No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Las siestas: toda una aventura.

Un día más, le cedo este rincón (que parece que está abandonado…) a Una mamá muy feliz, para que nos cuente alguna aventurilla de su maternidad. Aunque yo estoy de vacas, a ella la tengo currando a destajo y de momento, no le he dado vacaciones….

tom_jones

Tengo 40 minutos exactos, antes de que mi tesoro se despierte, para contaros mi experiencia con la santa siesta del bebé muy feliz.

(Dos días después…) Como iba diciendo, que como buena andaluza me encanta echarme un coscurrillo después de comer. Peeeeeeeero, cuando llegó mi tesoro con su sueño peculiar, se acabó lo bueno. ¡Con la vidorra que me había pegado durante casi todo el embarazo! que eso no eran coscurros, eso era…vamos, ¡que no me daba tiempo a espabilarme del todo antes de acostarme otra vez por la noche! pues eran todas las tardes fácilmente cuatro horacas de siesta, si, por la parte corta.

Y llegó él, y no nos poníamos de acuerdo en esto de dormir, ¿qué es eso de dormirse a la una de la tarde? ¡Que yo no me podía acostar sin comer! y claro cuando a mi me picaba ese sueño tan bueno, después de las nochecitas toledanas que pasábamos, pues él quería fiesta y ahí me la pasaba yo toda la tarde intentando que se durmiera, o al menos que no llorara, ¡y no le he dado vueltas al cd de Tom Jones! “quseran yu to won to bilon bai ani wuan tarara rara ra” ¡era lo único que lo calmaba! ¿Os acordáis mamis marcianas 2012? ¡Eso eran tardes de marchuqui y lo demás es tontería!

Poco a poco fui cuadrándole las siestas (eso es lo que digo siempre, pero el niño cambio sus horarios cuando le salió de sus santos…) y aprendiendo el postureo de dar teta, cambié de ubicación el cojín de lactancia y el sofá se convirtió en nuestro mejor aliado, mi tesoro de una teta a otra y yo cerraba solo un ojo, pero bueno ¡era lo más parecido a una siesta que tenía en algunos meses!

Conforme fue llegando el calorcito, bueno aquí en el sur el calorazo llega de un día para otro, nos pegábamos como si estuviéramos en un sofá de “escai” (que no es el caso), por lo que pedí el traslado a la cama y llegó “La Siesta de Una mamá y un bebé muy felices”, Él seguía de una teta a otra hasta que poco a poco empezó a soltar el pezón y solo se despertaba en la mitad, otra teta y otra vez a dormir.

Y llegó el frío y a mi como que no me pega la siesta en la cama, soy más de braserito, y claro con el nórdico, todo a oscuras, me levantaba de noche, con una cogorza en lo alto que parece que me había bebido siete whiskys (aclaración: que me imagino yo que debe ser así, no que me los haya bebido nunca). En esta etapa fue cuando empezaron las contracturas en todas las partes de mi cuerpo de no moverme en unas cuantas horas, se me empezó a ir un poco la cabeza de estar todo ese rato dándole vueltas y también comenzó el ensanchamiento de mi vejiga, que aunque la tengo de gorda como una gaita y muy bien educada, un día se sublevó en mi contra y decidió vaciarse a deshoras, me levanté una chispitilla a hacer pis y a mi tesoro no se le ocurrió otra cosa que empezar a gatear, ¡que porrazo dio el pobre mío!…ahora que lo pienso ¿por qué todos los avances importantes de mi bebé han ocurrido mientras hago pis? que cosa para contarle cuando sea mayor-“hijo estaba yo haciendo pis cuando tu…por primera vez”.

Opté por pedirle el traslado de nuevo, en esta ocasión a la cuna, allí lo ponía tras dormirlo felizenbrazos con mi superbandolera con poderes somníferos y yo me iba al sofá, con la oreja orientada hacia el dormitorio, me sentaba en el filillo en posición de “preparados, listos, ya” para salir corriendo en cuanto lo oía moverse lo más mínimo antes de que me montara el pollo y ya fuera misión imposible, siesta abortada.

Poco a poco fue echando el rato del tirón y yo empecé a vivir; empecé a recostarme un poco en el sofá, la torticolis de la posición de la cabeza para orientar la oreja fue remitiendo, algunos días incluso me atrevía a hacer bicicleta, comencé a contaros estas vivencias y…empecé a engordar, a ver, a ver, a ver, a mi no me viene la inspiración si no me como antes un helado o media bolsa de colines mojados en nocilla ¡son mi perdición! pero necesito glucosa, entendedme. Ay, pero no fue tan fácil; pocas veces me he confiado y he tenido que salir corriendo a dormirle de nuevo, con el cono de helado a medias, que parecía la versión maternal de la estatua de la libertad, o de lo que he corrido casi llego con la bici estática, me he tenido que acostar y me he levantado con las piernas medio cangrenadas y la cabeza hinchada de la presión del culotte.

Ahora estamos en una fase de recaída, no hay manera de dormirlo y me niego de volver al Tom Jones del principio, al sofá con él encima con estos calores, a estar acostada toda la tarde sin sueño, a dejarlo solo en la cama para que se vuelva a caer…y que no, que a mi ya no hay quién me quite el chocolate después de comer. Jo pero me da mucha pena, sabiendo que conmigo si duerme, no facilitarle su siesta. Así que ahora tenemos siesta a la japonesa, he tirado el colchón al suelo, así que, aunque me acueste con él, puedo levantarme una vez dormido a contaros mis historias, a comerme mi dulce o a hacer pis.

Si es que el que no se apaña es porque no quiere. Shhhhhhh que mi bebé duerme.

Una mamá muy feliz os desea felices siestas.

 

 

 

“ La maternidad te llena… de bolsos, planes y manchas».

Esta semana, Una mamá muy feliz, nos va a contar un poco más acerca de la maternidad.

Esta semana me había abandonado un poco la musa y la santa siesta de mi tesoro, no sabía que escribir ni tenía tiempo de pensarlo siquiera, pero leyendo una revista, vi esta frase (no me hagáis mucho caso, porque la verdad es que la revista en cuestión pasaba por allí y la cogí sin más, pero creo que es el título de un capitulo de una serie) y no me digáis que desde que sois madres, esas tres palabras no forman una parte muy importante de vuestras vidas.

En el caso de los bolsos, ¡me tienen agobiadísima! (tono susurro: si mi madre o mi cari leyeran esto pensarían que se me está yendo la cabeza, shhhh). Siempre me han encantado los bolsos, no puedo remediarlo. De pequeña, mi madre muy feliz, estaba muy preocupada porque pensaba que mi brazo izquierdo se me quedaría pegado al tronco de llevar siempre debajo su monedero… ¿me vendrá de ahí la tendinitis de codo?

Conforme fui creciendo y llegando a la “edad del pavo”, me gustaba presumir de un bolso con cada modelito, eran de los que no cabían nada, tipo bandolera, ¡qué recuerdos! Aún tengo la marca del quemado en el cuello del roce del cordón. En mi época universitaria, siempre llevaba una mochila con prácticamente mi vida dentro, lo que hizo que al acabar la carrera y al desprenderme de ese lastre, aborreciera por completo llevar bolso… ja, pero no comprarlos. ¡Si es que me encantan los bolsos! Por cada uno que me compro ya tengo preparada antes la excusa perfecta del porque no lo llevo. ¡Cómo disfruté colocando la bolsa del hospital antes de que naciera mi tesoro!, lo sacaba y metía todo una y otra vez y allí estaba preparada más de un mes antes… y allí se quedó mientras yo iba para el hospital, pero esta vez ni excusa me dio tiempo a preparar. Ahora con mi bebé muy feliz no puedo salir sin bolso, que más bien es el baúl de la Piquer, bueno que os voy a contar; que si pañales, una mudita extra o dos, otro par de zapatos por si pierde alguno, dos botellitas de agua por si se vacía encima una, de ahí la segunda muda extra, pañuelos…Y si ya vamos a comer fuera ¡parecemos vendedores de enciclopedias con tanto bolso!

A pesar de ser muy calculadora y metódica, siempre he pensado que no hay mejor forma de fastidiar algo que planearlo. Pero con la maternidad, ¡no puedes dejar nada a la improvisación! Mis amigos por fin han entendido que ya no nos pueden llamar diciendo –os esperamos en tal sitio, y en un plis allí nos plantábamos, ahora necesitamos mínimo 24 horas de antelación…para preparar entre otras cosas tanto bolso. Y ya no solo salir, hasta para las necesidades más básicas, como es ir a hacer pipí, tengo que buscar un hueco…a ver, a ver justo después de la fruta, cuando mi tesoro aun permanece en la trona me puedo escapar un segundo. Y para otros menesteres a los que hay que dedicarle más tiempo pues ya tendría que esperar el fin de semana que papi se puede hacer cargo un mo-men-ti-to, ¡vamos, digo yo!

Y por último las manchas…ay las manchas… ¡amargan la existencia! Empezamos con los escapes caquiles, que para hacerlo tan tímidamente, disimulando, por el filillo del body… ¡échale nudillos para sacarla! Y luego con ese miedo que te meten en el cuerpo…

-nooooo, la ropa de bebé solo se lava a mano, con jaboncito neutro

-¿y suaviz…?????

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡nooooooooojamás!!!!!!!!!!!

Como para preguntarle por la lejía… ¡directamente me exorcizan!

Progresivamente los escapes van siendo directamente proporcionales a la materia en cuestión, y si seguimos con el “jaboncito neutro”…mal asunto, ni te molestes, directamente tira la prenda.

Cuando llegaron las manchas de la alimentación complementaria, le planté cara a esas descaradas que me desafiaban continuamente, ¡no hay producto en el mercado que no haya probado! cualquier día se me desintegra la ropa o directamente explota la lavadora…ahora que me queda todo como un jaspe.

pintuuuuuuuura

 Uy que tarde, os dejo voy a ponerme mi vestido impoluto de manchas, colgarme mi bolso y me voy que he hecho planes con mi tesoro… ¡ayyy! ¡Soy Una mamá muy feliz! Hasta la semana que viene.

El bikini de una mamá reciente

Las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Y Una mamá muy feliz, ya se está preparando para el evento.  Después del vestido de gala que lució en la entrega de premios, ahora le toca el turno al bikini, que hay que lucirse también en la playa. Aquí, su experiencia con la prenda en cuestión.

¡No veo la hora de irme de vacaciones! Este año nos hemos decidido por la playa, porque como somos de secano, aquí en el interior no tenemos donde mojarnos el culo y no quiero que le pase a mi tesoro como a mi; que mucho árbol, mucho animal, mucha sierra, pero ¡no vi ni gota de agua salada hasta los 17 años! Y después no es que haya ido mucho, somos de otro tipo de turismo, pero este año con el rubio buscamos tranquilidad y disfrute sobre todo para él.

Aunque me queda más de un mes, pero yo ya voy preparado cosillas, que luego me da el agobio y para que no se me olvide nada opto por llevármelo todo, con la consecuente pelea de última hora,  que si cabe, que si no, para que te llevas esto…¡q-u-e-p-e-s-a-d-o-s-n-o-s -p-o-n-e-m-o-s!

Sin ir más lejos hoy mismo he ido al “mercaillo” y no me he podido resistir, ¡me he comprado un bikini!, ¡Anda que no le he hecho fiestas al bikini! Jajaja, y es que no me compraba uno hacía, por lo menos, siete años, me hacía falta, los que tenía ya no se adivinaba de que color eran.

Todo este tiempo post parto había pensado comprarme un bañador, si, a poder ser por debajo de la rodilla y de cuello alto, incluso con un par…o no, no mejor tres volantes que salgan de debajo del pecho hasta la cadera, y de color, por supuesto negro, que estiliza más. Pero, ¿sabéis que me ha pasado? ¡Ay que ilusa! que en este último mes y medio en el que mi peque ha empezado a caminar y el desgaste tetil que tengo, me ha hecho perder unos 3 o 4 kilillos y claro, ¡me he emocionado! Y allá que he ido yo de flamenca y me cojo una talla X, nada más ver la parte de arriba, que decepción…no no, ¡aquí no caben mis dos cántaros! Bueno, no pasa nada, una X+1 (me lo pongo así por encima)… ¿¡tampocoooooo!? ¿¡Una X+2!? Ni siquiera lo he sacado de la bolsa por miedo a eclipsar el sol, total, para lo que me ha costado, aunque sea lo usaré como toldo para las macetas. De todas formas le ponen tanto relleno que no cabe lo que tiene que caber.

Ya en casa, he puesto a mi tesoro en un lugar seguro para no correr el riesgo de perderlo entre tanta tela al sacar la prenda de la bolsa y tras un lavado exhaustivo, me lo he probado (música de concurso de TV cuando fallan una pregunta) ¡Pedazo cuerpo de trompo se me ha quedado! 

La parte de arriba… ¿donde están los tirantes? Eso me pasa por no abrirlo allí, no tiene los tirantes, bueno me ahorro las marcas del sol. Con lo que no contaba es con el efecto de la gravedad, madre mía si parece un bañador, se junta la parte de arriba con la de abajo y no precisamente porque las bragas sean altas. Menos mal que es bastante mei, no tiene broches, se ata con un nudo a la espalda, pues nada a apretar hasta que las tetorras se mantengan en su sitio, aun a riesgo de no poder respirar, pero esto sube, ¡vaya que si sube! El que va a disfrutar es mi tesoro que, con una sola maniobra de presión por la parte de abajo, la teta hará balconing, y la tendrá a su disposición tantas veces quiera.

La parte de abajo… ¡aquí hay braga para siete culos! de ancha claro está, porque lo que es de alta, casi se me ve la cicatriz de la cesárea… ¡y mira que me la hicieron baja! Y si se me ve la cicatriz, quiere decirse que no solo me tengo que depilar los laterales sino también la parte de arriba, que en mi caso, como ya sabéis, es prácticamente del ombligo para abajo (pensando mientras que estiro a ver si gano unos milímetros que me tapen lo que parece la puntilla de encaje bordado de las sábanas del ajuar de mi abuela).

PicMonkey Collage

A esto que entra el papitambiénexageradoparaopinarsobrebikinis: -“jod… eso te está…, se te van a…, vas a expl…, estás rebos…, aláaaaaaaaaaa”. Creo que tenía que haber sido una X+3 aunque hubiera tenido que ponerme relleno…en este caso en las bragas.

Diana, ¿cuela si te pido un mei bikini? telas de calidad y secado rápido, colores veraniegos, tallas combinables arriba y abajo para cuerpos amorfos como el mío, anclajes…perdón, perdón, nudos para acoplar el mei babykini del bebé, con sujetador de lactancia y braga… ¿faja?

Pues yo me veo estupenda con mi bikini. Ya os iré contando más preparativos. Por hoy me despido. Un besito con brisa de verano de Una mamá muy feliz.

Metaforeando- Hablemos de… ¿queso?

Ya sabéis que los jueves, Una mamá muy feliz se pasa por mi blog, para hacernos reír un rato con uno de sus post. Pues tengo que reconocer que hoy me he reído de lo lindo. Al principio, al empezar a leer, pensé, ¿queso? ¿Y que tiene eso que ver con la maternidad? Porque confieso, no me había fijado mucho en el título. Y seguí leyendo, y entonces, ¡¡¡¡caí en la cuenta!!!!! Si no habla de queso, habla de…..eso!!! Pues ale, que ya os podéis preparar para reír un rato.

Una recomendación: antes de empezar a leer, dejar el café encima de la mesa, que se de alguna que más de una vez, casi se atraganta.

A mi siempre me ha gustado el “queso”, cuando estábamos novios nos hinchábamos de “queso”…aishhhhh la juventud…ese picantón, que va aumentando de sabor conforme vas comiéndotelo y que rasca en la garganta, una mezcla de placer y molestia, dejándonos al final un buen sabor de boca, que incluso comentábamos y nos costaba olvidar.

Antes del embarazo de mi tesoro, a ver tampoco voy a fardar, pero si, comíamos “queso” muy a menudo, además todo tipo de “queso” dependiendo del momento en el que nos apetecía. Y aunque yo siempre he sido más de “queso” para el postre, no puedo negar que en el desayuno tampoco está mal y bueno, ya sabéis, cenar “queso” es todo un clásico. Que alegría para el cuerpo, continuamente comiendo, a cualquier hora “queso”; probando nuevos sabores, nuevos formatos, para que el paladar no se viera afectado por la rutina.

Durante el embarazo, ¡mira que aborrecí cosas! pues no, el “queso” no fue una de ellas, para mi desesperación, porque el que lo aborreció fue el exageradofuturopadre, claramente fue en estos momentos de tensión culinaria en los que se ganó este apelativo, bueno y algunos más. Cachis en los mengues, en ese estado de revolución hormonal, ¡¿me dejas sin “queso”?!. Excusas tontas como que le iba a hacer daño al bebé ¡¿en la frente?!, creo que hay un chiste sobre esto… ¡ayyyyyy el ego masculino! Pues nada, no consintió, ni siquiera de ese blanco desabrío que pasa sin pena ni gloria, ni siquiera en quesitos o pequeñas porciones, vamos ¡ni olerlo me dejaba! que mi barrigón y el “queso” eran incompatibles, ¿pero no te preocupaba hacerle daño en la frente?, bueno que tonterías. Mira que le expliqué que el “queso” no solo no era malo en el embarazo, sino que incluso era recomendable, pues nada de nada, incluso un día leí que favorecía la elasticidad de cierta zona, por lo que facilitaba el parto, ¡qué cosas! ¡¿Quién lo diría del “queso”?!

La verdad es que toda la culpa no la tiene él, a mi me daban unas sueñarreras, que ni “queso” ni “san queso”, ya estaba dando cabezazos en la mesa antes de cenar, ¡como para esperarme al “queso”!. Tenía puesta la esperanza en el revivir del segundo trimestre y si que reviví si, me apetecía “queso” a todas horas, ¡que desesperación por el “queso”! y cuando ya lo tenía medio convencido y para su alivio, me declaran embarazo de riesgo, jo jo jo, mi gozo en un pozo, nunca mejor dicho.

Después del parto, para colmo cesárea, fui yo la que me puse a dieta de “queso”, me cerré completamente (léase textualmente), ¡claro no se favoreció la elasticidad de la zona en su momento…!. Ya sabéis, las hormonas que hacen que las cosas no te sepan igual y algunas incluso al borde del aborrecimiento, todo el día peleando, ¡como para comer “queso”!, y esos kilacos de más, ¿cómo me iba a apetecer “queso” si me quedé hecha una vacorra?

Poco a poco, la cosa ha vuelto a una pseudorrealidad conformista. Comemos “queso”, pues cuando nos deja nuestro tesoro, no es plan de comerlo delante de él y como lo tengo todo el día pegadito a mi y para colmo duerme fatal…En la actualidad me decanto por el queso fresco, no nos queda otra, si, ese que solo le notas el sabor cuando ya se ha acabado y a veces ni eso. Bueno, comerlo a escondidas y deprisa, mmmmmm, bastante deprisa, tan deprisa que a veces mi cerebro ni asimila que lo está comiendo, también tiene su gracia. Lo que yo daría por un buen queso curado y recrearme el paladar sin prisas, saborearlo, mmmmmm.

Chicas no hagáis que la maternidad sea incompatible con el “queso”, dedicarle su tiempo, si no puede ser un Cabrales de intenso sabor pues uno de Burgos, ¡hay que probarlos todos!

Y a las que estéis embarazadas en este momento, un buen piscolabis nunca viene mal, ¡que no os la den con “queso”!

Bueno, creo que me he repetido más que… la morcilla, jajajja.

Y tras el queso, beso…de Una mamá muy feliz.

La feliz hora del baño

De nuevo jueves, y de nuevo, le cedo el blog a Una mamá muy feliz, para que nos deleite con las cosas humorísticas de la maternidad. Hoy, se meten en el baño.

Mi tesoro cuando me lo dieron estaba pringosillo y aun tenía restos de parto en la cabeza… ¡es lo único sucio que me han dado y no me he quejado por ello! Yo no sabía que no lo bañaban, que solo lo lavaban como los gatos. Me esperaba que me iban a dar a mi rubio liado en esa pedazo toquilla que regalan las abuelas, de las buenas, con ese lazo que mi madre no me dejó arrancar, con su trajecillo blanco inmaculado y oliendo a colonia de bebé… (Música de deja de soñar)… Pues no, me lo dieron liado en una manta con cada pelota, como mi cabeza de gorda y con una camiseta, se supone que blanca en su origen, solo atada al cuello, con una raya verde que antes de ser raya era Junta de Andalucía…¡¡¡que espernibilidad!!!

Baby in a bath tub

Pregunté varias veces-¿Cuándo lo vais a bañar, cuando lo puedo vestir? Y como no soy pesá cuando se me mete algo en la cabeza…por fin lo bañaron al día siguiente y me quedé con las ganas de asistir al maravilloso evento, ¡su primer baño! pero la cesárea y la jeta que me puso la enfermera/o que se lo llevó me lo impidieron.

La misma noche que llegamos a casa bañamos a mi tesoro, estaba ansiosa por hacerlo, además estrenar todo lo que tenía preparado. Desde entonces disfrutamos muchísimo el momento baño.

Siempre intento tenerlo todo listo antes de empezar. Elementos necesarios:

• El bebé: Lógico, es lo que se va a bañar, aunque tras el baño no me queda muy claro que sea lo único que allí se baña.
• La bañera práctica por los cajones: Es donde se deposita al bebé en cuestión…al bebé y el papi y yo de cintura para arriba.
• Productos varios

  • Champú y gel: con la práctica he aprendido a usarlo en mínimas cantidades, ya que no es plan de montarle al bebé un baño de espuma, más que nada, porque después me dejo la vida para aclararlo y lo saco al pobre más arrugado que un garbanzo.
  • Aceite de baño: es necesario ser un bañador profesional para usarlo, yo lo he usado muy pocas veces y tengo que tener un cuidado, es como si me peleara con una trucha para sacarlo, ¡cómo se escurre…! para mi es más práctica y segura la
  • Crema hidratante, también en pequeñas cantidades, al principio dejaba a mi tesoro blanco fluorescente.
  • La esponja: De las naturales, que por lo que cuestan, ya podían ser automáticas y bañar al bebé ellas solitas.

• La toalla: De las buenas, no de las que repelen el agua. Para mi es imprescindible que lleve capucha, que aunque me es casi imposible encajarla en la cabeza de mi tesoro con la bregacina de sacarlo del baño, a mi me ha venido de perlas para sujetar la toalla con los dientes. Diana, jefa en Felizenbrazos, ¿para cuando una mei-toalla fácil de usar, 100% algodón? no se tu, pero yo saco a mi rubio de la bañera con los brazos y me gustaría que el momento fuera feliz… ¿lo pillas? ¿entonces, aceptamos toalla como portabebé? si, si… por favor, a ser posible antes de tener que ponerme un extra de corega ultra a la hora del baño.
• Termómetro: Digo yo como mi madre, modernuras, ¿y si falla? No es plan de pelar a mi tesoro como si de un pollo se tratara, donde se ponga un buen codo ya curtido, ¡eso si que es tecnología punta!
• Calefactor si es invierno: El mío es un “bebé marzo 2012”, así que en los primeros baños no podía faltar. Habitación calentita, que el retoño no pase ni pizca de frío. Los primeros kilos los perdí gracias al calefactor, al efecto sauna que allí se creaba con el agua caliente y al chandalorro feo con ganas, que todas nos ponemos tras dar a luz para estar en casa y si me apuráis, también para salir a la tienda de la esquina. El verano mola más, me convierto en miss camiseta mojada tope sexy (buscador Google frotándose las manos, ¡aquí hay tajo!)
• Papá: En los primeros baños de mi tesoro el papi fue imprescindible. Recuerdo con ternura como cogía al bebé con mucho cuidado, le pasaba la esponja muy despacito mientras le hablaba para que no se asustara. Yo mientras, le iba ayudando y por supuesto grabando la escena; no puedo borrar de mi mente (a partir de aquí imaginación en cámara lenta please) esos brazos musculosos y esos omóplatos al quitarse la camiseta dejando ver los abdominales… ¡lo que hace el calefactor! Ufff, es que fueron tantos meses de embarazo de riesgo, que ya no distinguía la realidad de la ficción.

Hace ya unos meses que nos bañamos juntitos en la bañera grande, con lo de juntitos me quedo corta para describirlo; el asiento de baño de mi tesoro, ¡que derroche de aro!¡que hermosura!, animalitos diversos de goma, todos los botes a modo de barquitos, mi bebé y yo, ¡parecemos sardinas en lata!…Yo que me tengo que echar las piernas al hombro para caber y con el grifo hincado en la espalda, la cual ya tengo contracturada de retorcerme cada vez que le quiero dar al agua. En fin momentos muy felices de Una mamá muy feliz y su bebé.

Andamos: los primero pasos de un bebé muy feliz

Os dejo con la aportación semanal de Una mamá muy feliz, que nos cuenta como se ha lanzado a andar su pequeño. Como siempre, no tiene desperdicio.

Esta semana mi tesoro ha empezado a andar y por cada paso que da, mi esperanza de vida se va reduciendo rápidamente. Me río yo del puenting, rafting, paracaiding y todo lo que acabe en ing para subir la adrenalina…guauuuuuu ¡¡¡qué subidón!!!¡¡Me siento viva!!!

La verdad es que ya hace meses que mi bebé campa a sus anchas por toda la casa. Comenzó a gatear muy pronto y hasta hoy se ha convertido en un experto gateador; va gateando de acá para allá por todos sitios a una velocidad de vértigo, y no podemos comparar la estabilidad de las cuatro patas, que siempre me ha dado mucha más tranquilidad, que cuando lo veo con esos dos pequeños piececitos ceporretes como único apoyo, tiene menos estabilidad que un Seat Panda en una curva cerrada.

Fue hace ya más de tres meses cuando empezó a dar sus primeros pasos, agarrado por supuesto. Qué ilusión al principio, ¡mi bebé quiere conocer mundo! Jo pero se ha hecho de rogar, ya me estaba encomendando a los todos los santos de los bebés tardones para andar, porque si no lo llega a hacer pronto, se me hubieran desmembrado los dos dedos índices de las manos de llevarlo todo el día enganchado de ellos, y no hablemos de los riñones, no se si en algún momento de mi vida volveré a recuperar esa postura erguida y esbelta que me caracteriza o me quedaré alcayatada para siempre, cosa a la que las tetorras y la gravedad también están contribuyendo, y con la estatura que tengo…¡no me puedo jugar ni un centímetro!

Justo unos días antes, prediciendo lo que estaba a punto de ocurrir, me di un paseo por casa, papel y lápiz en mano, inspeccionando cada rincón y los posibles peligros que pudiera haber para mi pequeño andarín…jolín si esto parece Indiana Jones y el arca perdida, ¡hay peligros y trampas por todas partes! ¿Cómo puede una casa tener tantas esquinas?, si es que tenía que haber llamado a Gaudí cuando hice la obra para que me la hubiera hecho redondita. Con mi lista me fui a un centro comercial a comprar todos los sistemas de seguridad habidos y por haber, que variedad, hay cosas que compré y las he guardado porque no se ni para que sirven, pero el simple hecho de tenerlas me da seguridad. Me puse manos a la obra y puedo presumir que tengo “la casa segura para bebés”, silicona por todas partes, todos los enchufes tapados y decoración minimalista, parece un hospital robado.

Y hablando de seguridad, al principio no sabía de su existencia y cuando lo supe pensé “madre mía, que exagerados”, a lo que mi madre añadió-“modernuras, pues todos habéis andado, bla, bla, bla…cuando tú bla, bla, bla,…(dos horas después)bla, bla, bla…modernuras” y en cuanto al papi…le estoy ocultando información, porque conociéndole, con lo exagerado que es, en cuanto lo vea se presenta aquí con uno. Hablo de los cascos para bebés, ha cambiado totalmente mi visión sobre ellos, ¡necesito dos! uno para mi tesoro y otro para mi, me estoy viendo estampada contra el suelo o una esquina de un momento a otro. Y es que cuando empieza andar, que cada vez se envalentona más, con los brazos abiertos, dando traspiés, cogiendo velocidad y siempre sonriendo…yo voy detrás, estropeando la idílica imagen; encorvada, también con los brazos abiertos y con el terror dibujado en mi cara…¡vaya estampa!. Con lo controlado que lo tenía antes, cuando salíamos a pasear, que no quería carro, pues felizenbrazos, siempre pegadito a mi en la superbandolera, que sigo usando porque es tan fácil y rápida de ajustar que puede subir y bajar para descansar y seguir andando tantas veces quiera.

Lo mejor de todo esto es que ahora la cervecita y las tapitas nos adelgazan y es que el salir a tomar algo se ha convertido en una forma intensiva de quemar calorías, ¡es un no parar!, así que nos hemos organizado, primero pasea el papi, que ya le he dicho que se borre del gimnasio, y luego yo…ayyyy y luego yo, ¿qué fue de mi pose cuando salía? pelo perfecto, más tiesa que un ajo, ropa impecable…y ahora acabo sudandico como un pollo, con una horquilla para que el flequillo no me moleste, con esa postura en la que me es imposible esconder la panza y en la que mi michelín aparece airoso a continuación de las tetorras, que cualquier día se me van a salir por el escote al ir agachada y a veces sueltas, ya que el niño tiene la costumbre de mamar, un traguillo de ná y bajarse rápidamente, no dándome tiempo a colocármelas, ¡¡¿ay que fue de mi pose?!! Y en cuanto a la ropa, desde aquí hago un llamamiento a los fabricantes de pantalones blancos para mamás de bebés andarines, pónganles ustedes ya la mancha correspondiente a la suela del zapato del bebé, total, parece que la traen de serie, yo ya salgo de casa con ella puesta, y aun así siempre que me pisa parece que fuera la primera vez, ¡me llevo el disgusto!, debería de dejar de ponerme pantalón blanco, ¿¿no??

Aishhhh mi tesoro va creciendo y el empezar a andar es un acontecimiento superimportante. Siempre había soñado con el momento en que dejara de ser una prolongación mía y se lanzara al mundo. Yo allí agachada en medio del pasillo, con los brazos abiertos y una amplia sonrisa diciéndole “ven con mami”, y mi tesoro, (a cámara lenta como en las películas), empezaba su paseíllo hasta fundirnos en el más tierno y seguro abrazo… (Sonido estridente chirriante)… ¡nada más lejos de la realidad! Estaba con mi bebé jugando en su precioso dormitorio azul, en su alfombra de colores, con todos sus juguetes favoritos. Sonaba de fondo “Cantajuegos superbailables 1”… ¡lo estábamos pasando genial! De repente mi vejiga decide no soportar más la presión ejercida sobre sus paredes y dejo a mi tesoro allí entretenido un segundo. Mientras oigo sus risas de fondo, señal de que está bien, me dispongo a hacer pipí. De repente no lo oigo, y no me da tiempo ni a llamar su atención, cuando lo veo llegar, haciendo equilibrio, con los brazos abiertos y una amplia sonrisa… ¡casi me da un infarto! se me cortó hasta el chorrete. Y allí estaba yo, un poco diferente a la película que me había montado, en la que mi ropa interior estaba en su sitio y no en los tobillos, abrí los brazos, puse la mejor de mis sonrisas, lagrimilla correspondiente al acontecimiento que estaba viviendo y nos fundimos en ese tierno y seguro abrazo que yo había soñado. Si, ya se que no eligió el mejor momento para cumplir el sueño de su mami, eligió el suyo, su mejor momento para andar, un tanto cómico, lo se, pero no podríamos esperar menos de “Un bebé muy feliz”.

Esto son emociones fuertes y lo demás son tonterías. A esta edad, cada día es una aventura para ellos y para nosotras…cada día me sorprende con algo nuevo…cada día me hace Una mamá muy feliz”.

Premios para Una mamá muy feliz

La semana pasada, en el reparto de premios que hice, podéis leerlo aquí, le entregué todos los premios a mi querida amiga, Una mamá muy feliz, la que escribe todos los jueves en este lugar, la que nos llena de risas, contándonos como es la maternidad con un toque de humor. Si alguno aún no la conoce, os invito a que conozcáis el tamaño de sus ojeras, o todos los tipos de cacas.

Y hoy se ha dejado caer por aquí para recogerlos y que la conozcamos un poquito más. No tiene desperdicio, nunca una entrega de premios fue tan divertida. Ah, y prometo que no la he coaccionado ni nada para que hable bien de mi y de mis portabebés, jejeje.

Os dejo con ella.

¡¡¡Ayyyyyy que nervios!!! Me acaban de decir que estoy nominada a una serie de premios por mi participación en Felizenbrazos…¡¡¡pero si ni siquiera tengo blog propio!!! ¡¡Qué ilusión me hace!!!

¿Qué me voy a poner para la gala? Algo sencillo pero elegante y los zapatos no muy altos ¡mira que si me caigo al subir a recoger los premios! Nooooooo, que vergüenza. Ala ya estoy yo fantaseando ¡que hay otras dos nominadas!

NOCHE DE LA GALA

Ha sido un detallazo por parte de la organización lo de la limusina. El vestido me queda un poco estrecho, no se si me aprieta más con o sin la faja, y ole el pedazo de escote que me gasto a costa de la lactancia materna, bueno, y del sujetador extrapush up que me he tenido que poner para no pillármelas con la faja…

Voy a bajar la ventanilla para churretear un poco mientras nos aproximamos a la alfombra azul. Ahí llegan ¡qué vestidos más bonitos! A Diana le sienta bien el azul y que taconazos, que conjuntada con el mei personalizable en algodón de la princesa… ¡ohhh mira si va dormidita! Claro, va tan a gusto, ya que lleva un soporte para la cabeza y ella luciendo talle, puesto que al llevar los tirantes cruzados, el peso se reparte por todo el cuerpo mejorando la postura, además es muy útil para darle teta. A ver si me da tiempo de saludarla mientras firma autógrafos.

YA EN LA GALA

Y las 3 nominadas son: Una mamá asquerosamente estupenda, Una mamá muy feliz y Una mamá no tan feliz

Y la ganadora es… (Redoble de tambor)…..UNA MAMÁ MUY FELIZ

-¡Ohhh no me lo puedo creer! He ganadooooooo. Voy a darle un beso a este de al lado, que no se quién es, pero se suele hacer eso, ¿no? Voy para el escenario, espero no tropezar.

Entrega los premios Diana de Felizenbrazos.

-Gracias, muchas gracias (el público no para de aplaudir). ¡Aishhhhhh que emoción! No he preparado ningún discurso, así que solo dar las gracias; primero a Diana y Felizenbrazos por darme la oportunidad y animarme a escribir mis historias, también a mi tesoro, porque sin él no tendría que contar y por supuesto a mis fieles lectores por seguirme cada semana, y aunque muchos no son de comentar, se que están ahí. Gracias.

Bueno y aunque soy muy tímida y todo esto me da mucha vergüenza, si alguien de la prensa me quiere hacer alguna pregunta…

Best blog

¿Te arrepientes de algo? No suelo arrepentirme de algo que ya no tiene arreglo, lo pasado, pasado está. Eso si intento no caer dos veces en el mismo error.

¿Si pudieras volver al pasado, a qué época volverías? No, no volvería al pasado, creo que esta época es la mejor.

¿Cuándo lloraste por última vez? A ver, pues no me acuerdo, pero seguro que hace unos días, soy bastante llorona.

¿Qué te gusta hacer cuando estás sol@? Hablar…siiiiiii, ya lo se, estoy más pa´allá que pa´acá. ¡Me encanta hablar sola!

¿A quién echas de menos? A mi padre, mucho.

Tienes un billete de avión en blanco, ¿dónde te irías? A Sudáfrica, quedó pendiente cuando nació mi tesoro e iremos.

¿Perro o gato? Gato, me encantan, siempre he tenido.

¿Practicas algún deporte? Solo camino, me encanta caminar.

Último libro leído Bésame mucho, un regalo para toda la vida y mi niño no me come de Carlos González, jajaja.

Última película vista en cine – Ufff ni me acuerdo, no me debió gustar.

¿Qué vas a hacer hoy? Disfrutar de mi tesoro y mi madre al máximo, paseando, como todos los días.

lovely blog

¿Qué te impulsó a crear tu blog? No tengo blog…Por el momento Diana me alquila una habitación aquí los jueves y estoy bastante a gustito.

¿En qué te inspiras para tus posts? Quién me ha leído sabe que mis post son maternidad pura un poquito exagerada.

¿Cuánto tiempo tardas en hacer un post de tu blog? Pues depende del post, algunos se escriben solos prácticamente y otros me cuesta más, pero en general le dedico el tiempo necesario para quedar yo misma mínimamente satisfecha con el resultado.

¿Qué te aporta tu blog? Mucha, mucha satisfacción, jamás hubiera pensado que podría gustar lo que escribo, nunca lo había hecho. Me siento valorada y eso me gusta.

¿Qué te gusta y no te gusta de tu blog? Uyyyy a mi me gusta este blog, además estoy aquí de prestao, no puedo criticarlo.

¿Por qué crees que hay tantos blogs de padres como los nuestros? Es una experiencia tan maravillosa, tan gratificante…tan grande que necesitamos compartirla, tanto amor, tanta felicidad, tanta ilusión nos ahogaría.

¿Qué crees que debería cambiar en la educación de los niños? Se ha perdido algo tan básico como es el respeto a los demás, creo que es fundamental.

¿Cuál es tu libro favorito? La casa de los espíritus de Isabel Allende, en general me encanta este tipo de literatura.

Y ¿tu película favorita? Pearl Harbor y Pretty Woman

Dime un lugar donde nunca has estado y te gustaría ir. Quiero ir cuanto antes a China, creo que allí me espera un gran regalo.

¿A qué te gustaba jugar más cuando eras niñ@? A las casitas, siempre he vivido en el campo y tenía una casita debajo de un árbol. También a las maestras.

seven-things

7 cosas sobre mí:

1- Hablo sola, constantemente, debe de quedar algo del amigo imaginario que dicen que tenemos los hijos únicos, el mío es chica y tiene el pelo blanco.

2- Soy superordenada y muy perfeccionista, rozando lo patológico, aunque siempre tengo un cajón donde reina el caos, lo necesito. También soy muy maniática.

3- Me aterra el fracaso y decepcionar a los míos, me exijo demasiado.

4- Soy psicóloga de vocación y me encanta lo paranormal, tengo una relación muy especial con el más allá.

5- Lo que más me gusta es salir de tapitas con mis amigos, aunque ahora no lo practico mucho.

6- He viajado por muchos países, me encanta viajar y conocer otras culturas.

7- Me relaja tumbarme en mi cama en casa de mi madre con las piernas para arriba pegadas a la pared

premio-mejores-seguidores

Edad: 37

Horóscopo: Virgo

¿Dulce o salado?: Salado, aunque desde que tuve a mi tesoro me hincho de dulce.

¿Hobby?: Pasear por casa de mi madre con ella y con mi tesoro.

¿Qué te inspiró hacer el blog?: No tengo blog pero en mi caso me animó a escribir Diana.

¿Eres una profesional del mundo del maquillaje o de la moda?: Paso de esos dos mundos.

¿Tienes canal de YouTube? No

¿Tu canal favorito de YouTube o blog de maquillaje y nail art?: No sigo ninguno.

¿Tu perfume favorito?: No uso perfume, ahora utilizo Nenuco o la de bebé del mercadona

Un básico de maquillaje sin el que no podrías salir: No uso maquillaje.

PD: Como veis también tengo mucha imaginación.

El sueño (que paso por las noches)

Hoy, Una mamá muy feliz viene totalmente despierta y despejada, a contarnos como le van las noches. Ehhh, perdón, ejem, que no viene tan despejada, creo.

¡Buenos y somnolientos días!

No pongo una foto porque ya sabéis que estoy aquí de incógnito, que si no ibais a ver las dimensiones que alcanzan mis ojeras, ¡se pueden medir en metros cuadrados! Eso a simple vista y si solamente tenemos en cuenta la superficie del colorcillo amarillentoverdosonegruzco. Y en metros cúbicos, si medimos la capacidad de las bolsas, que me van prácticamente desde una oreja (léase órgano auditivo, ya que podemos confundir los términos por su parecido, jo y solo me faltaba tener muchas orejas, me echas al monte y el eslabón perdido) a la otra. Tengo que comprar la crema antiojeras por cubos. Desde hace unos meses, mis ojeras dicen mucho de las noches que pasa mi tesoro, la escala va desde una ligera sombra=noche de lujo en la que solo se ha despertado mínimo dos veces, a bolsas que alcanzan la cuarta dimensión=noche para pegarme porrazos contra la pared=día que si no me dejas como las locas esto puede desencadenar en divorcio.

Con el tiempo he llegado a la conclusión de que cuando fabricaron a mi tesoro olvidaron ponerle el sueño, no dormía nada ni de día ni de noche y al principio nos hacía hasta ilusión; ¿qué son unos padres primerizos sin la experiencia de pasar varias noches en vela? Pregunta de rigor -¿y las noches que?- da igual lo que contestara, ya podía estar reventada, que siempre contestaba con una sonrisa en mi cara, – “bueno poco a poco, estamos conociéndonos…”-. Pero los días pasan y a la misma pregunta no hace falta ni contestar, mi cara lo dice todo…tanto que no creo que se atrevan a volver a preguntarme.

Lo he probado todo. Empezamos como mandan los cánones poniéndolo a dormir en su minicuna, pero ni minicuna antes, ni cuna ahora…parecen que le pinchan, está durmiendo plácidamente encima de mi y es intentar echarlo a la cuna y se pone más tieso que un ajo.

Esto nos llevó al colecho toda la historia aquí perfecto de “en mi cama somos tres”, aunque pronto tuve claro que alguien sobraba y no precisamente por culpa de mi angelito, sino por el rugir de la fiera del otro lado de la cama, ¡eso era insoportable! Uffff pero todas las noches me acordaba de mi madre que me grabó a fuego –“pase lo que pase de tu cama no te salgas”, menos mal que al poco tiempo se dio por aludido, alegando que mi tesoro lo machacaba a patadas. Ya solos ante el peligro pasé por todas las variantes; los dos en la cama, yo en la cama y mi tesoro en la cuna, yo en la cuna y el solo en la cama, los dos en la cuna….

Cuando parecía que el desueñado estaba descubriendo el maravilloso mundo del sueño, empezó lo peor; “la horripilante fase de los 40 minutos” esta duró cuatro largos meses. Todas, todas las noches, cuando parecía que estaba durmiendo para toda la noche, a los 40 minutos exactos, cual Longines, se despertaba llorando… ¡jolín, eso trastorna un montón! ¿Os hacéis una idea de lo que supone eso para una persona dormilona como yo? ¡Una tortura china! en esos meses fue cuando perdí la poca cordura que me quedaba.

A los 8 meses, de repente una noche lo dejé en la cuna, ya extasiada de cansancio, le tararee una canción y ¡¡¡¡se durmió!!! ¡No me lo podía creer!…cachis en los mengues… pero yo me desperté a los 40 min y me lleve mis noches hasta que me confié y logré dormir, si, lo confieso varias veces puse la oreja para ver si respiraba. ¡Qué maravilla! Y así una noche, otra…parecía que me había hecho un lifting. Hasta que a los 10 meses se puso malito, un día con fiebre, colechamos de nuevo, el niño le echó cuento y….hasta hoy.

Mis ojeras han vuelto junto con sus bolsas… y 3 kilazos de michelín, ¿qué que tiene que ver? Justo cuando vuelve a dormir peor por la noche, aprende a dormir la siesta del tirón. Mi trabajo me ha costado conseguirlo poco a poco, acostándome con él, todo a oscuras y en silencio, con mucha paciencia para no salir a la calle como una energúmena y cometer un vecinocidio.  Aunque las siestas han sido mi perdición, la cosa es que el tiempo que duerme mi tesoro por las tardes es directamente proporcional al número de colines mojados en Nocilla que me meto yo entre pecho y espalda. He intentado hacer bici, abdominales…pero el día que me pongo a hacer algo va y se despierta… ¡que pena! pues nada a darle al chocolate, no van a ser todo penurias.

Entre unas cosas y otras, son ya 14 meses y medio sin pegar ojo, ná, una rachilla de ná. ¿Cuánto dura una persona sin dormir? Yo creo que ya estoy en las últimas. ¿Cómo lo lleváis vosotros? ¿Algún consejo…..?

Mil gracias de antemano de Una mamá ojerosamente muy feliz.

Trastos in-necesarios para los bebés

Una mamá muy feliz tiene la casa llena de cosas de bebés…. Pues no lo entiendo, ¿de que la iba a tener llena si no? Si estás embarazada y aún no has comprado las cositas para el futuro retoño, te recomiendo que leas lo que opina ella, es real a la vez que divertido.

Trastos, trastos y más trastos. Apartad la mirada de la pantalla y echad una visual a vuestra casa… ¿de qué estilo diríais que es? ¿Jané, Chicco, Bebécofort, Fisherprice…? ¿Dónde está mi casa? Esa de estilo funcional, minimalista y un tanto romántica que monté hace… cuando… ¡¡bueno da igual!!

Cuando nos enteramos que mi tesoro estaba en camino, me prometí a mí misma y obligué bajo juramento y tortura a mi cari a prometer, que no nos dejaríamos llevar por la fiebre del consumismo absurdo. Sí, claro, hasta que nos llegó la fiebre de “embarazados primerizos con el trabajo que nos ha costado ahora vamos a escatimar…”. Eso sí, hasta después de los 7 meses de embarazo no se compró nada de nada, ni iba a entrar por esas puertas ningún regalo para el bebé…soy “superhipersupersticiosa”, pero con lo de los regalos me colé, ya que tampoco entraron después…

Trastos que estoy avistando:

Minicuna: Esta es la niña pija y mimada de la saga cunil. Preciosa, en tela azul con estrellitas y una luna, emulando el cielo, en azul porque es niño, si fuera niña por supuesto el cielo sería rosa… Cuesta llamar trasto a algo tan fino y delicado… por algo compré la lámpara a juego, sabía yo que no la iba a perder de vista tan fácilmente y que iba a estar para los restos en esa habitación, ¡no la puedo guardar en el trastero! A mí no me ha aportado nada, mi tesoro no ha dormido en ella, siempre la tenía en el salón para las siestas, esas que se echaba encima de mí, de teta en teta, mientras yo miraba a la minicuna ahí vacía, -¡¡quién te pillara!!-susurraba yo con ojos de psicópata, o ¿eran ojos de sueño rozando casi la inconsciencia?

Cuna: La pobretona de la saga. Es muy sencilla, pero muy apañá, la colocamos en nuestro dormitorio hacia los 4meses con la esperanza de ser usada, ¡y claro que lo es!, Si, ahí coloco a mi tesoro mientras me visto o recojo la habitación. Encajada entre la cama y la ventana, cumple su función de barrera, para que mi bebé no se caiga, perfectamente. Tiene tres posiciones, ahora estamos en la segunda y ya me he apuntado al gimnasio para cuando pongamos la tercera; para esta se necesita flexibilidad extrema, rozando casi el contorsionismo, para acostar y levantar al bebé, o bien me apunto a clases de baloncesto e intento encestar desde la puerta con tan solo un giro de muñeca…ya veremos. Consejos para un buen uso de la cuna:

*MRE (mattress rebound effect-efecto rebote del colchón) Asegúrate que la cuna que compres no lo traiga de serie, lo notarás si al poner a tu bebé sobre la cuna, al mínimo pelo que roza el colchón ya lo tienes otra vez enganchado en tu cuello.

*BPS (sensor de proximidad del bebé) desactívalo en tu bebé antes de meterlo en la cuna, te aseguro que no va a pitar pero si te va a montar un pollo que no volverás a echarlo jamás

*3 en 1: Cuando ya está el bebé en la cuna, ¡con el trabajico que cuesta! no te la juegues con una barandilla que chirría al subirla. Imprescindible su uso semanal.

Típico pack capazo, grupo cero y silleta: Esto fue un regalo, creo que pagó con un riñón. ¡Ay! Si es que antes de comprometerse uno, ¡hay que preguntar cuanto puede costar! Le escoció al bolsillo y luego iba casi exigiendo que le pusiéramos su nombre a mi bebé… ¡ja!, por no decir otra cosa que ya tuvo su protagonismo la semana pasada. Para colmo, mi tesoro lo ha amortizado poco, porque nunca le ha gustado mucho el carro, y prefería los brazos (suerte que existen los portabebés y Diana para asesorarnos).

Bañera cómoda: ¡de cómoda, los cajones!…la verdad que son muy amplios…pero no puedes meter nada, ya que de vez en cuando se escapa el tubito del desagüe y tienes la posibilidad de poder bañar al bebé en cualquier cajón que te apetezca. Jajajaja (mi risa maléfica con eco) ¡¡¡ese tubito no volverá a escaparse jamás!!! Jajaja

Hamaquita: Esta si fue un buen regalo, aunque ahora se ha convertido en el mayor de los trastos; no cabe en ningún sitio, ni se pliega…Mi tesoro ha pasado en ella muy buenos ratos. Solo un par de peguillas; el cojín ese que trae con forma de animal, en mi caso un oso, podrían hacerlo de algodoncito suave, incluidos los coloretes del oso, y no de plasticorro camuflao, ¡que sudan los pobres como un pollo! Y por último, desde aquí, a ver, a los fabricantes de hamaquitas, señores, que siiii que sabemos…o dicen, que los vibradores dan gustirrinín, pero en otros artilugios, en las hamacas noooooo, que los bebés se asustan, se les duerme el culete y el ruido del vibrador cual mosquito cojonero a las 3 de la madrugada molesta.

Trona: Aun no se ha convertido en un trasto y no quiero ni imaginarme cuando lo sea. Es el trasto más odiado por la abuela, ya sabéis las abuelas –“tanta modernura, donde se ponga un sillón alto de madera que se pueda arrimar a la mesa, que se quite esto con este espatarramiento”, además no sabe desatarlo y claro, ¿y si hay un tsunami o una explosión nuclear y hay que salir corriendo y solo está ella en la casa para poder desatarlo?…”modernuras”.

Parque: Con este me lucí, no dicen eso de “burro grande ande o no ande” pues ale ¡parque gemelar al canto! ¡Toma ya! no vaya a ser que le diera a mi tesoro claustrofobia, que en el capazo lo notaba yo un poco hiperventiloso, ¿y si quiere invitar a amigos? ¡Puede poner hasta una piscina dentro!

Mecedora: Ayyyyy ¡si es que veo más películas!… Preciosa, en madera lacada en blanco, con unos barrotes que se clavan en el alma y en las corvas cortando la circulación. Pero da igual, ya me veía yo meciendo a mi bebé, cantándole una nana, mientras mamaba, junto a la ventana…dentro de la cuna…

¿Volverá mi casa algún día a ser lo que fue? Sabéis, me quedo con este estilo; trastos, juguetes por todos lados y llena de mucho, mucho, amor…pues eso, la casa de Una mamá muy feliz.

Con cacas y a lo loco (de bebés, se entiende)

Espero que hoy vengáis con ganas de reíros, porque yo no he parado de hacerlo. ¿Por qué será que cuando hablamos de caca, a todo el mundo le hace gracia? Pues ya veréis lo que tiene preparado hoy mi querida Una mamá muy feliz.

Ya podéis ir echando  la lotería que el relato de hoy da suerte. Hoy, además de Una mamá muy feliz soy un pelín guarriqui. Os hablo de un tema muy presente en la maternidad: las cacas… ¡a ver si ahora lo vais a negar y me vais a poner mala cara!
Dicen que los niños vienen con un pan bajo el brazo, si, ¡y un plastón bajo el culo! El primer regalito que nuestro tesoro traía, ya tenía nombre…zassssss, ¡¡a la camiseta del papi!! Jajaja ¡qué cara! no sabía ni por donde le había venido. De eso que me libré gracias a la cesárea, casi me muero de la risa, le suplicaba al papá:
– ¡cállate por dios, no relates, no relates nada que se me abre la raja, cállateeeeee!
Así conocimos al supersónico explosivo meconio, bueno, nosotros y el personal de limpieza del hospital, porque la onda expansiva alcanzó también al armario y a la cama de al lado, ¡menos mal que no había nadie! Fue a las pocas horas de nacer y a traición; destapar el pañal y… pumba ¡¿cómo un cuerpo tan chico, con un chupetoncillo de ná que le había dado a la teta, pudo echar eso, con esa presión y a esa velocidad?! Literalmente, se vació. Y el papi presumiendo porque iba a ser él quién le cambiara el primer pañal…jajaja, y el que recibiera el primer perdigonazo. Aunque lo del meconio es más bien fama; es muy feo, sí y muy desagradable de color…pero luego no huele ni nada. El papi quedó traumatizado y el que se cagaba era él a la hora de cambiar un pañal.
En pocas horas pasamos de la bestia negra a la caca mostacera de sobrecillo del Mcdonalds; amarilla y totalmente líquida, propia del bebé de teta. Esta es a la que más cariño he cogido, ya que hacía su aparición 10-12 veces al día, por la parte corta, ¡eh! y ¡ay el día que no llegaba a 8! gabinete de crisis; llamando a las abuelas, a la vecina que tiene un nieto de la misma edad, a mi queridísima amiga a la que no veo desde el instituto y que ya era hora de llamar y de paso preguntarle cuanto y como caga su bebé…llamadme histérica ¡¡¡oye que mi tesoro ha hecho dos cacas menos, la situación lo merece!!!!
Meses después seguimos acordándonos de dicho condimento, pero ya de la de restaurante fino que te ponen en cuenco y se sirve con cucharilla, un tanto grumosa; ¡más de una vez me he mirado la teta para ver de qué color era mi leche y si la echaba ya con galletas! A esta caca la admiraba por su valentía; siempre acompañada de un pedete de aguachirri y desafiando a todo filillo de body que se encontraba a su paso, hasta llegar al pantalón blanco de mamá, por supuesto, cuando estábamos fuera de casa. Yo ya se lo decía a mi tesoro:
–hijo, baja la sensibilidad del esfínter para que el pedete se quede en lo que es, aire y no pase a estado sólido, o más bien líquido
En ese tiempo recuerdo llevar casi una maleta con mudas para todos. En ocasiones me reía satisfecha, cuando después del estruendo, mi pantalón y el filillo del body estaban impolutos…” ¡jajajajaj por fin le he puesto límites!”(Risa maléfica con eco)… ¡y una m…caca, a estas no hay quién las controle!, próximo destino, salida por la parte de atrás hacia la nuca.
Llegaron los purés y con ellos 2 o 3 días de estreñimiento…nos echábamos a suertes el cambio de pañal ¡¡¡no quería ni imaginarme cómo sería la nueva modalidad!!! Tras un supositorio hizo su aparición y allí estábamos todos disfrutando del momento de fiesta y algarabía, por fin, mi tesoro ha hecho una caca de niño mayor. Ja, no sabía lo que me deparaba el futuro.
Ahora ya come trozos y como dice el refrán “como come el mulo, caga el culo” y como dice el papi
–niño esta caca ya es de wáter y de limpiarse el culo uno solo.
Son moldeables y adquieren formas curiosas dependiendo de la postura del bebé. Estas son peligrosas, tienen vida propia y ansia de libertad, al mínimo descuido escapan rodando cambiador abajo. Para cambiar estas cacas hay que inmovilizar muy bien al bebé y tener a punto todos los reflejos. El otro día con la bregacina, mi tesoro metió el pie en el pastelón y… ¡caaaaaca volaaaante! por mucho que me eché hacia atrás estilo matrix, no la pude esquivar, menos mal que la herida no fue mortal, solo me alcanzó el hombro.
Y lo que da de sí una caca, es nuestro tema de conversación preferido:
Saludo de papá cuando viene del trabajo
-nena ¿ha cagao el niño?-
-sí, dos veces-
-pero, ¿de cuáles? (ahora somos expertos en cacas)-
Y ahí estoy yo ¡¡¡describiendo una cacaaaaaaaa con todo lujo de detalles!!!
Y después de cenar echamos nuestro ratico de charla alrededor del cambiador admirando y comentando al detalle la proeza de nuestro tesoro con orgullo, como si de un título universitario se tratara. A nosotros nos ha unido un montón como pareja…
…y nos ha separado un abismo del resto de los mortales “no padres”. Estamos tranquilamente tomando unas cañitas, inmersos en nuestro universo familiar y olvidamos que alrededor hay personas inmunes al virus de la paternidad, disfrutando también de una velada tranquila. A esto que miro a mi tesoro y lo veo “colorao” con un tomate, morado, apretando ¡ñññ! ¡mfprr!, con los ojos fuera de las órbitas e inclinándose un poquito hacia un lado, dejando cámara de aire entre culo y pañal para lo que está por salir. Nunca me he parado a contar, pero empezamos a repetir de forma compulsiva la palabra:
-(yo al papi)- el niño está haciendo caca-
-¿es que no había hecho caca todavía?-
-sí, ha hecho caca está mañana.-
-bueno, pues entonces esta caca es de las (descripción detallada).
-(yo a mi tesoro)-Hijo, ¿te has hecho caca? ¿Sí?, ca-ca arggg ca-ca
-…
El ambiente empieza a hacerse irrespirable… ¡ya le hemos dado la comida a más de uno!
Aishh hasta asuntos tan escatológicos como estos forman parte del maravilloso mundo de la maternidad, en el que en este momento me siento inmersa, ¡tan, tan a gustito! que soy Una mamá muy feliz.
Antes de acabar pido disculpas si he podido herir la sensibilidad de algún lector y también a tí, Diana porque no quiero ni imaginarme las palabras clave para los buscadores que te van a salir en las estadísticas a partir de ahora.
 
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