No hay mejor lugar que los brazos de mamá

Querido lector, si estás esperando leer algo relacionado con la crianza, el porteo o la lactancia, ya te aviso que no voy a hablar de nada de eso y puedes dejar de leer tranquilamente. Por el contrario, si vives en pareja, estéis legalizados o no, o si conoces a alguien que viva en pareja sin estar casado, te interesa seguir leyendo.

Hace unos años, Jose y yo decidimos formalizar nuestra unión. Como yo ya había estado casada y no me había ido muy bien, decidimos informarnos sobre las parejas de hecho. Preguntamos un poco y nos dijeron que al inscribirnos como pareja de hecho, tendríamos casi los mismos derechos y deberes que los matrimonios, excepto que no podríamos hacer la declaración de la renta de forma conjunta. También nos dejamos aconsejar por otras parejas, que nos decían que era lo mismo que estar casado, que a efectos legales era lo mismo… Como conocíamos a varias parejas que se habían formalizado de esta manera, nos pareció correcto y así lo hicimos. Nos informamos en el ayuntamiento, llevamos los papeles que nos requerían y firmamos con unos testigos. Hasta nos dieron 15 días por matrimonio en el trabajo y nos fuimos de luna de miel. Y ahí quedó todo, no volvimos a pensar en el tema….hasta ahora.

Ahora, me estoy dando cuenta de la cantidad de diferencias que existen entre estar casados y ser pareja de hecho, y ya no te cuento si sólo vives en pareja, entonces, no hay nada que hacer. En España, lo único que sirve legalmente, a todos los efectos, es el matrimonio. Así de claro.

Después de la muerte de Jose, además de lidiar con el dolor, con la pérdida, con los sentimientos, me veo envuelta en un sinfín de papeleos, porque morirse no es fácil, ni barato, aunque de eso lo mismo hablo en otro momento. Pero bueno, voy a lo que de verdad importa, la mentira que significa ser pareja de hecho.

En primer lugar, después de unos cuantos trámites, he tenido que ir a un notario a gestionar la herencia de Jose. Resulta que no tenía testamento, claro, yo tampoco, con 40 años, a ninguno se nos pasa por la cabeza que podamos fallecer. Parece un tema del que no nos gusta hablar, algo que dejamos para más adelante, y luego, puede resultar demasiado tarde.

El testamento se realiza en una notaría, con el DNI y en un momento. Cuesta unos 40€. Os pueden informar de las diversas maneras que hay de hacerlo, pero por lo general, se suele dejar al cónyuge superviviente toda la herencia en usufructo y después, cuando el otro fallezca, ya se reparte para los hijos. Si el fallecido no hubiera hecho testamento, sus bienes se reparten según la ley.

Y aquí me encuentro el problema número uno. Yo no soy nada. No tengo derecho a nada de nada. El notario me dijo que ser pareja de hecho, era papel mojado. Si hubiéramos estado casados, yo heredaría una parte. Si hubiera hecho testamento, yo heredaría una parte. Peroooo, no, nada de nada. Algunos pensareis que parezco una egoísta, mi marido ha muerto y yo pensando en herencias. Pero nada más lejos de la realidad. Hay que ser realistas, la vida, aunque dura, sigue, y mis hijos, necesitan todo lo que yo les pueda dar y más. Como teníamos una hija, según la ley, ella es la única heredera de todo. Todo lo que tenía mi marido es para ella. Eso me parece razonable, es lógico. Pero, si pensamos en el futuro, en mi otro hijo, en mi tesoro grande, el pobre sale perdiendo de todas, todas. El piso, ahora es la mitad mío y la mitad de Sara. Cuando yo me muera, Sara tendrá ¾ de piso y Lucas sólo ¼.  Y aunque yo ahora he hecho un testamento, para intentar que la repartición entre mis hijos sea más equitativa, Lucas siempre va a tener menos parte que su hermana. El padre de Lucas lleva años desaparecido, nunca pagó una pensión de alimentos y ni siquiera sabemos dónde vive, así que el día que fallezca, o no nos enteraremos o Lucas heredará sólo deudas, que es lo único que hacía su padre. Jose quería a Lucas como si fuera hijo suyo, aunque a efectos legales, nunca pudo adoptarlo ni tenerlo en acogimiento, pero si hubiésemos hecho testamento,  sé que habría puesto una parte para cada uno de los dos niños.

Ahora viene el segundo gran problema que me he encontrado por no estar casada y ser “solamente” pareja de hecho: La pensión de viudedad. ¡Ay amigos! Resulta que si estás casado, tienes que llevar 1 año casado para cobrar la pensión de viudedad, y si tienes hijos, entonces no hace falta cumplir ese requisito, basta con estar casados desde el día de antes. Da lo mismo el tiempo de convivencia que llevarais, da lo mismo el dinero que cobrase el difunto o el que cobre el superviviente, tienes derecho a la pensión de viudedad. En cambio, si solo eres pareja de hecho….los requisitos se vuelven enormes. Tienes que llevar 2 años inscrito legalmente como pareja de hecho; además, tienes que acreditar 5 años de convivencia ininterrumpida; y además, el cónyuge superviviente tiene que cobrar menos del 50% del total de los ingresos familiares, en caso de tener hijos; menos del 25% si no hay hijos. Vamos, que las cosas se ponen mucho más complicadas. Y en mi caso, se han complicado del todo. Nosotros llevábamos inscritos como pareja de hecho en el ayuntamiento algo más de 3 años, así que ese requisito estaba cubierto. El problema era el tiempo de convivencia anterior. Sí llevábamos más 5 años viviendo juntos, el problema es que Jose se vino a vivir conmigo a la casa donde yo ya vivía con Lucas desde hacía unos años. Por lo que todos los papeles, facturas y demás del otro piso estaban a mi nombre. Él no se empadronó en esa casa, porque estaba apuntado en una lista para unos pisos de protección oficial en Madrid capital, y queríamos que siguiera, por si acaso había suerte y nos tocaba. Vivíamos de alquiler y nos parecía tirar el dinero, así que esperábamos poder comprarnos un piso juntos. Y bueno, que no había constancia de que viviese allí, hasta unos meses después, que empezó a ir al dentista y le hicieron facturas. El caso, es que en el INSS, sólo han podido constatar una convivencia de 4 años y 10 meses….y ¡¡me deniegan la pensión por falta de 2 meses!! Por más que he presentado declaraciones juradas de vecinos y amigos que acreditan que sí vivíamos juntos, por más que he presentado la fecha en la que abrimos juntos una cuenta en el banco, por más que les he recordado que para hacernos pareja de hecho, un requisito era llevar 2 años de convivencia, más los 3 de pareja de hecho ya son 5….( en cada Comunidad Autónoma creo que los requisitos pueden ser distintos). Ellos no quieren admitir esas pruebas. Y ahí no acaba todo. He tenido que presentar declaraciones de la renta, nóminas y de todo, para ver lo que ganábamos. Como el año pasado yo estuve de excedencia unos meses, gané menos que Jose, pero este año, mirando las nóminas, he tenido que hacer una previsión de lo que ganaré al final del año, de ese modo calculan y ven que no gano menos del 50% de las ganancias totales. Vamos, que por un lado y por otro, me han denegado la pensión. Por no estar casados. Por ser pareja de hecho.

No se vayan todavía, aún hay más. Alguien me comentó que podía ser familia numerosa, por tener dos hijos a mí cago. Así que decidí investigarlo, porque ser familia numerosa puede tener alguna ventaja. Y de nuevo, me he topado con un muro insalvable, la tercera en la frente. Si eres viuda, madre de dos hijos, te conceden el título de familia numerosa. Pero, ¡oh sorpresa! Yo no soy viuda. Sólo soy madre soltera, porque al no estar casada, al ser pareja de hecho, mi estado civil no cambia tras la defunción de mi marido, y a una madre soltera, con dos hijos, no le conceden el título de familia numerosa.

Hace unas semanas, cuando Jose falleció, publiqué una carta que le había escrito. Algunas personas, después de leer lo frágil que puede ser la vida, me agradecieron lo que había escrito, pues les hizo darse cuenta de las cosas que tenemos y que a veces no valoramos. Pues bien, esto lo he escrito por el mismo motivo, para ayudar a las personas que se encuentren en la misma situación que estábamos nosotros. Entiendo que hay parejas que no quieren “formalizarse”, quizás pensando que si un día la pareja se rompe, no tendrán tantos problemas legales para separase. Pero las cosas no son tan fáciles, y menos cuando hay hijos. Si una pareja se rompe, si hay pertenencias comunes, habrá que repartirlas y en caso de no llegar a un acuerdo, al final acabará por medio un abogado. Y si hay hijos, hay que asegurarles una pensión de alimentos y un cuidado.

Las leyes son muy claras: “En relación con los hijos comunes: Durante la vigencia de la unión, se presume que ambos compañeros contribuyen al mantenimiento de los hijos comunes; tras la ruptura, los menores nacidos en familias formadas por parejas de hecho tendrán los mismos derechos que los hijos matrimoniales y así podrán reclamarse las correspondientes pensiones de alimentos. Las partes podrán pactar en qué cantidad debe contribuir el compañero que no quede en compañía de los menores, sin que en ningún pueda pactarse la renuncia a este derecho ni compensar el importe que por este concepto pueda corresponder con las deudas que existan entre los miembros de la pareja. Si las partes no logran pactar sobre la cantidad que se debe satisfacer en concepto de alimentos, el progenitor bajo cuya guardia y custodia queden los niños podrá reclamar que la pensión sea fijada por los juzgados. Por otro lado, por lo que respecta a la relación entre los compañeros, el ordenamiento jurídico y más concretamente el Código Civil no contempla la posibilidad de establecer judicialmente, tras la ruptura de la convivencia, una pensión de alimentos a favor de uno de los convivientes. Sin embargo, las propias parejas pueden pactar en documento público o privado el establecimiento de esta pensión de alimentos con efectos mientras dure la convivencia y aún después, su importe, su duración, etc. Así, si se hubiesen pactado, el beneficiario podrá reclamar su pago.”

 

De verdad, si vives en pareja, si tienes hijos, si quieres pararte un momento a pensar en el futuro, si ves que las cosas pueden cambiar en sólo un momento y complicarse realmente, si no te gustaría que tu familia tuviera que sufrir por el dinero en caso de que uno de los dos fallezca, cásate y haz testamento. No pienses en trivialidades del tipo, si la cosa no funciona, o no quiero firmar un papel porque la relación puede cambiar…. Sólo piensa, que un día cualquiera, a la vuelta de la esquina, puede haber un peligro acechando. Todos moriremos algún día, tarde o temprano, y qué mejor que dejar las cosas solucionadas para los que más queremos. Que no os pase como a mí, que ahora me encuentro con un montón de gastos y con un sueldo menos. Sólo he conseguido que a Sara le den una pensión de orfandad de poco más de ¡200€!. Como si con eso mi hija tuviera para vivir. Como si su padre no se hubiese pasado más de 20 años cotizando a la seguridad social, para cobrar una pensión en un futuro, y ahora que ya no la va a cobrar, lo lógico sería que esos años cotizados pudieran disfrutarlos su familia, que vamos a tener que pasar penurias para correr con todos los gastos.

09/06/2014 – EDITADO – Hace sólo unos días, me llamaron del INSS. Parece que están revisando de nuevo el expediente de la pensión de viudedad. Me han solicitado que aporte más documentación de la que ya aporté en su día, como declaraciones de la renta de años anteriores (aunque ya presenté los ingresos de ambos del 2013, que se supone que lo calculan por los ingresos del año anterior al fallecimiento) y la sentencia de divorcio de mi anterior matrimonio. Eso me hace tener un poco de esperanza en que quizás pueda haber una solución, porque de entrada la denegaron por falta de dos meses, por no admitir las declaraciones juradas de testigos. Si ahora quieren revisar nueva documentación, a lo mejor hay un poco de luz al final del tunel.

Hace unos días empecé a escribirte esta carta. Empezaba así: “Te escribo esta carta deseando que puedas leerla dentro de algún tiempo, esperando que el tiempo pase y deje todo esto en un horrible recuerdo. Mientras tanto, cada día te susurro cosas al oído. No sé si me oyes, pero espero que sí. Aunque quiero dejarlo por escrito, por si hablándote olvido algo o por si luego no lo recuerdas. El tiempo que tenemos para estar juntos es tan corto, que casi no me da tiempo a decirte todo lo que quiero.”

Por desgracia, he tenido que cambiar el inicio de la carta, porque ya nunca la leerás. Te has ido para siempre. Ahora eres una estrella en el cielo, de esas que tanto le gustan a Sara. Cada noche, cuando mire hacia arriba, una estrella brillante estará iluminando su vida. Cada vez que cantemos “¿estrellita dónde estás?”, le recordaré cómo la cantaba contigo. En estos momentos, quiero creer que tu luz no se ha apagado para siempre, que vives en nuestros corazones y que siempre nos cuidarás y nos vigilarás. Y no quiero que dejes de saber lo mucho que te queremos, por eso, por ti, va este agradecimiento.

GRACIAS por llegar a mi vida hace ya unos cuantos años y hacerme ver que existen personas buenas y maravillosas en el mundo. Tuviste paciencia, de esa tienes mucha, y con calma me hiciste recuperar la confianza perdida.

GRACIAS por querer a Lucas como si fuera hijo tuyo, por enseñarle a montar en bici, a construir figuras de Lego y a manejar el ordenador. Por jugar con él a tenis, por darle los abuelos, tíos y primos que le faltaban. Por querer compartir con él nuestro viaje de novios, llevarle al cine y hacer castillos de arena en la playa.

GRACIAS por ser mi mejor amigo, por ser la persona a la que siempre llamaba para contarle cualquier cosa, mis alegrías y mis penas. Tú siempre sabías escuchar y yo siempre tenía tanto que decir. Tú eres mi AA.

GRACIAS por Sara, ese tesoro que nos costó tanto encontrar, y que vino a llenar nuestras vidas de una inmensa alegría. Por acompañarme en cada momento de esta maravillosa crianza, por ser un padrazo y quererla con locura. Sara te adora y te quiere muchísimo.

GRACIAS por aguantar todas mis manías, mi momentos de mal humor, de incertidumbres, de miedos. Gracias por abrazarme cuando lloraba y levantarme cuando me caía.

GRACIAS por entender que quisiera quedarme en casa unos meses cuidando de Sara, a pesar de tener que apretarnos bastante el cinturón. Gracias por apoyarme en el camino de la maternidad, en esta crianza que algunas personas no comprenden pero que tú defendías a capa y espada.

GRACIAS por solucionar todas mis dudas, por enseñarme tantas cosas, por estar siempre dispuesto a hacer cosas por los demás, por tu bondad y por tu gran corazón.

GRACIAS simplemente, por ser la gran persona que eres.

Siento tanto no haberte dicho todas estas cosas hace tiempo. Muchas veces damos las cosas por sentado y no nos damos cuenta que la desgracia acecha escondida en una esquina cualquiera. Siento que nuestra relación de pareja no fuera tan bien como habríamos querido, aunque sé que tú sabes que te quiero. Y sé que tú también me quieres. Eso no cambiará nunca.

Ahora, tenemos que intentar seguir sin ti. Pero es muy duro. Entrar al portal y ver tu nombre en el buzón, sabiendo que ya nunca recogerás el correo. Abrir el ordenador y ver tu página de Facebook, sabiendo que ya nunca publicarás nada. Coger el teléfono y ver que tu nombre es el primero de la lista, sabiendo que ya no voy a poder llamarte. Lucas está destrozado, no deja de llorar. Sara está bien, pero yo estoy tan triste de saber que va a crecer sin su papá… Pero no te preocupes, porque no va a olvidarte nunca. Nos encargaremos cada día de hablarle de ti, de enseñarle fotos y vídeos, de contarle lo mucho que la querías, lo maravillosa persona que eras.

Te has ido demasiado pronto, cuando aún te quedaban tantas cosas por hacer…. Tenías que ver crecer a tu hija, esa que nos llena de alegría cada día. Tenías que venir a la graduación del cole de Lucas, que también se nos hace mayor. Tenías que disfrutar este verano de la playa con Sara. No vas a estar cuando empiece el colegio, cuando se le caiga su primer diente ni cuando tenga su primer novio. ¿A quien voy a llamar ahora para contarle cada nueva noticia, quien se va a encargar de todos los temas legales, quien me va a hablar de las últimas series o de la mejor música? ¿Quien va a bajar a Sara al parque, quien va a jugar con Lucas a la consola, a quien voy a llamar si vuelvo a tener piojos?

Espero que sepas lo agradecida que estoy por tantas cosas. Y espero que estés por aquí, que tu energía nos acompañe cada día, que de alguna manera, nos veas y nos sigas queriendo.

Te quiero. Te queremos

Hablar me relaja. Estos días estoy hablando a todas horas, necesito desahogarme. Llamo a todo el mundo y dejo que fluya. Pero, ¿qué pasa si la necesidad de hablar me pilla de madrugada? Pues aunque no es lo mismo, me he levantado y he encendido el ordenador. A fin de cuentas, escribir es también otro modo de liberarme, de expresarme. Quizás, por eso abrí el blog. Y quizás, por eso también, hoy estoy aquí sentada contando esto. Porque necesito desahogarme. Mis amigos me escuchan cada día, están ahí en todo momento de bajón. Pero a veces tengo que parar, tener cuidado por los niños, no dejar que se note lo que estoy pasando. Y ahora, tranquilamente, en la soledad de la noche, puedo escribir y relajarme sin miedo a que mis hijos se enteren.

Estoy fatal, estoy pasando la peor situación que he vivido nunca. Y creo que no lo llevo bien, me consideraba muy fuerte, pero ahora no me veo así.

Hace casi dos semanas, mi marido sufrió una parada cardiorrespiratoria. De golpe. Sin previo aviso. Estaba entrenando con un amigo, estaba bien, de pronto se paró, se agarró a un árbol y allí empezó esta pesadilla. Cayó al suelo fulminado, muerte súbita lo han llamado. Le hicieron maniobras de reanimación cardiopulmonar, la ambulancia llegó rápidamente y le recuperaron. Está en la Unidad de Cuidados Intensivos, en coma desde entonces. Sin ningún cambio. Al contrario, las cosas van a peor, no responde a ningún estímulo, ni siquiera al dolor. Las imágenes muestran varias zonas del cerebro dañadas por falta de riego sanguíneo. Y el pronóstico es muy malo. Hace unos días nos dijeron que no se va a recuperar, parece que se va a quedar en estado vegetativo persistente. Es una noticia devastadora, para mí, peor incluso que la muerte.

Así nos enfrentamos a esto:

Yo – Tengo todo tipo de sentimientos, muchos de culpabilidad. Todo el mundo me dice que no tengo que sentirme culpable, pero no puedo evitarlo. Para el que no lo sepa, os pongo en antecedentes. Mi marido y yo habíamos tenido unas pequeñas diferencias y se había marchado de casa temporalmente. Las cosas no funcionaban muy bien desde hacía algún tiempo, habíamos descuidado nuestra relación.Pero no era nada definitivo ni nada rígido. Éramos unos padres «separados» modélicos. Cada día, todos los días de la semana, venía a casa. Los días de diario venía al salir del trabajo y estaba con la peque en la cena, se encargaba de bañarla y jugaba con ella un  rato antes de dormir. La única diferencia que había era que no dormía aquí. Los fines de semana estaba aquí casi todo el rato. Él se encargaba de llevar a Sara a natación los sábados por la mañana, y por las tardes llevaba a los niños a casa de los abuelos. El resto del fin de semana, lo pasábamos en el salón jugando, o bajaba al parque…. Hablábamos cada día por la mañana, le llamaba para cualquier duda que tenía, nos hacíamos favores, celebrábamos juntos las fiestas… parecía que nada había cambiado, excepto por el hecho de que dormía en casa de sus padres.

Y entonces, ¿por qué me siento culpable? El domingo pasado no vino a casa por la mañana, quedó con un amigo para correr. Llamó a las 11.20 para hablar con Sara y decir que se pasaba por la tarde, como siempre. El SAMUR le atendió a las 11.46, Sólo un momento después. Si no nos hubiéramos enfadado, si no se hubiera ido de casa, si siguiera viviendo aquí, si nos hubiesemos dado más tiempo seguramente no habría ido esa mañana a correr con su amigo y esto no habría pasado. O sí, la verdad es que no lo sé. Pero no dejo de darle vueltas a esto.

Estos días están siendo los más difíciles de mi vida. Los primeros días no sabía reaccionar, estaba en estado de shock, pensaba cosas como que habíamos hablado por teléfono sólo unos minutos antes y no podía ser cierto. Poco a poco, he ido viendo la realidad del asunto. Y tengo tanto tiempo de pensar en tantas cosas. Unas veces no quiero ver la magnitud del asunto, pienso que los milagros existen…pero esos pensamientos me duran poco, rápidamente me doy de bruces con la realidad. Y me he hundido. Aunque intento no hacerlo. Por ellos, por los niños.

No puedo dormir, cierro los ojos y le veo allí tumbado en la cama, intubado y dormido, sin hacer nada. Le hablo, le acaricio, le doy besos, le cuento las cosas que ha hecho la niña, pero nada. Hace un par de días que ha empezado a abrir los ojos. Pero es casi peor verle así. Con la mirada fija hacia el techo o los ojos en blanco, ni parpadea. Bosteza, con la boca muy abierta, muchas veces, parece que mastica algo, todo sin mover los ojos, y de pronto, los vuelve a cerrar y se acabó. No tiene conexión con el medio, no nos oye, no responde, no se mueve… Como enfermera que se ha enfrentado a cosas parecidas muchas veces, entiendo estas situaciones. Recuerdo un caso particular de un chico muy joven que intentó suicidarse. No se murió pero quedó en estado vegetativo. Yo veía a esos padres, pasarse los días en el hospital destrozados, hablando con él, imaginando cosas. Y pensaba, pobres, no quieren ver la realidad. Ahora, yo soy como esos padres. Veo cosas dónde no las hay. Otras veces, me doy cuenta que no tiene sentido.

Creo que no puedo con esto. Me derrumbo a cada rato, me paso el día llorando. El sábado me encargué de llevar a la pequeña a natación, en un intento de que su vida siga siendo lo más parecida posible a la que era antes. Pero de pronto, no sabía dónde estaban las cosas de la piscina, no sabía si necesitaba algo para entrar, no sabía quién era su profesor…Cogí el teléfono para llamarle y preguntárselo y caí en la cuenta que ya no puedo hacerlo. Me agobié tanto que me senté en el suelo a llorar y no podía parar. Esto se me hace cuesta arriba. Ayer, al volver del hospital en el autobús (he dejado de ir en coche porque siempre vuelvo muy afectada y me da miedo), empecé a encontrarme mal, no podía respirar, sudaba, me estaba mareando, lloraba y nadie, ni siquiera la chica que estaba sentada a mi lado, me preguntó si necesitaba algo. Me bajé y respiré hondo en la calle, entré en la guardería a recoger a Sara pero antes de que la sacaran, me metí al despacho de la directora a llorar desconsoladamente y desahogarme, para poder salir calmada a recoger a mi hija.

A cada momento, me doy cuenta de su falta. Veo fotos en casa. Oigo una canción y pienso que a él le gustaba. Veo algo en la tele y me acuerdo de él. Recojo a la peque de la guarde y me quedo esperando a que llame, como cada mañana, para el parte diario. Pero no llama. No mete la llave en la cerradura como cada noche. Este fin de semana no ha estado con los niños. Todo el mundo me dice que soy muy fuerte y yo intento serlo, pero ahora no lo consigo. Estoy tan cansada, las noches son eternas.

Por suerte, hay mucha gente que me apoya, personas que me llaman, se preocupan, me ofrecen todo tipo de ayuda. Y yo hablo y me desahogo cuando puedo, cuando no están los niños, lo que también resulta un poco difícil. Echo de menos un vecino amigo en la puerta de al lado. Alguien a quien poder llamar en los momentos en los que no puedo más, para que se quede unos minutos con los niños y poder calmarme. También echo de menos a mi familia. Es cierto que están ahí apoyándome, pero no como yo querría. Mi madre trabaja casi todas las tardes, por lo que no puedo dejarle a los niños y acercarme al hospital. Y a la peque no puedo dejarla con cualquiera, tampoco quiero marcharme y dejarla llorando. Mi padre no sabe manejar los sentimientos, en casa nunca hemos podido expresarlos. Ahora, en vez de apoyarme y abrazarme, me regaña por llorar, por no tener hambre, ¡hasta ha llegado a decirme que tengo la casa hecha un desastre! Así no quiero su ayuda.

Lucas – Me tiene un poco preocupada. El día de la noticia, fue muy duro. Si hubiese sido de otra forma, podría haber intentado maquillar la noticia un poco, pero él estaba delante cuando me llamaron por teléfono y se enteró de todo. Es duro para él. Tiene 12 años, sigue siendo un niño aunque ya entiende lo que está pasando. Bueno, mentira, no lo entiendo. No lo entiendo ni yo. A veces se pone a llorar, otras veces se enfada y dice que no es justo que una persona tan buena tenga que pasar por esto y que haya verdaderos monstruos en la calle a los que no les pasa nada. Hay veces que mira a Sara y se pone triste, pensando en su futuro. Algunos momentos, es mi único apoyo. No quiero abusar de él, pero con su sensibilidad especial, ve lo mal que lo estoy pasando y me abraza, o me ayuda con alguna cosa. Es difícil, estoy intentando que en casa las cosas no cambien mucho, tener mucha paciencia con él. Y sobre todo, hablar. Que hable, que se desahogue, que exprese lo que siente y no se lo trague.

Sara – Ella también nota que pasa algo, aunque evidentemente, no sabe qué es lo que pasa. Por las noches llama a su papá, a la hora del baño principalmente. Y el día de natación, iba extrañada conmigo. Lo que más nota es el ambiente que hay en casa y se despierta muchas veces por la noche llorando, aunque se vuelve a dormir enseguida, me preocupa que algo le esté afectando. A mí me duele muchísimo pensar en su futuro, aunque como ahora es todo tan incierto, tampoco quiero darle muchas vueltas.

El resto de la gente – Bueno, todas las personas que me rodean se enfrentan a esta situación de distinta manera. Principalmente, las personas que más me preocupan son mis suegros. No son conscientes de lo que ha pasado, un mecanismo de defensa les impide ver la realidad del asunto. Los médicos dicen que es normal y que poco a poco irán dándose cuenta, aunque de momento, a pesar de que les han hablado varias veces de la gravedad del asunto, siguen esperando un milagro. Y yo no me veo con fuerzas de explicarles nada, aún estoy yo que no me lo creo. Todo el mundo está muy afectado, esto no tiene lógica, una persona sana y joven…

En todos estos días, lógicamente, no he escrito nada en el blog, no tengo ganas de nada. Lo único que hago es pensar, darle vueltas a miles de asuntos. Y hay algo que me ha sorprendido. Por un lado, la cantidad de gente preocupada. Personas con las que no hablo hace meses, e incluso años, y que ahora se vuelcan en ayudarme. Amigos que están ahí a cada momento, que me llaman cada día, vienen a verme, me acompañan al hospital, se ofrecen a quedarse con los niños. Si no fuera por todas esas personas, por ese cariño incondicional, por esas personas que me escuchan en mis peores momentos, cuando me ahogo y no puedo respirar y sólo puedo llorar….Pero también me ha sorprendido la otra gente. La que no me ha dicho nada, gente a la que veo cada día en el trabajo, personas a las que conozco hace años, miembros de la familia, gente, que a pesar de saber lo que estoy pasando, no se han molestado ni una sola vez en preguntarme como estoy yo, como está él, si necesito algo…Es una lástima que tenga que pasar algo así para darte cuenta de la gente que de verdad importa.

Y ya me he desahogado. En un rato me vestiré para ir de nuevo al hospital, a ver que nos dicen hoy, aunque no espero ninguna noticia. La doctora dijo que iba a esperar unos días más y si no había cambios, hablaban con nosotros largo y tendido. Este es el resumen de lo que están siendo mis días últimamente. Imagino que seguiré desconectada de este mundo durante una temporada. Gracias por escucharme en mitad de la noche.

Ausencia

Durante unos días, no sé cuantos, voy a estar alejada de las redes sociales. Ha surgido un problema de salud grave en la familia y aunque me diera tiempo, no me encuentro con ánimos para escribir ni para contestar a nadie.

Creo recordar que hay alguna entrada publicada en el blog y también hay cosas programadas en la página de Facebook.

Volveré lo antes posible.

Abrazos

Diana

LOGO WARNEREste sábado se ha inaugurado la temporada 2014 del Parque Warner Madrid, con algunas novedades que he podido conocer de primera mano, ya que ¡hemos estado allí!

El Parque Warner Madrid es un parque temático lleno de atracciones, espectáculos y actividades varias, orientadas tanto al público adulto como a los más pequeños. El parque está dividido en cinco áreas temáticas: El

Hollywood Boulevard y la zona Movie World Studios, ambas, relacionadas con el cine; la zona DC Super Heroes World con los superhéroes favoritos de todos; el Old West Territory, territorio vaquero y el Cartoon Village, el espacio infantil más grande de España.

En total hay 36 atracciones, 18 espectáculos y varias tiendas y restaurantes tematizados.

Este año hay algunas novedades importantes. La primera de ellas es un espectáculo de Scooby Doo “El Museo de Cera”.  Se hacen dos representaciones diarias, y para ser el primer día, estaba lleno, pues tiene aforo limitado. Recomiendo ir antes de la hora para no quedarse sin sitio. Una divertida representación, ambientada en un museo de cera y con personajes que cobran vida.

La otra novedad, aunque aún no está funcionando, es Warner Beach, una zona acuática que se inaugurará en Junio. Es un parque acuático tematizado con los personajes de los Looney Tunes, Los Picapiedra, Scooby Doo y de Hanna Barbera. Con 2 piscinas de olas (adultos y niños), parques acuáticos infantiles y un solárium con auténtica arena de playa.

No voy a entrar en todos los detalles del parque, si queréis saber lo bien que se pasa, lo podéis leer aquí, que ya lo conté el año pasado, con un montón de consejos útiles. Sólo decir que este año lo hemos disfrutado aún más, ya que la pequeña era más consciente de la diversión y nos hemos montado en bastantes más atracciones (algunas no pueden montar si no miden más de 80cm, pero con 2 años, ya hemos superado esa altura). Imprescindible, desde luego, llevar portabebés. Los niños, evidentemente, se cansan de tanta actividad. He visto muchísimos padres con sillitas de bebés, creo que también las alquilan. Y entonces, les llegaba la hora de dejar las sillitas para subir a las atracciones. Todo el mundo tiene que dejar la silla «aparcada», a veces, durante bastante rato y fuera de su vista, con el riesgo de que alguien les puede robar la silla o algún objeto de valor que dejen. Y no es nada descabellado, pues si han puesto candado para sujetar los carros en alguna zona del parque, por algo será. Yo, con mi mochila ergonómica, subía en todas partes y la peque se echó su siestecilla cómodamente.

warner

Este año, también he podido montar a alguna montaña rusa de esas de gran intensidad, pues el mayor se ha atrevido a compartir el subidón de adrenalina conmigo.

Os recomiendo no perderos el espectáculo de la Nueva Academia de Policía, es increíble lo que pueden hacer los especialistas con los coches y las motos, media hora de diversión asegurada.parque warner

Hay precios para todos los bolsillos. Desde luego, sale más barato comprar las entradas por internet, y mejor aún si se compran con al menos una semana de antelación. Para conocer todos estos datos, aquí está el link a su página web

Esta semana, ha querido compartir con nosotros su experiencia con los portabebés Silvia, una mamá de dos niños preciosos. Aquí os la dejo:

Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, el que sería su padrino nos propuso regalarnos un portabebé por su nacimiento La verdad es que hasta entonces no se nos había ocurrido, ni tampoco estaba entre la lista gigante de chismes que todo el mundo nos aseguraba que eran imprescindibles, pero buscamos, leímos, nos informamos y le dijimos que queríamos un portabebés ergonómico, así es como la ergobaby llegó a nuestras vidas.
La verdad es que con Guille la usamos poco, solo cuando era muy pequeño de forma habitual, y después esporádicamente en los centros comerciales, porque los odiaba y siempre terminaba llorando para que le sacáramos del carro. Tengo que decir que Guille fue un bebé enorme, de los grandes y gorditos que siempre se salía de las tablas de percentiles por arriba. A él no le gustaba ir en la mochila y nosotros no insistimos (hace poco descubrí en tu página las mochilas toddler y pensé que de haberlo sabido entonces nos habría ido mejor). El caso es que llegó mi segundo embarazo, mis hijos se llevan 27 meses y la llegada del peque a casa coincidió con que su hermano mayor salía corriendo sin mirar atrás cada vez que salíamos a la calle, así que desempolvamos la ergobaby, compramos el nuevo adaptador de recién nacido y la empecé a usar para llevar al grande en el carro y al peque encima. Ocurrió que nos encantaba a los dos, que volvíamos a casa y lloraba al querer soltarlo, y solo allí estaba feliz, así que durante algo más de un año y medio la hemos usado casi a diario en casa, para poder achuchar al peque y a la vez atender al grande en los temas domésticos y también para llevarle al cole calentito sin tener que andar sacando y metiendo carro del maletero del coche!
Papá, que con Guille ni siquiera lo intentó más que un par de veces, se ha vuelto un defensor absoluto de los portabebés y nunca jamás usa el carro por las mañanas mientras están Óscar y él solos y yo, para rematar, me compré un maravilloso tonga que he usado para ir a clases de natación, a la piscina, cocinar en casa en crisis de brazos o llevarle a cuestas cuando su hermano duerme en el carro, porque solo tengo que sacarlo del bolso y desdoblarlo Los conocidos, en general, nos miran raro, aunque a medida que las amigas tienen niños aumentamos los conversos y la gente nos ha dicho cosas de lo más variopintas en estos dos años, desde que pobre espalda (¡para nada molesta!) hasta que ¡ese pobre niño se iba a asfixiar ahí metido! Pero nosotros estamos encantados con la experiencia y la recomendamos sin dudas a todo el que nos pregunta.

Pues este es un claro ejemplo más de cómo los portabebés nos ayudan cada día, en caso de tener que atender a un hermano mayor. y por supuesto, con un bebé feliz en brazos, que llora porque no quiere que lo saquen. ¿Quieres contarnos la tuya?

La semana pasada, pasamos una tarde muy divertida en las oficinas de Disney España, aprendiendo a decorar galletas y cupcakes, de la mano de Disney Family Baker. Fue una tarde estupenda y muy instructiva, donde los peques (y yo, que me fijaba en todo) aprendimos a decorar galletas con fondant y cupcakes con buttercream. Ataviados con delantal y con un montón de útiles de repostería, los peques se lo pasaron pipa, y desde luego, nos pusimos las botas luego comiéndonos sus galletas.

Allí, pude conocer de primera mano la línea que Disney ha sacado de repostería, basada en los personajes de Mickey y Minnie. Un montón de accesorios, desde bandejas, moldes, rodillos, cortadores, espátulas hasta una máquina para hacer cupcakes. Una maravilla.

Aquí os dejo  información

moldes-reposteria-disney

 MICKEY Y MINNIE SE CUELAN EN LA COCINA CON FAMILY BAKERY
Los icónicos personajes de Disney, Mickey y Minnie, se inician en la repostería con la línea Disney Family Bakery. Se trata de una completa colección de accesorios de repostería y pastelería para crear tartas, galletas, cupcakes, tortitas, bizcochos y cakepops en familia.
La línea, disponible en El Corte Inglés y tiendas Hipercor, está realizada en los mejores materiales para la cocina y con motivos muy cuidados inspirados en los diseños más Vintage de estos emblemáticos personajes Disney. Family Bakery es el perfecto aliado para iniciarse en la repostería de la mano de algunos de los personajes más queridos de Disney.

Y por supuesto, las fotos de la tarde, donde el mayor se encargaba de la cocina y la pequeña de la degustación, jejeje. Ah, nosotros ya tenemos un montón de cositas, a ver si el próximo fin de semana nos da tiempo a hacer galletas y os las enseño.

Disney

Caja Degustabox

Siguiendo la moda de las cajas de muestras, quiero hablaros de una especializada en comida. Se trata de Degustabox. Esta caja viene llena de productos, que quizás no conozcamos, pero que gracias a ellos, te da la oportunidad de conocer y por un módico precio. Desde luego, el precio de todos los productos que contiene es mucho mayor de lo que cuesta la caja.

Y como ya sabéis, aquí en casa, en cuanto nos llega algo nuevo, allá que nos lanzamos todos a abrirla. Y tratándose de comida, un peligro con mis dos pequeños, de verdad. Tengo que apartarlos para que no la destrocen. El mensajero, además, la trajo justo después de la siesta, a la hora de la merienda….Os cuento lo que trae esta caja:

Patatas fritas Celigüeta – Pues una de esas marcas que no conocía. Unas patatas finitas y crujientes, que nada más salir de la caja, la pequeña decidió que quería probar y pudimos probar todos. Están muy ricas, la verdad. Hablando de ellas, ahora mismo vengo, que voy a coger la bolsa, ummm

Maggi pasta oriental – Dos sobres de fideos orientales, de dos sabores diferentes. Nunca los había probado, y la verdad, hice uno de ellos, el Yakisoba, y está bueno, para una cena de esas que no sabes que hacer. Es muy sencillo, se añade un poco de agua con los fideos y el sazonador y ya está listo. Parecido a una sopa de sobre, pero en este caso, no queda líquido, los fideos quedan secos.

Maggi jugoso al horno – Un sazonador para pollo y patatas con una bolsa especial para hacer al horno y no manchar nada. Bueno, la idea de la bolsa de plástico me gustó, porque aparte de no manchar nada, el pollo se hizo antes pues también cocía en su propio jugo dentro del plástico. Y meter las patatas dentro, todo un acierto. El sabor de los condimentos, en nuestro caso, no tuvo mucho éxito. Pero me he quedado con la idea y he comprado bolsas especiales para el horno, así que este fin de semana ha tocado de nuevo pollo asado, pero lo he condimentado yo, y ha quedado delicioso (con barbacoa….)

Tortitas Mexifoods – Tortillas de trigo para hacer fajitas. En casa también nos gusta hacerlas de vez en cuando, y pueden ser un alimento muy socorrido, porque si no tengo tiempo de hacer rellenos de fajitas, las puedes rellenar de cualquier cosa. Al mayor le gusta que le ponga bacon y queso. Y a tirar.

Relleno de fajitas Rancho Monterrey – Y aquí, el complemento perfecto para las tortillas de trigo. El relleno de pollo ya preparado, calentar y listo.

Degustabox

Chocolate Lindt – El chocolate, mi perdición. Dos tabletas, ambas de chocolate negro (estos de desgustabox saben cómo me gusta a mí el chocolate), una de naranja y almendras y la otra de sal. Me extrañó bastante, y también fui directa a probarla. Tiene unas pequeñas láminas de sal por el chocolate, de modo que en un bocado dulce, puedes dar con un pequeño toque salado. Muy buena mezcla.

Brownie Royal – Más fiestas en casa con los golosones de mis hijos. Un brownie con trocitos de galletas Oreo. Muy fácil de preparar, y hasta trae el molde para hornearlo. Y muy rico, pues este fin de semana ya lo hemos probado, como había encendido el horno para el pollo…

Illy Issimo bebida sabor café – En la caja venían dos botellitas de sabor cappuchino, café con leche con un toque de cacao, listo para tomar. El contenido en café es pequeño, pero el sabor está genial. Ya me las he bebido las dos.

Açaí do Brasil – Una bebida 100% natural, sin conservantes ni colorantes, extraída de esta fruta. Tiene un sabor exótico, yo no lo había probado nunca, aunque a los niños les gustó. He investigado un poco sobre esta fruta. Está cargada de antioxidantes y tiene un alto contenido en fibra, lo que ayuda a regular el tránsito intestinal y a disminuir el apetito. Esta bebida también lleva banana y guaraná, otra fruta originaria de Brasil, que aporta energía y es estimulante. Aquí fue cuando pensé que los niños no deberían tomarla, aunque no pone nada en el envase. Pero para los adultos, es un buen tónico entre horas, pues da energía y calma el apetito.

Snack Velarte – Dos bolsitas de pan de pipas (y de soja), con menos calorías que los productos fritos. Ya conocía el de las pipas y es un vicio lo ricos que están, con su toque saladito, ummm.

Degustabox

Las cajas Degustabox tienen un precio de 14,99€, gastos de envío incluidos. Todo lo que traía mi caja, ronda un precio de 23€, lo que ya supone un ahorro de por sí. Pero además, ahora, si queréis probarlas, podéis hacerlo por sólo 9,99€, introduciendo el código 2NVPO al hacer el pedido, ¿Qué os parece? Sólo hay que introducir el código promocional a la hora de hacer la compra pinchando directamente en este link. Y os dejo su página de Facebook, para que estéis atentos a todas las novedades.

Llevo unos días un poco alterada con las cosas que se leen en los periódicos y que se ven en las nocticias. El otro día, el tema de las madres desnutridas que producen leche de mala calidad, y que ya me sacó de mis casillas. Así que me desahogué un poco.

Y en la tele, noticias sobre el sueño. Los comentarios de una “doctora” sobre el colecho, me dejaron de una mala leche…. Que si se puede aplastar a los bebés, que es malísimo dormir con ellos en la cama, que deben dormir en su propia habitación a los 6 meses y que si el colecho produce demasiado apego hacia la madre. ¡¡Pero vamos a ver, por favor!! Esta sociedad del desapego, donde se quiere hacer niños sin sentimientos, completamente desapegados de sus madres, donde se buscan sustitutos para el cariño de una madre en forma de muñecos y mantitas, a los que los pequeños se aferran porque no tienen un regazo seguro al que acudir… Según esto, la culpa es de los padres, claro, que no enseñan a dormir a sus hijos. Me parece a mi que no tienen mucha idea sobre los patrones de sueño saludables de los bebés, estos de esta noticia deben ser amigos de Estivill, aggg.

Me pone negra, de verdad. Porque el desapego, la falta de cariño, el llanto, el aprender a calmarse solos, no hace adultos sanos, ni mucho menos. No digo que se creen psicópatas, claro, pero todo esto sí se traduce en problemas a lo largo de la vida, y aunque de adultos, sean personas sanas y estables, aparentemente, en muchos casos, puede haber problemas debido a esta falta de cariño. Como el cariño, el respeto y el apego, son temas de los que hablo muy frecuentemente, a veces me llegan mensajes, de todo tipo. Mensajes ofensivos, de gente que me dice que por dar un cachete a un niño o dejarle solo llorando, no pasa nada (eso es lo que creen ellos). Pero también me llegan mensajes de personas que han vivido situaciones de desapego y que ahora, de adultos, siguen sufriendo. Una persona me mandó esta historia hace unos días y me ha dado permiso para publicar un fragmento aquí, para que veamos que los actos que tenemos con nuestros hijos cuando son pequeños, también tienen repercusiones en su futuro:

«Soy la primera hija de mis padres. Cuando nací estaban muy ilusionados, vivían en Suiza y había muchos adelantos que no había aquí en España. Entre ellos un libro que ha perjudicado mucho mi educación. Ellos lo compraron pensando que era lo mejor para mí, pero después de 30 años he de decir que no fue así. No recuerdo el nombre ni el autor, pero me han contado algunos de los consejos quedaba. Y es que, decía, que los niños tienen que llorar 20 minutos al día y después se callan. Que no hay que hacerles caso, que se acostumbran.
A mí, desde que llegamos del hospital, me dejaron en la cuna, que podía llorar, chillar, que nadie iba en mi búsqueda. Tanto es así que una vez me caí de la cuna y no se enteraron. No lo considero imprudencia, sino un accidente, pero me parece significativo tener a un bebé de seis meses sólo en una habitación.
Les llamaba la atención que cuando estaba en una habitación sola cerraba la puerta, necesitaba límites.
Todavía hoy, con treinta años y a punto de ser madre, necesito los límites afectivos que no me dieron de bebé. Hasta hace bien poco, tenía una pesadilla que se me repetía incluso estando despierta. Al principio, cuando era pequeña creía que era una pesadilla, ahora soy consciente que era una sensación que no podía expresar y de ahí mi angustia, la única forma que tengo de recordarla es de la manera en que la sentía. Es algo así como la memoria de la piel, por la que aprenden los bebés.
Bien, en esta sensación, me sIento muy, muy pequeña, y todo a mi alrededor es muy, muy grande. Todo está oscuro, ya podía hacer un sol espléndido, y hace frío. Me siento muy sola, quiero que vengan, me cojan, que pongan límites alrededor de mi diminuto cuerpo, pero nadie viene. Supongo que esta situación me ocurrió muchas veces, era bebé, estaba en la cuna y aunque llorara, porque quería compañía, no venía nadie, lo decía el libro.
Una vez lo comenté con una psicóloga y me dio esta interpretación, que posiblemente no fuese un sueño, sino una realidad vivida sin poder expresar lo que necesitaba.
El hecho de cerrar las puertas, me parece muy significativo, pues aún hoy lo sigo haciendo, estoy incómoda en espacios grandes y necesito tener objetos cerca que protejan mi cuerpo. Mi marido me llama exagerada porque en verano necesito dormir tapada, no soy exagerada, también paso calor, pero en mi inconsciente es mejor el calor que la desprotección.
Como digo, ahora voy a ser madre y me preocupa mucho que mi bebé sufra ese sentimiento de soledad que yo viví, porque, doy fe de ello, lo que le pase al bebé, le pasa al adulto.»

¿Veis cómo estos actos en la infancia sí tienen repercusiones en la vida adulta?

Con respecto al tema de que se puede aplastar al bebé, aclaro. En primer lugar, para dormir con el bebé hay que seguir unas normas básicas, como dormir en un colchón firme, sin cojines ni almohada sueltas que puedan tapar al niño, sin espacios por donde pueda caerse. Y los adultos, tienen que estar sanos y tener patrones de sueño normales. Si ambos padres son muy obesos, pues mejor no compartir cama. O en casos en los que uno o ambos padres sean alcohólicos, tomen algún tipo de droga o medicación para dormir. En estos casos, consumir sustancias puede alterar el sueño de los padres. También está desaconsejado en casos de madres fumadoras.  Pero ya está. El resto de los bebés pueden dormir con sus padres. Y tan a gusto. Como madre que lleva compartiendo su cama 24 meses con la peque, os diré que al principio, ni te mueves, te quedas en una esquina, quieta como un palo, y la peque se queda con la parte más grande de la cama. Con los días, te relajas un poco más, pero vamos, en cuanto la niña se mueve un poco, los ojos abiertos como platos. No me creo que un padre pueda quedarse dormido, moverse y aplastar a su hijo bajo su cuerpo sin darse cuenta, sin notar su cuerpo y sus miembros moviéndose para quejarse. No, siempre y cuando, como ya he dicho, no esté bajo los efectos de una medicación o sustancia que te haga dormir profundamente.

Por otro lado, el comentario sobre que el colecho favorece la muerte súbita. Al respecto hay varios estudios. Y en distintos estudios han llegado a distintas conclusiones. Las opiniones están encontradas. Si tenemos en cuenta que la lactancia disminuye el riesgo de SMSL y que el colecho favorece la lactancia materna, podríamos concluir que compartir cama es un dato protector. También, y como ya conté aquí, en mi experiencia personal con el colecho, compartir cama con tu bebé te hace darte cuenta de cosas que le pueden pasar que si está más lejos podrías no enterarte. Mi hija estuvo unos segundos sin respirar, se atragantó y de no haber sido porque estaba durmiendo a mi lado, no me habría dado cuenta y no quiero ni pensar lo que podía haber pasado. Y no soy la única, otras madres se han dado cuenta de que a sus hijos les pasaba algo grave gracias al hecho de dormir juntos.

El día 14 fue el día mundial del sueño, por eso ha habido varias noticias al respecto. Y ya leer este otro artículo  ha sido la gota que ha colmado el vaso.

Bueno, en primer lugar, el estudio del que hablan está presentado por una ¡¡marca de pañales!! Sí, esa marca que habla de que tu bebé, con su súper pañal, dormirá toda la noche. Uf, esto, como todo, huele a publicidad pura y dura, la pasta que se habrán llevado. Sólo les ha faltado decir que todos los problemas de sueño se solucionan usando sus pañales. Pero vamos al cuerpo de la noticia, porque estoy que echo humo.

Según este doctor, un bebé duerme mal por culpa de los padres, y al mes y medio ya debería dormir toda la noche. ¡Toma ya! ¡Vamos a cargarnos las lactancias! Y de paso, además de comprar la marca de pañales, nos pasamos a la leche de fórmula. La lactancia materna debe ser a demanda. Como la leche se digiere de forma muy rápida, es normal y lógico que los bebés hagan varios despertares para mamar. No es manía ni vicio. Se llama hambre, aunque algunos no quieran entenderlo. Además, por la noche, la leche materna cambia su composición, casualmente. Por la noche se segregan melatonina y triptófano en la leche, ambas sustancias que favorecen el sueño y que ayudan al bebé a ir cogiendo los ritmos de sueño nocturnos. Muy importante también es la prolactina, la encargada de la producción de leche, que también adquiere sus picos máximos durante la madrugada. La succión del bebé a esas horas activa la producción de esta hormona, que se encarga de producir leche para el día siguiente, de modo que dar de mamar por la noche sirve para asegurarse una buena lactancia.

Pero en el artículo aún hay más. La siesta. A los 5 años, el niño que duerme la siesta es anormal, suavizando la palabra patológico. Ufffffff. España, el país de la siesta por excelencia. Las virtudes de un descanso después de comer son ampliamente conocidas, tanto que hasta los chinos importaron la siesta y la implantaron en sus trabajos. Echar una cabezadita a media tarde hace que estemos más despejados para afrontar lo que queda del día. A mí, particularmente, me gusta tumbarme todas las tardes un rato con la pequeña, y el día que por alguna circunstancia no puedo hacerlo, lo noto muchísimo. Voy el resto de la tarde como zombi y al llegar la noche, me voy mucho antes a la cama porque no puedo con el sueño, quitándome el poco rato que tengo a esas horas para hacer cosas en el blog o en casa. Si esto me pasa a mí como adulto, ¿cómo no se van a sentir los niños? Habrá niños que necesiten descansar más y otros que lo necesiten menos. Pero vamos, que un niño se siga echando la siesta con 5, 8, 12 o 30 años, me parece lo más sano del mundo.

Según este estudio, el bebé tiene que aprender a dormirse solo, sin los brazos de los padres. De nuevo, el desapego. Los brazos son el lugar donde los bebés se sienten más seguros y protegidos, y es normal que se relajen y se queden dormidos. Y no hay nada malo en ello. Un niño de 6 años no va a seguir durmiéndose en brazos de su madre. Igual que uno de 8 no sigue usando pañal, o chupete o biberón, por poner ejemplos. Antes o después, todos lo dejan. Igual que antes o después, todos dejan de dormirse en brazos y también dejan de dormir en la cama de sus padres, mira por dónde. Todos pasan por distintas fases. Y si a mitad de la noche se despiertan asustados y necesitan el consuelo de su madre para volverse a dormir, no hay nada de malo en ello. Somos los únicos mamíferos que separan a sus crías para dormir. Es más, los adultos tienden a emparejarse y les gusta dormir en compañía, ¿por qué motivo no deben dormir acompañados los más desprotegidos de la casa?

Este doctor experto en sueño es totalmente conductista, de la línea de Ferber y Estivill, porque eso de que se vaya a calmarlo durante sólo dos minutos y luego se les deje solos… Aunque él diga que no sigue un método claro, pero vamos, que las pautas que ofrece van todas por ese camino. Y claro, va más allá, a aplicar los métodos también durante el día, dejarlos solos jugando en la habitación. Parece que sólo se busca que los  niños estén quietecitos, que no den guerra, que no molesten, que no sean niños, al fin y al cabo. Lo niños son niños y como tal deben comportarse, deben jugar y divertirse, deben compartir con sus padres muchos momentos, todos los que sean posibles. La infancia pasa muy deprisa, y luego nos arrepentiremos de no haber estado más tiempo con nuestros hijos.

No puedo con este tipo de noticias. No se dan cuenta los medios de comunicación del daño que hacen, de la cantidad de gente que lo va a ver/leer y que va a pensar que como sale en la tele o en un periódico, será que tiene razón. Me irrita sobremanera que den tanta importancia a estas cosas, en vez de fijarse más en otros aspectos de la infancia o de la educación más importantes, en vez de promocionar la lactancia, o el respeto, fomentan el desapego.

Quiero compartir con vosotros la historia de Tania. Me ha encantado, porque no sólo nos cuenta las maravillas de usar un portabebé, sino que además, no da un ejemplo claro de las cosas que se pueden hacer con las manos libres, prescindiendo de la silla de paseo.  Y para muestra, una foto del momentazo. No os la podéis perder. ¡Me encanta esta mamá!

Hola, os voy a contar un poco sobre mi experiencia con el mei tai,,,,
No lo había visto nunca este porteo, tan poco había hablado de él. Ya que vivo en un pueblo que nadie portea los niños… y por una amiga lo hé conocido.
La mejor experiencia que tuve fui cuando mi marido nos llevo a visitar un castillo, cuando llegamos allí y después de estar como 20m en la cola, llego nuestra vez y nos dice una señorita, con el carrito del bebe no puedes entrar y mucho menos subir, ya que hay muchas escaleras… asi que miré a mi marido y le dije, lleva la silla al coche y trae mi mei tai…
Cuando llego me puse preparar a mi princesa y todo el mundo me miraba, cuando ya estábamos preparadas entre a explorar el castillo y ahí va…, empecé a subir escaleras y subir y subir, jajajajajaja le miro a mi marido y le digo cuantas escaleras queda hasta llegar el más alto (Ummmmm pues muchas) seguí con la visita al castillo y por fin llegue arriba eso si cansada pero valió la pena con unas vistas impresionante…,al pasar el rato nos toco bajar…,una cosa os digo me costó más bajar que subir jejejejejejj…tenía una botas con un tacón de 11 cm y medio jajajajaj lo acabo de medir.
Cuando hemos llegado abajo me mira una trabajadora de allí y me dice ( Eres muy valiente subir todas esas escaleras con la bebe en brazos y con eses tacones impresionante) todo el mundo me miraba y hablaba, fui muy buena experiencia y se no fuera por el mei tai nunca habría subido con la nene porque tendría como una 50 escaleras o más…,me vino muy bien para recoger el niño en el cole, para ir al supermercado a hacer la compra estando sola llevando la niña en el mei tai con el carrito de la compra lleno hasta arriba, llegar a la caja pagar colocar la compra en las bolsas y luego meter en el coche  la verdad me sentía muy bien porque no dependía de nadie…yo encantada con la compra.
Espero que os sirva de algo
Gracias
Tania

mei tai

Mándame tu historia, una anécdota, algún momento en el que usar un portabebé haya sido tu mejor aliado, y la publicaré aquí, para que otros papis vean la cantidad de cosas que se pueden hacer cuando usamos un portabebé. Y lo a gusto que van nuestros peques, que al fin y al cabo, es lo más importante.