No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Carreras de obstáculos y deporte en familia

¡Qué curioso! Cuando echo la vista atrás, recuerdo mis años del colegio y del instituto, cuando la educación física no me gustaba nada. Recuerdo que teníamos que hacer abdominales y refunfuñaba, recuerdo tener que correr alrededor del patio y hacer trampas cuando no me veían, recuerdo los momentos del deporte como uno de los peores. Con el paso de los años, que ya han pasado mogollón, mi concepto de deporte era el mismo. Algunas veces me apunté al gimnasio, he ido a centros con más o menos asiduidad, pero siempre acababa dejándolo. En estos centros he hecho de todo, pero nunca terminaba de engancharme. Y no hablemos ya de los deportes al aire libre, ni oír hablar de ellos…

Hasta hace unos años, en los que volví a retomar el deporte poco a poco. Primero fue el baile, que me encantaba y me sigue encantando. A la vez, abrieron un gimnasio cerca de casa y empecé a asistir; de vez en cuando y con pocas ganas, salía a correr y poco a poco, he creado un hábito. Ahora no entiendo mi vida sin deporte. Ya no solo las clases en el gimnasio, que me encantan, sino actividades al aire libre. Me compré unas zapatillas especiales para correr y salgo cuando puedo. Monto en bici de vez en cuando y tengo en mi lista de la compra cambiarla próximamente. Me encanta hacer ejercicios funcionales y HIIT (High Intensity Interval Training o ejercicios de alta intensidad a intervalos). Me pongo retos y metas y me encanta superarme a mí misma. Y lo mejor de todo esto es que mi hija empieza a seguirme encantada. Antes en mi zapatero sólo había botas y zapatos, ahora tengo una colección de zapatillas de deporte, una para cada disciplina.

Muchas tardes, cuando tengo que dejar a Sara en casa de los abuelos a dormir por cuestiones de trabajo, nos ponemos las zapatillas y nos vamos las dos corriendo, es poco más de kilómetro y medio, pero ella me acompaña encantada. Y luego yo vuelvo por donde he venido.

Y llegamos a la parte de las carreras de obstáculos.

El año pasado por estas fechas, un grupo de personas en el gimnasio se unió para apuntarse a una carrera de obstáculos que iban a hacer. Yo en ese momento no me vi preparada y lo dejé, pero se me quedó la espinita clavada y este año estaba pendiente, no podía dejarlo pasar.

Así que, desde hace unos meses, me puse a organizarlo todo. Nos hemos apuntado a la Farinato Race, que es una carrera de obstáculos que transcurre por zonas de campo y/o urbanizadas. En esta carrera en particular, había varias modalidades. Las competitivas, para la gente muy preparada que gusta de competir en estos eventos y luego había modalidad familia y modalidad libre con distintas distancias.

Cuando vi que había una carrera familiar de obstáculos, para niños mayores de 4 años y por grupos, ni lo dudé, hablé con unas mamis del cole a las que adoro y nos apuntamos en grupo, las “bad moms” en el que se apuntaron también mi sobrina y mi cuñado y algunas personas más. En total éramos 16 personas en el grupo familiar, una carrera de 3 km llena de obstáculos, en los que la idea era pasárselo bien, ayudarnos unos a otros y hacer deporte.

Farinato Family Day

La Family Day de la Farinato Race se llevó a cabo en Arroyomolinos, en el Centro Comercial Xanadú. En el grupo nos pintamos la cara todos iguales, nos pusimos la camiseta y a correr. La prueba se inició corriendo por la pista de nieve del centro comercial, todos riendo, subiendo y bajando, escurriéndonos y pasando allí dentro nuestro primer obstáculo, una pared vertical en la que nos fuimos ayudando para pasar. De la nieve salimos a la calle y llegamos al siguiente obstáculo, unas redes por las que había que trepar, pasar en horizontal y descender, toda una aventura. Luego corrimos por el campo, subimos y bajamos cuestas y llegamos a la zona de barro, donde Sara y mi sobrina salieron corriendo como locas para llegar antes y me tocó esprintar para cogerlas, jaja. Después de arrastrarnos por debajo de un camión, llegamos a unas pozas abiertas para la ocasión llenas de agua y barro, 4 pozas para ser más exactos, en las que había que entrar, atravesar y subir por una montaña de barro para llegar al agujero siguiente. Ya podéis imaginar cómo quedamos después de eso, fue divertidísimo. Varios obstáculos más, incluyendo alguno imposible de pasar para nosotras (subir cuerdas, hacer el monkey…) y llegamos al final, donde saltamos unas brasas y atravesamos la meta. Fue toda una experiencia. Felicitaciones, abrazos, risas y, sobre todo, la sensación de haber podido, de haberlo hecho juntas. Y la fiesta de después, eso también hay que tenerlo en cuenta, que nos quedamos por allí bailando y cenando hasta bastante tarde, comentando la experiencia. Vamos, terminamos encantadas, tanto, que mi hija y mi sobrina están como locas por repetir. Y mis mamis del cole están casi convencidas, en junio nos vamos a otra.

Farinato Family Day

Al día siguiente, llegó la carrera de los mayores, sí, porque a esa también me apunté. Este año estoy que lo doy todo. Farinato 5K, supuestamente 5 kilómetros de carrera de obstáculos. Digo supuestamente porque en realidad fueron 6.5 km. Las pruebas fueron las mismas que en la carrera del día anterior, mas unas cuantas añadidas para conseguir esos kilómetros de más. El trozo de nieve para mí fue el peor. Además de tener que subir y bajar corriendo varias veces las pistas, tuvimos que pasar por debajo de una alambrada, arrastrándonos. El dolor de congelación de los dedos fue horrible, no estábamos preparados para eso. Me faltaron unos guantes. Después, volver a salir a la calle, correr por el campo, distintos obstáculos que no había en la carrera familiar, cargar con troncos por unas cuestas, llevar sacos cargados de arena, más barro, más retos. Llegar a la meta agotada pero feliz, cansada después de casi 2 horas de carrera y ejercicio, pero con el subidón de adrenalina, con la sensación de haberme superado un poco más. Todavía hoy, un par de semanas después, sigo emocionada y pensando en la próxima.

Farinato 5K

Para mi gusto, falló un poco la organización de la carrera, demasiada gente en cada tanda. Tanto en la familiar como en la individual, los grupos de salida eran muy grandes. Eso hizo que al llegar al primer obstáculo se formase un tapón en el que nos tocó esperar un buen rato. La verdad, no es agradable esperar en la nieve en manga corta o esperar bajo un sol de justicia parados sin hacer nada. Lógicamente, según fue avanzando la prueba, la gente se iba dispersando y las esperas fueron menos. A lo largo de la carrera había puestos de avituallamiento en los que te daban agua, bebidas isotónicas y fruta y al final, más de lo mismo, me volví loca comiendo plátanos y frutos secos. Y medallas para todos, que me recuerdan cada día que lo conseguí.

Para la carrera es importante llevar ropa cómoda, mejor mallas largas en mi experiencia, porque en las zonas de arbustos te podías arañar las piernas. El segundo día hasta me puse calcetines largos, para que no se me metieran ramitas por las zapatillas. Calzado cómodo, de agarre, para correr por el campo. Camiseta deportiva que evapore el sudor, mejor toda ropa técnica, las camisetas y pantalones de algodón, al mojarse, absorben mucha agua y luego pesan más para seguir corriendo. Llevé guantes cortos para las zonas de agarre, con los dedos al aire, y en la zona de la nieve debería haber usado guantes más apropiados y manga larga, eso ya lo he aprendido para la próxima. Y protector solar, eso se me olvidó a mí y los dos días de la carrera nos dio el sol de manera brutal, tanto que hasta nos quemamos un poco por la zona de la frente y en los brazos tengo las marcas del sol de los dorsales. El resto, a elección. El pelo recogido es más cómodo. Y por supuesto, ropa de cambio para el final. En estos sitios suele haber zonas de ducha. Allí, nos quitamos toda la ropa sucia (bolsas de plástico imprescindibles, para guardar la ropa llena de barro), nos medio lavamos con el agua que estaba un poco fría, yo me lleve hasta toallitas húmedas para limpiarme bien antes de llegar a casa y nos vestimos para poder volver sin mancharlo todo. También es importante que la ropa que uses no sea nueva. Primero, por las rozaduras que te puede hacer el calzado. Y segundo, porque es bastante probable que algo se te rompa. En las zonas de las duchas vimos mucha ropa y calzado tirado en los cubos de basura. Y vete preparado para las pequeñas heridas y los moratones. Allí hay un puesto de socorro por si necesitas atención. Esta claro que no sales indemne de estas cosas. Pero esos hematomas, esos arañazos, esas agujetas al día siguiente, ese cansancio, son una prueba más de que podemos superarnos a nosotros mismos, una prueba de que si se quiere se puede, de que podemos sacar a la guerrera que llevamos dentro.

Farinato 5K

En conclusión, una experiencia única que estoy deseando repetir, ya tengo en la agenda distintas carreras de este estilo que va a haber próximamente. Me siento feliz, siento que he avanzado un pasito más en mi vida, en la que no tengo fijada una meta, pero de la que quiero disfrutar del trayecto. #yonomerindo

He vuelto a escribir

¡Hola a todos!¡Cuánto tiempo!

Llevo meses desconectada del blog y de las redes sociales, alguna pequeña publicación en Facebook o en Instagram de vez en cuando, pero poco más. Hoy me he conectado al blog y he visto que llevo sin publicar nada desde el verano, pero han pasado tantas cosas desde entonces…

Hacer un resumen de estos meses va a resultar un poco complicado, aunque lo intentaré.

He tenido y sigo teniendo unos problemas en casa de los que me encantaría hablar, pero no puedo. ¡Cuántas noches de desesperación he tenido ganas de sentarme y ponerme a escribir mis penas y dificultades, desahogarme contándolo todo! Pero no puedo, me han recomendado que mejor no hable de esto en público, por aquello de que nos conocen y quizás, ahora o en un futuro, pueda tener alguna repercusión. Pero estoy pasando unos momentos bastante complicados. Tanto, que la psiquiatra me ha puesto antidepresivos y ansiolíticos. Pero bueno, gracias a la medicación, las sesiones con la psicóloga, la familia y los amigos con los que puedo contar y alguna otra institución implicada, voy llevándolo cómo puedo, y esperando que las cosas se solucionen pronto.

Por otro lado, hace meses volví a cambiar en el trabajo, más bien, me cambiaron. Me cambiaron de servicio y de horario. Al principio, tener que trabajar por las tardes me hizo derrumbarme un poco. Y, además, en la planta de hospitalización de oncología. Cuando me dieron la noticia del cambio lo llevé bastante mal, ¿cómo iba a apañarme con los niños si tenía que trabajar de tarde? ¿Me iba a gustar el servicio? Pues bueno, después de los primeros días, en que cuesta adaptarse a los cambios, me encantó. Tanto es así, que tras un mes en horario de tarde en onco, me propusieron volver a mi antiguo servicio y lo rechacé. Ya llevo varios meses trabajando aquí y me encanta. Sé que, para mucha gente, sobre todo personas que no trabajan en el ámbito de la salud, es difícil de entender que se pueda trabajar con personas que están muy enfermas y muchas de ellas, en las últimas etapas de sus vidas. Es duro, está claro y hay personas que duelen más que otras, la gente joven, las personas con un carisma que te hacen quererlas desde el primer momento, tener que perderlas cuesta y a veces te vas a tu casa con la pena. Pero también me voy a casa reconfortada, con la seguridad del trabajo bien hecho, con la tranquilidad de saber que he podido acompañar a los pacientes y a sus familias en unos momentos duros, saber que no han sufrido, que las he reconfortado, que he hecho todo para minimizar el trauma. Es increíble cómo la gente agradece los pequeños gestos en estos duros momentos. Y eso te hace valorar la vida un poquito más, las pequeñas cosas, los pequeños momentos. Me encanta mi trabajo, me encanta ser enfermera y ayudar a la gente. Sigo con la reducción de jornada, así que intento trabajar festivos, fines de semana y noches, para poder dejar a Sara en casa de los abuelos esos ratos, pero luego poder disfrutar de ella el resto del día o del fin de semana. Indudablemente, preferiría trabajar por la mañana, pero de momento, no llevo mal el horario ni ella tampoco. Estoy muy feliz en el terreno laboral, me encanta ir a trabajar.

Resumen de mi estudio para las oposiciones

Y siguiendo con el tema trabajo y horario, están las oposiciones. Uf, madre mía, qué desanimada estoy. Me apunté a la academia, que, por cierto, me costó un dineral, con muchas ganas de estudiar y de prepararme. Pero según iban pasando los meses, me fui desinflando. Quizás es por la rabia de saber que, para aprobar una oposición de enfermería, pesan más conocimientos que nada tienen que ver con la profesión que la propia experiencia. Es cierto que dentro del ámbito de la salud hay distintas disciplinas. Es cierto que hay enfermeras que no ejercen de cuidadoras, si no de investigadoras, de directivas, de estadistas, de estudiosas. Las respeto, evidentemente y si les gusta su trabajo, las admiro por ello. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de las enfermeras trabajamos de cara al cuidado directo del paciente. Según los últimos estudios y datos de anteriores oposiciones de enfermera, los temas que más peso han tenido en otros exámenes y que más interesa dominar para aprobar estas son: investigación, metodología enfermera, gestión, planificación, calidad, atención primaria, ética y legislación, demografía… Y en cambio, temas reales de la enfermera, como técnicas de enfermería, cuidados del anciano, del recién nacido, digestivo, ginecología, urgencias, infecciosas…van disminuyendo su importancia. Así que cuando empecé a ir a la academia y a hacer simulacros de anteriores exámenes, en los que la mayoría de las preguntas tenían que ver con temas que nunca había usado, que me resultaban complicados y desconocidos, y en cambio, temas reales del día a día, conocimientos necesarios para prestar un buen cuidado a nuestros pacientes casi no se tenían en cuenta, me fui decayendo. Me cuesta entender que se valore más este tipo de conocimientos para una oposición general de enfermería que la propia experiencia o el conocimiento innato de la profesión. Así que poco a poco, lo he ido dejando, he ido aparcando el estudio de algo que no me gusta y no me entra por otras cosas más importantes que hacer. Sé que es un error, que después de tantos años trabajando tengo muchas posibilidades de sacar la plaza, pero mentalmente no me veo preparada. Quedan un par de meses para el examen y como no me entre una neura a última hora, que por otro lado será absurdo, no creo que haga mucho.

He vuelto a retomar el deporte, que había aparcado un poco por estudiar. Bueno, nunca lo dejé del todo, pero ahora llevo unos meses más en forma que nunca, voy al gimnasio dos o tres veces por semana e intento salir a correr al menos un día. Incluso me he apuntado a una carrera de obstáculos en abril, ya os contaré. Hacer ejercicio físico me resulta estimulante, me despeja, además de los beneficios que tiene para la salud.

En diciembre se me estropeó el coche, una avería gorda de esas de 1000€ la reparación. Le di muchas vueltas a gastarme tanto dinero en un coche más o menos antiguo y al final, me lie la manta a la cabeza y el día de Nochebuena estrené coche nuevo. Uno bastante más pequeño, antes tenía un monovolumen de 7 plazas, pero siendo sincera conmigo misma, ya no necesito tanto coche, al final, el 99% de las veces vamos Sara y yo solas. Así que ahora tengo uno muy mono, con todos los extras y seguridades del mercado y tanto Sara como yo estamos contentísimas. 

Los niños se siguen haciendo mayores, Lucas tiene 17 años y Sara 7, el otro día fue su cumple, en unos días os cuento la fiesta. Y bueno, ellos crecen y el resto también, que yo cumplí 44 hace unos meses.

Ah, y una cosa emocionante. El 5 de mayo nos vamos de viaje a Disneyland Paris. Mi hermana y yo con las dos niñas. Podéis imaginar cómo estamos de emocionadas las 4, no sé si estamos más contentas las niñas o las mayores, jeje. Tenemos el viaje contratado desde noviembre y vamos contando los días que faltan. Ya están todos los preparativos, sólo queda que llegue y disfrutar. Ya os lo contaré también.

Las circunstancias de la vida me han enseñado a vivir el momento. Por eso disfruto cada día todo lo que puedo. Intento hacer muchas cosas de ocio con Sara. Salimos, vamos a conciertos, a teatros, a correr o montar en bici. Lo de Disneyland es un desembolso grande, pero la verdad es que, desde noviembre, pagando poco a poco cada mes, se hace llevadero.

El musical El Mago de Oz en el Teatro Maravillas es altamente recomendable

También salgo bastante más que antes, a cenar y a disfrutar con las amigas. Algunos días de diario, cuando Sara ya está dormida y su hermano está en casa para hacer de canguro, me lo dedico a mi. Es importante tener tiempo para una misma y compartirlo con las amigas se vuelve indispensable. Hablar con otras mujeres, compartir momentos ante una taza de café por las mañanas o ante una cena, te da otra perspectiva de la vida, te hace sonreír. Las amigas son esas personas con las que puedes contar en los buenos y en los malos momentos y la amistad hay que cuidarla.  Aunque no hay tiempo para hacer todo lo que me gustaría, intento mantener esas amistades que llevan ahí toda la vida, amigas del instituto a las que veo menos de lo que me gustaría. Y cultivar amistades nuevas, por supuesto. Y cuando puedo, viajo. En enero estuve en Tenerife y hasta tuve suerte con el tiempo y pude ir un día a la playa.

Seguro que me quedan cosas en el tintero de estos meses, pero así, en resumen, es lo más importante. Me gustaría retomar algo de tiempo para el blog, para seguir contando cosas de mi día a día, de mis preocupaciones e inquietudes, a ver si saco tiempo. De momento, prometo hablar del cumple de Sara en unos días.

Muchas gracias a todos y a todas por estar ahí, por seguir compartiendo publicaciones del blog, por seguir leyendo cosas que publiqué hace mucho tiempo. Me hace muchísima ilusión cuando veo que alguna de mis publicaciones sigue activa, cuando alguna persona me escribe para decirme que me echa de menos, gracias a todos por estar ahí. Besazos.

Cómo hacer una máscara con escayola

Hace un par de semanas, un domingo de esos caseros, en los que no sabes qué hacer, me acordé de una manualidad que había hecho yo en clase de plástica cuando iba al colegio. Hicimos una máscara de escayola. Recuerdo que fue muy divertido, entre otras cosas porque usamos la escayola para algo más y escayolamos el brazo de una amiga de clase, que le dio un susto tremendo a su madre cuando vino al cole a recogerla… Pero trastadas a parte, ese fue un buen día y quise recordarlo con Sara.

Le propuse hacer una máscara con la forma de su cara, a lo que accedió enseguida. Y aunque no nos ha quedado tan bien como esperaba, la práctica ha abierto la puerta a futuras posibilidades (y a otra manualidad que hemos hecho este miércoles por la mañana, también con escayola). Yo tenía varias vendas por casa, pero creo que en las tiendas de manualidades y en las de suministros médicos, podéis encontrarla sin problema.

MATERIAL

·         Crema hidratante

·         Venda de algodón (en su defecto, en el cole usamos papel de periódico)

·         Venda de escayola

·         Tijera

·         Barreño con agua

·         Guantes

·         Ropa vieja

·         Acuarelas

Material para máscara de escayolaAntes de empezar, decidimos que el sitio elegido para manipular la escayola sería el baño, porque os aseguro por experiencia que mancha. El polvo seco de la escayola cae por todos lados y una vez mojada, mancha bastante. Así que para manchar menos y que Sara estuviese cómoda, vestida con ropa vieja se metió dentro de la bañera, para estar tumbada y con la cara hacia arriba.

MÉTODO

·         Recoger el pelo, poner mucha crema hidratante en la cara y cubrir la cara con venda de algodón, dejando libre la boca, la nariz y los ojos.

·         Cortar tiras de venda de escayola de distintas medidas, de 5, 10 y 20 cm más o menos. Las tiras más largas podemos colocarlas en la cara de arriba abajo y las más cortas las usaremos para rematar pequeñas zonas.

·         Mojar la tira de venda según vayamos a usarla en el agua del barreño y aplicar en la cara. Una vez colocada, con los dedos la alisaremos, para extender bien la escayola. Repetir el procedimiento por toda la cara, apretando bien con los dedos para dar la forma adecuada de la nariz, los pómulos, la forma de los labios, con cuidado de no tapar las fosas nasales, ojos ni boca. Superponer varias capas.

·         Una vez tengamos lista la máscara, la separamos de la cara, metiendo los dedos por debajo de la venda de algodón y la dejamos secar durante varias horas, para que endurezca.

·         Cuando ya esté seca y dura, con una lima y las tijeras, quitamos bordes y suavizamos las zonas más duras. Terminamos de arreglar la zona de los ojos, nariz y boca.

·         Usar las acuarelas para que los niños la coloreen de la forma que les apetezca, a fin de cuentas, es una máscara de su cara.

 

 

Trolls, la felicidad de colores

trollsDesde que vimos el tráiler de la película Trolls, tenía claro que esa película no podíamos perdérnosla. Y menos mal, porque hemos salido encantadas del cine. Escuchar a Justin Timberlake cantando Can´t stop the feeling (hace un par de meses que es mi tono de llamada del teléfono) era un reclamo muy poderoso. Y es que no sólo su canción suena en la cinta, Timberlake es además el productor ejecutivo de la banda sonora, todo un acierto, sin duda. Canciones como September, Move your feet, The sound of Silence… (versionadas alguna de ellas, para adaptarse a la película), te harán mover los pies si te gusta tanto la música como a mí. Trolls es el primer musical de DreamWorks.

Me encanta este vídeo, con los actores de la película. Gwen Stefani y yo compartimos gusto por ir cantando en el coche 😉
En la película, los Bergens, unos bichos malos que son feos a más no poder, celebran cada año una fiesta en la que el menú principal son los Trolls. Pero ellos escapan y viven felices durante muchos años, liderados por Poppy, una risueña princesa. La vida de todos los Trolls gira en torno a tres cosas: cantar, bailar y darse abrazos cada media hora. Y así son felices, la felicidad en estado puro. Positivos, optimistas, coloridos, con unas melenas que ya las quisiera yo para mí y que, además, no solo sirven para estar monísimos, sino que tienen infinidad de usos.

Hasta que los Bergens aparecen de nuevo y se llevan a unos cuantos miembros. Poppy pide ayuda entonces a Branch, un Troll arisco y asustadizo que vive en un bunker y que hace años perdió sus colores; ahora está gris y apagado y no soporta la felicidad contagiosa de Poppy. Juntos emprenderán el camino hacia la ciudad de los Bergens para rescatar a sus amigos, viviendo muchas aventuras y sin dejar de cantar en ningún momento.Trolls

Una película muy recomendada, con la que moverás los pies en la butaca del cine. Una cinta en la que comprendemos que “la felicidad está dentro de todos nosotros, solo necesitas que alguien te ayude a encontrarla”. Optimismo y felicidad en estado puro.

Visita a la Casa Museo del Ratoncito Pérez

En pleno centro de Madrid, en la calle Arenal, está la casa del ratón más querido de los niños, el Ratoncito Pérez. Esta casa museo está abierta al público para disfrute de los más pequeños.

La historia cuenta que el jesuita Luis Coloma escribió la historia del Ratón Pérez para el niño-rey Alfonso XIII. Según su historia, el Ratón Pérez vivía con su familia en la Calle Arenal 8, y allí se instaló una placa y se encuentra el museo, en la primera planta.

La entrada es en grupos reducidos y sólo puede comprarse allí en persona. Con un precio de 3€, cuando la adquieres te ofrecen los horarios de los siguientes pases, con lo que si vas un día de mucha afluencia, como el sábado que fuimos nosotras, tienes tiempo de dar una vuelta por el centro. Aunque la verdad es que había oído que había mucha gente, cuando fuimos nosotras sólo tuvimos que esperar unos 40 minutos hasta el siguiente pase disponible.Ratoncito Pérez

Una vez en el museo, está prohibido tomar fotos. Entras en una estancia mágica, detenida en el tiempo, llena de imágenes, dibujos, grabados, libros y hasta pequeños dientes repartidos por aquí y por allá. Como es un museo pensado para niños, la historia está contada adaptada a sus oídos. Todos los peques quedaron enganchados a la narración de la historia. Con 4 años, Sara salió muy contenta. Antes de esa edad, es bastante probable que no se enteren de mucho. Lo ideal sería llevar a niños de 5-8 años, que están en pleno proceso de cambio de dientes.

La Casa Museo del Ratón Pérez tiene también una casa a escala de este ratón y su familia. Los niños disfrutarán buscando al ratoncito, que parece ser que se esconde por allí, por algún agujero en la pared.

Y para terminar el recorrido, de una media hora, salimos a una pequeña tienda de recuerdo, donde poder comprar alguna cosa relacionada con el ratoncito.

Una visita totalmente recomendable para un día en el centro de Madrid. Los peques la disfrutarán mucho. Antes de ir, recuerda comprobar en la web los horarios del museo.

Nuestro verano con familias singles

Llegó el verano y la hora de pensar en las vacaciones. Como en años anteriores, no me atraía la idea de irme sola con los niños a un hotel, donde el mayor haría amigos rápidamente y la pequeña y yo estaríamos prácticamente solas todo el día, sin entablar conversación con adultos. Después de mis Vacaciones con un grupo de familias monoparentales en Semana Santa y lo contentos que vinimos todos, no dudé ni un momento. Este año, las vacaciones de verano serían con un grupo de estos.

Así que desde el momento en el que supe cuándo tendría vacaciones, me puse a buscar destino. Investigando por la red, cada vez hay más empresas que se dedican a este tipo de viajes, es obvio que es un mercado cada vez mayor y hay un buen mercado. Para mí, lo fundamental antes de contratar el viaje era pensar que mis hijos lo pasarían bien. Al haber 10 años de diferencia, encontrar algo que encajase con los dos no era fácil. Pero en la web Viaja Con Tu Hijo me lo pusieron fácil. Esta empresa se dedica única y exclusivamente a los viajes de familias monoparentales, no hacen otro tipo de viaje. Tienen una amplia experiencia y opiniones muy positivas. Además, la variedad de viajes y destinos era muy amplia, por lo que decidir me costó un poco. Teniendo claras las fechas en las que podía viajar, contacté directamente con ellos, pidiendo algo que se adaptase a la edad de los dos niños.VCTH

De entre toda la variedad, el destino que más se adaptaba era el Especial Verano en el Mar Menor, ya que había niños apuntados desde los 4 hasta los 14 años, justo el rango de edad de los míos. Y de ahí hemos regresado hace sólo unos días.

A diferencia del viaje anterior, en VCTH están muy especializados en niños y entienden que los padres, además de querer disfrutar de las vacaciones con nuestros hijos, también necesitamos algún momento de relax. Así que me sorprendió muchísimo que muchos días, además de las actividades que teníamos, había un rato de actividades para los niños con los monitores. Y Sara, que yo pensaba que no querría separarse de mí en ningún momento, se iba encantada con los monitores y volvía más encantada todavía.

En esta semana de vacaciones, hemos tenido tiempo de todo, aunque poco tiempo para descansar. El viaje está pensado para que no te aburras ni un momento. Hemos hecho un montón de excursiones, disfrutado de la playa y de la piscina. Y lo mejor de todo hemos hecho un montón de amigos. Que es lo que importa en viajes como este.

En total éramos más de 20 padres y madres con sus respectivos hijos. El primer día, nos invitaron a todos a un mojito de presentación en el bar del hotel, mientras los monitores hacían juegos con los niños en la playa. De ese modo, todos sentados en una larga mesa, empezamos a interactuar con el resto de los adultos y a forjar amistades.VCTH

¡Qué decir! ¡Que volver ha sido una pena! Han sido unos días maravillosos, en compañía de unas personas encantadoras. Lucas ha hecho muchos amigos y lo ha pasado genial, y Sara se llevaba bien con todo el mundo, normalmente con niños y niñas un poco más mayores, con los que ha jugado hasta la saciedad. Yo he tenido la oportunidad de conocer a gente de esa que no te esperas que exista, personas que llegan en un momento a tu vida y parece que conocieras desde siempre. Los monitores, muy atentos siempre, tanto de los más pequeños (confieso que cada vez que se llevaban a los peques fuera del hotel durante hora y media, estaba angustiada porque Sara era de las más pequeñas, pero me tranquilizaban porque estaban muy pendientes de ella), como intentando que los adultos pasáramos momentos divertidos.

Han sido unas vacaciones inolvidables para los 3. Y después de este verano, tengo claro que no volveré a viajar sola con los niños sabiendo que hay posibilidad de pasarlo así de bien en compañía de más gente.

Hemos visto Mi Amigo el Gigante

Como buena devoradora de libros desde mi más tierna infancia, guardo gratos recuerdos de Roald Dahl y su Charlie y la Fábrica de Chocolate y Charlie y el Gran Ascensor de Cristal, libros que aún conservo.

Por otro lado, Steven Spielberg ha emocionado muchos momentos de mi vida con películas como Encuentros en la Tercera Fase, Indiana Jones, Los Gremlins, Los Goonies, Parque Jurásico y por supuesto, ET el Extraterrestre.

Así que evidentemente, no podía perderme la unión de ambos en Mi Amigo el Gigante, basada en el libro El Gigante Bonachón, que se ha estrenado este viernes 8 de Julio. Y particularmente, no me ha defraudado.

No soy crítica de cine, ni mucho menos, no sé valorar si una película es buena o mala en cuestión de dirección, de calidad de imagen o de detalles de puesta en escena. Principalmente, valoro una película por lo que me hace sentir, y por lo que hizo sentir a mi hija pequeña, en este caso.

La película es un cuento bonito estilo Charlie o ET, en el que un niño teje una bonita amistad con alguien diferente. El gigante es un trozo de pan, detalles que se muestran en esa cara fea  y expresiva que tiene, que sabe expresar muy bien la bondad. Tiene momentos divertidos, aunque no muchos, momentos muy dulces y emotivos y algún amago de acción. Conmueve la amistad de la niña con el gigante y lo que las cosas que se pueden hacer por esa amistad. A mi hija le gustó bastante y estuvo casi todo el rato pegada a la silla, comentando escenas de la película. Aunque es cierto que en un momento de la película, esta se vuelve un poco lenta y puede llegar a “cansar”.

Observé que varias personas abandonaban el cine a mitad de la película; evidentemente, hay opiniones para todos los gustos, y lo que a mí me puede resultar encantador, a otro le puede resultar cansino.Mi amigo el Gigante

La fantasía, la inocencia de la infancia, una historia familiar y emotiva para compartir con nuestros hijos pequeños y dejarnos llevar un rato por la magia de Spilberg.

 

Buscando a Dory: las aventuras en el mar continúan

Confieso que me encanta Nemo y confieso que desde que anunciaron el estreno de Buscando a Dory, contaba los días para que llegase. Y es que Buscando a Nemo es una de nuestras películas favoritas. Nemo llegó a nuestra casa cuando Lucas tenía poco más de un año y desde entonces la hemos visto incontables veces. En aquella época, incluso tuvimos varios muñecos de la película. Durante una larga temporada, fue la película favorita de Lucas, teníamos que verla cada día. Luego el tiempo pasó y Nemo quedó un poco de lado…hasta que Sara volvió a hacerla su película favorita. No sé la cantidad de veces que la habrá visto.Buscando a Dory

La primera vez que vimos el tráiler de Buscando a Dory, Sara saltó emocionada en la butaca del cine. Y decidimos que iríamos a verla nada más estrenarla. Así ha sido. Y no nos ha defraudado, hemos salido encantadas. Ahora me pregunta cuando la vamos a tener en casa para poder volver a verla.Buscando a Dory

Si en buscando a Nemo, Marlin se cruzaba el océano acompañado de Dory para encontrar a su hijo Nemo, en esta ocasión serán Nemo y Marlin los que tendrán que buscar a Dory, que en uno de sus pequeños momentos de recuperación de la memoria, recuerda que una vez tuvo una familia y sale a buscarla. Una historia bastante similar a la primera entrega, que volverá a encandilar a mayores y pequeños.

En esta aventura veremos a algún antiguo conocido, como Crush, la tortuga marina o al Maestro Raya. Y conoceremos a muchos personajes nuevos y encantadores como Destiny, la ballena amiga de Dory con la que aprendió a hablar balleno en su infancia, o a Hank, un pulpo un poco gruñón que crea más de una situación cómica.Buscando a Dory Hank

Tierna, con un punto triste, divertido, trepidante, conmovedor, con intriga, delirante, llena de color, de amistad, de compañerismo, esta nueva película de Disney lo tiene todo para ser una de las favoritas de la temporada. La Dory bebé es taaaaan tierna que se nos escapó algún ohhhh durante la película. Y se nos escaparon muchas sonrisas y carcajadas.Buscando a Dory

Antes de empezar, un corto de esos de Pixar inolvidable, con una cría de pajarillo que se acerca por primera vez a la orilla del mar a buscar comida. Y al finalizar, no te levantes rápido del asiento si quieres disfrutar un poco más. Recomendada totalmente, no puedes dejar de verla, da lo mismo la edad que tengan tus hijos, os va a encantar a todos seguro.

Moda a precios bajos en The Style Outlets

¿A quién no le gusta vestir bien, a la moda y por poco dinero? A mí sí, desde luego y por eso adoro The Style Outlets. The Style Outlets son centros comerciales que reúnen multitud de tiendas de marcas con ropa a un precio muy por debajo de lo normal, con descuentos de entre el 30 y el 70%. Tienen 3 centros en Madrid, uno en Sevilla y otro en Coruña. Y además de los precios siempre rebajados, también tienen rebajas y promociones especiales. Ya hace 20 años que abrieron su primera tienda en Las Rozas.

Yo hace años que voy al centro que tienen en Getafe y siempre encuentro gangas. El calzado de la niña, por ejemplo, lo suelo comprar en la tienda Chicco. Y al mayor le encanta entrar en las tiendas de deporte y de ropa urbana y moderna.

The Style Outlets

The Style Outlets

Este domingo pasamos allí la mañana, junto a Madresfera y muchas blogueras, para comprobar cómo podemos estar a la moda por muy poco. Y es que los consejos de moda siempre vienen bien.The Style Outlets

El color del verano es el rosa cuarzo. También se llevan mucho las rayas en la prenda entera. Casualmente, hace unos días me compré un mono corto de rayas con el que me siento fantásticamente y además, voy a la última. No puede faltar en nuestro armario una cazadora tipo bomber y las típicas alpargatas. A la hora del baño, para estar guapas y estilizadas, nada mejor que un bañador. Los hay tan bonitos. Y de nuevo, he acertado. Esta año decidí aparcar los bikinis y me he comprado varios bañadores, a cual más bonito, con los que me siento muy cómoda. Fíjate que los únicos bañadores que he usado hasta ahora eran de tipo natación, de tiendas deportivas, bastante sosos. Pero este año los he cambiado por bañadores coloridos y atrevidos. Ya sabes, si quieres acertar en la piscina, un bañador. Y todas estas prendas de moda las puedes encontrar en The Style Outlets a un precio muy asequible.

Mientras las mamás aprendíamos de moda, los peques se divirtieron en un espacio pensado para ellos, con un desayuno delicioso y multitud de actividades. Estos niños siempre se lo pasan bomba.The Style Outlets

Por supuesto, ya que estábamos allí, no podíamos irnos sin dar una vuelta y comprar alguna cosa que nos hacía falta. Para que veas lo que se optimiza el dinero, por menos de 50€ compré una camiseta de tirantes, un cinturón, unos pantalones cortos y una bolsa de deporte.

Desde luego, en Septiembre, para preparar la vuelta al cole, volveremos a pasarnos por allí, para comprar ahorrando.

Vacaciones de verano y conciliación familiar

Ya está aquí, ya llegó, la patrulla…. ¡ah no! Que lo que llegó son las vacaciones de verano. Y la desconciliación familiar. Porque vamos, los meses de verano, por lo general, son muy difíciles para los padres.

¿Cuál es la solución? Evidentemente, bajo mi punto de vista, la conciliación no es dejar a los niños más horas, más días, más tiempo en el colegio, como promueven algunos políticos…Nooo, la conciliación sería flexibilidad horaria en el trabajo de los padres para poder estar más rato con sus hijos, no aparcar a los niños más horas fuera de casa. Porque los  pobres ya tienen bastante con lo suyo. No olvidemos que son niños y la principal preocupación de los niños debería ser jugar y divertirse, no someterles a jornadas maratonianas de clase, deberes y actividades extraescolares. Ya desde bien pequeños, lo sometemos a horarios estrictos para “prepararles” para la edad adulta. Y la verdad, esto no necesita preparación.

La infancia pasa muy, muy deprisa. Un día tienes un bebé recién nacido en brazos, de pronto te das cuenta que ese bebé ha empezado el colegio y cada vez pide más independencia, aunque todo el mundo vaticinara desde su nacimiento que tanto apego y tanto brazo le iba a hacer dependiente, y a la vuelta de la esquina está el instituto. Esta sociedad tiene tanta prisa por hacer crecer a los niños, por quemar etapas, que no aprovechamos al máximo el tiempo con ellos y luego nos arrepentimos y lo echamos de menos.

Y llegan las vacaciones. Hoy es el primer día de unas vacaciones de dos meses y medio. Muchos padres dirán que son muchas vacaciones, pero en realidad es porque no saben qué hacer con los niños tanto tiempo. ¿No recuerdas tu infancia y aquellas vacaciones infinitas? A nosotros no nos parecían mucho, ¿a qué no? Pues a nuestros hijos tampoco, el verano ofrece múltiples posibilidades. Y las necesitan. Como ya he dicho, durante el curso los tenemos sometidos a horarios matadores y están cansados, hecho que se acentúa con el calor del verano. Las dos últimas semanas de colegio de Sara han sido las más difíciles; estaba cansadísima, no había quien la despertase por las mañanas, se quedaba dormida en el sofá después de comer, subirse a casa a cenar y acostarse temprano habiendo tanto sol era un suplicio… Menos mal que ya se han acabado las prisas, la cuestión es ¿qué hacemos ahora? ¿Y cómo se concilia en verano?

Mis hijos se llevan 10 años y no tienen las mismas necesidades, claro está. El mayor cada vez es más independiente, él mismo me pide hacer cosas que hace algunos años no se me habrían pasado por la cabeza. Él no quiere quedarse en casa todo el verano, aburrido. Así que se va de viaje, de campamento. Por suerte, en el ayuntamiento de nuestra ciudad ofrecen un montón de soluciones para niños mayores, a partir de 12 años y a unos precios más que asequibles. Actividades a las que él se apunta encantado, deportes, playa, diversión, conocer gente nueva y estar fuera de casa… ¿qué más se puede pedir? Este año se va a Benicassim, a Murcia y a hacer un recorrido por parques temáticos. Se ha ido esta mañana temprano y  hasta el 15 de julio casi no le voy a ver el pelo. Hace unos cuantos años, antes de que naciera Sara, le apuntaba a campamentos urbanos. La conciliación no existe y no me quedaba más remedio. El pobre tenía que madrugar, iba a un colegio a jugar y a hacer actividades, pero no dejaba de ser una obligación más y no salía hasta después de comer.

¿Y la pequeña? Sólo tiene 4 años y aunque con Lucas tuve que hacerlo, tuve que dejarle varios meses de Julio aparcado en un sustituto del colegio, con Sara no estoy dispuesta. Y por suerte, porque diré que tengo mucha suerte, me puedo apañar bien para intentar conciliar trabajo y verano. Eso sí, haciendo un esfuerzo económico importante. Pero es que si lo piensas bien, a mí me merece la pena.Verano

Tengo reducción de jornada, media jornada para ser exactos. Y medio sueldo, claro está. Hay que apretarse el cinturón, pero lo que me ahorro en campamentos, comedores y actividades extraescolares me compensa y la cantidad de días que estoy con ella, compensa más. Como la mayoría de los trabajadores, tengo un mes de vacaciones. Con la reducción de jornada, trabajo medio mes, con lo que juntando días, al final tengo dos meses de vacaciones. El medio mes de vacaciones que me queda por conciliar he intentado ponerlo en días sueltos y jornadas de noches, para molestar lo menos posible a los niños.

En mi trabajo, las reducciones de jornada, sobre todo en los meses de verano, son muy comunes. Implican reducción de sueldo, pero a mí me parece una buena opción para conciliar y disfrutar del verano junto a nuestros hijos. Y tú, ¿cómo te apañas con los niños en verano?

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