No hay mejor lugar que los brazos de mamá

Poco a poco, intento hacer cosas, para ir dando a mi vida y a la de los niños algo de normalidad. Así que el jueves fuimos a la presentación oficial de la nueva entrega del videojuego Skylanders Trap Team. Trap_Team_Cover

Como siempre, ya estuvimos el año pasado en la presentación de la anterior entrega, todos los detalles estaban muy cuidados. Luces azules de fondo (aunque para la cámara del móvil eran matadoras), zona de merienda, donde mis peques y yo misma disfrutamos de un refrigerio, actividades infantiles para los más pequeños, como pintacaras y plastilina, y por supuesto, el videojuego en todas las plataformas, mostrado en grandes televisores para que grandes y pequeños pudieramos conocer de primera mano el juego, que saldrá a la venta el próximo 10 de Octubre. Jugamos en la XboxOne, PlayStation4, Nintendo Wii, Nintendo WiiU y Nintendo 3DS; y además conocimos la primera versión Skylanders para tablets._C5A9467 skylanders

Para celebrar la ocasión, tengo una camiseta de los Skylanders de regalo, talla 7-8 ( aunque yo la veo un poco más pequeña) que podrá lucir algún afortunado. Si la queréis, sólo me tenéis que dejar un comentario en esta entrada del blog y el día 10, coincidiendo con el lanzamiento del juego, la sortearé entre todos los comentarios y pondré aquí mismo el nombre del ganador o ganadora. Estad atentos. Y suerte. Sorteo sólo válido para España.Skylanders

 

Querido blog

Querido blog:

Te escribo para decirte que no te he olvidado, que pienso en ti muy a menudo, pero no encuentro los momentos que tú y yo necesitamos a solas para estar juntos.

En estos meses he pensado mucho en ti. Y te echo de menos. Pero el asunto está complicado. Ante todo, no quiero que te culpes de nada, no es por ti, es por mí. Podría decirte que no encuentro tiempo para estar contigo, pero si soy sincera, no es por tiempo, es por ganas. Hace unos meses tenía tiempo de trabajar, estar con los niños, hacer las cosas de casa y sentarme a escribir contigo. Ahora, el tiempo debería ser el mismo, así que en realidad, lo que no hay son ganas. Pero de nuevo te repito que no es culpa tuya.

Estoy desganada. Totalmente. Me analizo y me doy cuenta de que estoy apática total. Desde que Jose falleció, veo que me he encerrado en mi misma y hasta me relaciono con mucha menos gente. No me apetece nada encontrarme con gente, hablar y dar explicaciones. No quedo con gente a la que no veo desde el tanatorio o antes, por falta de ganas. No contesto llamadas de teléfono de personas con las que hace meses que no hablo. No voy a lugares donde me pueda encontrar con nadie. Si voy por la calle y veo a alguien conocido a lo lejos, intento cambiar de acera para evitarlo. Cuando tengo que ir al trabajo por algún motivo, agacho la cabeza e intento pasar desapercibida para ver al menor número de personas posibles. Pongo excusas cuando me proponen algún plan que implique salirse de mi rutina. Mis relaciones personales se reducen a un pequeño y agradable número de personas con las que he mantenido un contacto continuo; fuera de eso, no me apetece nada.

Estoy desganada. Si estoy en casa y no sé qué hacer, me voy a la cama y me tumbo. Intento dormir, aunque muchas veces no lo consigo. O juego con los niños en la cama, no sé por qué, la cama se ha convertido en un lugar cálido y acogedor donde poder pasar muchos ratos.

Y estoy desganada contigo, querido blog. Me he descubierto algunas veces pensando en cerrarte, en pasar página. Le he dado vueltas al asunto, en serio. Te tengo bastante abandonado. A veces pienso que sería mejor dejarlo definitivamente. Pero luego me doy cuenta de que aún tengo muchas cosas que contarte. Aunque ahora no tenga ganas. Aunque ahora tenga algo que decirte, piense en sentarme delante de la pantalla para contártelo, y termine pensando que prefiero reposar un rato la cabeza en la almohada…

Querido blog, espero que me comprendas y sepas esperarme. Espero que estés ahí para cuando te necesite, a las buenas y a las malas. Espero que sepas agradecer las pocas palabras que ahora me digno a contarte y sepas esperar las que están por llegar (o eso espero). Porque tengo muchas cosas en la cabeza para compartir contigo, muchas cosas que quiero contarte, aunque ahora mismo no tenga ganas de sentarme a escribirlas.

Abrazos

Diana

Ha llegado el momento del cambio. Lucas se me hace mayor y deja el colegio, ese donde estuvo 9 años, donde todo era conocido, para irse al instituto. ¡Y no me gusta ese cambio! Educación Secundaria Obligatoria, o ESO.

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Cuando yo estudiaba, hace ya la porra de años, estábamos en el colegio dos años más. Dos años para hacernos mayores, para ser preadolescentes en el colegio, donde todos los profesores nos conocían, donde conocíamos a todos los compañeros…. Pero llegaron las reformas educativas, una, otra y otra más, cambios para «mejorar» supuestamente la educación en España. Aunque para mí que tanta reforma deja mucho que desear y la educación sigue siendo una asignatura pendiente…. Pero bueno, no voy a entrar en detalles de tanto cambio de educación, pues hasta yo me he perdido por el camino y he tenido que ir aprendiendo según nos tocaban los cambios.

Ahora salen del colegio dos años antes, con solo 12 años. Pretenden hacernos creer que el cambio es para mejor, puesto que antes la educación era obligatoria hasta los 14 años y ahora hasta los 16. Vale, hasta ahí de acuerdo, pero ¿por qué tienen que salir los peques del cole para entrar en el instituto con 12 años, con todos los cambios que eso conlleva?

Recuerdo cuando yo empecé el instituto. Tenía 14 años y me creía mayor. Cuando llegué el primer día, de pronto me sentí pequeña. Estaba rodeada de verdaderos chicos mayores, de 17,18, 19…. ¡¡¡Madre mía, que diferencia de edad!!! Pues imaginad ahora, cuando mi peque de 12 se ve al lado de uno de 18. Quieren hacerlos grandes antes de tiempo. El primer día, un chico mayor le dio una colleja. ¡¡Casi me da algo cuando me enteré!! Lucas me explicó que no había sido nada, que había sido de broma, que no le habían dado fuerte….pero yo atacada de los nervios, ya quería ir a hablar con el director del instituto. Y parece que ahí no acabó la cosa, a un amigo suyo le pusieron la zancadilla, se rieron de otros por ser pequeños…. Y eso que en el instituto nos aseguraron que estaban muy pendientes de los pequeños y que no pasaba nada. Pues yo, como madre de un niño de 12 años al que han soltado en un instituto lleno de chicos mayores que fuman en la valla en los recreos y de chicas que van enseñando más piel de la que yo considero adecuada para ir a clase, estoy un poco preocupada. Por lo menos, parece que después de una semana ya se han acostumbrado a verlos por allí y Lucas asegura que no ha vuelto a pasar nada.

Los horarios del instituto no tienen nada que ver con los del colegio, con los de la guardería ni con los de mi trabajo. Entra a las 8:25, vaya madrugón. Y sale a las 14:30 tres días a la semana y los dos restantes ¡¡¡sale a las 15:30!!! Evidentemente, con esos horarios que no son compatibles con los míos ni con los de su hermana, tiene que ir y volver solo, ¡como para no hacerle mayor! Vale que yo confío en él, que el curso pasado venía solo del cole (le llevaba yo cuando iba a trabajar y era sólo la vuelta), pero estaba más cerca. Este año tiene que cruzar dos calles-carretera de dos carriles en cada sentido, donde no hay semáforos, sólo paso de peatones que la mayoría de los coches se salta a la torera.

También cambia de aula en cada clase. Que digo yo, ¿no es más fácil que se muevan los profesores que tener que mover a una clase entera de alumnos? No digamos a las 5 clases de primero a la vez (y todas las demás). Si alguien tiene una explicación razonable para esto, me gustaría escucharla. Mogollón de niños andando por los pasillos con la mochila a cuestas hora tras hora. Los pobres van todo el rato cargados. Y en el patio, también con la mochila a cuestas. Supuestamente hay taquillas, digo supuestamente porque aún no sabemos nada. Así que en cada cambio de clase y en el recreo, carga con todos los libros, no puede dejar la mochila en clase porque luego tiene que ir a un aula diferente. Yo, en mi instituto, no me movía de clase, quizás en alguna asignatura suelta, pero eran los profesores los que se cambiaban. La verdad, no entiendo el motivo.

También me ha sorprendido MAE, Medidas de Atención al Estudio, es decir, la alternativa a religión. No voy a entrar en que sigo sin entender el motivo de que religión sea una «asignatura», que quita horas lectivas reales de materias de verdad importantes. Pues en educación secundaria nos encontramos con esto, que en el colegio llamaban «alternativa». MAE se supone que sirve para proporcionar técnicas de estudio y aprendizaje a los alumnos. En las dos semanas que lleva de clase, en la hora semanal de MAE no han hecho nada provechoso. Ponerse a hacer deberes, si les apetece. Hay un profesor, que parece que va cambiando según el día, que se sienta en clase a “vigilar” a los alumnos. Durante esa hora, Lucas me cuenta que estuvieron riéndose, haciendo bromas e incluso charlando amistosamente con el profesor sobre su vida marital y su pelo… L Pues sí, ya veo yo como ayudan a los alumnos a estudiar. Evidentemente, en una hora sin sentido, en la que no van a puntuarles nada, que no tiene peso académico…entiendo que los niños pasen de ponerse a hacer deberes o a estudiar y prefieran relajarse con juegos y risas. Y hay que decir que la clase de MAE está llena, creo que la clase de religión debe estar bastante vacía. ¡Vaya pérdida de tiempo! Ya podían usar esa hora para otras asignaturas importantes, profundizar en el inglés, repasar matemáticas, hacer ejercicio físico, o por qué no, para salir antes del instituto, total, para que pierdan el tiempo en clase, que se vengan a casa que ya lo aprovecharemos mejor.

No me gusta el cambio, ya lo he dicho. Le encuentro un poco perdido entre tanto cambio y tanta dejadez. Aún no hemos tenido ni una sola reunión de padres, para explicarnos algo, todo lo que sé, lo sé por Lucas, los padres, de momento, estamos excluidos de la educación de nuestros hijos. Yo quiero una enseñanza pública y de calidad, y esto no empieza por dejar a unos niños de 12 años solos ante tanta responsabilidad.

Llegó Septiembre, y de nuevo, hay que volver al colegio. El año pasado, tuvimos nuestra primera experiencia, y a Sara le costó muchísimo, y a mí también, no os vayáis a creer. Se quedaba llorando todo el rato, cosa que a mí me partía el alma. Y a pesar del periodo de adaptación, siguió llorando durante varias semanas. Aquí conté la historia. Mucha gente me decía que la niña lloraba por mi forma de criarla, por dejarla dormir conmigo, por abrazarla y llevarla en brazos, por seguir con la teta…. ¡mira que le gusta a la gente criticar! Pues resulta que los primeros días el año pasado, había muchísimos niños que se quedaban llorando, que salían con los ojos hinchados de todo lo que habían llorado en clase. Si bien es cierto que alguno habría que compartiera cama, brazos y teta con su madre, seguramente, muchos de esos niños que también lloraban dormirían solos, irían en carro y tomarían biberón, lo que quiere decir que los niños no lloran por haber sido criados de una u otra manera. Los niños lloran por separarse de sus madres o padres, punto.

De nuevo, este año nos toca empezar. Hemos pasado (y seguimos pasando) unos meses muy duros. Después de que Sara se adaptase a la guardería, ya iba feliz y contenta, como conté aquí. Pero en abril cambió todo y volvió hacia atrás. Con toda la razón del mundo, la niña acababa de perder a su papá, y aunque no entendía lo que estaba pasando, sí sabía que su padre no llegaba a casa todas las tardes y eso hizo que ella lo notase y lo expresase a su manera, en este caso, sin querer despegarse de mí, y por ende, sin querer ir a la escuela. A mediados de Junio, dejé de llevarla, y hasta ahora.

El día 1, de nuevo comenzamos a asistir a la escuela infantil. Y de nuevo, nos está costando. Este año me resulta un poco más fácil explicarle las cosas, con 30 meses es más fácil que te entiendan, pero aun así, llora. Evidentemente, para ella es volver a separarse de mí, cambiar sus rutinas, levantarse más temprano… Aunque sabe que allí va a estar bien (porque eso es lo que yo le digo), no deja de ser un sitio “conocido” donde la dejo durante un tiempo indeterminado. Evidentemente, está con gente cariñosa, que la trata de maravilla y de momento, sólo la dejo 2 horas, pero ella no tiene noción del tiempo todavía, así que siente que la abandono allí con la promesa de ir más tarde a buscarla. Pero vamos mejorando. El primer día, desde que se despertó, me dejó bien claro que no quería ir y allí se quedó llorando. El segundo día, lloró varias veces antes de salir de casa. Y el tercero, se ha levantado contenta, diciendo que no lloraba y que en el cole iba a jugar…pero al llegar allí, no ha podido evitar ponerse a llorar de nuevo. Cierto que es que los tres días me he quedado un rato escondida bajo la ventana de su clase y al momento, ya la he oído charlar alegremente. Y al llegar a buscarla, me la he encontrado jugando animada en el patio, me ha enseñado el váter pequeñito donde hace pis y ha salido muy feliz.

Os cuento un poco cómo hacemos para que la vuelta al cole no sea muy traumática. Hace unos días compré este libro “A Lulú le gusta el colegio”. lulu2A Sara le gusta mucho leer y mirar los cuentos y ya teníamos “El orinal de Lulú”, que a ella le encantaba, así que decidí probar con este. Básicamente, en este libro, Lulú está asustada porque va a ir al colegio y se va a separar de su madre, pero enseguida descubre que el colegio es divertido. Lo hemos leído varias veces antes de empezar el cole, para que Sara vea que Lulú también va al colegio, también tenía miedo y también se lo pasa genial.

Además del cuento, hablo mucho con ella del tema, le explico las cosas que van a hacer en clase, lo bien que lo va a pasar, los juegos y canciones que va a aprender (últimamente le ha dado por cantar a voz en grito).

También funciona decirle que vamos todos al cole. Lucas va al cole de mayores, y yo voy al cole de mamás, así que Sara tiene que ir al cole de pequeños. Estos días, cuando la he recogido, ¡me ha preguntado si yo también he bailado en mi colegio!

Y los más importante, el cariño y la comprensión. Y un montón de besos y abrazos. Cuando la llevo, siempre va en brazos del coche a la escuela. Voy apretándola bien fuerte y dándole muchos besos, mientras le explico que mamá va a volver pronto a buscarla porque la quiere muchísimo. Y cuando la recojo no faltan los achuchones y caricias, además de preguntarle mucho sobre lo que ha hecho y decirle lo contenta que estoy que se lo haya pasado tan bien. Y cuando llora, cuando está triste porque no quiere ir, hablo con ella y le digo que la entiendo, que sé que no quiere separarse de mamá y de Lucas, pero que va a ser sólo un ratito y que no va a pasar nada. Y de momento, en sólo tres días que llevamos, parece que cada vez va más tranquila.

Y vosotros, ¿Cómo ayudáis a vuestros peques en la vuelta al cole?

Hace unos días, a través de la página de Facebook, me llegó esta consulta. En un primer momento, iba a contestar allí, pero resulta que la respuesta me ha salido más larga de lo que pensaba, y he decidido dejarla aquí en el blog, por si a otras mamás les puede servir de utilidad.

“Hola Diana, te escribo esta duda por aquí, por si pide servir a otras mamás o futuras mamás. Ayer estuve en clase de preparación al parto y nos dijeron que durante las primeras 48 horas después del parto no producimos leche, y que el calostro no alimenta al bebé, por lo tanto, está dos días sin comer….A mí me resultó un poco raro, porque no le veo mucho sentido. Es verdad que no es leche, pero digo yo que alguna función tendrá. Si me puedes explicar, por favor.
Y también comentarte si puedes dar algunas pautas para que el comienzo de la lactancia sea más sencillo, que se enganche bien desde el principio. Además en mi caso tendré que usar saca leche desde bien pronto. He leído que cuando no esté con ella es mejor que le den la toma con jeringa en lugar de biberón, para que no se acostumbre prefiera el pecho. Bueno, pues eso, si me puedes aclarar dudas te lo agradezco, que tú sabes mucho de esto”

Al leer esto, lo primero que siento es indignación. ¿Cómo puede una matrona, en una clase de preparación al parto, hacer semejante comentario? ¿Cómo puede una persona formada en lactancia decir que el calostro no alimenta?

¿Qué es el calostro?

El calostro es una sustancia de color amarillento, aunque puede variar su color y consistencia. Comienza a producirse más o menos a partir de la mitad del embarazo, y justo después del parto, hace su aparición por completo. El calostro es el mejor alimento para el bebé. Se produce en cantidades muy pequeñas, pero esto no es ningún problema, como parece que a algunas personas les gusta señalar. El estómago de un recién nacido a término es del tamaño de una canica, y la cantidad producida de calostro es la adecuada para el estómago del bebé. Contiene todos los nutrientes necesarios para los bebés y los sacia por completo.

Os dejo esta información extraída de la página de la Liga de la Leche: Un recién nacido llega al medio ambiente estéril. Inmediatamente, un gran número de bacterias comienza a colonizar su piel y sus membranas mucosas, que están localizadas a lo largo de su cuerpo. Un bebé que está siendo alimentado exclusivamente con calostro tiene una ventaja enorme sobre el que está siendo alimentado artificialmente por las inmunizaciones protectoras que le provee la leche de su madre. El estómago de un recién nacido es del tamaño de una canica. Las dosis pequeñas de calostro están diseñadas para nuestro bebé. Son fácilmente digeribles y además, sus propiedades laxantes estimulan la pronta salida del meconio, esa primera deposición negruzca del bebé.  El calostro tiene más de 60 componentes, 30 de los cuales son exclusivos de la leche humana. El calostro es rico en inmunoglobulinas, que son las que dan protección a los bebés contra virus, infecciones y toxinas, igual que lo seguirá haciendo más adelante la leche madura. El calostro es también rico en proteínas: contiene alrededor de tres veces más que la leche humana madura. Contiene a su vez, agua, grasas e hidratos de carbono, en las cantidades precisas para el bebé. » La liga de la leche internacional

Con esto, quiero dejar claro que el calostro alimenta, alimenta mejor que cualquier leche de fórmula, de hecho, es el mejor alimento para nuestros hijos. Dar a nuestros hijos este “oro líquido” es lo mejor que podemos hacer.

Consejos para un inicio de lactancia exitosa

Postura correcta – Tanto la postura del bebé como la de la madre a la hora de dar el pecho son muy importantes para asegurar un buen agarre y por tanto, favorecer la producción de leche y evitar las grietas. La boca del bebé debe estar abierta del todo, con el labio de abajo evertido (salido hacia afuera) y con parte de la areola dentro de la boca. No tiene que estar sólo el pezón dentro.

Colocación correcta de la boca al mamar

Colocación correcta de la boca al mamar

La succión al mamar no se efectúa como cuando se chupa una tetina o cuando se absorbe en una pajita. Al mamar, la lengua del bebé se sitúa por debajo de la areola y hace movimientos hacia delante y hacia atrás, de modo que “ordeña”, alarga y aplana el pezón y hace que la leche salga. Os dejo información más completa sobre  la succión  y sobre posturas y posiciones para amamantar  de la página de Alba Lactancia Materna. En caso de alguna dificultad, es necesario consultar con una enfermera cualificada en el hospital o bien, buscar a una matrona o a una asesora de lactancia.

Inicio de la lactancia en la primera hora – Lo mejor, para asegurarse una buena lactancia, es que el bebé mame en los primeros 60 minutos tras el parto. Ponerse al bebé al pecho nada más nacer, fomenta el vínculo afectivo, además de liberar en la madre un torrente de hormonas que ponen en marcha la lactancia. Para ello, es importante que no se separe a la madre del bebé. Por suerte, cada vez en más hospitales fomentan el contacto piel con piel desde el minuto uno. Aunque en muchos hospitales, si hacen cesárea, siguen separando a la madre del bebé. Lo mejor es informarnos de los protocolos que se siguen en nuestro hospital de referencia y en caso de cesárea, pedir que no os separen. Sólo en casos muy justificados, como en grandes prematuros o en bebés muy enfermos, que necesitan atención médica inmediata o en caso de enfermedad grave de la madre, que necesite atención urgente, separaran a ambos. En el resto de los casos, es nuestro derecho que el bebé permanezca con la madre todo el rato. Y que mame en cuanto sea posible. En el embarazo de Sara, yo había dado positivo en el estreptococo B. Me dijeron que durante el parto me tendrían que poner antibiótico un par de horas antes del expulsivo. Pero como Sara llegó con prisas y nació en la cama, no hubo tiempo. A los pocos minutos, me dijeron que se llevaban a la niña a neonatología durante varias horas, para observarla. En nuestro caso, ella estaba sana y no tenía ningún signo que hiciera sospechar nada. Y la iban a llevar a una cuna en la sala de neonatología, sólo para “observarla”, separándola de mí. Me negué. Algunos me tacharán de imprudente, pero ¿quién la iba a observar mejor que yo, que la iba a tener en brazos continuamente? Pacté con el médico y las enfermeras que a la menor señal de alarma, les avisaría. Y ella permaneció en mis brazos todo el rato, enganchada a la teta o durmiendo en mi pecho, durante varias horas seguidas. Varias horas después le tomaron una muestra de sangre, sin separarla de mí y más tarde el neonatólogo llegó para darme los resultados y decirme que todo estaba correcto.

Lactancia inmediata postparto

Lactancia inmediata postparto


Tranquilidad – El inicio de la lactancia, de la maternidad, debe ser un momento tranquilo. En nuestra sociedad, en partos hospitalarios, parece que las visitas a la madre reciente es una obligación. Es normal ver habitaciones llenas de visitas, que pueden incomodar a los nuevos padres, más aún si hacen comentarios a todas horas. Recuerdo mi primer parto. A las pocas horas de haber nacido Lucas, la habitación estaba llena de gente. Yo estaba con un camisón abierto y sin bragas, sólo con un empapador debajo del culo. La teta, al aire, por supuesto. Y todo el mundo mirando, sentándose en la cama, opinando…. ¿cómo se puede comenzar una maternidad así, si una misma no se siente a gusto? ¿Cómo podía yo estar atendiendo visitas cuando pensaba que tenía el culo al aire? En mi segundo parto, lo primero que hicimos fue avisar que no queríamos visitas (y aun así, alguna vino). Mi consejo, hablar con tu pareja, pactar antes del parto las vistas que va a haber e impedir que interfieran, ni con nuestro descanso, ni mucho menos, con nuestra lactancia. El inicio de la lactancia debe ser un momento único, tranquilo, placentero para la mamá y el bebé, relajado, sin presiones. Conocer a nuestro nuevo hijo debería ser una cosa sólo de tres, el resto de la gente ya tendrá tiempo de conocerlo después.

Sin horarios – La lactancia debe ser a demanda, eso ya lo he dicho muchas veces. Pero a demanda, significa a demanda. Teniendo en cuenta que el estómago del bebé es muy pequeño y que se vacía enseguida, es normal que haya que ponerlo a mamar cada poco tiempo. Si un bebé quiere teta a los 15, 30 o 60 minutos de haber mamado previamente, no es porque la leche no le alimente, es porque su estómago necesita llenarse de nuevo. Y poniéndolo al pecho en numerosas ocasiones, aseguramos, además, una buena producción y una pronta subida de leche. No hay que mirar el reloj, para nada. Una veces mamará más rato, otras menos, unas veces aguantará más rato y otras menos, unas veces mamará de los dos pechos y otras sólo de uno. No importa. Lo único que importa es que el bebé mame cuando lo necesite, cuando esté inquieto, cuando lo pida. Cuando más mama, más aseguramos una buena producción de leche. Sara se pasó los dos días del ingreso enganchada a la teta y antes de salir del hospital, ya me había subido la leche.

Evitar confusiones – Al menos durante el primer mes, es importante no ofrecer al bebé chupetes ni tetinas, que como ya he explicado, se chupan de manera diferente a un pezón, para no interferir con la lactancia. Si por algún motivo hubiese que dar al bebé leche extraída, es mejor optar por hacerlo con una jeringa, con una cucharita o incluso con un vasito, como se ve en este vídeo.

Seguro que vosotros, con vuestros comentarios, también podéis ayudar a esta y a otras mamás.

Hoy hace cuatro meses que te marchaste. Cuatro meses en los que me siento perdida y todavía, no sé muy bien cómo actuar. Cuatro meses de echarte de menos a cada momento. Y cuatro meses de sentirme sola. A veces tengo días buenos, días regulares, a veces malos, a veces peores.

Si, parece que suena raro, ya que hay mucha gente que me rodea, pero me siento sola. He comprobado que la gente, en general, no me entiende. Y lo entiendo, no te creas. Por desgracia, he comprendido que la gente que no ha sufrido una pérdida cercana e importante, no sabe por lo que estoy pasando. No, parece que esto es como un resfriado, que se cura en unos pocos días, quizás unas semanas, y ya debería estar de nuevo en forma, con ganas de hacer cosas que no me apetecen. Pero no, no tengo ganas de escuchar música, no me apetece arreglarme ni salir a comprarme ropa, no tengo ganas de teñirme el pelo, de ponerme pendientes ni de ir a la moda. Todo eso me parece superficial. Pero eso no es lo peor. Lo peor es que este tema parece tabú. No se puede hablar de la muerte, así que nadie me pregunta cómo me siento en realidad, no hablan de ti, si sale tu nombre enseguida se cambia de tema. Pero para mí sigues aquí, te echo tanto de menos, necesito llamarte tantas veces y contarte cosas…. «Hace años cuando alguien moría, sus familiares más cercanos pasaban un tiempo de duelo: vestían de negro, sufrían y no salían de casa. El duelo era una época para pensar en la pérdida, vivir para la pérdida. Hemos pasado del duelo a la nada absoluta. Ahora se te muere alguien y en el tanatorio te dicen: tienes que superarlo. Pero ¿y el duelo? ¿Dónde queda el duelo, pensar en la pérdida, en lo que significa la pérdida? – Albert Espinosa, El mundo amarillo». Justamente, leí esto anoche.

Me fui unos días a la playa pensando desconectar, pero en realidad fue peor. Bajar a la playa y ver a tantos papás jugando con sus hijas, haciendo castillos de arena, disfrutando en la piscina… Y saber que tu no estas y que no vas a estar.

Y Sara… Uffff, no te imaginas lo que te echa de menos, lo que habla de ti. ¡Ay, las malas lenguas que decían que era muy pequeña y que en unos días te habría olvidado! Cada día, habla de ti, ponemos un vaso de leche para desayunar, o un cubierto en la mesa para comer, guarda un trozo de su comida para ti, o se enfada conmigo porque me he sentado en tu silla. Cuando está contenta, habla contigo mirando al cielo, y te cuenta cosas o te las enseña orgullosa. Por las noches, a veces mira por la ventana y te manda un beso. Esta mañana, al despertarse, cuando ha venido Lucas a la cama a jugar un rato con nosotras, ha organizado las almohadas y te ha guardado un hueco, para tumbarnos los cuatro en la cama. No sé cómo se le ocurren esas cosas, pero sí sé que es porque te echa mucho de menos. Y a mí se me parte el alma. Me duele todo de saber que nunca va a poder besarte, ni enseñarte sus logros de verdad. Y lo peor, me duele pensar que ella espera que vuelvas. No tengo ni idea de cómo se maneja esto, de cómo le explico a una niña de dos años que te has ido y no vas a volver.

Ayer pasé el día entero con tus padres. Cada vez que estoy con ellos, vuelvo a casa decaída y con un nudo en el estómago. Ellos están tan felices al ver a Sara, al ver sus logros, al compararla contigo. Yo aguanto el tipo, por ellos, por ella, pero después lo paso tan mal, me cuesta mucho. Aunque me encanta que le hablen de tí a Sara, que le enseñen tus fotos de cuando eras pequeño y le cuenten anécdotas tuyas. Aunque esa noche duerma peor que de costumbre.
Han pasado cuatro meses…

Hoy se celebra el Día Mundial de la Lactancia Materna. Aunque en países como España, esta celebración se deja para la primera semana de Octubre, al coincidir ahora en plena época vacacional. El lema de este año es: Lactancia Materna: un triunfo para toda la vida.

Semana Mundial de la Lactancia materna

No voy a hablar de los beneficios de la lactancia, pues ya los he contado muchas veces. Sólo con echar un vistazo en mi blog, se pueden encontrar multitud de entradas que hablan sobre ellos.

Hoy quería hacer un repaso de nuestros casi 29 meses de lactancia. Y de nuestro triunfo y lo que supondrá para Sara en el futuro.

Cuando Sara nació, a los pocos segundos ya estaba enganchada en la teta.  Y en ese momento, supe que lo nuestro iba a durar mucho.

No diré que todo es fácil. Por suerte, yo tuve unos inicios muy sencillos, Sara se enganchó  bien, no tuve grietas, antes de salir del hospital ya me subió la leche, mamaba cada poco rato, cada vez que quería, sin estar pendiente de horarios ni de medidas. Pero también hubo algún momento dificultoso. Los primeros días, me dolían los pezones. No tenía ni una sola grieta, Sara cogía correctamente la areola y hacía una buena succión. Pero mis pezones se resentían. He leído en multitud de sitios que da de mamar no debe doler. Y es cierto. Pero no del todo. El pezón es un área sensible que por regla general, se pasa la vida tapada. Cuando de pronto se ve sometida a la succión, al ordenamiento de una lengua, unas 12 veces (o muchas más) de media al día y durante unos periodos largos de tiempo, se resiente. Pero no porque el bebé no se posicione bien. Eso puede dar lugar a grietas. Pero aunque hagamos todo correcto, el pezón estará “rozado” y necesita un tiempo para acostumbrarse. Si hiciéramos lo mismo en un dedo, succionar y rozarlo muchas veces seguidas, mucho rato…también nos dolería el dedo.

Después de unas tres semanas de tener el pezón “escocido”, lo que no me imposibilitaba para nada la lactancia, pero hacía molesto el enganche, todo volvió a su cauce. Hasta que Sara cumplió 6 meses. En esa época, empezó a morderme, a poner a prueba sus endurecidas encías. Y dolía, vaya si dolía. Con calma y paciencia, conseguí que dejara de hacerlo, siempre con cariño, explicándole que eso no se hacía e incluso retirándole el pezón cuando me mordía. Lo peor de aquella época fueron las noches, cuando de pronto, apretaba las mandíbulas y me apresaba el pezón con todas sus fuerzas. Uffffff. Menos mal que aquello también duró poco.

Después de eso, hemos tenido pocos malos momentos. Hace poco tiempo, que tardaba muchísimo en dormirse y ya me dejaba los pezones irritados de tanto mamar. O hace unos días, que se cayó y se rompió los dientes, y me rozaba con los picos en el pezón.

la foto

Quitando esas contadas ocasiones, en las que la lactancia no ha sido del todo placentera, aunque en nuestro caso, nunca ha sido realmente dolorosa, la lactancia ha sido, y sigue siendo, un vínculo  muy especial entre nosotras. Y no lo cambiaría por nada del mundo. Ahora que Sara habla mucho, oírla hablar de las tetas de mamá me encanta, ver como las abraza o les da besos, cómo comparte mis tetas con sus muñecas, cómo juega con ellas, cómo pacta conmigo mamá, un poquito de teta, ¿vale?, cómo se reía con gracia estos días en la playa, cuando me veía todo el día haciendo topless, y podía mamar a su antojo, si aparecía la teta de pronto por encima del colchón inflable en el que ella estaba tumbada, cómo me ofrece su teta y me dice mamá come

La lactancia me ha hecho aprender mucho. Me ha apasionado desde antes de nacer Sara y me sigue apasionando. Me ha hecho conocer a gente maravillosa. Me ha hecho investigar, aprender, formarme. Y me hace preguntarme, hasta cuándo durarán nuestros momentos mágicos. Y para celebrar el Día Mundial de la Lactancia Materna, voy a apagar el ordenador y a celebrarlo con mi hija.

Hace unos meses, en casa tuvimos la visita indeseada de los asquerosos piojos . Fue en Enero, aún de vacaciones de navidad, y creo que en esa ocasión los trajo Lucas del colegio. Pero como en casa somos tan de abrazos y achuchones (vaya, al final, esto de ser taaaaaaan cariñosos sí va a tener una desventaja), pues los cogimos todos, bueno, menos el papá, que como llevaba el pelo tan corto, los piojos no vieron dónde agarrarse. Pero Sara y yo…. ¡Ay madre, que asco! Bueno, toda la historia completa está en esta entrada, con los tratamientos que hicimos y lo que aprendí de la experiencia y de los mitos que rodean a estos bichos y su contagio.

Ahora, estamos en la playa. Me he venido unos días con mis padres para tratar de desconectar un poco. El caso es que al poco de llegar, unos o dos días llevábamos aquí, cuando Sara empezó a rascarse mucho la cabeza. Intenté mirarla a la luz del sol, pero la verdad es que ella no colaboraba mucho en estarse quieta. Pero en los ratitos que conseguí mirarla, no veía nada de nada. Ni un piojo ni una liendre. A mí también me picaba bastante y me rascaba, pero en mi caso no podía mirarme, y mi madre ve bastante poco. Así que no le di importancia, ya que a Sara no le veía nada. Lo achaqué a la arena de la playa, a la sal, al cloro de la piscina… y seguimos rascándonos todos un poco. Todos los días miraba a Sara un poco y nada. Hasta el otro día, por si acaso, le llené la cabeza de aceite de oliva y le puse un gorro casero, hecho con papel de plástico de cocina, por si acaso.

Todo iba bien, hasta hace un momento. Nos hemos levantado y Sara estaba con su teta del desayuno, las dos tan tranquilas sentadas en el sofá, cuando he visto caminando por la cabeza de mi niña a un piojo, ¡Paseándose tan tranquilo! Casi me caigo del asco. Pensando que serían imaginaciones mías, se lo he dicho a mi madre y ella también lo ha visto. Anda que el piojo ha corrido a esconderse el muy… ¡Qué va! Allí ha seguido paseando. No he podido ni desayunar del asco.

Me he ido zumbado a la farmacia, puesto que el remedio casero del aceite de oliva no ha tenido los efectos que yo esperaba. Y aquí estamos los tres, con el pelo recién lavado después del tratarnos un poco. He comprado dos productos distintos, uno para Sara, más suave, y el otro para Lucas y para mí. Y luego a la terraza con la lendrera, donde he podido comprobar que tanto Sara como Lucas, tienen la cabeza llena de liendres. ¿Cómo es posible que ayer mismo la mirara y no viera nada? ¡Y hoy parecen brillar a la luz del sol! Misterios de la vida.

Me pregunto, dónde y cómo los hemos pillado esta vez, puesto que los niños llevan más de un mes sin ir al colegio. Los piojos pasan de cabeza a cabeza, por el contacto directo, no saltan ni vuelan. Y después de todo lo que me informé la vez pasada, puedo decir que los piojos no viven fuera de la cabeza humana más de 24 horas, así que cogerlos en alguna parte, como en una piscina, es bastante difícil.

Pero bueno. Volveré a poner en práctica todo lo de la vez anterior, como vinagre para despegar las liendres, enjuague bucal para matar algún bicho restante dentro de un par de días y mucha paciencia para retirar todas las liendres que no salen en una primera pasada.

Y vosotros, ¿también habéis tenido problemas con los piojos en verano?

Me he acordado tanto de Jose… La vez anterior, en cuanto me di cuenta que tenía piojos, le llamé corriendo, siempre a él el primero, siempre mi confidente. Pero hoy, hoy no he podido llamarle para que me tranquilice con sus palabras. Si pudiera volver atrás en el tiempo…

 

Sara tiene 28 meses. En todo ese tiempo, hemos compartido habitación y cama. Lo que en inglés se denomina co-sleeping y bedsharing y en España llamamos colecho, englobando los dos términos en uno.

Para nosotros, colechar, o compartir la cama, ha tenido (y tiene) multitud de ventajas. Desde la más importante, en los primeros días de vida de Sara, cuando en mitad de la noche se atragantó con una especie de mucosidad gigante, que no la dejaba respirar, y gracias a estar durmiendo pegada a mí, y empezar a dar manotazos (no hacía ningún ruido porque no le entraba el aire) yo pude despertarme, y salvarle la vida. Hasta ayudarnos a todos a descansar. El colecho, favorece la lactancia materna. Y ayuda al descanso nocturno. Como la mayoría de los bebés maman varias veces en la noche, el hecho de no tener que levantarse a la habitación de al lado a darle la teta, facilita mucho la tarea. Si, además, compartes cama, el bebé puede mamar sin casi despertar a la madre, o con despertares más breves. Además, cuando uno de los niños está enfermo, tenerlo durmiendo al lado nos ayuda a tenerlos más controlados, y también a estar nosotros más relajados. Muchísimos padres, con niños que duermen en otra habitación, cuando están malitos se los suelen llevar a su propia cama. Yo misma sigo haciéndolo también con Lucas, la última vez ya hace unos cuantos meses, pero me lo metí a la cama, yo en el medio entre los dos peques, y a Jose lo desterramos a la habitación de Lucas. Y qué decir de esos despertares, abrir los ojos y ver la cara de mi pequeña con una gran sonrisa, o notar sus manitas acariciando mi cara. Muchas veces, en mitad de la noche, simplemente, me despierto, la veo dormir feliz, y me vuelvo a dormir.

Los hábitos de sueño de Sara han cambiado bastante en estos 2 años. De despertarse a mamar unas 6 veces por noche, a dormir casi del tirón desde hace unos meses. Y todo ello, sin forzarla a nada. Ya sabemos que los patrones de sueño de los bebés no son como los de los adultos. Lo normal es que se despierten varias veces cada noche, eso lo saben la mayoría de los padres, cuando tienes un hijo, despídete de dormir bien durante muuuchos años. Aunque hay bebés que sí duermen del tirón desde el principio, o con pocos despertares, pero no es lo habitual. A lo que iba, que ellos solos van adquiriendo sus patrones de sueño, si los dejamos, de una forma respetada. Sin tener que forzarlos ni tener que someterlos a burradas conductistas para que “aprendan” a dormir solos a base de lloros.

Del mismo modo que su patrón de sueño nocturno ha cambiado, también ha cambiado la forma en la que se queda dormida. Al principio, simplemente, se dormía mamando. Un tiempo después, necesitaba pasearla por el pasillo, mamando en la bandolera. Un verano, en la playa, nos tocaba a su papá o a mí cantarle bajito, mientras la mecíamos en brazos. Una temporada empezó a coger muñecos para abrazarlos, aunque se dormía en la teta. Y así, variaciones varias. Todo este proceso de dormir, siempre me ha llevado entre 20 y 30 minutos, y luego podía salir de la habitación y seguir haciendo cosas……hasta ahora.

Ahora necesito consejo.

durmiendo

Desde hace algún tiempo, en casa dormimos bastante mal. Entiendo que después de la muerte de Jose, las cosas han cambiado. Raro es el día que me voy a la cama antes de las 2 de la madrugada. No puedo. Me meto en la cama y sólo puedo dar vueltas, pensar, preguntarme, llorar…vamos, que prefiere quedarme despierta. Al principio, algunos días tomaba medicación para dormir, pero nunca me ha hecho mucha gracia, y menos teniendo que estar pendiente de Sara. Ahora, simplemente espero a que sea muy tarde y se me cierren los ojos de sueño, tomo alguna infusión relajante y listo. Aunque no puedo dormir muchas horas seguidas, pero por lo menos no doy vueltas en la cama. Lucas también ha tenido unas cuantas noches moviditas. A veces, después de dejarle en la cama, se levantaba media hora después, porque no se podía dormir, y le tenía que hacer una tila o algo.

Y del mismo modo, entiendo que Sara, a su manera, también ha alterado su forma de dormir. Ella, aunque no entienda el motivo por el que no está su papá, sí que sufre porque no le ve, le llama, a veces le ponemos un plato y un vaso para comer, llora porque no viene…en fin, que ella también está alterada. Y lo entiendo. Su sueño nocturno no se ha visto afectado, sólo el momento de quedarse dormida. Y desgraciadamente, eso nos está afectando a todos.

Nunca me han molestado esos 20-30 minutos que necesitaba antes para dormirse. Mientras yo dormía a Sara, Lucas se duchaba, lavaba los dientes y preparaba la cama y luego ya teníamos un ratito para estar juntos. Hay que entender, que con una niña de 2 años, el rato que me queda para hacer cosas de “mayores” con Lucas es bastante escaso. Y él también necesita mi tiempo. Y eso se traduce en tiempo a solas para los dos por las noches. Pero desde hace algo más de 1 mes, esto no es así. Sara tarda más o menos, una hora en quedarse dormida, y Lucas se enfada, y lo entiendo. Algunas noches, cuando he conseguido salir de la habitación, el pobre ya estaba en la cama e incluso, un día estaba dormido. Él necesita un rato para disfrutar de su madre, contarme cosas sin que su hermana le interrumpa, poder ver algo en la tele sin tener que parar la peli mil veces, tumbarse encima de mí a que le acaricie el pelo sin que Sara venga corriendo a quitarle el sitio…

Los ratos de la teta empezaron a ser insoportables. Mamar más de media hora, con los dientes rozándome y su fuerza de succión, me destrozaban los pezones. Le pedía que se quitase, se enfadaba, lloraba, volvía a mamar, me ponía nerviosa…. Una noche, antes de dormir le expliqué un pequeño cambio. Le dije que le iba a leer un cuento, un poco de teta solo y a dormir. Un inciso para agradecer a Almu que nos haya hecho conocer a Lulú y su orinal, Sara se lo sabe de memoria y hasta lo “lee” ella sola. Yo lo compré en Amazon y a los dos días lo tenía en casa. Podéis leerlo todo en este post.

Bueno, pues esa parte ha funcionado. Leemos el libro, mama un poquito de cada teta y luego a dormir… Pero dormir, significa, ponerse a dar saltos en la cama, o a esconderse bajo las sábanas. A veces, pocas, se tumba directamente. Y yo con ella. Es requisito imprescindible que yo me tumbe y “que me duerma”, tengo que cerrar los ojos y hacer que duermo. Y con todo esto, se nos sigue yendo casi una hora, porque no para de dar vueltas y no se duerme. Y yo no puedo moverme de allí. Y el problema sigue siendo el mismo, que Lucas me está esperando fuera. Ya he intentado explicarle que mamá tiene que salir, que mamá va a hacer cosas, que se tiene que dormir, le he reducido la siesta a la mitad, la levanto pronto y la acuesto más tarde a ver si está más cansada y se duerme antes…hasta Lucas ha intentado quedarse con ella para que se duerme, pero ella no quiere, sólo quiere a mamá. Y mamá empieza a desesperarse un poquito, estando una hora así cada noche.

Nunca me he quejado del sueño de Sara. Siempre he sido consciente que su forma de dormir, sus despertares, eran normales. A veces he estado muy cansada, otras veces, menos, pero en general, lo he llevado bien. Pero ahora, no. Necesito consejo. Sé que debo tener paciencia, y si fuera sólo por mí, lo haría, pero no puede ignorar que tengo otro hijo que quiere que salga de la habitación para estar un rato conmigo. Por favor, ¿me contáis como hacéis vosotros para dormir a vuestros peques? Eso sí, ¡¡nada que implique castigos ni dejarla llorar, eh!!

Debido a las circunstancias que rodean mi vida últimamente, me veo obligada a hacer algunos cambios.

Cuando nació Sara, decidí montar la tienda de portabebés y dedicarme a esto y a cuidar a mi hija. Cuando tenía 18 meses, me incorporé a trabajar, sólo 3 horas, para poder seguir con la tienda y con mi hija el mayor tiempo posible. Pero resulta que ahora, tengo que cambiarlo todo. He pedido ampliación de jornada,  porque con un solo sueldo, sin pensión y con los miles de gastos que tienen una casa y unos hijos, no llego a fin de mes. Evidentemente, el tiempo libre que tenga ahora, lo voy a aprovechar por entero a mis hijos. Y la tienda me roba mucho tiempo y me da pocas satisfacciones.

Tener un negocio online no es fácil. Hay que invertir mucho tiempo y mucho dinero, sobre todo en publicidad. Y también, mucha ilusión. Y no tengo ninguna de las tres cosas. Felizenbrazos no fue sólo un proyecto mío; la otra mitad del proyecto fue Jose. Él me apoyó y me ayudó a montarla, a mantenerla e incluso, era mi enlace directo con algunos clientes, que le han conocido a él personalmente en vez de a mí. Ahora, falta la mitad de la empresa, y no quiero seguir. Por eso, he decido cerrar la tienda.

Esto no es una despedida para siempre. Quiero decir, voy a cerrar la tienda online, pero no cerraré el blog ni la página de Facebook. Espero, dentro de algún tiempo, seguir escribiendo en el blog y compartiendo contenidos interesantes.

Con respecto a la tienda, esperaré hasta después del verano para cerrarla definitivamente. Mientras, iré poniendo productos en liquidación. Y aquí es donde quiero pediros un favor. Y es ayuda para poder vender las cosas. Pensad en el futuro, en el próximo invierno, en si estáis embarazadas y vais a necesitar un portabebé dentro de unos meses, en si vais a necesitar hacer un regalo dentro de algún tiempo. Quizás, ahora mismo, nadie necesite un cobertor de invierno, con el calor que hace, pero si sois previsores, podéis comprarme algunas cosas ahora a un precio realmente barato. Y también, os pediría que compartierais con otra gente, a ver si puedo terminar pronto de vender todas las cosas. Cada pocos días, iré poniendo productos en liquidación y lo voy anunciando también por la página de Facebook.

Pues eso es todo, www.felizenbrazos.com/ va a cerrar sus puertas. Aunque yo seguiré por aquí, tan a menudo como pueda. Muchas gracias a todos por haberme acompañado en este camino.