No hay mejor lugar que los brazos de mamá

Todos los días, ella me ve usar el ordenador para trabajar. Y hoy ha querido echarme una mano. Se ha puesto a aporrear las teclas y esto es lo que ha escrito:

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La princesa y el teclado

La princesa y el teclado

Menos mal que se ha aburrido enseguida, porque me ha cambiado unas cuantas configuraciones…. Pero por un día, ella ha querido ser escritora.

Pues nos ha tocado la revisión de pediatría. En cada Centro de Salud funcionan de distinta manera. A nosotras, nos ha hecho la revisión la enfermera.

Desnudar a la princesa y ponerla en la camilla, ese ha sido el principio del desastre…. Bueno, en realidad, no ha sido para tanto. Pero es cierto que a la princesa no le hace ni pizca de gracia que llegue un desconocido y la coja en brazos. La enfermera la ha cogido para llevarla a la báscula y como lloraba….pienso que habría sido más fácil si yo misma la hubiese puesto allí. En fin. Que yo también soy enfermera e imagino que habrá habido veces en que a mis pacientes les hubiese gustado que actuase de otra manera, aunque quiero pensar que han sido pocas veces.

Luego, ya con el llanto continuo, altura y perímetro cefálico. Está estupenda, percentil nosequé, ni lo he mirado porque los percentiles dichosos me importan poco.

Encuesta sobre alimentación. Tengo que confesar….que he mentido a mi enfermera!!! Y es que, la princesa come de todo. Y a «bocaos». Con 6 meses, empezamos la alimentación complementaria, me informé mucho y decidí seguir el método babyled weaning, que consiste, básicamente, en dejar que los bebés coman solos y lo que quieran, ofreciéndoles distintos alimentos, sin triturar y sin procesar (ya escribiré otro post sobre la experiencia).
El caso es que la enfermera me explicaba que ahora tenía que empezar a darle tortilla y me puso cara rara cuando le dije que le chiflaba la tortilla de patata. Cuando le dije que ya comía garbanzos, también me miró raro. Así que en ese punto, decidí mentir. Más bien, decidí no contarle toda la verdad, jejeje. Y ella hablaba de purés, papillas y cosas trituradas y yo asistía con la cabeza….

No ha habido nada nuevo en la revisión: consejos sobre seguridad y prevención de accidentes (nuestra casa parece un bunker), consejos sobre sueño (aquí también he omitido decir que colechamos), lavado de dientes (tenemos un precioso cepillo desde su primer diente, que usamos después de cada comida, ella me cepilla a mi y yo a ella, un juego muy divertido) y poco más.

Le han puesto la primera dosis de la triple vírica, que aunque en el calendario de vacunación constaba a los 15 meses, la han adelantado por los múltiples casos que está habiendo de sarampión, debido, en parte, a la absurda idea que tienen algunos padres de que las vacunas son malas y a la llegada de inmigrantes sin vacunar. Ha llorado bastante con el pinchazo, pero hemos hecho «tetanalgesia», básicamente, meterle el pezón en la boca inmediatamente después del pinchazo, y se ha calmado enseguida.

Y para casita hasta la revisión de los 15 meses.

Hace 1 año

Hoy hace 1 año, a estas horas, estaba segura que conocería a mi princesa. Había pasado mala noche, despertándome con contracciones. Durante la mañana, cada vez iba teniendo más contracciones, pero estaba muy tranquila y esperaba a que fueran regulares. Iba a empezar a hacer la comida, cuando de pronto, las contracciones empezaron a ser bastante seguidas, así que pensé que iba a ser hora de irse al hospital….pero con calma. Mi padre vino a recoger al príncipe y yo me duché tranquilamente.

Entre contracción y contracción, me comí un sándwich, porque tenía hambre, y no sabía cuándo iba a poder volver a comer. Mi hermana se reía y me decía que seguro que no estaba de parto, porque estaba muy tranquila y comiendo, pero leñe, ¡se puede masticar y doblarse del dolor a la vez!

Y salimos para el hospital. Cada vez más contracciones, cada vez más dolorosas, había dejado de controlar el tiempo. Cuando llegamos, eran las 3 de la tarde y había mucha gente para dar los datos. ¡¡Y yo me doblaba por la mitad!! Puse una pierna encima de una silla, parecía que así el dolor era más soportable. Después de un buen rato esperando a que me atendieran, por fin llegamos a obstetricia. La matrona me hizo un tacto y había dilatado 5 cm.

Pasamos a la sala de dilatación. Fuera ropa, y vamos a hacer un monitor. Y las contracciones que se salían de la hoja de registro. Mandaron a mi marido a hacer el ingreso y me dejaron sola.

Y así, sola como estaba, noté como se me rompía la bolsa. En ese momento pensé en una botella de champan, noté como algo salía a presión y de pronto, un líquido tibio bañando mis piernas. Y no sólo eso. Me entraron unas ganas tremendas de empujar.

Me puse un poco nerviosa, porque pensé que iba a parir allí sola. No encontraba el timbre para llamar y al final, me puse a llamar llamé a voces. Entró alguien, no recuerdo quien, le conté que estaba naciendo la niña y me miró con cara de “anda ya, si hace 10 minutos estabas con 5 cm de dilatación”. Pero miró. Levantó la sábana y me dijo que iba a parir allí mismo, en la cama y se fue corriendo. Un momento después, vino la matrona, y me dijo:» la mala noticia es que duele, la buena, es que va a ser muy rápido».
Y así llegó al mundo Sara. Su padre, casi se pierde el momento. Llegó justo cuando estaba saliendo la cabeza. Se le quedó una cara de sorpresa cuando abrió la puerta y vio a la matrona agachada entre mis piernas……

Me encantó mi parto. Dolía, claro que dolía, pero fue todo tan natural, tan respetado, sin intervencionismos, sin anestesia, sin oxitocina, sin episiotomía, y sin las luces frías y la camilla del paritorio. Allí, en la cama, Sara se abrió paso al mundo. Y casi sin esfuerzo. La matrona me dijo que no hiciera nada, que dejara que Sara saliera sola. Fue increíble notar su cabeza saliendo de mí. Aunque mi cuerpo me pedía empujar y así, la ayudé a terminar de salir. Eran las 4.10 de la tarde. Nos apodaron “las rapidillas”.

De pronto, tenía a la cosa más preciosa encima de mi pecho, abrió la boca, se agarró a mi pezón y me miró a los ojos.

Así, nuestro amor, que ya era enorme, terminó de consolidarse. Y desde entonces, no he dejado de estar enamorada ni un solo día.

Hoy hace 1 año que mi corazón rebosa alegría.

Felicidades princesa. Te quiero muchísimo.

Aquí os enseño el mío, mi mei tai, con multitud de detallitos, y es que, lo he personalizado totalmente, como podéis hacer todos los que queráis un mei tai de felizenbrazos.

Está confeccionado en loneta roja y tela de algodón blanca con lunares de colores, lo que le da un aire muy fresco para la primavera que se nos acerca.

mei tai lunares reversible

Tiene cabecero acolchado, para un buen soporte de la cabeza, en caso de que el bebé se quede dormido. Y si no lo utilizamos, se pliega y queda así de recogido.

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Es reversible, y por el otro lado, lleva el nombre de mi princesa, con la tela de lunares, así como un bolsillo central a juego, para guardar alguna cosita pequeña o para recoger el cabecero y dejarlo guardadito.

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Detalle del nombre.

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Detalle de un gracioso pajarito, también cosido.

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El bosillo.

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Una práctica bolsa a juego para guardar nuestro mei tai y tenerlo siempre recogido.

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Y así de bien lo lucimos:

mei tai lunares

La teta es mía

Que risas pasamos ayer por la tarde mi príncipe y yo.

Estábamos jugando en el suelo del salón con la princesa. En un momento dado, ella se acercó a mi y empezó a tirarme de la camiseta, buscando su teta querida. Saqué la teta y ella puso su enorme sonrisa, es lo que hace últimamente cada vez que ve la teta, sonreír de felicidad, anticipando el momento, jejeje.

El príncipe, que estaba un poco cansado de tanta actividad que realiza, y porqué no decirlo, también estaba un poco mimoso, me dijo que él también quería teta, pero en plan graciosillo. Le ofrecí la otra y el vino a acurrucarse a mi lado, pero sin acercarse demasiado al pezón, no fuera a rozarse, que él «ya es muy mayor para eso»… En el fondo, creo que le gustaría mamar también por los momentos de complicidad que comparto con la pequeña, pero como tiene 11 años, pues piensa que es muy mayor para eso y hasta le da un poquito de vergüenza.

El caso, empezó a jugar como si fuera a mamar y la pequeña, cuando lo vió, le empujó la cara, sin soltar su teta, eso sí. Nos hizo gracia, pero pensamos que había sido una coincidencia, y volvió a «hacer» que mamaba. ¡Y la princesa me ponía la mano en la teta, tapándola! Que risa nos pasamos. Cada vez que él se acercaba, ella le empujaba o cogía mi pezón y gruñía.

Vamos, que las tetas son de ella, no se hable más. Después de 1 año teniendo las tetas de mamá en exclusiva, cualquiera le dice nada, jajaja.

Me pareció tan gracioso, y a la vez tan tierno, como ella debe pensar que mami es para ella. De momento, dejaremos que siga amando a sus tetas, sin tener que compartirlas.

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Preanudado a la cadera, nudo con bucle, con fular elástico:

Cruz simple a la cadera con fular elástico:

Vaya noche hemos pasado.
El pobre príncipe se acostó con dolor de estómago. A eso de la 1, nos llamó porque le dolía mas, y papá le hizo una manzanilla mientras la princesa estaba enganchada a la teta en una de sus tomas nocturnas. Un rato después, volvíamos a intentar dormir, yo con una oreja levantada, como lo perros….y entonces, lo oí.
Oí una arcada y un sonido líquido. Me levanté tan rápido como podía sin despertar a la princesa y me encontré al príncipe de pie en su habitación, agarrado a una pared, vomitando cantidades descomunales que no entiendo como podían estar alojadas en su estómago.
Nos separaba un charco con cositas. Conseguí sortearlo y ayudar al pobre, que una vez que hubo vomitado, se encontraba mucho mejor. Se cambió el pijama y se tumbó en mi cama con la princesa, mientras a mi me quedaba la tarea de recoger el vómito.
Porque, mira por donde, decidieron que lo tenía que quitar yo, porque soy enfermera. Y aquí fue donde me pregunté que parte de la carrera de enfermería te capacita para tan ardua tarea.
Voy a obviar los detalles de mis arcadas y del vómito por las paredes. Una hora después, había terminado de recogerlo todo.
Papá se fue a dormir al sofá, y yo a compartir la cama con los dos príncipes. Eran las 3 de la madrugada. Y entre las mamadas de una y las patadas del otro, he dormido nada y menos.
Así que, con vuestro permiso, hoy voy a terminar pronto y en breve me voy a dormir, no sea que esta noche tenga algo emocionante preparado para mi.
Por cierto, el príncipe ya está bien, gracias por preguntar.

Criar con apego

Últimamente se habla mucho del apego. Yo misma, hablo de ello y comparto publicaciones, artículos y todo lo que me parezca interesante en mi página de Facebook. ¿Pero, que es exactamente el apego?

Según la Real Academia de la lengua,
Apego- (De apegar)- 1. m. Afición o inclinación hacia alguien o algo.
Y en la versión del año 2005- Afecto, cariño o estimación hacia una persona o cosa.

La crianza con apego es una filosofía basada en los principios de la teoría del apego. Según la teoría del apego, un fuerte enlace emocional con los padres durante la infancia, también conocido como apego seguro, es un precursor de relaciones seguras y empáticas en la edad adulta.

Así que así es como deberíamos criar a nuestros hijos, con apego, con cariño, con una relación basada en la confianza.

Hoy en día, todo el mundo puede encontrar información en internet, grupos de apoyo a la crianza, múltiples herramientas disponibles para ayudar(nos) a muchos padres que andan perdidos en esto de criar un hijo. Es altamente recomendable. Yo misma intento aportar mi granito de arena, extendiendo la crianza en brazos como parte de una rutina normal en la vida de padres y bebés.

Ahora, con la princesa, me está resultando todo más fácil. Pero… hace 11 años, cuando nació mi príncipe, yo no conocía nada de esto. Y no por eso, le crié de distinta manera.

Llegué a casa con un bebé y muchas dudas. Con unas normas rígidas que me imponían dar el pecho cada 3 horas y 10 minutos de cada uno y con cientos de consejos gratuitos de todo el mundo, que parecía saber la forma correcta de criar a un hijo. En lo que más o menos todos coincidían era en que no debía cogerle mucho en brazos, porque se acostumbraba y en que tenía que dejarle en la cuna, para que aprendiera a dormirse sólo. Hasta me dieron un consejo que aún hoy, al recordarlo, me pone los pelos de punta. El príncipe lloraba mucho y me aconsejaron que en uno de sus múltiples llantos, lo “tirara” bruscamente contra la cama, para que con el susto, dejara de llorar… Menos mal que no se me ocurrió hacer caso de ese consejo, que desde luego, seguro que es más perjudicial que beneficioso.

El caso es que después de las consabidas visitas de los primeros días, me encontré sola en casa, con ese príncipe que no dejaba de llorar. Y empecé a dejarme guiar por mis instintos, y no por los “sabios” consejos que me daban.

Si lloraba y le cogía en brazos, se calmaba. Solución, me pasaba el día paseando con él arriba y abajo por la casa.
Si no había pasado el tiempo “estipulado” para la teta, pero tenía hambre, le daba la teta y se calmaba. Solución, empezó a mamar a demanda.
Si se despertaba varias veces por la noche y me lo metía en la cama para darle de mamar, hasta yo descansaba mejor. Solución, dormíamos juntos.
Y todo eso, a pesar de no saber por entonces lo que era el apego, ni la crianza en brazos, ni la lactancia a demanda ni el colecho. Simplemente, era lo normal y lo natural. Y me criticaron, vaya si lo hicieron. Pero me dio igual.
A mi príncipe lo crié contra la normas, con todo el amor y el cariño que me salía de dentro. Y diciéndole continuamente lo mucho que le quería.

Ahora, con 11 años, todos los días nos llenamos de besos. A veces, él me escribe notas de amor que me deja por los rincones. Yo le dejo réplicas llenas de corazones, para que lea cuando se despierte. Y nos decimos cientos de veces lo mucho que nos queremos. Es un niño bueno, amable y cariñoso. E imagino que gran parte de esta forma de ser, es gracias al cariño que recibió de pequeño, a lo que ahora sé que se llama “apego seguro”.

Y es exactamente lo mismo que estoy haciendo con mi princesa. Disfrutar cada momento del día. Llevarla en brazos a todas horas, ahora con ayuda de portabebés, colechar con ella, darle la teta a demanda y quererla mucho, simplemente, quererla.

Os enseño los últimos mei tais que hemos realizado por encargo. Ya están disfrutando del porteo varios bebés.

Mei tai con cabecero acolchado, reversible, con reductor del tamaño del puente, para hacerlo apto a bebés más pequeños:
mei tai cabecero acolchado reversible 2mei tai cabecero acolchado reversible 3

Mei tai que combina la loneta azul en tirantes y cintura con una loneta gris rayada, de aspecto vaquero:
mei tai azul con loneta vaquera

Original mei tai con calaveras, para las madres más rockeras:
mei tai calaveras

Mei tai especial para soñar, lleno de estrellas. Es reversible, azul por un lado y morado por el otro, pero las estrellas, que no falten:
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Y este mei tai, colorido y original. Un pedido especial para una mamá muy alegre. Es reversible, para poder lucirlo indistintamente. Los tirantes y la cintura, también son de colores combinados:
mei tai reversible letras círculos2 mei tai reversible letras círculos3

Si os gustan, pasad por la tienda, podemos hacer uno igual o personalizarlo a vuestro gusto.

Feliz porteo

Aquí os dejo un vídeo del uso de un fular elástico. En esta ocasión, utilizamos un pre-anudado, lo que nos permite manejar el fular antes de poner al bebé. Es una cruz envolvente exterior.
Los preanudados, sólo se pueden realizar con fulares elásticos.