Que la leche materna es lo mejor para los bebés, no es nada nuevo ni nada que no os haya dicho ya un montón de veces. Que la leche materna aporta los nutrientes necesarios para la alimentación de los niños, además de defensas y células vivas, es algo que también sabemos todos y en lo que no voy a extenderme ahora.
Hay algunos estudios que demuestran que los beneficios de la leche materna van más allá de la etapa infantil. Hace ya unos cuantos años, unos doctores descubrieron en Suecia que la leche materna mataba in vitro las células cancerígenas, dejando intactas las células sanas. Pero no se sabe muy bien porqué, la investigación se frenó… (¿Compañías farmacéuticas a las que no les interesaba una cura tan barata?)
Hay varios estudios más al respecto, os invito a que leáis también la experiencia de la doctora Odile Fernández, que ha escrito un libro al respecto. Ella misma, durante su tratamiento de quimioterapia, tomó leche materna y el cáncer desapareció.
Está claro que aún hay mucho que estudiar al respecto. No estoy diciendo que la leche materna cure el cáncer. Pero sí es cierto que algún beneficio aportará la leche materna en estos casos, como mejorar la respuesta inmunológica del paciente y ayudarle con las bajadas de defensas y con los síntomas digestivos. Podéis leer la opinión de Alba Padró aquí.
¿Pero qué ocurre cuando ya pasamos a otros niveles? Hace tiempo leí una noticia sobre la compra-venta de leche materna en adultos, para mejorar su rendimiento sexual, sus músculos o para solucionar problemas gástricos, entre otras cosas.
No voy a entrar a juzgar esta práctica. Cada uno es libre de consumir lo que quieran. Y hasta de poner en riesgo su salud, pues comprar leche materna por internet no creo que sea muy recomendable. Si quieren comprar leche de madres que las venden, pues allá ellos. Y allá las madres que las venden para sacarse dinero.
Y ahora os cuento lo que me pasó el otro día. Porque tiene que ver con el tema y es para alucinar.
Un tipo me mandó un mensaje desde una página falsa de Facebook (un perfil sin ningún dato, con una foto de un famoso y ya) para pedirme MIleche materna. Evidentemente, le dije que no, que mi leche era para mi hija. Que había donado leche para prematuros y recién nacidos enfermos e incluso lo intenté para un niño enfermo de cáncer, pero que nunca le daría mi leche a un desconocido por la red. Os transcribo algunos trozos de la surrealista conversación:
“Te estoy proponiendo que me dejes probar tu leche materna, quiero hacer uso de ello con fines personales, para solucionar problemas digestivos, falta de vitaminas, poca masa muscular, omega3, etc.”
“si no puedes ser tú, me ayudaras a conseguir a una lactante que estuviera dispuesta, pues seguro que tienes muchos contactos, amigas o conocidas”
Después de varias negativas, seguía insistiendo:
“No sé qué hay que hacer ya para poder probarla… Uno lo intenta por todos los medios, pero no hay manera. Pensaba que tú o alguna madre o embarazada del área de Barcelona, estaría dispuesta.” “crees que si voy a un banco de leche materna, me darán?”
Bueno, de verdad que creía que lo había visto todo, pero la cara dura de este tipo, pidiéndome leche sin conocerme, porque sí, pidiendo que le ponga en contacto con otras madres e incluso diciendo que si le darían en un banco de leche… Le mandé a paseo y le dije que dejase de molestarme.
Os cuento esto para poneros sobre aviso. Evidentemente, sé que cualquiera de nosotras desconfiaría de una petición así, pero no sé, quizás era su primera incursión y a partir de mis negativas va mejorando su forma de pedirla, para llegar incluso a hacerse pasar por alguien enfermo.
No os fieis de ninguna petición de este tipo. En caso de verdadera necesidad, cuando se ha necesitado leche materna como coadyuvante en el tratamiento de un cáncer, se ha hecho de forma pública, desde alguna organización que fomenta la lactancia. Nunca de forma privada, desde un mensaje de una persona inexistente. Estad atentas.
Soy consciente de que muchas mujeres se van a sentir atacadas, enfadadas e incluso ofendidas. Pero no es mi intención. Escribo esto para ayudar. Sí, quizás no a las madres que no dieron de mamar porque no tenían leche. Sino a las que todavía están a tiempo de hacerlo. O a esas mismas madres, por si les sirve para un futuro hijo. Pero quiero que quede clara una cosa. No juzgo. No critico. No ataco. Para nada. Creo que la inmensa mayoría de madres que dicen que no tenían leche, lo dicen de verdad, porque no «tenían», porque se dieron las circunstancias para que esto pasara.
Desde que escribo el blog y publico cosas en la página de Facebook, mucha gente me ha escrito comentarios, en distintos tonos, sobre su caso y su falta de leche. Mujeres que por circunstancias varias no dieron de mamar a sus hijos o lo hicieron unos pocos días o semanas porque no tenían leche. Todas me dicen que eso existe, que eso pasa, pero yo ahora quiero explicarles que no, que sólo un porcentaje realmente pequeño, con una alteración hormonal importante, con la prolactina inhibida, no tiene leche. El resto de las mujeres sí tienen leche, pero por una mala información, una falta de estimulación, la leche ha dejado de producirse.
Veamos unos ejemplos
El primero y más típico es el que se produce justo tras el parto. Para que la lactancia se establezca de forma correcta, es necesario poner al bebé a mamar en la primera hora tras el nacimiento. En los casos en los que se separa al bebé de la madre, esto ya no sucede. Esta falta de estimulación temprana puede ser el comienzo del fin. Evidentemente, muchas mujeres a las que han separado de sus hijos han tenido lactancias satisfactorias gracias a la estimulación precoz y constante. Si a la madre no se le explica que debe estimularse, que debe ponerse a su hijo al pecho en la primera ocasión, que debe usar el sacaleches si no puede estar con el bebe, esas horas valiosas se perderán. Lo ideal es no separar a madre e hijo. Si por alguna razón hay que hacerlo, si el bebé se queda ingresado en neonatos, la madre debe poder estar con su hijo en todo momento, darle de mamar a demanda, tener acceso a un sacaleches en el hospital. Si es la madre la que está ingresada, se debe permitir que el bebé esté con ella tan pronto como sea posible y todo el rato que sea posible, para que en todo momento tenga libre acceso al pecho y a la leche materna. Si desde el principio no se estimula la lactancia, si se esperan varias horas para poner al bebé al pecho, esa necesaria estimulación fallará y no se producirá la subida de leche adecuadamente. Conclusión: no hay leche.
Sara minutos después de nacer
Otro problema es la creencia de que la leche sale del pecho a borbotones. Como si fuera un grifo. Señores, no somos vacas lecheras. Somos mujeres. Y los primeros días, nuestro pecho produce calostro, una leche escasa en cantidad pero con alto contenido en grasa, que alimenta a la perfección al bebé que acaba de nacer. No voy a entrar en todas las propiedades del calostro, sino en la cantidad. ¿Os imagináis los primeros momentos tras el parto, que nos apretáramos los pechos cual ubres y nos salieran chorros de leche? ¿Qué íbamos a hacer con tal cantidad? El estómago de un recién nacido tiene el tamaño de una canica, unos pocos mililitros solo. No es lógico que tengamos litros de leche entonces. Nos encontramos de nuevo con una falta de información. Si la gente conociera este dato, nadie se preocuparía. Pero si una madre no sabe que el calostro son sólo unas pocas gotas, y encima, tiene gente a su alrededor que tampoco lo sabe, personal sanitario que le oprime las tetas y le dice que no tiene leche (y esto es verídico), la abuela que le insiste en que no tiene leche, la madre que aprieta y no ve derramarse ríos de leche, pues esa pobre mujer creerá que no tiene. Si encima, le ofrecen biberones porque no tiene leche….Fin de la lactancia. La subida de leche (o bajada, en algunos países) no se produce hasta las primeras 48 horas más o menos, en algunos casos puede tardar incluso varios días.
Muchos problemas hay también con los bebés prematuros o con bajo peso. A parte de lo que hemos hablado, de la separación de la madre, hay otro problema mayor. Los bebés prematuros o con bajo peso pueden tener poca fuerza para succionar. Muchas veces se cansan mamando y no toman la cantidad que necesitan. Si estas tomas inadecuadas se prolongan en el tiempo, el bebé sufrirá un descenso de sus niveles de glucosa en sangre y esto hará que esté cada vez más cansado y por consiguiente, tenga menos fuerza para mamar, entrando así en un círculo vicioso. Evidentemente, al mamar poco, la producción de leche se verá también disminuida. Y de nuevo, la madre no tiene leche. Hay que realizar un correcto manejo de la alimentación de prematuros y bebés de bajo peso. Si no pueden mamar porque están cansados, la madre se debe extraer leche con el sacaleches o manualmente y luego, ofrecérsela al bebé con una jeringa, con un vasito o con algún otro método que no sea un biberón. Asegurar una correcta alimentación del recién nacido y una correcta estimulación de la madre para una producción de leche adecuada a las necesidades del lactante. Una vez me contaron una historia: “Un niño nació prematuro y como era tan pequeño, había que alimentarle cada 2 horas por seguridad, no se podía dejar que pasase más tiempo entre toma y toma. Y la única manera de hacerlo era darle biberones de leche artificial. “La madre está convencida de que eso era lo correcto porque fue lo que le dijeron los médicos en el hospital que nació. Y ella no tenía leche. La falta de información correcta, el mal manejo de la situación, la desinformación de esos médicos hicieron que ese niño casi no probase la teta. Pero ese niño podría haberse alimentado con leche materna administrada directamente del pecho de su madre a demanda, cada vez que el niño lo necesitase, cada 2 horas, cada hora, cada media o cada 5 minutos. O habérsela dado con jeringa o con una cucharilla si no tenía fuerza para mamar. Se habría asegurado una correcta producción de leche y la madre sí habría tenido leche.
Otro caso de falta de leche: el establecimiento de horarios. La lactancia funciona a demanda. Y funciona basándose en la estimulación. Cuanto más mama el bebé, más cantidad se produce. Para que se entienda bien, se produce la cantidad que necesita el niño según su succión. Pero cuando una madre sale del hospital con unos horarios pautados o cuando ya en casa los opiniólogos le dicen cada cuanto hay que dar de mamar, esa estimulación a demanda ya no funciona. Si se pautan tomas cada 3 horas durante 10 minutos de cada pecho, esa madre producirá leche para alimentar 20 minutos cada 3 horas. (Esto es así más o menos, que no somos máquinas, pero para que se entienda). Si el bebé tiene hambre antes de las 3 horas, algo lógico porque la toma de antes había sido escasa, estará hambriento e irascible y llorará porque tiene hambre. Llegará a la siguiente toma hambriento, pero sólo le darán 10 minutos de cada pecho, lo que hará que el pobre bebé siga con hambre. Y así varios días. Entonces, llegará la temida frase: este niño se queda con hambre, le darán un biberón que se tomará de un trago y ya está hecho el daño. ¡El bebé lloraba de hambre porque la madre no tenía leche! ¡Claro que la madre no tenía leche, pero porque la estimulación del bebé ha sido tan escasa que la madre no ha producido toda la que su hijo necesitaba, sino la cantidad que tomaba cada 3 horas durante 10 minutos! Ha producido menos cantidad de la que realmente produciría si el bebé mamase a demanda, cada 10-30-60 minutos o 2 horas, lo que el bebé necesitase y si mamase todo el tiempo que quisiese, no solo 10 minutos. Habrá menos leche debido al establecimiento de pautas absurdas.
Los pezones planos también dan para hablar en el fracaso de la lactancia, aunque no sea por una falta de leche. Tener el pezón plano o invertido no es sinónimo de fracaso de la lactancia. Para nada. En muchas ocasiones, las madres, mal aconsejadas por familiares o profesionales desinformados, no dan de mamar por tener un pezón plano o invertido. Pero en la succión no sólo interviene el pezón, es más, este es el último en intervenir, el que menos importancia tiene. Al mamar correctamente, el bebé “ordeña” los conductos mamarios situados en la areola, la oprimen con la lengua. En el movimiento, el pezón se estira y se introduce dentro de la boca. Aunque sea plano, al mamar el bebé sale y coge forma. Puede resultar más difícil, sobre todo los primeros días, por eso es importante un correcto asesoramiento, vigilar que el bebé abre bien la boca y coge gran parte de la areola y mantener una postura correcta. La lactancia materna, al cabo de unos días, hará que el pezón se mantenga hacia afuera. En este vídeo se ve de forma clara cómo es la succión de un bebé.
Los brotes o crisis de crecimiento son situaciones que experimentan los bebés, más o menos a edades similares, en las que el bebé necesita más alimento. Por ese motivo, mamarán con más frecuencia durante unos días, para satisfacer sus necesidades. El brote más conocido es el de los 3 meses, momento en el que muchas madres, desconocedoras de lo que está sucediendo, en vez de dar pecho cada vez que el bebé lo necesita, piensan que no tienen leche y que el bebé se queda con hambre y comienzan a suplementar con biberones. Cada vez que un bebé toma leche artificial, es menos leche materna que toma, por lo que el cuerpo de la madre, viendo que el bebé mama menos, comenzará a ajustarse a las necesidades y a producir menos, se siguen aumentando los biberones, disminuye la lactancia materna…y al final la madre no tiene leche. Es importante conocer cómo y cuándo se producen estas crisis de crecimiento y saber que es algo que se supera en unos días. Podéis leer más información sobre los brotes de crecimiento aquí.
Una mala técnica a la hora de dar el pecho también puede desembocar en una “falta de leche”. Es importante que el niño esté colocado correctamente, con el cuerpo girado hacia la madre, la boca bien abierta, el pecho ofrecido a la altura correcta para que coja gran parte de la areola inferior, la madre cómodamente colocada… En caso de fallar alguna de estas situaciones, lo normal es que aparezcan grietas en el pezón, incluso heridas que lleguen a sangrar. Esto suele ser debido a un mal agarre. Debido al dolor que sufre la madre al dar el pecho, este se irá ofreciendo cada vez menos, o alternando con tomas de biberones para dejar descansar el pezón. Toda esta disminución en la estimulación hará que disminuya la producción de leche. Si esto se mantiene en el tiempo y no se soluciona el problema de base, de nuevo nos encontraremos con una madre que no tiene leche. Para evitar esto, es importante buscar apoyo e información sobre la forma correcta de colocarse madre y bebé. Solucionar el problema de las grietas a tiempo ayudará a continuar con una lactancia satisfactoria.
Seguro que hay más situaciones en las que al final, la madre termina por no tener leche. Situaciones previsibles y evitables, que se pueden solventar sólo con seguir nuestro instinto, escuchar las necesidades de nuestro bebé, acudir a algún grupo de apoyo a la lactancia y dejar de escuchar opiniones y comentarios de las personas que nos rodean y que, no nos engañemos, no son expertos en lactancia. Ante todo, la información es importante. Y en casi la totalidad de los casos, todas las madres tenemos leche para alimentar a nuestros hijos.
Las tiendas de juguetes están llenas de estanterías con juegos orientados a las niñas y a los niños. Estanterías por separado. Ya de entrada me parece muy sexista, ¿es que acaso las niñas no pueden jugar con coches y los niños con muñecas? Pues parece que la sociedad sigue viendo el mundo en rosa y azul, sin intermedios.
Siempre he creído en la diversidad y en la libertad de elección. Cuando Lucas era pequeño tuve unas cuantas broncas con mi padre (hasta los 2 años y medio tuvimos que vivir en su casa, cosa que agradezco, pero chocamos bastante). Recuerdo discutir porque Lucas quería una muñeca, un cepillo para barrer y algún otro juguete “de niña” y mi padre enfadarse porque esas cosas no eran para niños…en fin, que él tuvo sus juguetes a pesar de la oposición del abuelo. Y fue creciendo y teniendo sus gustos y aficiones. Llevado por la sociedad, nunca ha consentido que le compre una camiseta rosa, por más que le he dicho que es un color que le favorece, pero claro, con 13 años, ya no se me ocurre comprarle ropa, toda la elige él.
Con Sara, más o menos lo mismo. Confieso que antes de nacer no quería cosas rosas, pero luego caí. No porque crea que el rosa es de niñas, sino porque encontraba ropa preciosa de ese color. Claro que también tiene ropa de todos los colores del arcoíris. Y juguetes. Ha jugado y juega con lo que más le interesa. Las cosas “de niño” de Lucas están por casa y ella disfruta con los coches, con alguna pistola, con gafas de espía, con los legos, con las peonzas, igual que juega con alguna muñeca, con una fregona (que le regaló mi suegra, pues ese tipo de juguetes a mí sí que no me gusta), con sus cuentos y con la plastilina y las acuarelas. En ese respecto no le pongo límites, su taza favorita es la de Spiderman, que combina con una de Frozen. Puede ver una peli de princesas y al momento siguiente pedirme que le ponga Los Increíbles.
En una tienda de ropa que frecuento, siempre hay estanterías dedicadas al personaje de dibujos del momento, pero siguiendo los estereotipos del sexo. En la zona de niñas hay ropa rosa de Ana y Elsa. En la de los niños, con suerte, encontramos algo de Olaf. Todos los superhéroes están en la ropa de niños. Pues mi hija ha querido un pijama azul de Olaf y ahora quiere una camiseta de los vengadores. ¡Qué manía con etiquetar las cosas para niñas y niños!
Y ahora mi disgusto. El otro día entré en el súper del barrio. Y me encontré con esto.
¡Estantería para niñas! Pero bueno, vale que hagan una estantería rosa. Y ya puestos, que hagan una igual azul. Y que las hagan amarillas y verdes, para que cada uno elija lo que quiera. Pero ponerle directamente la etiqueta de para niñas me parece tremendamente sexista. Así que he escrito al supermercado en cuestión, a ver si me responden. En su publicidad, anuncian el producto como estantería infantil y al leer la descripción pone que es en tonos rosas. Pero cuando llegas al supermercado, lo que te encuentras en la caja es estantería infantil para niñas.
Los niños en situación de vulnerabilidad lo que deberían recibir es leche materna, que es la única realmente saludable, la que aporta los nutrientes necesarios, la que aporta defensas al organismo y la que es gratis. Regalar leche de fórmula es “pan para hoy y hambre para mañana”. Cuando el regalo se termine, los padres sin dinero tendrán que invertir en leche de fórmula y muchas veces, debido a esa falta de poder adquisitivo, se pone menos cantidad de leche de la necesaria y más agua, para que el bote dure más, poniendo en riesgo la salud del bebé. Lo que de verdad se debería hacer es promocionar la lactancia materna, apoyar a esas madres desde el minuto cero y continuar con su apoyo durante todo el tiempo que sea necesario, hasta que la lactancia esté correctamente establecida. Se debería promocionar una lactancia más allá de los primeros meses.
En una familia con dificultades económicas, en la que muchos de los miembros pasa hambre, los bebés alimentados a teta son los mejor alimentados. Porque el hecho de que la madre no tenga una alimentación correcta o una salud de hierro no hace que la leche que produce sea mala, al contrario, la leche materna que produce una madre “malnutrida” es mejor para el bebé que la leche de fórmula. “Numerosos estudios científicos respaldan la capacidad de la leche materna para cubrir las necesidades nutricionales del niño, incluso en situaciones especiales de la madre, por lo que la alimentación con leche materna es el mejor «seguro de vida» para el lactante” Comunicado del comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría.
Hace años, estas multinacionales llegaron a África, e hicieron creer a las madres que su estado de malnutrición hacía que no produjesen leche o que esta fuera de baja calidad. Muchas madres optaron por la leche de fórmula y muchos bebés murieron de enfermedades prevenibles con la lactancia, por contaminación por la mala manipulación de los biberones o por desnutrición al no tener suficiente dinero para comprar la fórmula que necesitaban. Y aunque esto fue condenado y prohibido, como vemos, se sigue haciendo en todos los sitios.
La lactancia materna previene la desnutrición infantil. En todo el mundo. Y desde Acción contra el Hambrese promueve la lactancia como la forma más eficaz de prevenir la desnutrición porque provee todos los nutrientes necesarios en esta etapa, protege con anticuerpos ante varias patologías y elude la posibilidad de contaminación externa del alimento al salir directamente del cuerpo de la madre. La lactancia materna reduce la mortalidad infantil en un 20% en el primer año de vida.
Promover la lactancia es promover la salud de los más pequeños.
Hoy escribo para pedir un poco de ayuda, ayuda a todos los que me leéis a diario. Sabemos que la situación económica en el mundo no pasa por sus mejores momentos, muchas familias tienen problemas para llegar a fin de mes en España, no digamos ya en países extremadamente pobres. Y lo peor de toda esta situación, es que hay muchos niños indefensos que pasan hambre, que viven en situación de extrema pobreza. Aunque el gobierno trate de esconderlo, aunque estas noticias no sean las que vemos en la tele cada día, la realidad está ahí, está presente.
En España, uno de cada tres niños vive en riesgo de pobreza y de exclusión social. Esos son muchos niños, ni uno solo debería pasar por una situación así. Deberíamos cuidar la infancia, promocionar programas para ayudar a todos esos niños y a sus familias, proporcionarles un entorno seguro y adecuado. ¿Os imagináis que uno de cada tres niños no tenga calefacción en invierno y pase frio? ¿Os imagináis a uno de cada tres niños sin comida caliente a diario que llevarse a la boca? ¿Os imagináis a esos niños excluidos en la escuela por sus compañeros, sin tener dónde jugar, con una salud deficiente?
No necesitamos irnos a países pobres para ver los estragos que la pobreza hace. En nuestra ciudad, en nuestro pueblo, en nuestro entorno, en el colegio de nuestros hijos, esos niños existen, están ahí, los vemos. Durante el curso escolar, gracias a las becas de comedor, los niños con familias sin recursos pueden comer cada día gratis. Pero ¿qué pasa cuando termina el colegio? Ya sabemos que pocos gobiernos se implican y casi no abren comedores escolares para estos niños que tanto lo necesitan.
Todos nos quejamos, de un modo u otro la crisis nos ha afectado. Yo particularmente noto la dificultad para llegar a fin de mes, noto el hecho de haberme cortado de muchas cosas que antes tenía. Pero por suerte para mí, para mi familia, no nos falta comida, no pasamos frío en invierno, tenemos ropa con la que vestirnos. Y siempre intento aportar mi granito de arena, pues aunque no me sobre, siempre hay algo, por pequeño que sea, que puedo hacer para ayudar a los que más lo necesitan. Cada mes hago pequeños donativos a un par de asociaciones, en mi caso son para la lucha contra el cáncer en la infancia. Pero también ayudo a los más desfavorecidos económicamente. Con pequeños gestos podemos conseguir grandes cosas. Por ejemplo, donando la ropa que ya no uso o la cantidad de ropa nueva que dejan mis hijos, donando juguetes y donando comida al comedor social de mi ciudad. Porque en el comedor, no solo alimentan a los más necesitados, también les visten y abrigan. Un poco de ayuda por nuestra parte es mucha. Pero bueno, que me voy por las ramas y no os pido lo que quería pedidos…
Quería hablarlos de Acción contra el Hambre y la labor que hacen. Acción contra el Hambre es una ONG internacional humanitaria e independiente que trabaja en más de 45 países y que en 2014 llevó ayuda a más de 13 millones y medio de personas, de esa cantidad, más 5 millones se beneficiaron gracias a los proyectos que se llevaron a cabo desde España. Su misión es clara: un mundo sin hambre. Y en España están trabajando desde el año 2013, facilitando el acceso al mercado laboral de personas en riesgo de exclusión. Podéis leer muchísima información sobre todos los programas que llevan a cabo en su web.
El favor que os pido es una colaboración con ACH. Hay muchas formas de colaborar con ellos, desde haciendo una pequeña donación económica hasta haciendo aportaciones periódicas más grandes. El dinero que recaudan se destina a luchar contra el hambre y la desnutrición, pero también a asegurar los medios para que en el futuro tengan una alimentación adecuada. Y todo el dinero que se dona a una ONG desgrava en hacienda.
Sabéis que de vez en cuando marcas y productos contactan conmigo para que hable de ellos, bien a cambio del producto, bien a cambio de una pequeña aportación económica. Y en esta ocasión es igual. Con una enorme diferencia. Todo el dinero que yo “gane” gracias a vosotros, lo voy a donar íntegramente a Acción contra el Hambre. Así que vuestro esfuerzo para acabar con el hambre se verá doblemente recompensando.
Si rellenáis vuestros datos desde el enlace de ACH que tengo en mi blog, tanto en este artículo como el que tengo en el lateral, y que sólo os llevará unos momentos, yo recibiré un pequeño incentivo. Y si hacéis una donación desde este mismo enlace, yo recibiré un incentivo un poco mayor. Y aquí, públicamente, me comprometo a informaros del dinero que se recaude desde mi blog y que irá a para íntegramente a Acción contra el Hambre.
¿Qué os parece? ¿Colaboramos entre todos para terminar con el hambre en el mundo? Yo ya me he hecho socia.
Del 1 al 7 de Agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna, aunque en España esa celebración se deja para la primera semana de Octubre, por el tema vacaciones. El lema de este año es: “Amamantar y trabajar, ¡Logremos que sea posible!”. El objetivo es concienciar sobre la importancia de asegurar una lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida, apoyando a las madres a conseguirlo. Lo ideal sería aumentar el periodo de baja maternal hasta los 6 meses al menos, cosa que de momento parece complicada. Así, se intenta quiere y apoyar a las madres para que puedan dar de mamar a sus bebés en el trabajo o bien extraerse leche en un espacio agradable e higiénico. No olvidemos que muchas mujeres que vuelven al trabajo antes de los 6 meses se encierran en los baños, rodeadas de olores desagradables y ruido de gente, para conseguir extraerse el alimento para sus hijos. Y por supuesto, apoyar a las madres a que sigan amamantando más allá de esos 6 primeros meses de vida.
La lactancia materna es el mejor alimento para nuestros bebés. Y de eso ya sabemos mucho, tanto yo que escribo, como los que me leéis a menudo, pues gran parte de lo que escribo está relacionado con la misma. Así que hoy no quiero hablar de todas sus bondades, que son muchas. Quiero hablar de la otra parte, de que la teta no es sólo alimento, es mucho más.
Y una de las cosas que a mí me están resultando más valiosas es el poder calmante de la teta.
Escuché la palabra tetanalgesia por primera vez en una de las primeras visitas a la enfermera de Sara. Cuando llegó la hora de ponerle la vacuna, la enfermera me animó a ponerme a Sara al pecho para ponerle la vacuna mientras mamaba, pues le dolería menos. Y así fue. Soltó el pezón cuando la pincharon para llorar, pero en seguida volvió a cogerlo y se calmó. Salí de la consulta con la niña enganchada a la teta. Aunque esa no fue la primera vez que usé la teta para eso. Por suerte, aunque sin conocer la palabra, cuando le hicieron la prueba del talón en el hospital, también la enfermera me pidió que me la pusiera a la teta para hacerlo.
La palabra tetanalgesia fue acuñada por dos pediatras de un Centro de Salud de Getafe, Madrid. Y aunque ya hay varios estudios que demuestran su eficacia, aún en muchos sitios no está admitido como analgésico para la realización de algunos procedimientos médicos. He oído a gente decir que no tiene ningún efecto sobre la sensación de dolor del bebé e incluso, que darle de mamar mientras se le realiza un procedimiento doloroso puede hacer que el bebé rechace el pecho por relacionarlo con el dolor. Pero la realidad es que sí funciona.
Para el bebé, el hecho de mamar pone en marcha varios factores que, combinados entre sí, tienen ese componente analgésico del que hablamos. Estar en brazos de su madre, el contacto piel con piel, la relajación que produce la succión, el sabor dulce de la leche, así como las hormonas que se segregan y el aumento de endorfinas hacen que la teta tenga un gran efecto analgésico. Por ello, realizar pequeños procedimientos médicos mientras el bebé mama, como administrar una vacuna, realizar la prueba del talón, hacer una analítica o canalizar una vía venosa periférica, hacen que esas pruebas sean más llevaderas para el pequeño.
Pero no sólo la tetanalgesia sirve para disminuir el dolor en el médico. También es de gran ayuda fuera de casa, con estos pequeños terremotos que no paran quietos y tienen pequeños accidentes. Sara no para quieta, como cualquier niño, sube, baja, salta, escala…y en algunas ocasiones, se cae y se hace daño. Y por suerte, mamá y la teta están presentes en la mayoría de las ocasiones (menos cuando estoy trabajando o ella está en la guarde).
Hace sólo un par de días, estaba jugando y se cayó de boca. Se golpeó nariz, boca y barbilla, donde se hizo varias heridas y sangraba por varios puntos. Podéis imaginar el panorama, los llantos que daba la pobre. Y allí estaba yo, teta al aire, para consolar a mi pequeña. No dudó ni un momento en ponerse a mamar, a pesar de tener heridas dentro de la boca. Y dejó de llorar inmediatamente. Sólo un par de minutos después, gracias al poder calmante de la teta, a las caricias y besos de mamá y a las palabras dulces que le decía, estaba de nuevo tranquila y jugando.
La teta no es sólo alimento, es mucho más. ¿Cuántas veces os ha ayudado la teta a calmar a vuestros hijos?
Cuando nació Sara nos informamos muy bien sobre los Sistemas de Retención Infantil, SRI, que existían. Gracias a mi mejor amiga que tenía un niño 1 año mayor que Sara y que estaba muy puesta, conocí las sillas a contramarcha y su idoneidad no sólo los primeros meses de vida, sino por lo menos hasta los 4 años. Desde ese momento, nos informamos muchísimo y ahora soy firme defensora de que los niños viajen de espaldas, cuanto más tiempo mejor.
Sobre viajar a contramarcha he escrito alguna vez, podéis leer este artículo que escribí hace tiempo sobre esos padres que no quieren ver el peligro por más que les expliques las consecuencias que podría haber en un accidente viajando con una silla en el sentido de la marcha.
Y hoy, dentro de esa categoría, quiero dedicar especial atención a los viajes cortos y poco frecuentes. A los desplazamientos esporádicos en ciudad.
Parece que el hecho de montar a un niño en el coche sólo alguna vez de vez en cuando, o sólo para ir de casa al cole, que está a la vuelta de la esquina, le resta importancia a la seguridad. Parece que estadísticamente, hay pocas probabilidades de que algo ocurra. Yo nunca he sido muy buena es probabilidad y estadística, asignatura que en la universidad me traía de cabeza, pero por lo menos entiendo los conceptos más básicos.
Vamos a ver. Si alguien viaja en coche todos los días de la semana una media de una hora diaria, es decir, 7 horas semanales, por probabilidad tendrá más posibilidades de tener un percance que alguien que monta en coche sólo una media de 50 minutos a la semana. Vale, eso es cierto. Pero ¿quiere eso decir que alguien que sólo monta en coche 50 minutos a la semana no vaya a tener un accidente? Pues evidentemente, NO.
Otro ejemplo más claro. La probabilidad de que nos toque la lotería de Navidad es minúscula (un 5% para un premio bueno y 1 entre 100.000 de que nos toque el “gordo”, según datos facilitados por un profesor universitario), pero eso no nos impide jugar cada año por si toca y vaya que si toca, quizás no a nosotros, pero siempre vemos a gente celebrando cada navidad que les ha tocado bastante dinerillo. Lo que quiere decir que alguna vez pasa, puede pasar, las probabilidades pueden ser pocas, pero a alguien le pasa.
En los trayectos en coche pasa lo mismo. Quizás las probabilidades sean menos cuanto menos rato se va en coche, pero eso no quiere decir que el peligro no esté ahí y que podamos tener la mala suerte de tener un accidente.
Vamos a ver datos reales facilitados por la DGT del año 2013: Durante el año 2013 se notificaron 89.519 accidentes con víctimas. Estos accidentes ocasionaron 1.680 fallecidos y 10.086 heridos graves. Un 49% de los heridos graves se ocasionaron en vías urbanas. En los menores de 15 años el número de heridos graves ha aumentado un 10% respecto al año anterior. En el año 2013fallecieron 46 niños (esta cifra también incluye atropellos) y resultaron heridos graves 410 niños. En relación al uso de sistemas de retención infantil 4 de los niños fallecidos no los utilizaban ni 14 de los 88 heridos graves tampoco. En vía urbana hubo 450 fallecidos y 4904 heridos graves. Durante 2013, la mayoría de los accidentes con víctimas tuvo lugar en vías urbanas, localizándose seis de cada diez accidentes en este tipo de vías. Todo el informe completo de la DGT lo podéis leer en este enlace.
¡¡46 niños muertos en accidentes de tráfico!! ¡¡410 niños heridos graves!! Y la mayoría de los accidentes tuvo lugar en vías urbanas. 4 niños fallecidos no llevaban SRI, lo que indica que el resto SÍ lo llevaba, pero NO era el SRI adecuado.
Con estos datos en la mano, deducimos que aunque cojamos poco el coche, hay más probabilidad de sufrir un accidente dentro de la ciudad que fuera de ella. Así que aunque sólo llevemos al peque de casa al cole, por ejemplo, la posibilidad de que haya un siniestro es grande.
Hay noticias que nos impactaron por su dureza, y esas noticias son las que deberían hacer que nos replanteemos cómo llevamos a nuestros hijos en el coche. En Diciembre del año pasado, un niño de 2 años y medio falleció en su pueblo al chocar el coche de su madre contra un bordillo. El niño iba sentado en su SRI (mirando al frente) y tuvo lesiones tan graves en el cuello que falleció unas horas después. En Noviembre del año pasado, Gabriel el Vikingo también sufrió un accidente en el coche de sus padres con sólo 2 años y medio, en una silla de frente a la marcha. Las lesiones en el cuello fueron tan graves que le dejaron pentapléjico. Por desgracia, hace apenas un mes, Gabriel falleció. Ambos fueron accidentes a poca velocidad y ambos, con sillas en sentido a la marcha.
Imagen cedida por Nordic Baby
¿Qué ocurre con los menores de 4 años? Que tienen una cabeza muy grande en comparación con su cuerpo. Esto hace que en caso de colisión, si el niño va sentado en una silla mirando al frente, su cuello se estirará hasta unos niveles exagerados. Si un adulto en una colisión en ciudad sufre de latigazos cervicales, ¿os imagináis esa misma presión sometida al cuello débil de un bebé? Es cuestión de física. En estas imágenes que os pongo, cedidas por Nordic Baby y la página de Facebook Que los niños viajen a contramarcha lo explican fenomenal.
Imagen cedida por Nordic Baby
Hace muchos años que en Suecia usan sólo sillas a contramarcha para menores de 4 años y más. Y los datos de fallecimiento y heridas graves por accidente de tráfico son mucho menores que en España. Por eso, mi hija viaja a contramarcha. También en trayectos cortos.
Imagen cedida por Nordic Baby
Hasta hace poco sólo hemos tenido una silla, que llevábamos en el coche grande. Si por cualquier circunstancia teníamos que coger el coche pequeño, cambiábamos la silla de coche y listo. Desde que Jose falleció, el único coche en el que se ha subido Sara ha sido el mío. Si en algún momento mi hermana se iba a llevar a la niña, cambiábamos de coche y listo. Pero cuando me cambiaron los horarios de trabajo, me encontré que necesitaba que mi padre y/o mi hermana recogiesen o llevasen a Sara a la guarde. Entonces apareció el dilema. Según ellos, como era algo puntual, sólo iban a llevar en coche a la niña algún día suelto a la semana y durante un trayecto corto (10 minutos en ciudad), no veían ningún peligro en llevar a la niña en una silla de cara a la marcha que tenía 13 años (la que usé yo con Lucas). Pero yo no era capaz de soportar esa decisión. Así que decidí invertir de nuevo en la salud de mi hija y en su futuro y me fui a ver a Cristina Barroso a su nueva tienda Nordic Baby. Y salí encantada, naturalmente.
Carga sobre el cuello en una silla ACM
He comprado otra silla ACM. Ahora tengo dos. En mi coche he dejado instalada la Axkid Minikid una silla a contramarcha que sirve de 9 a 25 kilos. Y en el coche de mi padre/hermana he dejado la Klippan Triofix, que va de espaldas a la marcha hasta los 18 kilos (Sara pesa 15 Kg) y luego se gira y va en sentido de la marcha hasta los 36 Kg. Esta es más fácil de poner y quitar, y aunque al principio pusieron sus reparos porque no veían el peligro, ya está la silla instalada en el coche que lleve a mi hija y asunto resuelto.
Klippan Triofix
Porque la seguridad en el coche viaja de espaldas. Porque en trayectos cortos también existe el riesgo. Porque invertir en la vida de nuestros hijos es la mejor inversión que podemos hacer. Por todo eso, mi hija viaja a contramarcha cuanto más tiempo mejor.
Que en casa nos gusta Disney no es ningún secreto. Y que cada vez que nuestros amigos de Disney nos invitan a algún evento no nos lo perdemos, tampoco es ningún secreto. Con ellos hemos aprendido a decorar galletas y magdalenas, hace tiempo conocimos a los Cantajuegos, vimos en primicia la nueva tienda online Disney, hemos ido a los museos que montaron con ocasión del estreno de Maléfica y de Cenicienta y hemos asistido al preestreno de algunas de sus películas, como la de Frozen, que desde que llegó a casa en dvd el día que se la regalaron a Sara en la gran fiesta de las princesas del año pasado, casi no hemos dejado de ponerla.
Exposición de Cenicienta, con el príncipe probando a Sara el zapato de cristal
Y en esta ocasión, de eso vengo a hablaros, de la nueva película de Disney-Pixar, Inside Out (Del Revés) que se estrena este viernes 17 de Julio en toda España.
El domingo pasado asistí al preestreno con mis dos hijos, y salimos encantados. Una película graciosa, pero sobre todo, diferente y original. En esta ocasión Disney se sale del mundo de las princesas y se adentra en la mente humana, para poner cara a nuestras emociones y al funcionamiento de nuestra mente.
“Hacerse mayor puede ser un camino lleno de obstáculos. También para Riley, que debe dejar su vida en el Medio Oeste cuando su padre consigue un nuevo trabajo en San Francisco. Como todos nosotros, Riley es guiada por sus emociones: Alegría, Miedo, Ira, Asco y Tristeza. Las emociones viven en Cuarteles Generales, el centro de control dentro de la cabeza de Riley, desde donde la ayudan y aconsejan a lo largo de su día a día. Riley y sus emociones intentan adaptarse a su nueva vida en San Francisco, pero el caos se instala en los Cuarteles Generales. Aunque Alegría, la emoción principal y más importante de Riley, intenta mantener una actitud positiva, las emociones chocan a la hora de decidir cómo actuar en una nueva ciudad, un nuevo hogar y una nueva escuela.”
Sara no se movió del asiento. Era la segunda vez que iba al cine, la primera hace unos meses y no tuvo mucho éxito, al rato estaba correteando por el pasillo. Así que no sabía cómo iba a reaccionar esta vez. Pero la película le encantó. Sólo en un par de momentos de esos más tristes, se levantó para sentarse conmigo, pero no quitó la vista de la pantalla en ningún momento. Es cierto que una niña tan pequeña no entiende la historia tal como la cuentan, como la gran mayoría de las películas de dibujos animados, estas están pensadas para un público más mayor. Pero era divertida, colorida, emocionante y ella salió encantada. Ahora en casa, cuando se ríe le digo que alegría está tocando botones en su cabeza y le hace mucha gracia.
Os la recomiendo de verdad, a los tres nos gustó un montón, a Lucas le encantó una película de dibujos y a mí me gustó la imaginación que le han echado los de Disney-Pixar a todas las cosas que pasan por nuestras cabezas, a cómo son los recuerdos, a la isla de la diversión, a la fábrica de sueños… No os la podéis perder. Este viernes 17 de Julio, estreno en cines.
Ya me contaréis qué os ha parecido cuando la veáis.
A diario ocurren pequeños accidentes domésticos, pero ¿alguna vez os habíais planteado que una pinza para recoger el pelo podía provocar uno? Pues resulta que yo lo he sufrido en mis propias carnes, más bien en mi propio dedo.
Este es el muelle a presión de las pinzas
Ayer jueves por la mañana libraba y estaba con Sara y mi sobrina. Las estaba peinando para salir a hacer cosas cuando ocurrió el percance. Después de ponerle una pinza muy mona en el pelo a Sara, no me gustaba dónde se la había colocado, así que decidí quitársela para cambiarla de sitio. Al apretar la parte superior para abrirla, ese trozo se rompió y el muelle que lleva la pinza dentro se me clavó en el dedo.
De pronto sentí un dolor muy agudo y mi dedo estaba sujeto a la pinza del pelo y esta, al pelo de Sara. Cuando Sara se movía la pinza se me clavaba más y veía las estrellas. Pero como se había roto la parte de arriba, no podía apretar para abrirla y quitársela del pelo. Sara se estaba poniendo nerviosa porque le daba tirones y yo más porque no sabía cómo quitarme eso. Al final hice palanca metiendo unas tijeras por la parte debajo de la pinza y la quité del pelo de Sara. Pero seguía enganchada a mi dedo…
La pinza clavada en mi dedo
Os tengo que confesar que como enfermera soy muy buena, pero como paciente, a veces tengo poca tolerancia al dolor propio. El caso es que empecé a marearme con la pinza clavada y me tuve que tumbar en la cama, con los pies en alto y el ventilador a tope, porque sudaba como un pollito. Y mientras las dos niñas muy nerviosas, Sara llorando porque no sabía bien que pasaba.
Cuando me encontré mejor me puse manos a la obra para quitarme la pinza. Pero por más que lo intentaba, aquello no salía. Jolines, si era un trozo de muelle, pensaba yo, debería salir por el mismo sitio por el que había entrado. Pero no había manera y cada vez que la movía me dolía mogollón. Intenté tirar directamente hacia afuera y arrancarme la piel, pensando que sería algo superficial, pero me volví a marear del dolor. Si vale, seguro que no era para tanto comparado con otros dolores, pero yo lo estaba tolerando fatal.
Como veía que aquello no podía solucionarlo sola, llamé a mi madre, sanitaria también de profesión, para que viniese y me echase una mano, no podía conducir con la pinza en el dedo. Un rato después se presentaron en casa mis padres, y menos mal que vinieron los dos, porque aquello no era trabajo para una enfermera, era trabajo para un manitas.
Resulta que el muelle está colocado a tensión, para mantener la pinza cerrada. Al romperse el apoyo de una de las partes del muelle, este había perdido su tensión y se había cerrado sobre sí mismo, no sé si me explico. Lo que pasaba era que un extremo del muelle lo tenía clavado profundamente en el dedo y el extremo contrario había girado sobre el muelle y me estaba presionando el dedo, intentando unirse con el otro trozo. Por eso no era capaz de quitarme la pinza. Menos mal que mi padre vio el problema, se puso las gafas de cerca, cogió unos alicates y mientras mi madre me sujetaba el dedo para que no lo moviese, él quitó el pasador al muelle, la pinza entera se desmontó y el muelle se liberó. Luego, ya sólo tuvieron que tirar para sacármelo del dedo. ¡Qué dolor madre! ¡Cómo una cosa tan pequeña puede hacer tanto daño!
Y esa línea es por donde la pinza ha estado clavada en mi dedo
Así que desde hoy, he desterrado las pinzas de mi casa. Si, lo sé, puedo ser una exagerada, después de años de usarlas, esta ha sido la primera vez que me ha pasado, pero con una he tenido bastante y más de 15 minutos con un muelle metálico clavado en el dedo han sido suficientes. Recuerdo una vez hace años, una conocida me contó que había comprado una malla de naranjas. Intentando abrir la malla con un cuchillo, el cuchillo se le escapó y le hizo un tajo que necesitó puntos. Desde ese momento, sólo compra naranjas sueltas al peso, nada de mallas. Pues yo ya tengo mi trauma creado, adiós pinzas del pelo, hola coletas y horquillas.
Contadme, ¿habéis tenido algún accidente doméstico así de tonto?
Mamá de dos preciosos hijos a los que adoro, criados en brazos, con teta, con apego y con mucho amor.
Empecé esta andadura cuando nació mi hija pequeña, para contar mis experiencias sobre la maternidad, la crianza en brazos, hablar de lactancia, contar mis opiniones, que no tienen por qué ser las opiniones de los demás, compartir con otras mamás y aprender y crecer como madre. Pero el destino quiso que me quedase viuda y ahora soy familia monoparental. Ahora hablo también de las dificultades de ser madre soltera, de criar dos hijos sola, de las pocas ayudas que tenemos, de la verdad que hay detrás de las parejas de hecho y las dificultades de quedarte viuda si no estás casada.