No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Sixt, o cómo sufrir por los engaños del seguro al alquilar un coche   

Posiblemente, alguna vez habrás necesitado alquilar un coche. A veces, no nos queda más remedio que alquilarlo al llegar a nuestro destino, pero cada vez es más frecuente poder realizar el alquiler de un vehículo online, para ahorrarnos tiempo al llegar al lugar de recogida.

Y eso fue lo que hice yo a primeros de julio, cuando llevé a mi hijo a Pontevedra, a un campamento de verano. Como eran muchos kilómetros desde Madrid, sobre todo, pensando en la vuelta yo sola, decidimos irnos en tren y alquilar allí un coche. El plan era viajar hasta Santiago de Compostela, por la mejor combinación de tren, alquilar un coche, llevar a Lucas al campamento, hacer noche en Pontevedra, devolver el coche por la mañana y vuelta a Madrid en tren.

Una vez que tuve los billetes de tren, llegó la hora de gestionar el alquiler. La primera sorpresa llegó cuando me encontré que, al ser domingo, en Santiago, las empresas de alquiler de coches más famosas estaban cerradas. Así que busqué fuera de la estación. Las posibilidades eran realmente pequeñas, y terminé alquilando un coche con Sixt, una empresa de alquiler alemana. Como no había muchas más opciones, la verdad es que ni siquiera miré opiniones online, para ver las experiencias de otros usuarios. A través de la web, rellené todos los datos, contraté el seguro a todo riesgo y pagué.

Alquiler coche

Seguros de coche, nuestros grandes aliados. Porque, seamos sinceros, aparte de tener carácter obligatorio, tener el coche asegurado con una buena póliza, nos puede librar de más de un disgusto. Nunca, en los más de 20 años que llevo conduciendo, he tenido un accidente de coche. Pero sí es cierto que he dado partes al seguro en varias ocasiones por arañazos leves, roces, golpes al abrir las puertas…Vamos, que me considero una buena conductora, pero me alegra tener un seguro a todo riesgo.

Llegó el día del viaje, recogimos el coche de la oficina sin nada reseñable y pusimos rumbo al colegio donde iba a pasar Lucas el mes de julio. El colegio en cuestión estaba a las afueras de Pontevedra, en la carretera entre dos municipios. Mi GPS, un poco desorientado, nos metió por el centro de una pequeña aldea, en la que al final tuve que dar la vuelta, al ver que nos habíamos equivocado. Fue allí cuando tuvimos un percance. Entré por una calle estrecha, pero transitable, que daba a un garaje particular. Al ver que ese no era el camino, hice un cambio de sentido con varias maniobras y volvimos a salir, rumbo a nuestro destino. En esa pequeña aldea, rocé el coche en un par de sitios, haciendo arañazos en varios puntos de la chapa. Cuando al día siguiente fui a devolver el coche y comenté lo que había pasado, la chica de la oficina me comentó que no pasaba nada, porque tenía contratado un seguro a todo riesgo. Cogí el tren de vuelta a Madrid, y listo.

En teoría, ese debería haber sido el fin de la historia, pero resulta que mi calvario no hizo más que empezar.

Unos días después, recibí un mail diciendo que habían detectado unos daños en el vehículo y que, aunque eran conscientes de que había contratado el coche con seguro sin franquicia, me agradecerían que les rellenase el parte para el seguro, en un vínculo que me mandaban. Y yo, que siempre cumplo y me tengo por una buena persona, rellené los datos que me pedían y me olvidé.

Al volver de las vacaciones de agosto, me encuentro en el buzón una carta de la oficina de reclamación de Sixt, diciendo que no he rellenado los datos del seguro y que tendrán que tomar medidas. Evidentemente, llamé por teléfono a ver qué había pasado y me aseguraron que no había problema, que no tenía por qué preocuparme, que mi respuesta seguro que había llegado por mail.

Y si, por mail llegó una contestación unos días después, pero para decirme que el seguro no me iba a cubrir porque yo había “ignorado las medidas del vehículo” y que tenía que correr con los gastos de reparación y asumir el coste que habían perdido por los días que el coche había estado parado. Me reclamaban 800€.

Ya te imaginarás mi cara de asombro, de estupor, al leer dicho mail. Un correo, dicho sea de paso, muy mal redactado, con faltas de ortografía, y muy escueto. Literalmente ponía: “A pesar de la limitación de responsabilidad contratada nos vemos obligados a cargarle el coste del resultado del incidente debido a Ignorar medidas del vehículo”

Rápidamente, me puse en contacto con el servicio de reclamaciones de Sixt, para hacerles llegar mi absoluto rechazo a su decisión, puesto que en ningún momento había ignorado las medidas del vehículo. Es como si el seguro de mi coche particular, cuando le he dado un parte por arañazos de aparcamiento, me dijera que no me cubre porque he golpeado el coche al aparcar al ignorar las medidas del vehículo. ¡Es absurdo! ¿Para qué contratar un seguro entonces, si cualquier cosa que pase va a ser culpa tuya y el seguro te va a llamar negligente?

Días después, volvieron a escribirme desde el  mismo servicio, para decirme que había cometido una negligencia, al meterme en una calle estrecha, por una vía no apta para la conducción y que la protección quedaba excluida.

Fraude

Fui a la Dirección General de Consumo, desde donde presenté una reclamación por escrito a Sixt. Casi dos meses después, estoy esperando contestación a este trámite.

Por otro lado, volví a escribirles un mail, en el que les explicaba claramente cómo había ocurrido el incidente, en qué calle, que era una calle de paso, con entrada a un garaje, con lo cual era apta para la conducción, y que además tenía testigos. Le di hasta los datos de la calle, pues en el GPS se queda marcado el recorrido que hice.

Pues bien, volvieron a contestarme hace unos días, de nuevo para decirme que rechazaban mi reclamación, esta vez aludiendo a los “términos y condiciones del seguro, parágrafo B, punto 3”, con un link a dichas condiciones. El mencionado párrafo y punto, resulta que especifica que hay que viajar con un SRI adecuado cuando se viaja con menores de 1.35 m. ¡Pero si iba con mi hijo de casi 16 años, que ya es más alto que yo!

Cada vez que me contactan, me imagino a un estudiante en prácticas, en sus primeros días, al que han puesto a contestar reclamaciones sin saber lo que hace. Las reclamaciones están redactadas de manera escueta, casi sin puntuaciones, con faltas de ortografía y aluden cada vez a una cosa diferente para seguir cargándome a mí con la culpa.

Tengo que esperar a transcurran los dos meses desde que presenté la reclamación a través de la D.G. Consumo, para ponerme en contacto con ellos, a ver qué ha pasado. Después de esto, y si no se soluciona, me tocará ir directamente a la Junta Arbitral de Transporte (lo malo es que me tocará ir hasta Santiago de Compostela, pues por lo que he leído solo se puede presentar en persona y en el lugar donde se produjo el suceso).

Tengo copia de cada mail y de cada carta recibida por estos sinvergüenzas, que casi te obligan a contratar un seguro cuando alquilas un coche y que luego, si llega la hora de hacer uso de dicho seguro, quieren engañarte. Por desgracia, no ha sido hasta después cuando he leído muchas malas opiniones sobre Sixt. Evidentemente, si alquilas un coche y todo transcurre sin problemas, no habrá quejas. ¡Pero, ay amigo, si tienes un percance! Parece ser que no son muy fiables.

Esta es mi opinión sobre un hecho que me está quitando mucho tiempo, me está dando dolores de cabeza, además de parecerme una injusticia. Cada vez que me pongo en contacto con ellos, me da la sensación de que ni siquiera se leen mis alegaciones ni nada de lo que les escribo, ellos quieren que yo me haga cargo de la reparación y punto. Pero esto no quedará aquí. Quería que todo el mundo estuviese al tanto de lo que te puede pasar cuando alquilas un coche con esta compañía, Sixt, que quieren sacarte dinero de cualquier manera. Y no es solo mi opinión, si buscáis en la web, encontraréis muchas malas opiniones con ellos.

Desde luego, os recomiendo que nunca alquiléis un coche con Sixt. ¿Tenéis algún consejo para darme, algo que pueda hacer sin tener que llegar a una demanda, que me va a costar un dineral? La verdad es que este tema me trae de cabeza… Como consumidora me, me siento estafada y engañada.  

Las pinzas del pelo pueden resultar perjudiciales para tu salud

A diario ocurren pequeños accidentes domésticos, pero ¿alguna vez os habíais planteado que una pinza para recoger el pelo podía provocar uno? Pues resulta que yo lo he sufrido en mis propias carnes, más bien en mi propio dedo.

Este es el muelle a presión de las pinzas

Este es el muelle a presión de las pinzas

Ayer jueves por la mañana libraba y estaba con Sara y mi sobrina. Las estaba peinando para salir a hacer cosas cuando ocurrió el percance. Después de ponerle una pinza muy mona en el pelo a Sara, no me gustaba dónde se la había colocado, así que decidí quitársela para cambiarla de sitio. Al apretar la parte superior para abrirla, ese trozo se rompió y el muelle que lleva la pinza dentro se me clavó en el dedo.

De pronto sentí un dolor muy agudo y mi dedo estaba sujeto a la pinza del pelo y esta, al pelo de Sara. Cuando Sara se movía la pinza se me clavaba más y veía las estrellas. Pero como se había roto la parte de arriba, no podía apretar para abrirla y quitársela del pelo. Sara se estaba poniendo nerviosa porque le daba tirones y yo más porque no sabía cómo quitarme eso. Al final hice palanca metiendo unas tijeras por la parte debajo de la pinza y la quité del pelo de Sara. Pero seguía enganchada a mi dedo…

La pinza clavada en mi dedo

La pinza clavada en mi dedo

Os tengo que confesar que como enfermera soy muy buena, pero como paciente, a veces tengo poca tolerancia al dolor propio. El caso es que empecé a marearme con la pinza clavada y me tuve que tumbar en la cama, con los pies en alto y el ventilador a tope, porque sudaba como un pollito. Y mientras las dos niñas muy nerviosas, Sara llorando porque no sabía bien que pasaba.

Cuando me encontré mejor me puse manos a la obra para quitarme la pinza. Pero por más que lo intentaba, aquello no salía. Jolines, si era un trozo de muelle, pensaba yo, debería salir por el mismo sitio por el que había entrado. Pero no había manera y cada vez que la movía me dolía mogollón. Intenté tirar directamente hacia afuera y arrancarme la piel, pensando que sería algo superficial, pero me volví a marear del dolor. Si vale, seguro que no era para tanto comparado con otros dolores, pero yo lo estaba tolerando fatal.

Como veía que aquello no podía solucionarlo sola, llamé a mi madre, sanitaria también de profesión, para que viniese y me echase una mano, no podía conducir con la pinza en el dedo. Un rato después se presentaron en casa mis padres, y menos mal que vinieron los dos, porque aquello no era trabajo para una enfermera, era trabajo para un manitas.

Resulta que el muelle está colocado a tensión, para mantener la pinza cerrada. Al romperse el apoyo de una de las partes del muelle, este había perdido su tensión y se había cerrado sobre sí mismo, no sé si me explico. Lo que pasaba era que un extremo del muelle lo tenía clavado profundamente en el dedo y el extremo contrario había girado sobre el muelle y me estaba presionando el dedo, intentando unirse con el otro trozo. Por eso no era capaz de quitarme la pinza. Menos mal que mi padre vio el problema, se puso las gafas de cerca, cogió unos alicates y mientras mi madre me sujetaba el dedo para que no lo moviese, él quitó el pasador al muelle, la pinza entera se desmontó y el muelle se liberó. Luego, ya sólo tuvieron que tirar para sacármelo del dedo. ¡Qué dolor madre! ¡Cómo una cosa tan pequeña puede hacer tanto daño!

Y esa línea es por donde la pinza ha estado clavada en mi dedo

Y esa línea es por donde la pinza ha estado clavada en mi dedo

Así que desde hoy, he desterrado las pinzas de mi casa. Si, lo sé, puedo ser una exagerada, después de años de usarlas, esta ha sido la primera vez que me ha pasado, pero con una he tenido bastante y más de 15 minutos con un muelle metálico clavado en el dedo han sido suficientes. Recuerdo una vez hace años, una conocida me contó que había comprado una malla de naranjas. Intentando abrir la malla con un cuchillo, el cuchillo se le escapó y le hizo un tajo que necesitó puntos. Desde ese momento, sólo compra naranjas sueltas al peso, nada de mallas. Pues yo ya tengo mi trauma creado, adiós pinzas del pelo, hola coletas y horquillas.

Contadme, ¿habéis tenido algún accidente doméstico así de tonto?

Cómo no se debe llevar a un bebé en el coche

No he dicho nada sobre la cesárea programada de Shakira, porque me parece que cada mujer es libre de tener a su hijo como le plazca. Yo soy de las de parto natural, pero no creo que tener a tu bebé de otra manera te haga merecer tantas críticas.
Tampoco la he criticado por llevar a su hijo en una mochila «colgona«, porque, aunque no sea la mejor manera de llevar a un bebé, si es cierto que por lo menos, lo lleva puesto. Seguramente sea la falta de buena información la que le ha hecho decidirse por esa mochila, y no por un portabebé ergonómico.

Pero, que lleven a su hijo en el asiento delantero de un coche, metido en dicha mochila y su padre sin cinturón….por ahí no paso.¡ Eso es poner la vida de una criatura en peligro!
En caso de colisión, el pobre niño se vería aplastado entre su padre y el salpicadero. O la cabecita sufriría una sacudida. O no sé cuantas cosas más se me pasan por la cabeza.
Primero, hay leyes y normas que hay que cumplir, aunque siendo famosos, parece que algunos se las pasan por las narices.
Y segundo, lo que es más importante, ¿que cabeza tienen esos padres, que no piensan, ya no en las normas, sino en la seguridad de su hijo?
Ese bebé debería ir instalado en un sistema de retención infantil homologado, en sentido contrario a la marcha, y preferiblemente en el asiento de atrás.
Es que este tema me enciende.
Casi todos los días, cuando voy a llevar a mi príncipe grande al cole, veo alguna cosa de estas que me pone los pelos de punta. Niños sueltos en el asiento de atrás, niños de pié entre los dos asientos delanteros, hasta una niña de unos tres años en el asiento delantero de una furgoneta, y sin silla ni cinturón. Me enciendo, vaya si me enciendo, y siempre pienso, ¿donde está la policía en este momento, para pillarles y ponerles una multa? Porque a lo mejor, si no lo hacen por sus hijos, la próxima vez, llevarán a los niños sujetos, aunque sólo sea por que no les multen. Y aunque sólo sea por eso, esos niños irán seguros.
Hace unos años, tuve un accidente de coche. Fue poca cosa. Fue a 50 metros de mi casa. Iba a casa de mis padres, que está al final de la calle, pero mi hijo, iba en su silla, perfectamente colocado en el asiento de atrás. Un coche que venía de una calle perpendicular, se distrajo y se nos echó encima. Plaf. Justo de frente. No nos pasó nada, un buen susto. Pero, en el otro coche iban dos niñas con su madre y una de ellas no iba en su silla. Del impacto, la pobre niña se chocó con el asiento delantero y se rompió varios dientes. Y encima, dando gracias que solo fuera eso….

Vigilemos la seguridad de nuestros hijos en los coches. Nuestros hijos son el bien más preciado que tenemos.

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