No hay mejor lugar que los brazos de mamá

La canción de hoy es muy especial para mí.

Cuando mi madre estaba embarazada, decidieron que si era niña, me iba a llamar Sara.

Cuando se puso de parto, mi padre pasó varias horas solo, esperando, sin saber nada, entonces, por desgracia, no dejaban pasar a los padres ni cientos de cosas más…. Pues en uno de sus ratos de espera escuchó esta canción. Cuando por fin le dejaron entrar a vernos a mi madre y a mi, le dijo que para él, esta canción había sido como una señal de que todo iba a ir bien.

Y en ese momento, decidieron que me iba a llamar Diana.

Por cierto, como al final no fui Sara, le puse ese nombre a mi princesa.



Creo, no, más bien, aseguro, que los niños actúan por imitación. Eso lo tenemos todos claro. Ellos ven lo que hacemos los adultos y lo repiten. Así, la mejor manera de que hagan algo, es hacerla nosotros mismos. No tiene mucho sentido decirle a un niño que coma verduras todos los días si luego nosotros no lo hacemos.  Porque, si algo es bueno para ellos, también lo será para nosotros, ¿no?

Ya sabemos que en el coche, los niños deben viajar en Dispositivos de Retención Infantil (DRI) homologados y adecuados a su talla/peso. ¡¡Pero, los adultos, somos los primeros que debemos ponernos el cinturón!! Hay que predicar con el ejemplo. En mi caso, nunca, jamás, he tenido ningún problema con ese asunto. El príncipe ha ido correctamente instalado en su asiento de seguridad desde que nació, cambiándolo cuando ha sido necesario. Incluso ahora, con 11 años, metro y medio y más de 50 kilos, sigue sentado en su silla con respaldo. Sobre ese tema, ya he discutido a veces con gente que quiere darme consejos/opiniones……….. (Ya estamos con los consejos gratis por todos los lados). A lo que iba. Cuando a él le compré su último DRI, hace ya unos años, estaba claro que era una silla grande. Lo bueno, es que la silla ha ido creciendo con él, y todavía le sirve. Mucha gente me dice que ya no lo necesita, que puede ir sin silla, que vale con el cinturón o que como mucho, le deje sólo el elevador y le quite el respaldo, que no va a pasar nada. Jolín, que manía con que no va a pasar nada. Primero, ellos no lo saben. Y segundo, si pasa algo, ¿no irá mucho más seguro si su cabeza va protegida con los laterales acolchados de la silla? Sin obviar, además, que cuando él se duerme, porque todavía el coche ejerce ese efecto somnífero, su cabeza no se va para los lados. El día que ya no le sirva el DRI, pues tendremos que dejarlo de lado, que le vamos a hacer, pero mientras tanto, él seguirá en su silla, tan a gusto.

Bueno, a lo que iba. Que desde siempre, él ha estado en su DRI, sin ningún problema. Si de pequeño, alguna vez lloraba o protestaba, evidentemente, yo le explicaba que era así como debía ir, le calmaba y todos tan contentos. Pero nunca, jamás de los jamases, le he dejado ir en el coche sin su asiento de seguridad.

Una vez, hace ya unos cuantos años…… él tendría unos 4 años, tuvimos un golpe (creo que esto ya lo conté hace algún tiempo aquí). No pasó nada, por suerte. Acabábamos de salir de casa, bajábamos por la calle perpendicular a la nuestra, cuando un coche se nos vino de frente. Pasó todo como a cámara lenta, yo veía que el coche se metía en mi carril y avanzaba inexorablemente hacia nosotros y veía la cabeza de la conductora girada en un ángulo que no le permitía ver la carretera. Pisé el freno, y “plom”, el otro coche nos embistió de frente. El golpe no fue muy fuerte, porque yo estaba casi parada. El príncipe se puso a llorar del susto, pero no pasó absolutamente nada, ahí quedó la cosa. En cambio, en el otro coche, sí tuvieron un percance. Resultó que una de  las niñas que viajaba allí, no había querido abrocharse el cinturón o se había soltado o que se yo. Y la madre, conduciendo, le iba diciendo que se sentara en la silla y bla, bla, bla. Conduciendo y mirando hacia atrás para decírselo. Pues, ala, golpe al canto. La niña salió despedida hacia delante y chocó de cara con el asiento del copiloto. Resultado, algún diente roto, mucha sangre, dolor, llantos, miedo, confusión, culpabilidad….todo en el mismo saco. Por suerte, la cosa no fue mucho, pero, y si…….prefiero no pensarlo.

Nunca, nunca, hay que poner el coche en marcha si el niño en cuestión no está correctamente instalado en su asiento. Y si por casualidad el niño se soltara (en ese caso sería un niño más grande que sabría cómo manejar los cierres), pues lo mejor es detener  el coche, recolocar al niño y no volver a iniciar la marcha hasta que esté todo el mundo correctamente asegurado. También es muy importante verificar el correcto  anclaje de los DRI. De nada sirve llevar una silla mal colocada en el coche, que se pueda soltar, porque en caso de accidente, sería incluso más peligroso llevar una silla suelta. Antes de instalar un DRI hay que leer correctamente las instrucciones de uso. Y en caso de duda, lo mejor sería acudir al lugar donde compramos la silla y que allí nos la instalen correctamente.

Y los tirantes, arneses o el cinturón, dependiendo del dispositivo, deben estar tensados correctamente. Si un arnés va tan suelto que los niños pueden pasar los brazos por debajo y sacarlos, tampoco nos sirven de nada.

Tengo muchas anécdotas, todas negativas, sobre este tema. El asunto de la mala o nula utilización de los Dispositivos de Retención Infantil me daría para llenar varios post, así que lo dejaré para otro.

Para concluir, tanto el príncipe como la princesa van siempre, siempre, en sus asientos, correctamente instalados, la princesa en sentido contrario a la marcha. El mayor, ya lo sabe de sobra. Y la pequeña, pues de momento, tampoco se ha quejado. Pero si algún día lo hace, que lo hará, nos armaremos de paciencia y le explicaremos las cosas. Aunque como hemos dicho, que lo mejor es predicar con el ejemplo, ella verá que tanto su hermano como sus padres, siempre llevan puesto el cinturón.

Si nuestros hijos son nuestro mayor tesoro, no los pongamos en peligro.

Dos en la carretera

Dos en la carretera

Mi querida amiga Una mamá muy feliz, me deja esta reflexión:

Que digo yo, ¿¿por qué hacen las salas de espera de los pediatras tan pequeñas?? ¡¡¡Como si los bebés fueran solos a consulta!!! El bebé, la madre del bebé, la abuela del bebé…y el cochecito, que de “ito” tienen poco.

Hay una chica en mi pueblo que se ha comprado un cochecito ¡¡¡que es un carro de combate!!! cuando la veo venir de frente… me tiro a la carretera de cabeza, va ocupando toda la acera y como va detrás del tanque no ve por donde va. Habrá pensado eso de “burro grande ande o no ande”, desde luego tiene ahí coche hasta que el niño se vaya a la universidad, eso es amortizar una compra…

Bueno, a lo que iba, llegas a la consulta, abriéndote paso entre la multitud, que esa es otra, ¿por qué están sentados más cerca de la puerta de la consulta los que tienen la cita más tarde? Aferrados a su asiento, como si se tratara una butaca de la opera de Viena que cuesta un ojo de la cara, mirándote con cara de asesinos y preguntas, “¿por qué hora va?” y nadie te contesta. Pensarán “¿se lo digo o no?. Señora, esto no es lo sabe/no lo sabe, voy a pasar de todas formas cuando me toque…

A esto, tu bebé empieza a llorar, normal, llegamos de la calle a 0ºC y nos metemos en un horno con gorro, bufanda, saco del carrito; Por cierto, la chica del carro de combate le pondrá un nórdico de cama grande al capazo… ¿Por qué pondrán la calefacción tan alta? ¡¡¡Si con la amplitud que tiene la sala de espera nos damos calor humano!!! Tienes que coger al bebé en brazos…en un portabebé por supuesto…y tienes que sentarte en las típicas sillitas que hay en todos los pediatras, se supone que son para los niños, pero, oye, que al final se sientan los mayores, porque los bebés son muy pequeños para sentarse y los grandes pasan de estar ahí sentados.

Hablando de niños grandes, ¿hasta q edad se tiene pediatra? El otro día había allí un chico ¡¡con un bigotón!!… que en lugar de con su madre,  podía haber ido con su novia. Bueno, por fin te sientas, con las rodillas en la garganta, el bebé en brazos muy feliz, y tu madre, cual moscón, diciendo: “si ya te toca, vete para la puerta, pues hasta que lleguemos a la consulta…deberíamos acercarnos”. La miras con cara de asesina, que debe ser algo intrínseco a las salas de espera y… en ese momento te llama el pediatra, y hasta que llegas a la consulta, vas espachurrando con el carrito los pies de todos los allí sentados… nada y ¡¡que no se cantean!! Pues señora, si le atropello el juanete se aguanta. Y más si lleva el cochecito la abuela, que para ella las ruedas giratorias son alta tecnología y no controla, no…yo le digo, “mamá, tu pa’lante, si esto es todo terreno, cuando llegues a la puerta apuntas para entrar sin llevarte el marco”.

¡Qué estrés!

¡¡¡¡¡¡Pero al fin estamos dentro!!!!!!!!!

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Riviera Maya

Riviera Maya



A pesar de saber que lo único realmente infalible para aumentar la producción de leche es la estimulación, vamos a ver diferentes mitos que están muy extendidos, sobre remedios para aumentar la producción de leche materna. La mayoría de estos remedios no han sido probados científicamente, no hay constancia de que tengan alguna acción sobre la producción de leche.

Galactogogo- sustancia que aumenta la producción de leche materna.

Cerveza (levadura de cerveza)– Es un buen suplemento nutricional, pero no hay ninguna prueba de su eficacia como galactogogo.

Cardo mariano- Se carece de estudios que demuestren su eficacia. No se han demostrado efectos galactogogos. Se suele consumir en forma de té. Actualmente también se comercializa en forma de medicamento (promil). Dos estudios realizados con vacas y mujeres le atribuyen efectos galactogogos, pero la metodología de estudio es defectuosa.

Galega officinalis o ruda cabruna- Es una planta herbácea de la familia de las fabáceas. No hay ningún artículo científico que demuestre el aumento de la producción de leche. Es poco seguro para utilizar durante la lactancia. Dos recién nacidos se intoxicaron gravemente tras beber sus madres dos litros diarios de una mezcla de galega, regaliz, hinojo y anís.

Alholva o fenogreco- planta leguminosa, se utilizan sus semillas. No está documentado que aumente la producción de leche. No es tóxica, pero a altas dosis puede producir hipoglucemias.

Alfalfa- Recomendada en algunos herbolarios para aumentar la producción de leche. Se ha documentado como poco seguro durante la lactancia.

Hinojo– Hierba que se utiliza para aumentar la producción de leche. Contiene un alcohol que puede ser dañino para el bebé. Considerado como poco seguro.

Albahaca– Se consume en forma de té. Su uso está desaconsejado por efectos nos probados y potencial toxicidad.

Leche vaca- la producción de leche materna no tiene nada que ver con la cantidad de leche ingerida. Ningún otro mamífero consume leche de otra especie durante la lactancia.

Anís- Consumido en forma de semillas. Es poco seguro consumirlo durante la lactancia. Incluso puede disminuir la producción de leche.

Agua- La hidratación de la madre no tiene nada que ver con la cantidad de leche que se produce. Si bien es cierto que las primeras semanas, las madres suelen notar más sed al dar de mamar, no debe confundirse esto con la necesidad de agua para la lactancia.

Earth mama angel baby- Marca de tés orgánicos que venden para aumentar la producción de leche materna. Entre otros ingredientes contiene: hinojo, alholva, cardo, anís y alfalfa.

Tampoco tienen efectos probados otros métodos como leche de almendras, avena, ginseng, zarzaparrilla…. e incluso alguno de ellos tiene el efecto contrario y pueden disminuir la producción de leche.

Galactogogos farmacológicos- son medicamentos que estimulan la producción de prolactina.

Estos medicamentos se utilizan bajo supervisión médica y sólo se utilizan en casos muy concretos: Para inducir la lactancia en una madre que va a adoptar un bebé; para volver a dar de mamar después de un destete (relactar); en caso de hipogalactia real por enfermedad de la madre.

Los medicamentos que se utilizan como galactogogos no fueron creados con tal fin, sino que el aumento de prolactina es un efecto secundario. Son medicamentos galactogogos la metoclopramida, que se utiliza para nauseas y vómitos; la domperidona, que se utiliza para las nauseas y vómitos y otras molestias gástricas; y el sulpiride, que es un antipsicótico.

Datos extraídos de la web e-lactancia

 

CONCLUSIONES

  • Dar de mamar a demanda, poner el bebé al pecho cada vez que lo necesite. Ofrecerle incluso aunque no lo pida.
  • No hacer caso de consejos de NADIE que nos diga que tiene que mamar cada “X” horas o durante “X” rato.  La lactancia a demanda, es a demanda
  • Conocer cuando nuestro bebé puede tener una crisis de crecimiento, momento en el que estará unos días pidiendo mamar más a menudo, para aumentar la producción de leche y satisfacer sus necesidades diarias. Si sabemos esto, no nos agobiaremos pensando que el bebé pide más veces porque se queda con hambre.
  • No ofrecer chupetes para calmar al bebé. Es mejor ofrecer el pecho, porque estimulará la producción.
  • Un biberón introducido es una toma materna perdida. Cada vez que a un bebé se le ofrece un biberón porque parece que tiene hambre, es una vez menos que se estimula el pecho, lo que conduce a menor producción de leche materna. Esto hace entrar en un círculo vicioso, que si no se para a tiempo, puede llegar a cargarse la lactancia totalmente.
  • No se deben utilizar infusiones ni remedios caseros para aumentar la producción de leche.
  • La succión del bebé al pecho es el estímulo más potente para la secreción de prolactina y la producción de leche.

Esta es una pregunta a la que se han enfrentado multitud de mamás, madres que por desconocimiento, por comentarios de otras personas o por no conocer lo que le pasa a su bebé en ese momento, tienen la duda de si no tendrán suficiente leche para amamantar a su hijo. Pero no es una duda nueva. El hecho de tener poca leche, ha sido una preocupación constante a lo largo de la historia. Y multitud han sido los remedios.

La lactancia materna funciona bajo el principio de estimulación-producción. Cuanta más succión hace el bebé, más leche se produce. La pregunta es, ¿se puede tener poca leche? Pues sí, se puede, por dos motivos fundamentales.

El primer motivo, es la falta de estimulación. Si no se da el pecho frecuentemente, por dolor en los pezones, grietas, mastitis, o por ofrecer con horarios estrictos, la producción disminuye. Todo esto se soluciona, poniendo al bebé a mamar frecuentemente, buscando una postura adecuada para que el agarre sea óptimo, dejando que el bebé mame todo lo que quiera de un pecho antes de ofrecerle el otro.

El segundo motivo, y que es rarísimo, es una hipogalactia. Es una situación real de baja producción de leche, pero esto es debido a una enfermedad, por distintos motivos. En estos casos, en los que yo no voy a entrar, la madre en cuestión debería acudir a una asesora de lactancia o a un experto en el tema, donde le orienten sobre la solución a su problema.

Cuando los horarios entran a formar parte de la lactancia, es bastante fácil que esta fracase. La lactancia debe ser a demanda, sin horarios, sin presiones, sin mirar el reloj. Cada vez que el bebé lo desee. Cuando un bebé está muy hambriento, llora. Pero no hace falta llegar a ese punto, porque los bebés emiten señales que nos indican que quieren comer, como llevarse las manos a la boca, mover los labios, girar la cabeza buscando el pezón. Si madre y bebé están en estrecho contacto, es más fácil darse cuenta de todas estas señales y satisfacer la necesidad de alimento inmediatamente. Esto, se ve enormemente facilitado con el uso de portabebés, que nos permiten llevar a nuestro bebé bien cerquita, anticipándonos a sus necesidades y dándoles el pecho tan a menudo como sea necesario.

¿Y por qué hay que ofrecer el pecho con tanta frecuencia? Un bebé recién nacido, tiene el estómago del tamaño de una canica. La leche materna es de muy fácil digestión y teniendo en cuenta esas dos premisas, es fácil suponer que su estómago se vacía en seguida y necesita leche con mucha frecuencia. Para un recién nacido, sería normal mamar una media de 8-12 veces en 24 horas, aunque hay bebés que necesitan mamar con más frecuencia, sobre todo en épocas de brotes de crecimiento.

Las crisis o brotes de crecimiento son situaciones que experimentan todos los bebés, más o menos a edades similares, y que suponen un desajuste entre la oferta y la demanda. Durante esas crisis, los bebés necesitan más cantidad de leche, por lo que necesitan mamar con más frecuencia, para aumentar la producción y satisfacer sus necesidades. Si una madre está al tanto de esa crisis, sabrá que son periodos pasajeros, que se superan simplemente dando el pecho más a menudo. Pero estas crisis son una de las causas por las que una madre puede pensar que no tiene leche suficiente y empezar a complementar con biberones. Veamos más o menos cuando ocurren (son fechas orientativas, pueden variar un poco en cada bebé)

  • 15-20 días- el bebé necesita aumentar su ingesta y la única manera de conseguirlo es mamar con más frecuencia, para aumentar la producción. Ya sabemos que la lactancia funciona estimulación-producción. Esta crisis dura unos 4 días y luego el bebé vuelve a mamar de manera normal.
  • 6-7 semanas- El bebé necesita más volumen de leche y lo consigue mamando más a menudo. También se pueden dar comportamientos como que el bebé esté más intranquilo, llore al pecho, de tirones. Parece que en este periodo, cambia el sabor de la leche materna y algunos bebés lo notan y protestan. De nuevo, una vez superado este brote, el bebé volverá a mamar de su forma habitual.
  • 3 meses- es el momento en el que más madres comienzan a suplementar con lactancia artificial o dejan del todo la lactancia materna. A los 3 meses, se producen varios cambios, que llevan a muchas madres a pensar que ya no tienen leche suficiente. Estos cambios son:
    • El bebé mama de forma mucho más eficaz, lo que antes tardaba mucho rato, ahora lo consigue en pocos minutos.
    • El bebé se distrae más fácilmente.
    • La leche tarda más rato en salir, debido a un cambio en la producción. Algunos bebés se enfadan por esta espera y protestan.
  • 4 meses, 6 meses, 9 meses- pueden aparecer crisis o brotes en distintas etapas del crecimiento del bebé.

Si conocemos estos brotes y los tomamos con paciencia, amamantándolo tanto como él quiera, sin forzar, sin nervio y sin necesidad de suplementos, lograremos tener una lactancia satisfactoria.

No me cansaré de repetir, que la mejor manera para tener más leche, es la estimulación por el bebé. Pero tampoco se trata de tener más leche. Porque, si tuviéramos más leche de la que el bebé necesita, ¿qué haríamos con la leche sobrante? ¿Nos explotarían los pechos? El cuerpo y nuestras tetas son sabios, y producen la cantidad que necesita nuestro bebé.

Mañana continuaré con los mitos sobre los remedios para aumentar la producción de leche.

La princesa Violeta estaba aburrida en su castillo. Tenía un montón de cosas con las que jugar, pero quería algo más, necesitaba conocer el mundo. Sola como estaba, no sabía qué hacer.

Se asomó a la ventana del gran torreón. Había dejado de llover, todo olía a humedad. Ensimismada en sus pensamientos, no notó como un caracol subía por la pared, lentamente, hasta que llegó cerca de su mano.

Pensó en la ironía del asunto. Ella encerrada en su castillo y el caracol encerrado en su casa. Pero él se podía mover. Y ella………..

¡Ella también! En el castillo había una gran biblioteca, llena de libros, construida por el Rey para su educación. No entraba mucho, pero a partir de ahora, lo haría. Leería sobre viajes, estudiaría otras culturas, viajaría por el mundo con su imaginación. Y cuando un día saliera del castillo, sería la princesa más lista del reino.



Hoy hemos pasado un día estupendo con un montón de familia.

La familia por parte de mi padre, hace unos meses, empezó a organizar una reunión y ¡¡¡nos hemos juntado 34 personas!!!

Ha sido un día muy entrañable. Han venido dos primos del pueblo, con sus respectivas familias. A alguno de sus hijos, si me los encuentro por la calle, no les hubiera conocido, porque hacía bastantes años que no les veía y la última vez eran unos niños y ahora son adultos….

Y la princesa ha sido la reina indiscutible de la reunión. Claro, era el miembro más joven y todo el mundo le decía cosas y le reía las gracias. En contraste, estaba mi tía, la más mayor, con 85 años, que ha estado feliz rodeada de tanta gente que la quiere.

Después de comer, nos hemos ido a pasear por el retiro, menos mal que no nos ha llovido. La princesa iba mirándolo todo, pero al final no ha podido evitar quedarse dormida, tan a gusto pegadita a mami.

Así que ya estamos planeando otra estupenda quedada familiar para el año que viene.

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Me encantan estos carnavales de blogs.

Para mi primer viernes dando la nota, comparto este vídeo que mezcla a Pocoyó, los dibujos favoritos de mi princesa, con la canción que más le gusta, es oírla y ponerse a mover el culo como una loca.

http://www.youtube.com/watch?v=N-kuHq5rJYU



Cuando tenemos un bebé, en la consulta nos dan unas pautas normales del desarrollo psicomotor. Más o menos, los bebés consiguen hacer determinadas cosas con los mismos meses de edad. Pero es solo orientativo. Si un bebé hace algo un poco antes o un poco después de lo previsto, es normal. Son niños, no máquinas programadas. Sólo en caso de que no sigan un desarrollo normal, de que veamos signos de alerta que nos preocupen, deberíamos consultar al pediatra.

Todos los bebés sanos consiguen los hitos del desarrollo normales para su edad. Unos antes y otros después. Si les dejamos, en condiciones normales todos lo hacen. Pero en esta sociedad en la que vivimos, parece que es mejor el bebe que lo hace antes. El que antes se sienta,  el que antes anda,  el que antes controla el pipi. Y les forzamos para hacer cosas que de todos modos, van a lograr por sí mismos.

Y como en el tema de la maternidad, todo el mundo opina, todo el mundo sabe….pues nos dicen cómo hacer las cosas.

Cuando la princesa era pequeña, me decían, ponla boca abajo y muéstrale objetos coloridos, para que aprenda a levantar la cabeza. Pero, siendo realistas, aunque no la pusiera  boca abajo, iba a tener control cefálico cuando le correspondiera y aprendería a levantar la cabeza por sí misma.

¿A que nadie nos dice, métele sus manos en la boca, para que luego aprenda a hacer ella sola? Entonces, si no la enseñamos a sonreír, a chuparse los pies o a coger objetos con sus manitas, ¿por qué tenemos que enseñarles a sentarse o a andar?

Forzar al bebe a mantener una postura erguida cuando su columna aún no está preparada para ello, no les trae beneficios. Hay que dejarlos que aprendan ellos solos. Y se sentarán, vaya si se sentarán.

Y llegamos al tema de andar, que es el que ahora mismo más me molesta. Todo el mundo piensa que con 12 meses los bebés andan. Tienen que andar. Pero la realidad no es así. Hay bebés que andan con 9-10 meses y otros que no lo hacen hasta los 15, incluso con 18 meses puede ser normal.

Andar es un largo proceso, que requiere maduración de la columna vertebral, coordinación del propio cuerpo, un gran esfuerzo físico, orientación espacial, desarrollo de los músculos de las piernas y un montón de factores más. En la vida de nuestros pequeños, es un paso muy importante. Pero no debemos forzar a los bebés a andar. Andarán cuando estén preparados.

Hace años se extendió el uso de andadores, que obligaban a los bebés a permanecer en postura erguida, apoyados sobre sus piernecitas, cuando aún no tenían control sobre ellas o sobre su espalda. Se priva a los bebés de estar en el suelo y realizar movimientos por sí mismos, desarrollando sus músculos de la forma que corresponden. Además, según la Asociación Española de Pediatría, el andador es la segunda causa de accidentes en niños en el segundo semestre de vida. Por suerte, cada vez hay menos padres que utilizan los andadores, evitando estos desastres.

Pero, qué pasa cuando el bebé comienza a ponerse de pie. Parece que todo el mundo piensa que necesita “ayuda” para aprender a andar, y es aquí cuando entramos en el punto que me molesta sobremanera.

Al igual que el resto del desarrollo psicomotor, un bebé no necesita ayuda para aprender a andar. Si tenemos que sostenerles las manos para que caminen, es que no están del todo preparados para hacerlo. Volvemos al tema de forzar posturas.

Mi princesa, empezó a ponerse de pie, por ella misma, hace un par de meses. Nunca la he ayudado ni alentado. Evidentemente, siempre estaba cerca para evitar accidentes, pero ella sola ha aprendido a ponerse de pie, a dejarse caer de culo, después a sentarse. Ahora da pasos, inseguros, agarrada a objetos. No sabe mover bien los pies. Y está en el intento. A su propio ritmo. Y así quiero que sea.

Pero cada día, de todas partes, me llegan los mismos comentarios, los mismos consejos y las mismas actitudes:

Me preguntan, ¿todavía no anda? Pues no, no anda, ya andará, está en ello, pero no me preocupa, cuando quiere llegar a algún sitio, se deja caer y va gateando, corre que se las pela.

Me aconsejan, dale las manos, sujétala de pie. Pues no, no voy a sujetarla de pie para que ande, si quiere estar de pie, que lo haga, y si no, que se siente.

Y lo peor, como actúan. La cogen de los brazos y la llevan a andar. Pero leche, que no quiero que ande, así no. No quiero que aprenda a andar llevada de los brazos. Y mucho menos, que se le estire de los brazos hacia arriba para evitar que se siente (posibilidad de luxación del codo). Pues parece que todas las personas adultas que ven a la princesa, tienen la necesidad de cogerle las manitas y llevarla a dar paseos de esta postura. Y todos los días, tengo que explicar lo mismo, que así no, que la dejen, que ya andará sola cuando su cuerpo esté completamente preparado para ello.

Anoche mismo, dio dos vacilantes pasos ella sola hacia mí y cayó en mis brazos.

Dejemos que los bebés se desarrollen a su ritmo.