No hay mejor lugar que los brazos de mamá

Entradas etiquetadas como ‘seguridad vial’

Nuestro nuevo Sistema de Retención Infantil

Después de 5 años y medio viajando en sentido contrario a la marcha, la forma más segura de viajar en coche, hemos tenido que decir adiós a esta opción, y no por cuestión de gusto, precisamente. Sara ha seguido creciendo y nuestra última silla se le ha quedado pequeña.

Desde que nació ha viajado a contramarcha. Los primeros meses lo hizo en una Concord Ultimax con Isofix, un grupo 0/1.

A contramarcha en un grupo 0-1 con 6 meses

Concord Ultimax

Cuando tenía unos 2 años, y la Concord se le empezó a quedar pequeña por estrecha, que no por peso, compré una Klippan Triofix, que permite viajar ACM hasta los 18 kilos y en sentido a la marcha hasta los 36 kg. Esta silla la mantuve un año en mi coche, hasta que llegó a los 18 kg. En ese momento, la coloqué en el coche de los abuelos y ocasionalmente, en el de la tía, en sentido a la marcha, para pequeños desplazamientos por ciudad, como cuando surge la necesidad de llevarla/traerla del colegio.

a contramarcha con 3 años

Klippan Triofix

Y para mi coche, volví a cambiar de SRI. Pero como me negaba a ponerla en sentido a la marcha, busqué y encontré que sigue habiendo sistemas ACM hasta los 25 kilos. Así que invertí en mi Axkid Minikid, que hemos usado 2 años y medio más.

Axkid Minikis

Axkid Minikid Así ha crecido con el uso de la silla

Pero Sara ha decidido seguir creciendo, mira por dónde, ya pesa 25 kilos y por altura, el respaldo de la Minikid no daba más de sí. Así que llegó el momento, esta vez ya sí, de cambiar la silla e ir en sentido a la marcha.

Evidentemente, he vuelto a hacer un estudio sobre sillas, y no precisamente mirando los rankings del RACE, donde puntúa lo mismo la seguridad que la facilidad de limpieza de la tapicería… Es vergonzoso que sillas que, en las pruebas de choque, sólo reciben una puntuación aceptable, estén en los primeros puestos de este “ranking” porque la facilidad de uso o la ergonomía le han subido la nota. Tampoco me he fiado de páginas donde venden sillas a favor de la marcha con escudo como lo más seguro del mercado. Quería una silla segura de verdad.

A la hora de cambiar de SRI, hay que tener en cuenta una serie de factores muy importantes, como

  • Que la silla se adapte a las medidas de nuestro hijo y de su futuro. Es decir, tiene que ser una silla adaptable y que crezca, no nos interesa tener que cambiar de silla en unos años, seguramente, esta sea la última silla que compremos.
  • Que sea fácil de sujetar al coche
  • Que tenga protecciones laterales contra impactos. El cuello y la cabeza son las zonas más vulnerables del cuerpo de nuestros hijos, y las primeras que entran en contacto con la silla en caso de impacto lateral. Según la nueva normativa del 2017, ningún niño menor de 125 cm debe viajar sin respaldo.
  • Que el cinturón del abdomen quede bien guiado una vez sentado el niño, colocado en la parte alta del muslo, encima de la pelvis, no en el abdomen. Muy buen artículo este de Retensión Infantil para leer el motivo por el cual esto es tan importante.
  • Que el niño permanezca bien sentado incluso dormido, que no se escurra hacia abajo.

Son un montón de premisas importantes a la hora de elegir una silla, pero está claro que, por la seguridad de nuestros hijos, hacemos cualquier cosa, así que hay que investigar. Hay varias sillas grupo 2/3 buenas en el mercado, que cumplen con estas características y que no aparecen en la web del RACE, qué raro…

Después de mucho pensar investigar y dar vueltas, consultando con expertos, al final me decidí por la Takata Maxi.

Takata Maxi

Takata es una marca que comenzó desarrollando y fabricando sistemas de protección en los vehículos, como cinturones de seguridad o el primer airbag, producido en serie en el mundo, en 1981, junto a Mercedes Benz y que, hoy, fabrica SRI con altas prestaciones.

La Takata Maxi es una silla grupo 2/3 que puede fijarse al coche con el cinturón o con Isofix. «Cuenta con reposabrazos acolchados, guía del cinturón con tensado automático, ajuste del tamaño adaptable e innovadora tecnología de seguridad AIRPAD que genera una perfecta protección para el área de la cabeza y el cuello. Estas almohadillas de aire estáticas se fabrican del mismo tejido que los airbags de vehículos y encierran un espacio relleno de aire y espuma. Igual que un airbag, actúa como medio de protección ante un choque entre el menor y la silla infantil. En particular, en caso de impacto lateral, las cargas que se ejercen sobre el cuerpo del menor se reducen notablemente por la suave amortiguación generada. Junto con el efecto protector, esta tecnología de seguridad patentada brinda una mejora del confort para el niño mediante una suave almohada.»

Viajar de espaldas a la marcha durante más de 5 años tenía que notarse, y ahora, al poner a Sara de frente, me he encontrado varios problemas.

La silla está colocada detrás de mi asiento, no he podido colocarla en el centro como iba antes, porque al ser más alta, me restaría visibilidad. Al ir sentada al lado de la puerta, le han parecido una novedad los elevalunas eléctricos, hasta el punto de pasarse el camino subiendo y bajando la ventanilla. A mí me molesta mucho viajar con las ventanillas bajadas, por el ruido que entra y porque pueden entrar bichos, así que en cuanto la toca un poco, lo noto enseguida. Pero no solo por la molestia de los ruidos, me parece peligroso que baje la ventanilla y vaya a sacar un brazo o la cabeza, con el consiguiente riesgo. Terminaba usando el bloqueo para niños, que bloquea ventanillas y puertas a la vez, pero tampoco me siento cómoda, pensando que, en caso de accidente, no podrían abrir las puertas desde dentro, llamadme exagerada cauta (aunque me han dicho que hay un mecanismo de seguridad que, en esos casos, desbloquea las puertas, pero no sé si es cierto. Si sabéis algo al respecto, me gustaría escucharos 😉). Después de casi dos meses de viajar en el sentido a la marcha y de muchas charlas, conversaciones y algún que otro castigo, parece que por fin ha entendido que eso no se toca, y si alguna vez quiere bajarla, me pide permiso.

El otro problema que hemos tenido y que persiste, es que se marea. Mirad que gracia, años escuchando oír a la gente decir que la niña seguro que se mareaba por ir de espaldas y va y se marea ahora. Imagino que será la falta de costumbre, la nueva visibilidad que le confiere este cambio, el hecho de tener más movilidad, no lo sé con seguridad, pero desde el cambio, cada vez que nos movemos un poco, se marea, y hablo de trayectos de media hora. De momento, lo vamos llevando, se le suele pasar bajando un poco la ventanilla (que contradicción) y cerrando los ojos, para descansar la vista.

El último problema que veo al cambio de sentido es que siento que ha disminuido la seguridad. Ya no solo por el hecho de que al ir de espaldas se viaja más seguro, sino porque, al no ir sujeta con el arnés de 5 puntos, tiene mucha más movilidad y se pasa el camino moviéndose de un lado a otro, sacando la cabeza y el cuerpo del respaldo, agachándose al asiento y hasta al suelo a coger cosas… No hace falta que os diga que me entra de todo cada vez que la veo moverse de la postura correcta y le doy unas cuantas voces histéricas. Pero en este caso, por más que se lo he explicado, no consigo que viaje quieta ni una sola vez.

Pues este ha sido nuestro cambio de este verano. Y vosotros, ¿hasta cuándo habéis llevado al peque de espaldas y qué tal ha sido el cambio? ¿Habéis encontrado problemas como los míos?

Yo me sumo A Contramarcha: Ni un peque más en peligro

Numerosos estudios han demostrado que viajar en sentido contrario a la marcha minimiza muchísimo el riesgo de lesiones en caso de accidentes. En menores de 4 años, esta forma de viajar debería ser la manera generalizada. Sus cuellos son muy débiles, sus cabezas muy grandes y en caso de impacto, la fuerza que tendría que soportar el cuello de un niño sería tan grande, que la sección medular está casi asegurada. ¿Soy una exagerada? Para nada, las leyes de la física no engañan, por más que siga habiendo personas con opiniones en contra.

Cuando circulamos en un coche, todo lo que va dentro, pasajeros incluidos, se mueve a la misma velocidad que el coche. Aunque pensemos que nuestro bebé va sentado quieto, nuestro bebé viaja a la misma velocidad. En caso de colisión, el coche se detiene bruscamente, todo lo que hay dentro sale despedido hacia delante. En los bebés sentados en una silla con arnés, todo su cuerpo es retenido contra la silla, excepto la cabeza, que saldrá despedida bruscamente hacia delante, ejerciendo una fuerza en esa dirección, mientras que los hombros y el torso ejercen una fuerza en sentido contrario al estar sujetos por el arnés. Consecuencia: lesión.

A pesar de toda la información, sigue habiendo muchos padres que ponen excusas a la hora de adquirir un SRI a contramarcha. Que si el niño se marea, que si el niño de espaldas no ve nada, que si la silla es muy grande, que si el precio es caro… Puedes leer esta completa información que escribí sobre el tema: No hay más ciego que el que no quiere ver. La realidad es bien distinta. Los niños no se marean más por ir de espaldas, el que se marea, se marea igual; los niños ven por las ventanillas laterales y las traseras perfectamente; hay bastantes modelos de sillas ACM y seguro que alguna se adapta a tu coche; también hay precios para todos los bolsillos y sinceramente, prefiero invertir en la seguridad de mi hijo que en otra cosa.

Por desgracia, en muchas tiendas de artículos para bebés, aún no conocen o no quieren conocer la importancia de viajar a contramarcha. Y venden sillas de frente con escudo o con arnés como la mejor opción posible. Si llegas y preguntas por una silla ACM te miran con cara rara e intentan venderte una de las suyas, que es la “ganadora” de un estudio que casualmente está financiado por los propios fabricantes de sillas….

Pero por suerte, cada vez hay más gente implicada en la seguridad de los más pequeños y cada vez más tiendas se forman e informan sobre este tema y nos hablan de la seguridad de viajar A Contramarcha al menos hasta los 4 años.  Y por suerte también, internet y las redes sociales tienen una labor muy importante y difunden este mensaje.

Es necesario que todos los padres se conciencien que lo más seguro para sus hijos es viajar en sentido contrario a la marcha hasta los 4 años por lo menos. Como ya sabes, Sara sigue viajando A Contramarcha y tiene más de 4 años, La seguridad viaja de espaldas también en trayectos cortos.

A Contramarcha

Las sillas con arnés en sentido a la marcha, que son la mayoría que se venden en las tiendas, no son seguras. Estas sillas retienen el cuerpo del bebé, le impide salir despedido. Pero no le protege de lesiones. Retener no es lo mismo que proteger. Hasta los 4 años, todos los niños A Contramarcha.

Hoy 19 de Mayo, iniciamos una campaña masiva para concienciar a los padres sobre la seguridad de sus hijos en el coche. La campaña NI UN PEQUE MÁS EN PELIGRO, una iniciativa de Una Mamá de Otro PlanetaA Contramarcha y A Contramarcha salva vidas

¿Te unes tú también a la campaña para proteger a nuestros hijos en el coche?

Seguridad infantil en el transporte público

Que la seguridad infantil en el coche es algo que me preocupa, y mucho, no es nada nuevo. Ya he hablado en varias ocasiones sobre el tema, sobre cómo Lucas viajó en un SRI grupo 2-3 hasta que lo agotó por altura y luego sólo en el elevador hasta que también lo agotó por altura, es decir, llevó alza hasta que midió 1.50 m. Durante todos esos años, me sorprendí muchísimas veces al ver cómo la mayoría de los niños del colegio de Lucas iban sueltos en el coche, sin ningún tipo de sistema de seguridad. Padres irresponsables o poco informados, no lo sé.

Y luego llegó Sara y ya no hubo dudas, mi hija también iba a ir muy segura cada vez que viajase en coche. Con algo más de 3 años y medio va en su silla a contramarcha, la posición más segura para viajar hasta al menos los 4 años.

Vale, en coche mi hija viaja segura, pero ¿qué pasa cuando hay que viajar en otro medio de transporte? En mi caso la respuesta es fácil, Sara no va. Así de claro. En la escuela infantil yo era la madre rara, la que no dejaba que su hija fuese a las excursiones porque no quería que montase en un autobús. Y he oído muchas cosas, como que el conductor del bus era un experto en transporte escolar e iba despacio (vale, puede ser el mejor conductor de mundo y justo ese día, cruzarse con un loco al volante que hace que tengan un accidente); como que iban varios adultos en el bus para cuidar de los niños (vale, y en caso de colisión los adultos sacan sus múltiples brazos y retienen a todos los niños en sus asientos); como que el autobús estaba dotado de cinturones de seguridad (vale, los cinturones pensados para retener a un adulto). No, el transporte escolar no está preparado para llevar a niños pequeños. Es así. No hay más. Los autobuses no están diseñados para proteger a los pequeños. Los mismos niños que viajan en coche con SRI, por las mismas carreteras, a las mismas velocidades…en los autobuses van sueltos.

Vamos con algunos datos. Todos los autobuses matriculados a partir del  20 de Octubre de 2007 tienen que llevar obligatoriamente cinturones de seguridad (Real Decreto 445/2006). Eso quiere decir que los autobuses más antiguos no tienen obligación de llevar cinturón, vamos, que como no es obligatorio no se los habrán instalado a posteriori. Parece que el año 2007 está muy lejano y pensamos que el parque de autobuses se habrá actualizado desde entonces…pero la realidad no es esa. Evidentemente hay muchos autobuses nuevos, pero hay muchísimos circulando desde antes de esa fecha. Sólo tienes que mirar las matrículas de los autobuses con los que te cruces, o del autobús que lleva a tu hijo al colegio. Si la matrícula es inferior a FVZ, el autobús seguro que no lleva cinturones de seguridad. El transporte escolar puede destinar para su uso autobuses con hasta 15 años de antigüedad…

Los menores de 3 años no tienen la obligación de utilizar los cinturones de seguridad. (DGT Instrucción 06/S-87 2007).” 2-  En los vehículos de más de nueve plazas, incluido el conductor, se informará a los pasajeros de la obligación de llevar abrochados los cinturones de seguridad u otros sistemas de retención infantil homologados. Los ocupantes de tres o más años deberán utilizar sistemas de retención infantil homologados debidamente adaptados a su talla y peso. Cuando no se disponga de estos sistemas utilizarán los cinturones de seguridad, siempre que sean adecuados a su talla y peso (Real Decreto 667/2015)”. A los menores de 3 años no se les tiene en cuenta y a los mayores…siempre y cuando lo que se disponga sea adecuado, lo que significa, nada. El cinturón de seguridad es una medida de seguridad pasiva diseñada para adultos de más de 150 cm. Todas las personas menores de esa altura estarán sujetas, pero no estarán protegidas. En caso de colisión con menores instalados directamente en el asiento con un cinturón de seguridad para adultos, estos se escurrirán por debajo del cinturón. SUBMARINO seguridadEs el llamado efecto submarino, el cuerpo del niño se desplaza hacia abajo y la zona abdominal del cinturón no hará presión sobre las caderas, sino sobre el abdomen, causando daños en los órganos internos. Por otro lado, tanto el tórax como la cabeza saldrán despedidas hacia delante y chocarán con la parte baja del asiento delantero, normalmente una parte dura y rígida. Como dice el RD, cuando no se disponga de SRI adaptados a su talla y peso usarán los cinturones de seguridad, siempre que sean adecuados. Vamos, que en los autobuses no hay SRI y los que llevan cinturones no los tienen adaptados.sri autobus

No lo entiendo. La modificación de la Ley de Seguridad Vial que ha entrado en vigor el 1 de octubre de este año hace mucho hincapié en la seguridad de los más pequeños y en el uso de SRI homologados y adecuados.  Pero sólo cuando los niños viajan en coche propio. Si viajan en bus o en taxi, esas leyes son mucho más laxas y permisivas. ¿Acaso no están expuestos a esos mismos accidentes y a los mismos daños físicos y riesgo de muerte? A diario miles de niños están expuestos a accidentes por viajar en autobuses sin las medidas de seguridad necesarias.

En datos de siniestralidad, viajar en autobús es más seguro que viajar en coche. Pero eso no quiere decir que esté exento de riesgos. “Normalmente las estadísticas de tráfico se basan en la mortalidad, no en la accidentabilidad. Recientemente en EEUU han realizado un estudio basándose en este último aspecto, y realmente se han dado una desagradable sorpresa. La cantidad de menores que por un accidente (frenazo, pequeño golpe) han tenido que acudir a un hospital ha sido tres veces mayor del peor dato con el que trabajaban. El informe es dramático, globos oculares reventados, mandíbulas desencajadas, brechas, hombros, clavículas…. por un frenazo no habrá muerto (no aparece en las estadísticas), pero por una tontería ha podido perder un ojo para toda la vida o quedar con secuelas irreversibles». Datos extraídos del blog seguridad infantil.

En los casi 4 años de Sara ha montado en autobús 3 veces, en transporte público. Una de esas veces el autobús en cuestión tenía instalado un SRI en sentido contrario a la marcha. No imaginas lo feliz que me hizo sentarla allí. En las otras dos ocasiones, esperé a que el autobús fuese nuevo y tuviese cinturones de seguridad. Nos sentamos en los asientos que van a contramarcha. La senté encima de mí y nos pusimos el cinturón. Obvio que no era la forma más adecuada, pero me parecía mejor llevarla así que no llevar nada.

En Madrid ya hay autobuses que tienen SRI a contramarcha como este

En Madrid ya hay autobuses que tienen SRI a contramarcha como este

Las noticias sobre accidentes de autobús no son escasas. Hace poco hubo un accidente en Móstoles. Por suerte, no viajaban niños y los heridos, de carácter leve, fueron adultos. Pero si hubiese ido un niño no sería habría salido tan bien parado. En este otro accidente en Valencia hace un par de años sí hubo varias niñas heridas. Una menor de 5 años tuvo que ser intervenida de una fractura maxilofacil. Ningún cinturón, aunque lo hubiese llevado puesto, habría impedido que la cara de la pequeña chocase contra el asiento delantero, que seguro que fue como se rompió la cara. En Soria fallecieron 22 estudiantes en el año 2000, en un brutal accidente de autobús. En el mes de Julio, un autobus español con estudiantes dejó 34 heridos en Francia. Entre los años 2000 y 2014 hubo 8 accidentes graves con autobuses en los que un total de 99 personas fallecieron.

La solución obvia sería hacer autobuses especiales dedicados sólo al transporte escolar, con Sistemas de Retención Infantil adaptados a todas las edades y a ser posible, con las butacas orientadas a contramarcha. Cambiar la actual Ley de Seguridad Vial por una en la que se incluya nueva normativa para el transporte de menores. Algunas empresas de transporte escolar ya ofrecen este servicio. Los datos arrojan que sólo un 38% de los autobuses de transporte escolar dispone de cinturones de seguridad. En este vídeo se puede ver un crash test de un autobús. Así acabarían nuestros hijos.

Se puede observar que un par de dummies van sujetos a los asientos del autobús con un dispositivo especial. Aunque en este caso los muñecos no salen despedidos pues el arnés los sujeta, su cabeza y cuello siguen recibiendo la máxima tensión del impacto. Recientemente una empresa española ha empezado a comercializar este tipo de SRI que se adapta a las butacas de los autobuses y se regula a distintas alturas para adaptarse a todos los niños. Esto es mejor que nada, mejor que ir sueltos, aunque tampoco es la solución al problema, el arnés de 5 puntos sujeta el torso del niño al asiento y el cuello y la cabeza se llevan la peor parte. Si las butacas de los autobuses se colocasen en sentido contrario a la marcha y se dotasen de estos dispositivos, la seguridad de nuestros hijos se vería enormemente recompensada. Para los más mayores, instalar cinturones de seguridad de 3 puntos regulables en altura.

Aquí te dejo una petición en la que se pide a la DGT que mejore la seguridad en el transporte escolar. Puedes firmar en este enlace

De momento, mi hija sigue sin ir de excursión. La semana pasada tuvieron la primera salida del cole de mayores. Me cogí el día libre para quedarme en casa con ella y nos pasamos la mañana juntas. Todavía puedo hacerlo, aún es pequeña y no se queja mucho por no ir, tener un día de chicas le sirvió. Pero ¿qué va a pasar el año que viene o el próximo, cuando quiera ir de excursión con sus amigos? Con esta normativa que tenemos y que no cuida las vidas de los niños en los autobuses, tendré que dejarla subir y despedirme de ella con un nudo en el estómago, rezando para que no pase nada.

Padres irresponsables

Respeto a la gente. Creo que eso es lo más importante. Respeto por sus creencias, por sus costumbres, por su forma de pensar y por su forma de crianza. Pero hay algo que no respeto, no puedo, me es imposible respetar a las personas que hacen daño deliberadamente a sus hijos. Y a las personas que los ponen en peligro, que son conscientes del daño que pueden llegar a causar.

Ya hablé hace algún tiempo sobre la zona de aparcamientos alrededor de los colegios y sobre cómo la gente pasaba por entre los coches sin el mínimo cuidado, llevando a los niños y dando muy mal ejemplo. Pero por si eso no fuera poco, llevo un par de días viviendo una situación que me supera.

Al recoger a Sara del cole el otro día me encontré a un niño de 3 años al lado de mi coche, solo, rodeado de coches que entraban y salían del aparcamiento. Le pregunté por su madre y al rato una mujer le llamó desde unos 50 metros y dejó que el niño fuese solo andando hasta ella. Vale, se ha despistado un momento y el niño se le ha escapado, situación normal que nos puede pasar a cualquiera…aunque yo me acercaría a recogerle, no dejaría que fuese sólo andando entre los coches. Estaba sujetando a Sara en su silla cuando el niño apareció de nuevo en mi puerta. ¿Otra vez se le ha escapado? Y de nuevo la madre le llamó a voces y dejó que el niño cruzase el aparcamiento. Pero, no acababa ahí la cosa, de pronto veo como la mujer se sube al coche, arranca y sale. Si el niño estaba a mi lado mientras yo sujetaba a Sara a su SRI, ¿cómo es posible que le haya dado tiempo a llegar hasta allí, subirle, colocarle correctamente en su silla del coche y salir antes que yo? La respuesta llegó a mis ojos en sólo un segundo, el niño iba saltando suelto en el asiento de atrás. ¡Ni que decir tiene que me entró una mala leche! ¿Cómo puede llevar a su hijo suelto en el coche, con todo el peligro que conlleva? ¿Está poniendo en peligro su vida? Me fui a casa rumiando sobre el asunto.

Pero la cosa podía empeorar, aunque yo en ese momento no me lo imaginaba.

Día siguiente, hora de salir del colegio, misma zona de aparcamiento llena de coches. Y la casualidad quiso que la señora del día anterior aparcase justo a mi lado. Llegamos a la vez a los coches, y mientras yo subía a Sara al coche, ella abrió la puerta del otro lado para dejar subir a los niños. Dos niños, no uno, dos niños subieron a su coche, uno de 3 años y otro de unos 5. Y cerró la puerta. Eso fue lo único que hizo por sus hijos, abrirles la puerta y dejar que subieran. Uno se quedó en mitad del asiento, entre los dos SRI que llevaba la señora en el coche y que evidentemente, no usaba. El otro se tumbó en el suelo a coger unos juguetes y de esa forma, salió rápidamente del aparcamiento. ¡Mi asombro no daba más de sí!seguridad coche

No lo entiendo. ¿Cómo puede una mujer, una madre, llevar a sus dos hijos así en el coche, sin ningún tipo de protección, poniendo en peligro sus vidas? ¿No son lo que más quiere del mundo? No puedo con eso, no puedo respetar esas situaciones.

He cogido el modelo y la matrícula del coche. Y voy a llamar a la policía para que estén pendientes el próximo día al salir del colegio. Espero que la vean y que le pongan una multa, una por cada niño que está poniendo en peligro. Una multa que haga que cuide la seguridad de sus hijos, que quizás le importe una mierda, pero seguro que por evitarse otra multa, la próxima vez los sienta en sus sillas, que evidentemente, tampoco eran las más adecuadas.

Padres irresponsables, padres que no cuidan de la seguridad de sus hijos. No merecen mi respeto.

La seguridad viaja de espaldas, también en trayectos cortos y poco frecuentes

Cuando nació Sara nos informamos muy bien sobre los Sistemas de Retención Infantil, SRI, que existían. Gracias a mi mejor amiga que tenía un niño 1 año mayor que Sara y que estaba muy puesta, conocí las sillas a contramarcha y su idoneidad no sólo los primeros meses de vida, sino por lo menos hasta los 4 años. Desde ese momento, nos informamos muchísimo y ahora soy firme defensora de que los niños viajen de espaldas, cuanto más tiempo mejor.

Sobre viajar a contramarcha he escrito alguna vez, podéis leer este artículo que escribí hace tiempo sobre esos padres que no quieren ver el peligro por más que les expliques las consecuencias que podría haber en un accidente viajando con una silla en el sentido de la marcha.

Y hoy, dentro de esa categoría, quiero dedicar especial atención a los viajes cortos y poco frecuentes. A los desplazamientos esporádicos en ciudad.

Parece que el hecho de montar a un niño en el coche sólo alguna vez de vez en cuando, o sólo para ir de casa al cole, que está a la vuelta de la esquina, le resta importancia a la seguridad. Parece que estadísticamente, hay pocas probabilidades de que algo ocurra. Yo nunca he sido muy buena es probabilidad y estadística, asignatura que en la universidad me traía de cabeza, pero por lo menos entiendo los conceptos más básicos.

Vamos a ver. Si alguien viaja en coche todos los días de la semana una media de una hora diaria, es decir, 7 horas semanales, por probabilidad tendrá más posibilidades de tener un percance que alguien que monta en coche sólo una media de 50 minutos a la semana. Vale, eso es cierto. Pero ¿quiere eso decir que alguien que sólo monta en coche 50 minutos a la semana no vaya a tener un accidente? Pues evidentemente, NO.

Otro ejemplo más claro. La probabilidad de que nos toque la lotería de Navidad es minúscula (un 5% para un premio bueno y 1 entre 100.000 de que nos toque el “gordo”, según datos facilitados por un profesor universitario), pero eso no nos impide jugar cada año por si toca y vaya que si toca, quizás no a nosotros, pero siempre vemos a gente celebrando cada navidad que les ha tocado bastante dinerillo. Lo que quiere decir que alguna vez pasa, puede pasar, las probabilidades pueden ser pocas, pero a alguien le pasa.

En los trayectos en coche pasa lo mismo. Quizás las probabilidades sean menos cuanto menos rato se va en coche, pero eso no quiere decir que el peligro no esté ahí y que podamos tener la mala suerte de tener un accidente.

Vamos a ver datos reales facilitados por la DGT del año 2013: Durante el año 2013 se notificaron 89.519 accidentes con víctimas. Estos accidentes ocasionaron 1.680 fallecidos  y 10.086 heridos graves. Un 49% de los heridos graves se ocasionaron en vías urbanas. En los menores de 15 años el número de heridos graves ha aumentado un 10% respecto al año anterior. En el año 2013 fallecieron 46 niños (esta cifra también incluye atropellos) y resultaron heridos graves 410 niños. En relación al uso de sistemas de retención infantil 4 de los niños fallecidos no los utilizaban ni 14 de los 88 heridos graves tampoco. En vía urbana hubo 450 fallecidos y 4904 heridos graves. Durante 2013, la mayoría de los accidentes con víctimas tuvo lugar en vías urbanas, localizándose seis de cada diez accidentes en este tipo de vías. Todo el informe completo de la DGT lo podéis leer en este enlace.

¡¡46 niños muertos en accidentes de tráfico!! ¡¡410 niños heridos graves!! Y la mayoría de los accidentes tuvo lugar en vías urbanas. 4 niños fallecidos no llevaban SRI, lo que indica que el resto SÍ lo llevaba, pero NO era el SRI adecuado.

Con estos datos en la mano, deducimos que aunque cojamos poco el coche, hay más probabilidad de sufrir un accidente dentro de la ciudad que fuera de ella. Así que aunque sólo llevemos al peque de casa al cole, por ejemplo, la posibilidad de que haya un siniestro es grande.

Hay noticias que nos impactaron por su dureza, y esas noticias son las que deberían hacer que nos replanteemos cómo llevamos a nuestros hijos en el coche. En Diciembre del año pasado, un niño de 2 años y medio falleció en su pueblo al chocar el coche de su madre contra un bordillo. El niño iba sentado en su SRI (mirando al frente) y tuvo lesiones tan graves en el cuello que falleció unas horas después. En Noviembre del año pasado, Gabriel el Vikingo también sufrió un accidente en el coche de sus padres con sólo 2 años y medio, en una silla de frente a la marcha. Las lesiones en el cuello fueron tan graves que le dejaron pentapléjico. Por desgracia, hace apenas un mes, Gabriel falleció. Ambos fueron accidentes a poca velocidad y ambos, con sillas en sentido a la marcha.

Imagen cedida por Nordic Baby

Imagen cedida por Nordic Baby

¿Qué ocurre con los menores de 4 años? Que tienen una cabeza muy grande en comparación con su cuerpo. Esto hace que en caso de colisión, si el niño va sentado en una silla mirando al frente, su cuello se estirará hasta unos niveles exagerados. Si un adulto en una colisión en ciudad sufre de latigazos cervicales, ¿os imagináis esa misma presión sometida al cuello débil de un bebé? Es cuestión de física. En estas imágenes que os pongo, cedidas por Nordic Baby y la página de Facebook Que los niños viajen a contramarcha lo explican fenomenal.

Imagen cedida por Nordic Baby

Imagen cedida por Nordic Baby

Hace muchos años que en Suecia usan sólo sillas a contramarcha para menores de 4 años y más. Y los datos de fallecimiento y heridas graves por accidente de tráfico son mucho menores que en España. Por eso, mi hija viaja a contramarcha. También en trayectos cortos.

Imagen cedida por Nordic Baby

Imagen cedida por Nordic Baby

Hasta hace poco sólo hemos tenido una silla, que llevábamos en el coche grande. Si por cualquier circunstancia teníamos que coger el coche pequeño, cambiábamos la silla de coche y listo. Desde que Jose falleció, el único coche en el que se ha subido Sara ha sido el mío. Si en algún momento mi hermana se iba a llevar a la niña, cambiábamos de coche y listo. Pero cuando me cambiaron los horarios de trabajo, me encontré que necesitaba que mi padre y/o mi hermana recogiesen o llevasen a Sara a la guarde. Entonces apareció el dilema. Según ellos, como era algo puntual, sólo iban a llevar en coche a la niña algún día suelto a la semana y durante un trayecto corto (10 minutos en ciudad), no veían ningún peligro en llevar a la niña en una silla de cara a la marcha que tenía 13 años (la que usé yo con Lucas). Pero yo no era capaz de soportar esa decisión. Así que decidí invertir de nuevo en la salud de mi hija y en su futuro y me fui a ver a Cristina Barroso a su nueva tienda Nordic Baby. Y salí encantada, naturalmente.

Carga sobre el cuello en una silla ACM

Carga sobre el cuello en una silla ACM

He comprado otra silla ACM. Ahora tengo dos. En mi coche he dejado instalada la Axkid Minikid una silla a contramarcha que sirve de 9 a 25 kilos. Y en el coche de mi padre/hermana he dejado la Klippan Triofix, que va de espaldas a la marcha hasta los 18 kilos (Sara pesa 15 Kg) y luego se gira y va en sentido de la marcha hasta los 36 Kg. Esta es más fácil de poner y quitar, y aunque al principio pusieron sus reparos porque no veían el peligro, ya está la silla instalada en el coche que lleve a mi hija y asunto resuelto.

Klippan Triofix

Klippan Triofix

Porque la seguridad en el coche viaja de espaldas. Porque en trayectos cortos también existe el riesgo. Porque invertir en la vida de nuestros hijos es la mejor inversión que podemos hacer. Por todo eso, mi hija viaja a contramarcha cuanto más tiempo mejor.

Axkid Minikid

Axkid Minikid

La educación vial empieza en nuestras casas

En la mayoría de los colegios imparten cada año clases de educación vial. En el cole de Lucas lo hicieron varias veces, a veces iban los policías a darles una charla y ponerles vídeos; un año les montaron un circuito en el patio por el que debían circular respetando señales; se llevaban folletos y actividades para casa. Pero, ¿esa educación vial tiene que quedarse sólo en el colegio? Desde luego que no.

Que los niños imitan los comportamientos de los adultos es algo que sabemos todos. Y que por ese motivo deberíamos cuidar al máximo lo que hacemos y decimos, también debería ser algo obvio. Me hace gracia que cuidemos nuestras palabras en casa, nuestros comportamientos, y a la hora de salir a la calle se nos olviden todas las cosas. Estoy cansada de ver familias cruzando cuando el semáforo cuando está en rojo y van sorteando coches con los niños pequeños; familias cruzando por mitad de la calle cuando a escasos 20 metros tienen un paso de peatones. ¿Qué les estamos transmitiendo? ¿Qué educación vial es esa, en la que los niños copian las conductas de sus padres, que no respetan las normas peatonales?seguridad vial 4

Llevo tiempo observando un comportamiento que me resulta también harto preocupante, y es sobre el que quiero extenderme ahora. Los niños en los aparcamientos públicos. Y el poco control que ejercen los padres sobre ellos. Niños correteando entre coches aparcados, que no sabes cuándo pueden arrancar, madres hablando en mitad del parking mientras los coches tratan de rodearlos. Porque esto es lo que veo cada mañana.seguridad vial 3

En el antiguo colegio de Lucas hay un gran aparcamiento exterior, justo enfrente del colegio. El aparcamiento está rodeado de aceras, por las que la mayoría de madres y padres no transitan, sino que atraviesan tranquilamente el aparcamiento. Ir por la acera supondría solo unos pocos pasos más, pero para ahorrar, pasan entre los coches. Coches que en su mayoría han ido a llevar o recoger niños y justo en ese momento, están aparcando o saliendo. Yo he sido una de esas madres con coche, y he tenido que andar esquivando niños y padres para poder entrar o salir. O estar parada, con la marcha atrás metida, esperando a que la gente deje de pasar por detrás de mi coche. De verdad que me sentaba fatal, no tanto por tener que esperar, sino por ver cómo los niños toman como normal el hecho de pasar entre medias de los coches.seguridad vial 7

Recuerdo de pequeña que mi padre siempre hacia mucho hincapié en eso, nos enseñó a mi hermana y a mí a distinguir un coche arrancado y unas luces de marcha atrás, y siempre nos dejó muy claro que jamás deberíamos pasar por detrás de un coche con las luces de marcha atrás puestas, pues podría no vernos y atropellarnos. Por eso, cuando veo cada mañana situaciones como estas, me indigno. ¿Acaso esos padres no ven lo que están enseñando a sus hijos, acaso no ven que están poniendo sus vidas en peligro? Claro, la gente da por sentado que los de los coches debemos esperar y tener cuidado, cuando son ellos los que están ocupando el espacio de los coches.seguridad vial 2

Por suerte, este año Lucas ya no va al colegio y he dejado de pasar por ahí. Pero mira por donde, todas las mañanas sigo viendo las mismas cosas. Cuando llego al trabajo, con la reducción de jornada entro un poco más tarde y siempre aparco cerca de un colegio, donde también hay una gran zona de aparcamiento. Un poco antes de las 9 el lugar es caótico, coches que llegan al colegio, coches que ya han dejado a los niños y se van, padres bajando niños grandes y pequeños de los coches….y de nuevo, la misma situación, en vez de bajar e ir directamente a la acera, andan por mitad del aparcamiento, con el peligro que ello conlleva.

Todas las fotos que he puesto son fotos reales, tomadas en momentos en los que la gente cruza y anda por el aparcamiento de forma peligrosa, fotos tomadas desde mi coche, en distintas épocas del año y en los distintos aparcamientos que utilizo. Seguro que también habéis visto situaciones como estas, pero es que a mi parece que me persiguen.seguridad vial 6

Está muy bien que en los colegios les hablen de seguridad vial, en la guardería de Sara, por ejemplo, tienen un capítulo en el que un policía pita para que los coches paren y la protagonista y sus padres ya pueden cruzar. Está muy bien que tengan charlas con policías y juegos de educación vial, o que en la puerta del colegio haya policías cada mañana deteniendo el tráfico para que los niños crucen. Pero si después de esto, los padres no seguimos transmitiendo estos valores, si nada más cruzar por el paso de peatones nos metemos en mitad de un aparcamiento entre los coches, si en el siguiente semáforo cruzamos sin esperar a que el muñeco se haya puesto verde, si el próximo paso de peatones lo cruzamos en diagonal para ahorrarnos unos pasos, ¿Qué será lo que aprendan nuestros hijos? Les estamos confundiendo y como ellos nos imitan, pues harán lo mismo cuando sean un poco más mayores.seguridad vial 5

Confieso que a mí siempre me ha obsesionado ese tema. Quizás gracias a la educación que recibí por parte de mi padre de pequeña, quizás por el hecho de ser enfermera y haber visto varios atropellos de niños que me han partido el corazón, o quizás simplemente porque respeto las normas viales, pero nosotros no andamos por mitad de los aparcamientos, cuando vamos a un centro comercial y tenemos que andar por el garaje hasta la puerta de entrada, llevo a la peque en brazos y al mayor pegado a mi lado; cuando el mayor se tiene que bajar del coche por el lado de la calzada por algún motivo, me aseguro concienzudamente que no venga ningún coche antes de que abra la puerta; respetamos los semáforos y los pasos de cebra. Y eso es lo que aprenden mis hijos. Y eso es lo que hace el mayor cuando va solo por la calle. Y eso es lo que hará la pequeña cuando le toque ir sola también. Porque la vida de mis hijos es lo más importante y ponerla en peligro por cruzar mal no entra en mis planes.