El sueño (que paso por las noches)
Hoy, Una mamá muy feliz viene totalmente despierta y despejada, a contarnos como le van las noches. Ehhh, perdón, ejem, que no viene tan despejada, creo.
¡Buenos y somnolientos días!
No pongo una foto porque ya sabéis que estoy aquí de incógnito, que si no ibais a ver las dimensiones que alcanzan mis ojeras, ¡se pueden medir en metros cuadrados! Eso a simple vista y si solamente tenemos en cuenta la superficie del colorcillo amarillentoverdosonegruzco. Y en metros cúbicos, si medimos la capacidad de las bolsas, que me van prácticamente desde una oreja (léase órgano auditivo, ya que podemos confundir los términos por su parecido, jo y solo me faltaba tener muchas orejas, me echas al monte y el eslabón perdido) a la otra. Tengo que comprar la crema antiojeras por cubos. Desde hace unos meses, mis ojeras dicen mucho de las noches que pasa mi tesoro, la escala va desde una ligera sombra=noche de lujo en la que solo se ha despertado mínimo dos veces, a bolsas que alcanzan la cuarta dimensión=noche para pegarme porrazos contra la pared=día que si no me dejas como las locas esto puede desencadenar en divorcio.
Con el tiempo he llegado a la conclusión de que cuando fabricaron a mi tesoro olvidaron ponerle el sueño, no dormía nada ni de día ni de noche y al principio nos hacía hasta ilusión; ¿qué son unos padres primerizos sin la experiencia de pasar varias noches en vela? Pregunta de rigor -¿y las noches que?- da igual lo que contestara, ya podía estar reventada, que siempre contestaba con una sonrisa en mi cara, – “bueno poco a poco, estamos conociéndonos…”-. Pero los días pasan y a la misma pregunta no hace falta ni contestar, mi cara lo dice todo…tanto que no creo que se atrevan a volver a preguntarme.
Lo he probado todo. Empezamos como mandan los cánones poniéndolo a dormir en su minicuna, pero ni minicuna antes, ni cuna ahora…parecen que le pinchan, está durmiendo plácidamente encima de mi y es intentar echarlo a la cuna y se pone más tieso que un ajo.
Esto nos llevó al colecho toda la historia aquí perfecto de “en mi cama somos tres”, aunque pronto tuve claro que alguien sobraba y no precisamente por culpa de mi angelito, sino por el rugir de la fiera del otro lado de la cama, ¡eso era insoportable! Uffff pero todas las noches me acordaba de mi madre que me grabó a fuego –“pase lo que pase de tu cama no te salgas”, menos mal que al poco tiempo se dio por aludido, alegando que mi tesoro lo machacaba a patadas. Ya solos ante el peligro pasé por todas las variantes; los dos en la cama, yo en la cama y mi tesoro en la cuna, yo en la cuna y el solo en la cama, los dos en la cuna….
Cuando parecía que el desueñado estaba descubriendo el maravilloso mundo del sueño, empezó lo peor; “la horripilante fase de los 40 minutos” esta duró cuatro largos meses. Todas, todas las noches, cuando parecía que estaba durmiendo para toda la noche, a los 40 minutos exactos, cual Longines, se despertaba llorando… ¡jolín, eso trastorna un montón! ¿Os hacéis una idea de lo que supone eso para una persona dormilona como yo? ¡Una tortura china! en esos meses fue cuando perdí la poca cordura que me quedaba.
A los 8 meses, de repente una noche lo dejé en la cuna, ya extasiada de cansancio, le tararee una canción y ¡¡¡¡se durmió!!! ¡No me lo podía creer!…cachis en los mengues… pero yo me desperté a los 40 min y me lleve mis noches hasta que me confié y logré dormir, si, lo confieso varias veces puse la oreja para ver si respiraba. ¡Qué maravilla! Y así una noche, otra…parecía que me había hecho un lifting. Hasta que a los 10 meses se puso malito, un día con fiebre, colechamos de nuevo, el niño le echó cuento y….hasta hoy.
Mis ojeras han vuelto junto con sus bolsas… y 3 kilazos de michelín, ¿qué que tiene que ver? Justo cuando vuelve a dormir peor por la noche, aprende a dormir la siesta del tirón. Mi trabajo me ha costado conseguirlo poco a poco, acostándome con él, todo a oscuras y en silencio, con mucha paciencia para no salir a la calle como una energúmena y cometer un vecinocidio. Aunque las siestas han sido mi perdición, la cosa es que el tiempo que duerme mi tesoro por las tardes es directamente proporcional al número de colines mojados en Nocilla que me meto yo entre pecho y espalda. He intentado hacer bici, abdominales…pero el día que me pongo a hacer algo va y se despierta… ¡que pena! pues nada a darle al chocolate, no van a ser todo penurias.
Entre unas cosas y otras, son ya 14 meses y medio sin pegar ojo, ná, una rachilla de ná. ¿Cuánto dura una persona sin dormir? Yo creo que ya estoy en las últimas. ¿Cómo lo lleváis vosotros? ¿Algún consejo…..?
Mil gracias de antemano de Una mamá ojerosamente muy feliz.
Escrito
en 12/04/2013