja Nonabox de Noviembre, y además de todos los productos que me encantan y que os contaré en el próximo post, tenía una iniciativa muy especial y que quiero contaros.

Navidar es una campaña para ayudar a mamás y bebés, que este año, no van a poder tener regalos en navidades. Como sabemos, muchas familias lo están pasando mal y desde Nonabox quieren ayudar. Pero la ayuda la vamos a prestar nosotras, porque es muy fácil ayudar a otras personas, y por eso, os pido vuestra colaboración.

La idea es hacer llegar cajitas con sorpresas a esas mamás y bebés que están más necesitados. Y la mecánica es muy sencilla. Todas podemos colaborar, tanto si recibís en casa la caja Nonabox como si no.

En una caja vacía que tengamos en caja, una de Nonabox u otra cualquiera, vamos a meter productos para mamás y para bebés. Cositas sencillas, que seguro que hacen mucha ilusión a quien las reciba. No tienen porqué ser cosas nuevas, pero sí es muy importante que sean cosas que estén en buenas condiciones, a nadie nos gustaría recibir cosas estropeadas. Seguro que en casa tenemos cosas que no usamos, que ya no nos sirven y que pueden ayudar a otras personas. Yo ya sé lo que voy a meter en mi cajita: un bote de colonia que me regalaron cuando nació la peque y que está sin abrir; muestras de crema protectora para el culete; un cambiador de tela acolchado que venía con el bolso y que nunca he usado; un chupete sin abrir; algún muñeco de la peque de esos a los que nunca ha prestado atención; y alguna cosita más que se me ocurra.

Para ayudaros un poco, os cuento cosas que se pueden meter en la caja: juguetes, libretas y lápices de colores, colonia para las mamás, cuentos, ropa en buenas condiciones que se haya quedado pequeña, turrón, polvorones y por supuesto, una felicitación.

Una vez que lo tengamos todo en la caja, la envolvemos con papel protector o la metemos en una caja mayor.

Si alguna recibe la Nonabox en casa, simplemente hay que avisarles en este enlace y cuando pasen a dejar la caja de Diciembre, el repartidor se encargará de llevarse la otra caja.  Y si alguna no recibe la Nonabox, no os preocupéis, que también podéis (y os pido) que participéis. Sólo tenéis que mandar un mensaje a este mail, con el asunto Navidar y ellos estarán encantados de atenderos y daros la información de cómo hacerles llegar las cajitas.

Todas las cajas recibidas se van a entregar a mamás y bebés de estas fundaciones y ONG´s:

Fundación provida

Fundación María Raventós

Fundación Madrina

Alternativa en marcha

Asociación Casa Guadalupe

Llar Natalis

Fundación Red Madre

Casa de acogida Nuestra Señora de los Desamparados

Me parece una iniciativa estupenda, conseguir que mamás y bebés en condiciones más desfavorables que la nuestra, tengan un pequeño motivo por el que sonreír estas Navidades. Es un pequeño esfuerzo que a nosotros no nos supone casi nada. Ojalá, gracias a la solidaridad de todos, podamos llegar a cientos de mamás y bebés.

Por favor, si podéis hacerlo, espero que colaboréis, y que transmitáis la iniciativa para que llegue a más gente.

Gracias y ¡Feliz NaviDar!

Después de «Enredados» y «¡Rompe Ralph!», Walt Disney Animation Studios presenta «Frozen El reino del hielo», la comedia de aventuras más divertida y refrescante que haya llegado jamás a la gran pantalla. Una profecía condena a un reino a un invierno eterno, así que Anna, una optimista redomada, se une a Kristoff, un temerario montañero y a su compinche el reno Sven. Juntos emprenden un viaje épico en busca de Elsa, Reina de las Nieves para poner fin al gélido hechizo. Por el camino, Anna y Kristoff se encontrarán con duendes místicos, un divertido muñeco de nieve llamado Olaf, temperaturas extremas propias del Everest y mucha magia. Se verán obligados a luchar contra los elementos para salvar al reino de la destrucción más absoluta. “

frozen

Esta mañana hemos estado en el cine, viendo Frozen el reino de hielo. He ido con mi mayor y con mi sobrina, de 6 años. Tanto los niños como yo hemos disfrutado un montón de la película, que mezcla humor, aventuras y amor, por supuesto. Una película muy divertida, ideal para compartir en familia y pasar un buen rato. Si aun no la habéis visto, os animo a verla. No os podís perder a Olaf, el muñeco de nieve, ¡¡yo quiero uno!!

Esta semana he estado un poco desaparecida del blog. Y en parte me he sentido un poco culpable por el abandono. Es cierto que cuando abrí el blog, lo hice principalmente para hablar de mis portabebés, contar beneficios, tipos, consejos… Y también vi que podía hablar sobre el otro tema que me apasiona, la lactancia. Nunca pensé  que fuera a leerme nadie, bueno, algunas personas sí, pero tampoco mucha gente.

Con el tiempo, empecé a conocer a gente fantástica, hice un grupo de amigas de una forma que no hubiera creído posible, y empecé a ver el blog como un medio de contar mis cosas, de sincerarme, de dejar salir lo que pasaba por mi mente, de compartir experiencias.  Y así, comencé a escribir con asiduidad, cosas que me salían del corazón, a hablar de crianza, de niños, de cosas que hacía con ellos, de la maternidad, en fin, de todo un poco.

Hubo ocasiones en las que he escribí prácticamente a diario, luego llegó el verano, la vuelta al trabajo y la cosa se complicó. Aun así, escribía dos o tres veces por semana… hasta esta semana, que he desaparecido totalmente. Y como os he comentado, me he sentido un poco culpable, porque sé que hay gente que me lee y espera mis post (aunque hay veces que escribo unas cosas, que ni yo misma me leería, jajaja)

Pero, en esta ocasión, no me ha quedado más remedio que desaparecer, y os cuento el porqué.

Primero, como ya os he comentado, se está fraguando un nuevo proyecto. No he querido dar muchos datos hasta ahora, hasta que esté todo organizado, pero creo que ya puedo contaros algunas pocas cosas. Vamos a abrir un espacio de crianza. Y digo vamos porque en este proyecto no me embarco yo sola, me acompañan Lorena y Carolina, de las que ya os daré más detalles cuando todo esté a punto. Es un sitio donde, además de tienda de portabebés y otras productos para bebés, muy de mi estilo, vamos a tener multitud de talleres, charlas, a contar con diferentes profesionales que nos van a enseñar cosas muy interesantes. Hablaremos de portabebés, de lactancia, de alimentación complementaria, habrá clases de yoga prenatal, pilates para embarazadas, cursos de primeros auxilios, masaje para bebés, actividades para niños…. Y sobre todo, será un lugar donde todas las familias serán bienvenidas, donde podremos interactuar con otros padres, intercambiar opiniones mientras tomamos un café… ¡Y hasta ahí puedo leer! Este proyecto, estos días, me está robando un montón de tiempo, como es lógico, acondicionar el local, preparar y pulir las ideas, hacer compras….y cuando llego a casa estoy bastante cansada como para ponerme a escribir.

Por otro lado, una noticia también me ha dejado un poco tocada. A un familiar le han detectado un problema de salud y eso me ha traído preocupaciones y recuerdos de otras personas que han pasado por lo mismo y que, desgraciadamente, ya no están con nosotros.

Pero, quizás, aún a riesgo de sonar extraño, lo que más me ha apartado estos días, es que me he visto saturada y desbordada. El último post que escribí, Las lágrimas de los niños ha tenido una repercusión que ni en mis mejores sueños. Es cierto que cuando alguien escribe en un blog, le encanta que la gente lo lea y haga comentarios. El día que escribí lo mal que me sentía cuando veía a un niño llorar y a unos padres regañarlo, jamás pensé que me leería tanta gente. Para que os hagáis una idea, por norma general, tengo unas 200 visitas a diario en el blog. Cuando algo se comparte mucho, he llegado a tener 800 visitas diarias. Pero el día de las lágrimas, y los días sucesivos, ¡¡¡me han visitado 8800 personas!!!!  Es el post más comentado desde que empecé mi andadura hace casi 1 año. estadistica blogAl principio, me sorprendió agradablemente, pero al poco, empezaron a llegar comentarios ofendidos y ofensivos. Es lógico que no a todo el mundo tiene que gustarle lo que escribo, faltaría más. Pero la gente debería aprender a tener respeto. Y empezaron a llegarme mensajes insultantes, que evidentemente, he borrado de los comentarios. He incluso alguna persona me llamó y mandó mensajes a mi teléfono, todo de modo anónimo, que esconderse en el anonimato parece que da rienda suelta a soltar estupideces por la boca. El móvil se quedaba sin batería rápidamente, puesto que todas las notificaciones del blog me llegan allí. Confieso que me agobié. Me pilló desprevenida y no me esperaba esa repercusión. Y desconecté. Hasta me asusté pensando que no podría volver a escribir nada más, porque ya no estaría a la altura.

Por suerte para mí, hay alguien que siempre está ahí, que tiene las palabras indicadas para cada ocasión, mi querida Nieves. Ella me enseñó que llegar a la gente es bueno, que mi blog es mi corazón y que la gente que lo aprecie es la que importa, el resto de la gente, esas personas indeseables, me tienen que dar igual. Es mi personalidad y si, gracias a esto, una sola persona, una sola, se siente ayudada, reconfortada o incluso, removida en su conciencia, yo tengo que estar orgullosa. Gracias a ella, me he sentido poderosa. Y feliz, feliz de saber que tantísima gente ha pensado en la importancia de no dejar llorar a los niños, de tratarlos con respeto y cariño, como se merecen. Los niños son el futuro y debemos cuidarlos cada día.

Así que ya estoy aquí otra vez. No os puedo prometer escribir cada día, aunque tengo tantas cosas que contar… Intentaré sacar tiempo para no dejaros abandonados tantos días. Seguiré hablando de las cosas que me importan, las que me preocupan, seguiré hablando con el corazón. Y os contaré más detalles del nuevo proyecto en cuanto todo esté a punto.

Gracias a todas las personas que estáis ahí y que hacéis esto posible.

Llevo varios días intentando escribir esto, pero no puedo por falta de tiempo, que no por falta de ganas. Todas las mañanas, todas sin falta, me pasa lo mismo.

Trabajo en un hospital. En una zona, donde cada día, pasan niños a los que tenemos que hacerles pruebas y/o analíticas, curas y otros procedimientos. Niños que vienen asustados, que no saben que les van a hacer y a los que se les realizan actos más o menos invasivos. Todos, absolutamente todos, lloran. Normal ¿ verdad?PrickBebered

Porque lo que me remueve por dentro cada día, es que parece que NO es normal. Algunos compañeros de profesión, regañan a los niños por llorar, por portarse “mal”, por revolverse. Pero ahí no acaba todo. Los propios padres, les regañan hasta la saciedad, les amenazan con quitarles cosas e incluso he llegado a ver algún cachete a niños que rato después de la prueba seguían llorando desconsoladamente.

No puedo con estas escenas. Ni con los comentarios injustos que se les hacen a los niños. He visto a personal sanitario regañar a los niños por gritar o llorar, llamarles maleducados, amenazarles con echar a sus padres de la sala por no dejarse hacer una prueba. Y al final, se lo hacen a la fuerza, con más miedo y dolor por parte del niño.

La otra parte que no consigo entender, es la de muchos padres. Llevan a sus hijos al médico, les sacan sangre o les hacen unas pruebas bastante dolorosas y molestas, ¿qué es lo que esperan? «¿que sean niños buenos?» Los niños están asustados y necesitan el apoyo de las personas en las que más confían. Pero, si después de todo, sus padres les regañan y castigan, ¿cómo van a calmarse esos pequeños? Por favor, ¿tan difícil es ponerse a su altura? Agacharse, abrazarlos, explicarles en la medida de lo posible, calmarlos. Entender que simplemente, son niños, que están asustados, que les han hecho daño y que necesitan consuelo, no unos padres que les regañen por llorar.

¿A cuántos adultos no les gusta que les saquen sangre, por ejemplo? A muchos. Y nos dejamos hacer los análisis porque entendemos que es una necesidad. Pero, un niño pequeño, no entiende ese concepto, no entiende que por su bien, que en la sangre hay un montón de compuestos que una máquina analiza en el laboratorio y con eso saben si está enfermo o no….  Y como no lo entienden, somos nosotros los que tenemos que entender su miedo, su dolor, y calmarlos y tranquilizarlos. Si andando por la calle, nuestro hijo se cae y se hace una herida, corremos a socorrerle. Entonces, si en el hospital le hacen una prueba dolorosa, ¿por qué no hacemos lo mismo?

Yo he probado una técnica diferente. Hablar, dialogar, explicarles, adaptándonos a la edad de cada uno,  dejarles que se relajen, darles un tiempo para que salgan de la consulta y fuera se queden más tranquilos antes de volver a entrar. Y explicarles el cómo y el porqué de las cosas. Hacerles saber que es normal tener miedo y dejarles expresar sus sentimientos. La mayoría de las veces, funciona, desde luego, mejor que las amenazas y las fuerzas. Y si no me entienden, siempre lo hago con una sonrisa, a ser posible, que estén sentados y abrazados a sus padres. Los padres también tienen un papel importante en todo esto, más que nosotros, evidentemente. Antes de llegar a la consulta, en casa, tienen que contarles lo que les van a hacer, sin darle importancia, tomarlo como algo natural y necesario. No sirve de nada que los padres lleguen asustadísimos por lo que se les va a hacer a sus hijos, porque transmiten ese miedo a los pequeños.

El otro día, mi amiga Lorena me comentaba una escena parecida. Llevó a la niña, de apenas 14 meses, a hacerse una analítica. La niña iba asustada, a esa edad, casi todos los bebés temen las batas blancas, porque las relacionan con las vacunas y las revisiones periódicas. Al llegar a la sala de extracciones, una persona le sujetó el brazo a la fuerza para que la enfermera pudiera pincharla, sin avisar, sin mediar palabra. El susto de la pequeña era aún mayor, y, evidentemente, su instinto le hacía retirar el brazo. La niña lloraba, chillaba y se revolvía y una de las personas que estaba en la sala, empezó a decir que la niña era una soberbia, que vaya genio tenía. Se lo decía a la madre, directamente. La madre, en ese momento, se quedó tan cortada que no supo qué responder. Y además, estaba más pendiente de atender a su hija.  Pues ahora aprovecho yo para decirle a esa persona, en primer lugar, que si trata con niños, debería tener más paciencia y sobre todo, más empatía. Y en segundo lugar, que se informe antes de soltar palabras por su boca, porque, según la RAE, Soberbia, en su cuarta acepción  significa «Cólera e ira expresadas con acciones descompuestas o palabras altivas e injuriosas». Y esta niña no sentía ira, lo que sentía era miedo, y no se expresaba con acciones descompuestas ni palabras altivas, lloraba e intentaba zafarse porque es lo que le pedía su instinto de supervivencia.

Todos los días, veo estas escenas. Todos los días, salgo con mal cuerpo, viendo como no se respeta el miedo de los pequeños, escuchando comentarios que no deberían hacerse. Todos los días, me acerco a algún pequeño y le llevo un dibujo y unos lápices, para que coloreen y olviden el mal rato, y todos los días, un gesto tan simple como este, funciona. Todos los días, quiero agacharme y abrazar a todos esos niños asustados a los que sus padres regañan. Todos los días…

EDITADO

Para la gente que sólo lee entre líneas, hago una aclaración. 

NO digo que todo el personal sanitario trate mal a los niños, ni muchísimo menos. Por suerte, hay muchos grandes profesionales sanitarios que se dedican a hacer las cosas más fáciles a los pequeños. Digo, que por desgracia, he tenido que ver y sigo viendo cada día, gente que en mi opinión, no está capacitada para tratar con niños. Evidentemente, para ciertos procedimientos, hay que sujetar a los niños, pero no es lo mismo sujetar un brazo para una analítica con una sonrisa y palabras dulces que hacerlo de malas maneras. En mi trabajo, estoy rodeada de grandísimos profesionales y también, de compañeros que no merecen ese calificativo. 

NO digo que todos los padres que ven llorar a sus hijos por quejarse y tener miedo, les regañen y les castiguen. Por suerte, la mayoría de los padres entienden que los niños están viviendo una situación traumática para ellos y les consuelan. Por desgracia, también he visto y sigo viendo a padres, que sí les regañan por llorar, padres que gritan a sus hijos porque les están «dejando en ridículo» (palabras dichas por los propios padres). 

No pretendo, ni mucho menos, menospreciar el trabajo del personal sanitario, ni pretender ser la mejor y la más «guay». Este post es sólo para plasmar una realidad que veo cada día. No considero que yo lo haga mejor que nadie, repito que tengo la gran suerte de trabajar con muchas personas fantásticas, que tratan a todo el mundo con respeto. Esto es sólo una opinión, una visión, MI opinión

Quiero aprovechar para alabar a la enfermera de mi hija, que siempre, cuando ha habido vacunas, se las ha puesto con mi hija en brazos y me ha animado a hacer «tetanalgesia» para que el dolor fuera menor. La sanidad tiene grandes profesionales.