No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Una tarde de cine viendo Cigüeñas

Este viernes 30 de septiembre, se ha estrenado la película de animación infantil Cigüeñas, de Warner Bros Pictures.

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Desde que Sara vio el tráiler hace unos meses, no paraba de hablar de la película, así que el mismo viernes estábamos en el cine.

La película cuenta la historia de Montaña Cigüeña, una empresa dedicada a entregar bebés, que ahora se dedica a la entrega de paquetes, una empresa de mensajería, vamos. A ningún niño creo que le llame mucho la atención la historia de base, por suerte, hace muchos años que se dejó de explicar a los más pequeños que los bebés venían de París o que los traían las cigüeñas y se empezó a dar importancia a la educación sexual y a la propia naturaleza.

En Montaña Cigüeña vive Tullip, una niña que se quedó sin entregar a sus padres por error. Y Junior, la cigüeña protagonista. Ambos fabrican un bebé sin querer y tienen que solucionar el lío sin que se entere el jefe.

Personalmente, la película no ha sido de mis favoritas, ni mucho menos. Las voces de doblaje, para mi gusto, dejan mucho que desear. Humor escaso, lo más destacable, la manada de lobos, con la que te ríes un rato, y la pelea de los pingüinos, pero fuera de eso, bastante flojita. Unos padres demasiado ocupados con sus trabajos para cuidar y jugar con su hijo que por suerte se dan cuenta de lo que se están perdiendo. Unas escenas con bebés bastante tiernas y hasta un final emotivo que me hizo saltar una lagrimilla. A Sara se le hizo un poco larga (4 años y medio) y a partir de la mitad de la película empezó a aburrirse, a moverse por los asientos y hasta a se fue a subir y bajar escaleras. En otras películas no se ha movido del asiento, pero cigüeñas no ha conseguido engancharla.

En general, una película un poco sosilla que no consigue enganchar a los más pequeños de la casa. Aunque el cine siempre es una oportunidad de pasar un rato a solas con la peque, compartiendo una bolsa de palomitas.

 

Nuestro verano con familias singles

Llegó el verano y la hora de pensar en las vacaciones. Como en años anteriores, no me atraía la idea de irme sola con los niños a un hotel, donde el mayor haría amigos rápidamente y la pequeña y yo estaríamos prácticamente solas todo el día, sin entablar conversación con adultos. Después de mis Vacaciones con un grupo de familias monoparentales en Semana Santa y lo contentos que vinimos todos, no dudé ni un momento. Este año, las vacaciones de verano serían con un grupo de estos.

Así que desde el momento en el que supe cuándo tendría vacaciones, me puse a buscar destino. Investigando por la red, cada vez hay más empresas que se dedican a este tipo de viajes, es obvio que es un mercado cada vez mayor y hay un buen mercado. Para mí, lo fundamental antes de contratar el viaje era pensar que mis hijos lo pasarían bien. Al haber 10 años de diferencia, encontrar algo que encajase con los dos no era fácil. Pero en la web Viaja Con Tu Hijo me lo pusieron fácil. Esta empresa se dedica única y exclusivamente a los viajes de familias monoparentales, no hacen otro tipo de viaje. Tienen una amplia experiencia y opiniones muy positivas. Además, la variedad de viajes y destinos era muy amplia, por lo que decidir me costó un poco. Teniendo claras las fechas en las que podía viajar, contacté directamente con ellos, pidiendo algo que se adaptase a la edad de los dos niños.VCTH

De entre toda la variedad, el destino que más se adaptaba era el Especial Verano en el Mar Menor, ya que había niños apuntados desde los 4 hasta los 14 años, justo el rango de edad de los míos. Y de ahí hemos regresado hace sólo unos días.

A diferencia del viaje anterior, en VCTH están muy especializados en niños y entienden que los padres, además de querer disfrutar de las vacaciones con nuestros hijos, también necesitamos algún momento de relax. Así que me sorprendió muchísimo que muchos días, además de las actividades que teníamos, había un rato de actividades para los niños con los monitores. Y Sara, que yo pensaba que no querría separarse de mí en ningún momento, se iba encantada con los monitores y volvía más encantada todavía.

En esta semana de vacaciones, hemos tenido tiempo de todo, aunque poco tiempo para descansar. El viaje está pensado para que no te aburras ni un momento. Hemos hecho un montón de excursiones, disfrutado de la playa y de la piscina. Y lo mejor de todo hemos hecho un montón de amigos. Que es lo que importa en viajes como este.

En total éramos más de 20 padres y madres con sus respectivos hijos. El primer día, nos invitaron a todos a un mojito de presentación en el bar del hotel, mientras los monitores hacían juegos con los niños en la playa. De ese modo, todos sentados en una larga mesa, empezamos a interactuar con el resto de los adultos y a forjar amistades.VCTH

¡Qué decir! ¡Que volver ha sido una pena! Han sido unos días maravillosos, en compañía de unas personas encantadoras. Lucas ha hecho muchos amigos y lo ha pasado genial, y Sara se llevaba bien con todo el mundo, normalmente con niños y niñas un poco más mayores, con los que ha jugado hasta la saciedad. Yo he tenido la oportunidad de conocer a gente de esa que no te esperas que exista, personas que llegan en un momento a tu vida y parece que conocieras desde siempre. Los monitores, muy atentos siempre, tanto de los más pequeños (confieso que cada vez que se llevaban a los peques fuera del hotel durante hora y media, estaba angustiada porque Sara era de las más pequeñas, pero me tranquilizaban porque estaban muy pendientes de ella), como intentando que los adultos pasáramos momentos divertidos.

Han sido unas vacaciones inolvidables para los 3. Y después de este verano, tengo claro que no volveré a viajar sola con los niños sabiendo que hay posibilidad de pasarlo así de bien en compañía de más gente.

Cuando las notas del instituto no son lo que esperabas

Llega el final de curso, has pensado un montón de actividades para que tu adolescente no se aburra en verano y de pronto, un bofetón en toda la cara cuando abres el sobre de las notas.

El curso pasado no fue muy bueno; cambio de centro, cambio de profesores, cambio de compañeros, nuevo ciclo escolar (empezaba el instituto), una situación familiar no muy favorable… Me pasé el año pendiente de él, de sus estudios, de sus avances y aun así, todo el curso fue renqueando. Él es un niño listo e inteligente, y a veces creo que ahí radica el problema. Sabe que con muy poco esfuerzo es capaz de quedarse con las cosas, lo que ha hecho que se vuelva muy vago.

El año pasado, además del instituto, estuvo unos meses asistiendo a sesiones con una psicóloga, a ver si conseguía que se abriese un poco sobre su situación personal y nuestra relación personal, que últimamente no es precisamente buena. Pero la verdad es que no sirvió para mucho. Las malas notas, unido al hecho de que se había juntado con unos chicos que no me gustaban nada (le incitaron a quitarme dinero del monedero, a colarse en un edificio abandonado y alguna otra travesura más) me llevaron a cambiarle de centro educativo.

Imagen de pixabay

Imagen de pixabay

Y llegó el nuevo curso, 2º de la ESO, en un nuevo instituto con buenas referencias y también con cuota mensual. Para mí no es fácil pagar una mensualidad, un gasto extra añadido a los que ya tengo, teniendo en cuenta que trabajo media jornada y que estoy yo sola, que su padre desapareció hace años y nunca me ha pasado pensión de alimentos. Pero aun así, por su bien y por su futuro, hice el esfuerzo. Después de la primera evaluación y viendo que había materias en las que flojeaba, decidí también ponerle un profesor particular.

Pero ha dado lo mismo. Yo no puedo pasarme las tardes encima de él observando si estudia y si hace los deberes. Por suerte para todos, en este instituto mandan pocos deberes para casa, cosa con la que estoy totalmente de acuerdo. Pero no hacer deberes no implica no hacer nada por las tardes, y menos cuando hay asignaturas que le cuestan mucho.

He probado todo. Lo que más hago es hablar y razonar con él, pero da lo mismo. Por más que le explico que tiene que estudiar, que con 14 años tiene tiempo de hacer eso y mucho más, que es por su futuro, que sin estudios el trabajo es más complicado que con ellos (vale, ahora mismo tener trabajo está difícil para todos), la “charla” sirve uno o dos días y luego vuelve a vaguear. Le he visto con los libros en la mesa, jugando con la tablet; le quité la tablet de la habitación. Le he visto jugando con el móvil mientras se supone que estudiaba; le quité el móvil. Le he visto hasta haciendo dibujos mientras se supone que preparaba un examen. Hemos hecho planillas  de estudios, con ciclos de estudio intercalados con ciclos de descanso y esparcimiento, para que no se sature, pero también ha dado lo mismo porque ha perdido el tiempo en el ciclo de estudio. Hemos hablado, hemos razonado, hemos pactado, le he castigado, le he puesto consecuencias a sus actos, he sido dura, he sido permisiva, he sido tolerante, he sido la madre buena y el poli malo. Lo he intentado todo. Pero nada ha servido. Según han pasado los meses, ha ido a peor. Los días previos a los exámenes han sido días muy tensos, en los que hemos discutido porque él no entiende que tenga que pasarse horas estudiando… Me ha pedido paciencia, comprensión y confianza, cosas que le he dado, pero ha vuelto a suspender. Y sé que no es por dificultad, los profesores me dicen que es un chico inteligente pero que no se esfuerza nada.

Las notas de final de curso han sido catastróficas. Tanto que posiblemente repita. Y no sé qué hacer. Ya no sé qué hacer con él y con los estudios.

Me he planteado dejarle repetir curso, para asentar conocimientos, pero él me ha dicho que si repite no va a dar un palo al agua este verano. La verdad, tampoco me parece justo que se pase un verano de ensueño como recompensa a su actitud. He buscado una academia para preparar todas las asignaturas que le han quedado, pero es mucho dinero, muchísimo por un mes intensivo 4 horas, y tampoco eso garantiza que vaya a aprobar. El verano pasado, con un profesor particular, aprobó una asignatura y suspendió otra en Septiembre.

Creo que hasta que él mismo no sea consciente de la importancia que tiene lo que está haciendo, no servirá para nada. Y yo estoy un poco desesperada. Porque he visto muchísima gente arrepentirse de no haber estudiado en su día.

Mi primera reacción al ver las notas fue castigarle con lo que más le gusta: sin móvil y sin salir con sus amigos. Y está enfadadísimo. Sé que los castigos no sirven de nada. Lo sé porque además lo he comprobado a lo largo del curso, que he recurrido a estos castigos y le ha dado igual. Pero también pienso que no hacer nada, que dejarle libertad para entrar y salir, para estar todo el día conectado, es como premiar su actitud y tampoco me parece justo. Me debato cada día sobre qué hacer. Y no tengo las herramientas necesarias en este momento.

Por favor, me vendrían muy bien vuestros consejos y comentarios sobre este tema. ¿Tenéis o habéis tenido un adolescente que pasa de estudiar? ¿Y cómo lo habéis solucionado?

Cómo ahorrar con el Ticket Guardería de 0 a 3 años

La guardería de los más pequeños de la casa supone un importante desembolso para las familias. Por eso, todo lo que suponga un ahorro de dinero, siempre es bienvenido. ¿Has oído hablar del Ticket Guardería? La verdad es que yo algo había oído cuando Sara era más pequeña, pero no me quedó muy claro y desistí.ticket guardería

Ticket Guardería no es algo nuevo, lleva implantado en España unos 8 años. Pertenece a Edenred, la empresa líder en beneficios sociales. Muchas empresas trabajan con Ticket Restaurante, con el que sus empleados comen cada día. Pero este ahorro para la Educación Infantil de Primer Ciclo es menos conocido. Veamos cómo funciona.

Para beneficiarse de Ticket Guardería sólo tienes que estar trabajando por cuenta ajena y tener un niño escolarizado de 0 a 3 años. Ticket Guardería lo gestiona la propia empresa, implantándolo en la misma y consiguiendo que el pago de la guardería se beneficie de ventajas fiscales, ya que está exento de IRPF. Se puede implantar en todas las empresas, si en la tuya no existe, lo mejor es que pases por recursos humanos para preguntarlo y solicitarlo. Ticket Guardería puede ofrecerse de dos formas: como beneficio social, en el que la propia empresa ofrece la ayuda como ventaja para sus empleados, o como retribución flexible, en el que es el propio trabajador el que adquiere el ticket a través de la empresa.

Lo mismo ocurre con las guarderías. Actualmente hay más de 7500 guarderías adheridas. Pero no pasa nada si la tuya no lo está, desde la web de Ticket Guardería se ponen en contacto con la Escuela Infantil para informarles de todo.

Veamos cómo funciona Ticket Guardería con números y ejemplos. Una familia con 2 hijos, uno de ellos menores de 3 años, pagando una mensualidad de 300€ de guardería durante 11 meses. El sueldo bruto de uno de los padres es 20.000€. El gasto en guardería anual es de 3300€. El ahorro con Ticket Guardería es 825€.

SIN TICKET GUARDERÍA CON TICKET GUARDERÍA
Se aplica un IRPF de 7.88% a los 20.000€ brutos (1.576,80€)

 

20.000 € brutos menos 3.300€ de Ticket Guardería
Queda un sueldo neto de 18.423,20€

 

Queda un importe bruto de 16.7000€
Se descuentan 3.300€ para guardería

 

Se aplica un IRPF de 4.5% (al bajar de tramo baja el IRPF) (751,80€)
Tienes 15.123,20€ disponibles Tienes 15.948,20€ disponibles

Para calcular tu propio ahorro puedes usar el siguiente simulador.

No lo dudes, si el próximo curso quieres ahorrar un dinero en el pago de la guardería, solicita la inclusión del Ticket Guardería en tu empresa. A través de Edenred solucionarán todas las dudas de la empresa, de la escuela infantil y las tuyas propias y realizarán las gestiones de forma rápida y sencilla.

 

 

 

 

 

Vacaciones de verano y conciliación familiar

Ya está aquí, ya llegó, la patrulla…. ¡ah no! Que lo que llegó son las vacaciones de verano. Y la desconciliación familiar. Porque vamos, los meses de verano, por lo general, son muy difíciles para los padres.

¿Cuál es la solución? Evidentemente, bajo mi punto de vista, la conciliación no es dejar a los niños más horas, más días, más tiempo en el colegio, como promueven algunos políticos…Nooo, la conciliación sería flexibilidad horaria en el trabajo de los padres para poder estar más rato con sus hijos, no aparcar a los niños más horas fuera de casa. Porque los  pobres ya tienen bastante con lo suyo. No olvidemos que son niños y la principal preocupación de los niños debería ser jugar y divertirse, no someterles a jornadas maratonianas de clase, deberes y actividades extraescolares. Ya desde bien pequeños, lo sometemos a horarios estrictos para “prepararles” para la edad adulta. Y la verdad, esto no necesita preparación.

La infancia pasa muy, muy deprisa. Un día tienes un bebé recién nacido en brazos, de pronto te das cuenta que ese bebé ha empezado el colegio y cada vez pide más independencia, aunque todo el mundo vaticinara desde su nacimiento que tanto apego y tanto brazo le iba a hacer dependiente, y a la vuelta de la esquina está el instituto. Esta sociedad tiene tanta prisa por hacer crecer a los niños, por quemar etapas, que no aprovechamos al máximo el tiempo con ellos y luego nos arrepentimos y lo echamos de menos.

Y llegan las vacaciones. Hoy es el primer día de unas vacaciones de dos meses y medio. Muchos padres dirán que son muchas vacaciones, pero en realidad es porque no saben qué hacer con los niños tanto tiempo. ¿No recuerdas tu infancia y aquellas vacaciones infinitas? A nosotros no nos parecían mucho, ¿a qué no? Pues a nuestros hijos tampoco, el verano ofrece múltiples posibilidades. Y las necesitan. Como ya he dicho, durante el curso los tenemos sometidos a horarios matadores y están cansados, hecho que se acentúa con el calor del verano. Las dos últimas semanas de colegio de Sara han sido las más difíciles; estaba cansadísima, no había quien la despertase por las mañanas, se quedaba dormida en el sofá después de comer, subirse a casa a cenar y acostarse temprano habiendo tanto sol era un suplicio… Menos mal que ya se han acabado las prisas, la cuestión es ¿qué hacemos ahora? ¿Y cómo se concilia en verano?

Mis hijos se llevan 10 años y no tienen las mismas necesidades, claro está. El mayor cada vez es más independiente, él mismo me pide hacer cosas que hace algunos años no se me habrían pasado por la cabeza. Él no quiere quedarse en casa todo el verano, aburrido. Así que se va de viaje, de campamento. Por suerte, en el ayuntamiento de nuestra ciudad ofrecen un montón de soluciones para niños mayores, a partir de 12 años y a unos precios más que asequibles. Actividades a las que él se apunta encantado, deportes, playa, diversión, conocer gente nueva y estar fuera de casa… ¿qué más se puede pedir? Este año se va a Benicassim, a Murcia y a hacer un recorrido por parques temáticos. Se ha ido esta mañana temprano y  hasta el 15 de julio casi no le voy a ver el pelo. Hace unos cuantos años, antes de que naciera Sara, le apuntaba a campamentos urbanos. La conciliación no existe y no me quedaba más remedio. El pobre tenía que madrugar, iba a un colegio a jugar y a hacer actividades, pero no dejaba de ser una obligación más y no salía hasta después de comer.

¿Y la pequeña? Sólo tiene 4 años y aunque con Lucas tuve que hacerlo, tuve que dejarle varios meses de Julio aparcado en un sustituto del colegio, con Sara no estoy dispuesta. Y por suerte, porque diré que tengo mucha suerte, me puedo apañar bien para intentar conciliar trabajo y verano. Eso sí, haciendo un esfuerzo económico importante. Pero es que si lo piensas bien, a mí me merece la pena.Verano

Tengo reducción de jornada, media jornada para ser exactos. Y medio sueldo, claro está. Hay que apretarse el cinturón, pero lo que me ahorro en campamentos, comedores y actividades extraescolares me compensa y la cantidad de días que estoy con ella, compensa más. Como la mayoría de los trabajadores, tengo un mes de vacaciones. Con la reducción de jornada, trabajo medio mes, con lo que juntando días, al final tengo dos meses de vacaciones. El medio mes de vacaciones que me queda por conciliar he intentado ponerlo en días sueltos y jornadas de noches, para molestar lo menos posible a los niños.

En mi trabajo, las reducciones de jornada, sobre todo en los meses de verano, son muy comunes. Implican reducción de sueldo, pero a mí me parece una buena opción para conciliar y disfrutar del verano junto a nuestros hijos. Y tú, ¿cómo te apañas con los niños en verano?

Ocio y deporte en familia con Disney Fun Run

Un año más, Disney organiza una carrera familiar en Barcelona (5 de Junio) y Madrid (12 de Junio), cuya recaudación irá destinada a la organización Save The Children. En este enlace podéis ver toda la información del evento.

Se trata de un evento deportivo en el que hay organizadas varias carreras, pero sobre todo, muchas actividades para los más importantes de la familia, los niños.

En la parte deportiva, contará con carreras para adultos (5 km), para niños según edades y la más divertida, una carrera para toda la familia (caminata familiar y carrera de 3 Km para padres e hijos), en la que hacer ejercicio y divertirse todos juntos.

Toda la mañana estará llena de sorpresas Disney. Actividades de Princesas Disney, como carreras de sacos, escalar un rocódromo o maquillaje. Patinaje de la mano de Soy Luna. Y  explorar la galaxia de Star Wars. Además, todos sus personajes favoritos estarán por allí para poder hacerse fotos. Y muchas sorpresas más. ¡Tus hijos vivirán una mágica experiencia!

Con la entrada, que da derecho a las carreras y a disfrutar del día mágico, recibiréis un dorsal y una camiseta Disney. Y ahora viene lo bueno, pues tengo un descuento del 10% para la compra de las entradas. Introduciendo la palabra clave ariel (todo en minúscula) se aplicará el descuento.

Este año, además, por primera vez en Europa, Disneyland Paris acogerá una media maratón en Septiembre. ¿Imaginas lo que sería recorrer las calles de Disney, corriendo y disfrutando junto a sus personajes favoritos? Yo casi, casi, puedo imaginarlo, por lo menos lo he vivido en realidad virtual 😉 Y quizás, con mucha ayuda y un poco de imaginación, podríamos vivirlo de manera real. Pues Disney quiere invitar a una mami blogger a ir con su familia a Disneyland Paris y correr en la maratón. Para eso, nos han dado el código de descuento de las entradas ariel, además de hacer un descuento en el precio de la entrada general, cuantas más personas compren su entrada con este descuento, aumentan mis posibilidades escasas de ir a París.

Sí, esa soy yo disfrutando de una carrera virtual en Disneyland París

Sí, esa soy yo disfrutando de una carrera virtual en Disneyland París

¿Te apuntas el próximo fin de semana a disfrutar con Disney?

Un día en el Hipódromo de la Zarzuela de Madrid

Qué curioso, más de 40 años viviendo en Madrid y nunca había estado en el Hipódromo. Pensar en el hipódromo me hacía recordar Pretty Woman y a Julia Roberts vestida con pamela y su vestido marrón, y claro, yo que soy más de vaqueros, no me veía.Julia Roberts Pretty Woman

Este domingo hemos estado pasando la mañana y la verdad es que no es como me lo imaginaba, nos ha gustado mucho la experiencia, además de ser un sitio estupendo para ir y hacer planes con niños.

Lo primero que llama la atención es la zona en la que está enclavado el hipódromo, rodeado de árboles y naturaleza. A sólo unos kilómetros del centro, un verdadero pulmón. Un domingo normal la entrada cuesta 5€ para los adultos, los menores de 18 años no pagan.

Una vez llegas al parking gratuito y te diriges a las taquillas, se respira un agradable y variado ambiente. Porque la verdad, había muchísima gente de mi estilo, en vaqueros y zapatillas, familias de Madrid que iban a pasar un día familiar. Pero también había otro ambiente, el de los más “pijos”, vestidos muy formales, ellos con traje y corbata y ellas con vestido de cocktail.

El hipódromo es grande, muy grande y tiene amplias zonas verdes. Y no sólo puedes disfrutar de las carreras de caballos, sino que hay muchas cosas para hacer con los niños.

Por una parte está la emoción de las carreras. Ya digo que nunca habíamos estado, pero fue emocionante. En la entrada te dan un folleto informativo con todos los datos del hipódromo, los horarios de las carreras, la forma de apostar…aunque si tienes alguna duda te lo explican allí mismo. Así que en la segunda carrera decidimos apostar. Elegimos dos caballos, apostamos 1€ a cada uno de ellos y a verlos correr. ¡Qué gracia me hacía Lucas animando a nuestros favoritos! ¡En una carrera ganamos 10 céntimos! Lo mejor es acercarse al paddock a ver a los caballos. Es una zona central circular donde enseñan a los caballos antes de las carreras y por donde pasan también al finalizar y entregan los premios. Puedes ver a estos impresionantes animales muy de cerca.Hipódromo de la Zarzuela

Y llega la hora de la diversión infantil. A ambos lados del paddock hay dos jardines. Todas estas actividades se desarrollan a la vez que las carreras. En el jardín sur había multitud de actividades para niños: pintacaras, castillos hinchables, manualidades…a unos 2€ la actividad. Estas actividades  no son propias del hipódromo, sino que son de empresas externas que se instalan y van cambiando cada sesión. Además, mientras los niños se divierten, podemos tomar una caña y una tapa o un aperitivo, variadas opciones para todos los gustos. Había además carritos de perritos calientes, chucherías…

Y luego pasamos al jardín norte. Allí había varios castillos hinchables gratuitos, una amplia pradera verde donde poder disfrutar correteando por el césped y lo mejor para los niños, dos caballos en los que poder montar y dar una pequeña vuelta, también de forma gratuita. El paseo en caballo fue lo mejor de la mañana. Sara estaba emocionadísima. Pero hay que esperar, claro, porque todos los niños quieren montar. Los caballos están muy cuidados, tienen un aspecto saludable, no pienses que son como los ponis de feria (a esos no subo a mi hija ni loca, pobres animales maltratados). Pero estos caballos que pasean a los niños hacen descansos, están limpios y sólo suben a niños menores de 10 años. Antes de subir les ponen un casco y todo el proceso dura unos 2 minutos. 2 minutos que lleva recordando dos días enteros, la espera mereció la pena. Hipódromo de la Zarzuela

Nosotros estuvimos el domingo por la mañana. Pero a partir de este domingo cambian los horarios; en Junio abren los domingos de 17:30 a 20:30. Y en Julio y Agosto son los jueves por la noche. En Septiembre vuelve el horario de mañana, 11:30 a 14:30, pero lo mejor es consultar los horarios en la web del hipódromo.

Y tú ¿habías ido al hipódromo a pasar un día en familia? Me encantará saber tu experiencia.

Tu hija tiene mamitis

“¡Esta niña tiene mamitis!” o “eso es porque está enmadrada” son algunos de los comentarios que escuchamos las madres con mayor frecuencia. Ya sabemos que en esto de la crianza todo el mundo puede opinar y soltar perlas de este tipo por la boca. Y esos comentarios a veces duelen, sobre todo cuando vienen de círculos cercanos.

Desde el momento del nacimiento, los bebés necesitan estar con sus madres, crear un fuerte vínculo con ellas. Los primeros meses, la madre es lo más importante para el bebé. Con el tiempo, este círculo de apego seguro se va ampliando y los bebés comienzan a querer estar con otras personas. Pero por lo general, su madre sigue siendo su principal punto de referencia.

Los primeros meses de Sara, no quería que nadie la cogiera. Si alguien me la quitaba de los brazos, ella se ponía a llorar y ya llegaba la consabida frase: “¡qué mamitis tiene esta niña!” a lo que yo siempre respondía “¡menos mal que le ha dado por querer estar conmigo y no con el cartero o con la vecina!”

En realidad, la mamitis no existe. Lo que sucede es que los niños, que son muy pequeños y no saben gestionar sus emociones, se angustian cuando se separan de sus madres y lo expresan llorando. Es un proceso normal y natural del desarrollo evolutivo de los niños.

Imagen de Pixabay

Imagen de Pixabay

En estos 4 años, hemos pasado muchos momentos de angustia por separación. La peor época fue cuando empezó la guardería y se quedaba llorando. Claro, la culpa era de la teta…si no tomase teta, seguro que no lloraba.  ¿Me vas a decir que los bebés alimentados con leche de fórmula no lloran al inicio de la guardería? Pues como en todos los casos, no se puede generalizar. Unos niños se angustian más que otros por la separación de sus madres, da lo mismo que tomen teta, biberón o chuletones.

El año pasado, cuando cambié de trabajo y empecé a trabajar algunas noches, volvimos a pasar por un periodo angustioso. Tenía que dejar a Sara a dormir en casa de los abuelos. Imagina el panorama, siempre hemos dormido las dos juntas y de pronto, no sólo tiene que dormir en otra casa y en otra cama, sino que lo tiene que hacer sin mí. Esto ha generado algunos pequeños conflictos, sobre todo con mi padre, que lejos de entender que la niña estaba angustiada y asustada por tener que separarse de mí, decidió que la niña tenía mamitis y que la culpa era mía por haberla dejado dormir conmigo.

Ahora de nuevo pasamos por un periodo en el que mi hija necesita más de mi presencia y mi contacto. Desde que volvimos de las vacaciones de Semana Santa, no quiere ir al colegio ni a las clases de baile. Llora amargamente porque no quiere quedarse sola y que me vaya. Y también llora cuando se queda en casa de los abuelos. Sé de sobra que en el colegio lo pasa de maravilla, es más, si la lleva el abuelo, se queda feliz y contenta. Pero cuando está conmigo, no quiere que nos separemos. No tiene mamitis. Ella no entiende que tengamos que separarnos y sufre. Yo me agacho a su altura, la abrazo, hablo con ella calmadamente y le cuento todo lo que vamos a hacer juntas cuando la recoja del colegio o cuando vuelva del trabajo.

Es importante dejar que nuestros hijos se expresen, aunque sea llorando. Debemos estar ahí para calmarlos, para darles seguridad, para que sientan que pueden contar con nosotros. De esa forma se sentirán seguros.

Nuestros hijos no tienen mamitis. Eso no existe. Lo que tienen es necesidad de amor, de cariño, de seguridad. Son etapas normales en el desarrollo de cada niño. Todos los niños, en mayor o menor medida sufren esta angustia y nosotros debemos estar ahí para apoyarles, para darles nuestro amor. No debemos castigar ni penalizar estos comportamientos.  Tratar a nuestros hijos con amor y cariño les hará crecer felices y con una alta autoestima.

Tu vida sin ti

Me he acordado mucho de la película de Isabel Coixet estos días, “Mi vida sin mí” así que me he adueñado de su título y lo he modificado un poco para mis intenciones. Jose, hoy te escribo para contarte cómo es tu vida sin ti.

Hoy hace 2 años de tu fallecimiento. Qué caprichoso es el mes de Abril, ayer hizo 5 años de nuestro “boda”. Hace 5 años que estábamos viajando para Cuba. Vaya con los aniversarios…

Boda

Hace 5 años, el día que formalmente nos hicimos pareja

Hoy quiero contarte cómo es tu vida. Sin ti.

Tu trabajo sigue sin ti. Todos tus compañeros acudieron a tu funeral y los primeros días me llamaron alguna vez. Luego la vida siguió su curso. Al poco tiempo ya te habían encontrado sustituto. Y la verdad, dejé de saber nada de ellos, supongo que estará todo como siempre.

Tus amigos, madre mía, si supieras los cambios que ha habido. De alguno no he vuelto a tener noticias, de otros sé por las cosas que me cuenta tu madre. A alguno le he visto alguna vez, pero ya sabes, eran tus amigos de la infancia y también han seguido tu vida sin ti. Pero hay uno del que me gustaría que supieras cosas. ¿Recuerdas a tu mejor amigo, ese marchoso, que salía de marcha y parecía que nunca iba a sentar la cabeza? Hace años conoció a una chica que a todos nos caía fenomenal y los cuatro nos hemos ido juntos de viaje. ¡Pues ese amigo se casó! El día de su boda fue un poco triste, me contó tu madre que te echaron mucho de menos todos. Y no solo en la boda quedó la cosa. ¡Se embarazaron y han tenido una niña! Dos años sin ti han dado para mucho.

Tu familia ha cambiado mucho. Tus sobrinos están muy mayores, 2 años se notan una barbaridad. Tu hermana está mejor, la operaron unos días después de que tú te fueras y estuvo con tratamiento bastante tiempo. Después volvió a pasar por quirófano otras dos veces y ahora está con rehabilitación. Pero tiene el mismo ánimo que siempre y el apoyo incondicional de tu cuñado. Ojalá ya todo se quede aquí y el cáncer no vuelva a aparecer nunca. Tus padres siempre han llevado el dolor por dentro; al principio, al que más se le notaba lo mucho que sufría era a tu padre. Pero para ellos, ver a Sara, a esa parte de ti, es un consuelo y les ayuda muchísimo. Intentamos vernos una vez a la semana y que disfruten de la pequeña, contándole historias de cuando tú eras pequeño.

Tus hijos, esos sí que han cambiado. Aunque legalmente Lucas no es hijo tuyo, pero siempre vivimos en una familia como si lo fuera. Lucas fue el que peor lo pasó con tu muerte, con 12 años y en plena época de cambios, le costó muchísimo adaptarse a esta nueva situación. Ahora está en plena adolescencia, con muchos cambios hormonales. Sigue siendo ese niño de gran corazón y gran sensibilidad, aunque hay momentos en los que parece Mr. Hyde y en casa parece que se desate un combate. Menos mal que el Dr. Jekyll hace acto de presencia pronto para arreglar los desperfectos. Sara es una niña muy despierta, con una personalidad fuerte, con carácter y genio. No me recuerda en nada a mí cuando era pequeña. Y curiosamente, ¡tampoco se paree a ti cuando eras pequeño! ¡Nos ha salido especial! En dos años el cambio ha sido enorme, habla por los codos, le gusta jugar, leer cuentos, cantar y bailar; se entretiene haciendo puzles y dibujando. Y habla mucho de ti. A veces, en el columpio, me pide que la empuje muy fuerte para llegar a las estrellas, a veces se pone triste y me dice que quiere subir a una estrella para estar contigo. Te echa mucho de menos. He notado cómo en general, se lleva mejor con los hombres que con las mujeres; imagino que intenta buscar en otros padres al padre que ella ha perdido. Pero tranquilo, aunque tú no estés, nunca te olvidará, siempre seguiremos hablando de ti, contando anécdotas, explicándole lo maravillosa persona que eras y siempre te querrá muchísimo. Te prometo que siempre la voy a cuidar y proteger.

Yo vuelvo a ser más yo. Los primeros meses fueron muy duros, encerrada en mí misma, sin querer salir, sin ganas de trabajar ni de ver a nadie. Sólo salía para hacer cosas con los niños, ellos no tenían por qué quedarse en casa. Hace un año cambié de trabajo, al principio con miedo, pero me vino fenomenal. Estar rodeada de gente nueva, que no me conocía, que no conocía mi pasado y no me miraba y trataba con pena, me ayudó bastante a recuperarme. Además, mi trabajo me encanta. Aunque hay días en los que te echo tanto de menos. Cada vez que tengo que trabajar una noche o un fin de semana, tengo que dejar a los niños a dormir en casa de los abuelos. Sara siempre se queda llorando. Y yo pienso tanto en ti, en si estuvieras, en que yo podría irme a trabajar y tú quedarte en casa con ellos, en que Sara no notaría tanto el cambio… siempre la dejo llorando y siempre me voy yo llorando. Echo de menos el poder llamarte por teléfono para contarte cualquier cosa, todavía llevo tu número en el móvil y todavía, cada día, me dan ganas de marcarlo para contarte algo. Esa sensación de soledad, de no tener a mi gran amigo para hablar, es dura. Estoy intentando hacer cambios en mi vida. He empezado a cuidarme un poco más, ¡he vuelto a maquillarme y a peinarme! Y estoy intentando tener más vida social, siempre con los niños, claro.

Ya ves que tu vida sigue. Sin ti. Nada se ha detenido, aunque muchas cosas han cambiado. Intentamos ser felices, es lo que tú querrías, lo sé. Seguro que de algún modo lo notas, lo sabes, que oyes las risas y carcajadas de Sara. Y que escuchas mis pensamientos. Tu vida sigue. Sin ti. Pero aquí te seguimos queriendo.

Vacaciones con un grupo de familias monoparentales

Ser familia monoparental tiene muchas desventajas. Además de sumarse el hecho (en mi caso) del dolor por la muerte de un ser querido, te sientes muy sola la mayoría de las veces.

Adoro a mis hijos, los amo más que a nada en el mundo. Estoy con ellos cada día, las 24 horas del día, los 365 días del año, sin ayuda, yo sola. Y eso a veces abruma mucho. Intentar tener vida social es complicado, tus amigos tienen familias propias, además de otras obligaciones. A veces tenemos suerte y coincidimos con amigos para ir a cenar o a pasar el día a algún sitio chulo, así, mientras los niños se divierten, los mayores podemos charlar. Pero la mayoría de las veces estamos solos. Yo salgo muchísimo con ellos, hago muchas actividades, pero como digo, sola con los niños, sin poder interactuar con otros adultos.

Mi psicóloga me recomendó que buscase un grupo de padres con similares inquietudes para relacionarme. Así que un día me apunté a una actividad con otras familias monoparentales: fuimos al parque de atracciones. Pero no salió bien. La mayoría de los padres se conocían de antes, hicieron grupos con hijos de edades similares y yo me quedé un poco descolgada; si iba con los mayores, Sara se aburría y lo mismo sucedía con Lucas si iba a la zona infantil. Total, un día en el parque como los otros muchos que voy yo sola con mis hijos. Decidí no volver a repetir.

Las vacaciones de una madre sola con sus hijos son bastante durillas. Todos los veranos hemos salido de viaje, sobre todo por los niños, pero para mí ha sido muy duro. Una semana de hotel prácticamente sola. Todo el hotel rodeado de familias y yo no podía hablar con ningún adulto. Mis hijos disfrutaban de sus vacaciones, pero yo me sentía más sola aún.

Y de este modo llega mi experiencia de Semana Santa con un viaje en grupo de familias monoparentales. Por casualidad me llegó publicidad de un viaje a Peñíscola de una web especializada en viajes para singles, además de otras actividades. La web se llama Gruppit y vi que organizaban un viaje de 4 días para familias monoparentales. Estuve dando muchas vueltas, no sabía qué hacer. Por una parte, me apetecía probar, pero por otra, tenía miedo de que luego cada uno fuese por su sitio y volver a sentirme sola. Vi que había varios adolescentes, así que Lucas iba a estar a gusto. Y con un poco de miedo, decidí apuntarme y allí nos presentamos el jueves santo.Peñíscola

Han sido unos días geniales, de verdad. Hacía tiempo que no me reía tanto y que no lo pasaba tan bien. Al ser un viaje organizado, todos los padres íbamos más o menos perdidos, pero teníamos dos coordinadores, Emilio y Blas, que han hecho que todo fluya. Desde el principio intentaron que todos los adultos nos conociéramos, haciendo juegos de presentación y comiendo todos juntos. En total éramos unos 45 adultos, todos con sus hijos. Este viaje me ha dado la oportunidad de conocer a gente fantástica, madres y padres con las mismas inquietudes y los mismos problemas. Poder hablar con un papá con una hija de 14 años y ver que todas las dificultades que estoy pasando con Lucas las estaba pasando él de la misma manera con su hija, te hace respirar un poco más tranquila y saber que la adolescencia es así, no importa el sexo o el lugar de procedencia.Peñíscola

Hemos cantado, bailado, hecho castillos de arena y concursos deportivos. He corrido por la playa y me he bañado en el spa. Mis hijos lo han pasado maravillosamente; Lucas hizo amigos enseguida y casi no le he visto el pelo. Sara se ha relacionado con niños de su edad, niños más mayores y con padres supercariñosos. Y aunque no ha querido separarse de mí y quedarse en el miniclub, ella jugaba a mi lado con otros niños mientras yo compartía y charlaba con adultos.

Lógicamente, en un grupo tan grande y variado de gente, hay personas con las que sientes más afinidad que con otras. Por suerte para mí, he conocido personas increíbles, padrazos y madrazas que han hecho que estos días sean especiales. Me vengo con un buen sabor de boca y con grandes recuerdos. Gente que ha dejado huella en mi corazón y ojalá tenga la oportunidad de poder volver a ver. Lo único malo de este viaje ha sido la distancia que nos separa a todos, si estuviéramos más cerca seguro que ya estábamos organizando actividades con niños para el próximo fin de semana.

Por mi parte, traigo la maleta llena de recuerdos y el móvil cargado de números de teléfono. Muchas gracias a esos padres maravillosos con los que he compartido estos días. Y gracias a Emilio y Blas que me han hecho cantar y bailar y reírme un montón. Espero que este verano pueda repetir vacaciones con alguna de las personas que he conocido. Y si no se puede, desde luego que me apunto a otro viaje de familias monoparentales sin dudarlo.