No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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El largo y cálido fin de semana (aprendiendo más sobre portabebés)

Este fin de semana, he estado completamente desconectada de mi vida 2.0. Y podríais pensar que he dedicado todo el tiempo a mis pequeños, pero, no ha sido así. Ha sido un fin de semana, largo, caluroso, agotador, pero provechoso también.

He estado haciendo la segunda parte del curso de instructora de porteo. Ahora ya soy instructora de porteo avanzada,¡¡ya no hay nudo de fular ni situación complicada que se me resista!!! Lo malo son la cantidad de horas y el agotamiento mental. Los dos días, he estado allí metida desde las 9.30 hasta las 20 h. Menos mal que mi gordita pequeña estaba por allí y venía a verme cada vez que quería teta, jejeje, autoservicio. Además, así aprovechaba y practicaba con ella en vez de con el muñeco.

El sábado, al volver a casa, me fui a buscar al príncipe, que se había quedado con los abuelos y me llevé a los dos niños a cenar por ahí, para pasar un ratillo juntos, ya que el domingo tampoco íbamos a vernos mucho. Pero bueno, a pesar de que a última hora ya no veía más que fulares y bandoleras hablándome al oído y susurrando nombres de nudos… (creo que el cansancio estaba haciendo mella en mí), ha sido un fin de semana muy fructífero.

He aprendido muchas cosas más de las que ya sabía, como estructurar bien una consulta, un taller de porteo o una charla, ayudar en casos especiales, nudos nuevos. Vamos, que si antes me sentía segura al dar un taller de portabebés, ahora mucho más. Y estoy deseando poner en práctica todo lo que he aprendido.

Y bueno, una vez en casita, decidí seguir un poco más desconectada del mundo virtual y aprovechar el resto de la tarde con los peques.

Y hubo un momento muy gracioso, uno de esos que una mamá muy feliz explotaría al máximo y que combina a la perfección este post y este otro

La peque y yo nos metimos en la bañera, higiene y juego, todo un momentazo. Cuando estaba a punto de sacarla, vino el príncipe a ayudarme. Y de pronto, la peque se pone de pié y se pone a hacer fuerza. ¡Y aparece flotando un zurullo, así, como salido de la nada! El niño se moría de la risa. Y la peque se puso a llorar, estaba asustada, jajaja, claro, una forma desconocida flotaba a su alrededor. Ahí terminó la relajante hora del baño.

Y llegó la hora de irme a la camita pronto, para recuperarme del cansancio que tenía encima y de la cantidad de horas que había pasado sin los chiquitines. Y allí me estaban esperando los dos, uno a cada lado (el príncipe quería dormir conmigo y no fui capaz de decirle que no a esa carita que me pone…..)

Ahora, me toca ponerme al día de todo lo que se ha cocido por la blogosfera. ¡¡Y a ello voy!!

Portabebés ergonómicos en la prevención de la plagiocefalia

La plagiocefalia es una deformidad de los huesos del cráneo. Se caracteriza por un aplastamiento de los huesos, normalmente, en la parte trasera de la cabeza. Además, en casos más graves, puede estar acompañada de desplazamiento de otros huesos, siendo la deformidad más evidente, llegando incluso a afectar al ojo y a la oreja.

plagiocefalia

La plagiocefalia es postural, es decir, se debe a factores externos. Durante la gestación, puede producirse una presión en los huesos del cráneo por parte de las paredes del útero. Pero es, sobre todo en los primeros meses de vida, cuando el cráneo se ve sometido a más presión. En la mayoría de los casos, los bebés sufren una tortícolis, lo que les hace estar siempre con la cabeza girada hacia al mismo lado.

En nuestra sociedad, donde se aconseja que los bebés no duerman boca abajo, por el riesgo añadido de Síndrome de muerte súbita del lactante, cada vez hay más casos de plagiocefalia. Se estima en torno al 10-12 % de los lactantes.

Los primeros meses de vida, cuando el bebé no tiene control cefálico, es cuando más hay que vigilar las posturas.

Parece que lo normal es tener en casa todo tipo de mobiliario para “dejar” al bebé. Así, nos encontramos moisés, mini cuna, capazo, hamaca y nosequé inventos más, para dejar al niño allí tumbado, todas las horas posibles. Si además, el invento tiene música y vibración o movimiento, parece que no nos vamos a enterar de que tenemos niño. Pobre criatura.

Al dejar al niño tantas horas tumbado, aparte de perdernos muchos momentos increíbles con nuestros hijos, estamos fomentando esa presión sobre los tiernos huesos de su cabeza. Hace no mucho escuché a una madre decir que su hijo se pasaba 20 horas tumbado en el capazo, que era muy bueno…….Que lástima, sólo disfrutaba del niño 4 horas, y sería para cambiarle el pañal y darle de comer, y encima, decía que ¡¡era bueno por eso!! La bondad de un niño no se mide por la cantidad de horas que puede estar sin llorar. Y, con lo bonito que es disfrutar al máximo de cada momento con nuestros hijos… Vale, ya me he despistado, pero es que esas cosas me encienden. Sigo.

Tantas horas tumbado, es como un círculo vicioso. El bebé no sabe moverse, con lo que siempre tiene la cabeza girada hacia el mismo sitio. El colchón empieza a hacer presión. Y los músculos de sus cuello se van agarrotando, lo que, más adelante, le impedirá mover la cabeza y la deformidad irá en aumento.

Y aquí, viene la solución. Es fácil y sencilla. El uso de portabebés. La prevención es el mejor tratamiento, evitar presiones sobre la cabeza de los bebés.

Un bebé colocado correctamente en un portabebé ergonómico, no ve su cabeza sometida a esa presión. Los portabebés, ofrecen una correcta postura a la columna y a las piernas del bebé, a la vez que dan soporte a su cabeza, sujetándola con la tela, sin hacer presión en ningún punto. Cuando el bebé comienza a tener control cefálico, puede girar la cabeza sin problemas. Y además, el bebé puede dormir a gusto y relajado, mejor que en una hamaca, porque cerca del cuerpo de su madre tiene música (el sonido del corazón), movimiento, calor, amor, besos… Vamos, mucho mejor que una mini cuna ¿no?

Hay más consejos para evitar la plagiocefalia, como poner al bebé en decúbito prono (boca abajo), en cortos periodos de tiempo, mientras esté despierto. Y vigilar cuando esté tumbado que no tenga la cabeza girada siempre hacia el mismo lado.

Ya sabes, si quieres evitar deformidades en la cabeza de tu hijo, pon un portabebé en tu vida.

portabebé ergonómico

 

Mei tai personalizado y trona de tela: últimos modelos

Hacía algún tiempo que no os enseñaba las últimas creaciones, los últimos modelos de mei tai que hemos hecho por encargo.

Mei tai confeccionado con una loneta en color vino y una tela floreada, que combina a la perfección con el color pistacho de los tirantes y la cintura.

mei tai artesanal

mei tai artesanalmei tai personalizado

Este mei tai es el primero que hacemos con la tela de los buhos, y ha quedado muy bonito en combinación con el color turquesa de tirantes y cintura. Posee además, un reductor de tamaño en la zona del puente, para adaptarse a un bebé un poco más pequeño.

mei tai artesana

Baby block turquesa (2)

Mei tai en divertida tela de algodón orgánico, que combina motivos infantiles con el color turquesa. 

Y en esta foto se aprecia la nueva etiqueta, ¿os gusta? 

mei tai

Una trona de tela en fucsia con grandes flores. ¡¡Preciosa!!trona de tela

trona portatil

Porteo en el mundo: Asia

Siguiendo con el tema del uso de portabebés, para facilitarnos la vida, a nosotros, pero sobre todo, a nuestros hijos, vamos a ver el uso de estos en diferentes culturas. Y hoy, nos vamos a Asia.

Como vemos, allí también es normal el uso de portabebés, los bebés van con sus madres y estas continúan con sus tareas, además, los niños están tranquilos, seguros y confiados, ¿Dónde van a estar mejor que pegaditos a mamá? Y no lloran, ¿Por qué será?

Si queréis conocer todos los beneficios de llevar a los bebés en brazos, podéis hacerlo aquí. Y ver las preciosas fotos de la otra semana en África, están todas aquí

Y como siempre, observamos como porteo y lactancia van unidos de la mano.

Disfrutad de las imágenes.

tailandia

singapur

young asian woman

mochililla

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india

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baby wearing Akha mothers

asia

asia baby

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portabebés Asia

Miércoles mudo: Así duerme la peque 6

dormida en bandolera

Feliz lunes: bailando un flashmob

Ayer, en Fuenlabrada, hubo una carrera para recoger dinero a favor de la esclerosis tuberosa. Y después de la carrera, hicieron un flashmob. Ya habíamos ensayado los pasos de baile, y, aunque duró muy poquito, pasé una mañana estupenda bailando con mis dos tesoros.

Y para empezar el lunes con buen pie, no tengo más que ver el vídeo de ese momento, bailando con mi pequeña en el fular a la espalda y mi mayor delante, todo un bailarín.

¡Feliz lunes!

La maternidad de la A a la Z: P de Porteo

Edición: Anoche con el sueño y la niña encima, se me pasó hablaros del Diccionario de la Maternidad de trimadre a los 30, esa pedazo de idea que ha tenido Vero, tan acertadamente, donde nos juntamos todas las semanas a definir nuestra maternidad mediante una palabra que nos marca, y que está teniendo una gran aceptación. Si no lo conocéis, si aún no habéis leído todas las entradas, ya estáis tardando, son increíbles.

Según la RAE, portear es llevar algo de una parte a otra, por un precio convenido.

La verdad es que esta acepción, no me gusta nada. Pero es como en España se ha venido llamando al hecho de llevar a los bebés en brazos, utilizando telas, o cualquier otro medio para tener las manos más o menos libres. La palabra anglosajona para referirse a esto, me gusta muchísimo más: babywearing, palabra que aquí no tiene traducción literal, pero que significa algo así como “vestir a tu bebé”. No en el sentido de ponerle ropa al niño, no, sino, en el sentido de vestirte con tu bebé, llevar a tu bebé “puesto”.

Ahora, vamos con mi experiencia en el porteo y la maternidad.

Hace 11 años, mis compañeras de trabajo, me regalaron una mochila, de esas que llamamos colgonas. Me hizo muchísima ilusión, porque me apetecía mucho llevar a mi niño ahí. Pero tengo que confesar que la usé poquísimo, en alguna ocasión para ir en el metro, porque la mochila se me clavaba, resultaba complicada de poner y el príncipe no iba muy a gusto. Así que quedó relegada a un armario.

Cuando me quedé embarazada de la princesa, algo en mí cambió, esta maternidad me dio la vuelta. Y durante todo el embarazo, me informé muchísimo, de todo, leí libros, me empapé en internet, comparé. Como siempre digo, no hay una forma mejor que otra de hacer las cosas, lo importante es el conocimiento y la información y elegir lo que a cada uno más le conviene. Y a mí, empezó a gustarme eso de los portabebés (entre otras cosas).

Así que, antes de que naciera la princesa y después de mucho informarme, pedí un portabebé ergonómico de regalo. Y así empezó nuestra historia.

Mi peque con unos días

Mi peque con unos días

Descubrí que cuando la ponía ahí, no lloraba, se dormía, le podía dar la teta sin dejar de hacer cosas, era más cómodo para salir a hacer la compra, no llenaba el maletero del coche…..en fin, un montón de cosas que me atraían. Al principio, en mi círculo más cercano, sólo recibía críticas, que si va “espatarrada” (posición ergonómica y fisiológica, la más natural para el cuerpo de los bebés, toda la info está aquí), que si pesa, que si estará incómoda, que si mira como la llevas, que si bla, bla, bla. Pero en poco tiempo, eso cesó, al ver lo feliz que iba ella.

Y lo tremendamente feliz que iba yo. Porque podía darle cientos de besos, en cualquier momento, doblar ligeramente el cuello hacia abajo, y ahí estaba su cabecita, lista para ser besada. Sólo encontraba beneficios (también, si a alguien le interesa, están todos aquí). Pero veía mucha desinformación a mí alrededor.

Y así fue como decidí que necesitaba trasmitir todo esto, la belleza de sentir el olor de tu bebé directamente bajo tu nariz, la calidez de su cuerpo, pegado al mío, la ventaja de que nunca hubiera tenido cólicos, el ver como estaba relajada y se dormía segura de estar a mi lado. Su cara cuando salíamos a la calle y veía todo el mundo desde la misma altura que yo. Necesitaba que muchos padres conocieran todas estas ventajas y todas estas sensaciones.

Y me puse a estudiar. A asistir a cursos. A practicar. Me hice instructora de porteo. Dejé mi trabajo (en estos tiempos que corren, vaya locura, podrías pensar) y monté una tienda de portabebés. Ahora, doy talleres y cursos de porteo, y, poquito a poco, cada vez más gente empieza a conocer este mundo. Y no solo por la teoría que yo les cuento. Porque tienen la posibilidad de probar y practicar. Y es increíble ver como un bebé que llora, en una clase práctica, deja de llorar al ser colocado en un fular, cerca de su mami. Y esa madre se va tan feliz de haber conocido el porteo. Obviamente, también hay gente, que por más que lo vea y que lo pruebe, sigue pensando que un niño tiene que estar tumbado en su silla de paseo. Y yo no soy quien para llevarles la contraria. Yo les doy mis argumentos, y en base al conocimiento, cada uno elige lo que cree mejor para sus hijos, que no tiene por qué coincidir con lo que yo creo. Ante todo, respeto.

Mi pequeña va a cumplir 15 meses. Es una niña feliz y segura de sí misma. Le encanta corretear (ains, las malas lenguas que decían que no iba a andar por ir tanto en brazos…). Juega, se divierte, le gusta ir andando. Pero siempre, termina en brazos de mamá. En el portabebé se acurruca y se relaja para dormir sus siestas o por la noche. En brazos hacemos la compra o vamos de paseo. Cuando quiere bajar, me lo hace saber y la bajo. Y cuando quiere subir, lo mismo. Gracias al porteo, se siente segura. Ahora están haciendo un bloque de pisos justo pegado al nuestro. Las grúas le dan miedo, son grandes y hacen mucho ruido. Cuando tenemos que pasar por delante para ir a algún sitio, siempre quiere ir en brazos, pega su cabecita a mi cuerpo, mientras yo la beso y le susurro palabras dulces, y así, llegamos al otro lado de la obra sin ningún sobresalto.

Un último apunte. Con el mayor, no hubo porteo, hubo carro, aunque hubo muchos brazos y abrazos, y otras diferencias con la pequeña. ¿Los hace esos diferentes? Por supuesto, pero no sé si la forma de crianza tiene o no algo que ver. Al príncipe, siempre le he llenado de besos, de cariño, le he respetado, le he dicho lo mucho que le quiero y le he llevado muchísimo en brazos, partiéndome la espalda en el intento en muchas ocasiones. Y con 11 años, puedo decir que es un hombrecito maravillo, seguro y confiado, con sus cosas buenas y sus ratos no tan buenos (que también los hay….). Con el tiempo, no sé si habrá alguna diferencia en el hecho de haber llevado a la princesa todo el día pegada y al príncipe no tanto, ahora, sólo disfruto de cada momento que me da el porteo.

El porteo me ha cambiado la vida. ¡Y tanto!

Taller de porteo

Vaya, un poco justos de tiempo, pero pongo aquí la información sobre el próximo taller, por si a alguien le interesa.

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Miércoles mudo: Así duerme la peque 4

Dormida en la mochila

Porteo en el mundo: África

Ya sabéis que yo soy una loca del porteo, de llevar a los bebés bien pegaditos, de la cantidad de beneficios que tiene. Sabemos que el porteo, ayuda a establecer el apego, favorece y facilita la lactancia, previene la displasia de cadera, mejora los cólicos del lactante y un largo etcétera que podéis leer aquí.

Pero…..todavía, por desgracia, mucha gente no ve el porteo como algo normal. A mí me siguen mirando y hasta haciendo comentarios por la calle, que si se va a acostumbrar a los brazos; que si la llevo con las piernas muy abiertas; que si la niña no va a andar nunca…. Comentarios que la gente hace por desconocimiento, totalmente.

Lo que mucha gente no sabe, es que llevar a los bebés en brazos, no es nada moderno, no es de hippies, como me han llamado. Llevar a los bebés en brazos es tan antiguo como la humanidad, o alguien se imagina a un Hommo Sapiens empujando un cochecito de bebé (antes siquiera de haber inventado la rueda…..). ¿O es que los bebés del Neandertal nacían sabiendo andar y desplazarse?
Pues no, los bebés han sido llevados en brazos siempre, toda la vida. Y no fue hasta hace poco más de 150 años, cuando se inventó la silla de paseo, cuando los bebés empezaron a pasar horas allí tumbados/sentados, desplazándose de un sitio a otro.

Y por ello, llevar a los bebés pegados al cuerpo, mediante telas, pieles o cualquier otro artilugio, sigue siendo lo normal en muchas culturas. Y es lo que quiero mostraros aquí. El porteo en el mundo. Para ello, voy a hacer unos post dedicados a diferentes culturas y su forma de llevar a los bebés.

Como podéis observar, en muchas de las fotos, se observa perfectamente la unión porteo y lactanciaY las madres siguen haciendo sus tareas, incluso trabajando. Las caras de los bebés lo dicen todo, ¿a que ninguno parece incómodo? Están todos felices u a gusto de ser llevados, de estar en el mejor lugar, pegaditos a mamá.

Disfrutad de las fotografías

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Todas las fotografías han sido extraídas de internet.