No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Operación pañal nocturno abortada

A primeros de mes contaba que Sara estaba preparada  para dejar el pañal nocturno, pues se levantaba seca casi todas las noches. Algo a lo que yo, realmente, no le daba mucha importancia, aunque parece ser que para el resto del entorno sí la tiene. Como nos íbamos de vacaciones, decidí llevarme pañales por si acaso. Y bien que hice.

Imagino que por el trajín de todos los días, por el cambio de cama en más de una ocasión, por el cansancio acumulado de cada día, por los nervios, por la novedad…el caso es que todas las noches de estas vacaciones se ha hecho pis. Y a mí no me ha importado mucho, la verdad.Operación pañal

Ha sido una vuelta hacia atrás, aunque como ni siquiera lo había intentado, en realidad es un seguir como hasta ahora. Ella no le ha dado ninguna importancia y yo tampoco. Si acaso, la abuela es la única que sigue con el runrún del pañal, diciendo que es mejor que se lo quite directamente, y que después de unas noches despertándose meada, fijo que lo deja. Pero por ahí no paso. Si no está lista, no lo está y punto. No la voy a dejar llena de pis para que “aprenda” a no hacerlo. Ya lo hará cuando esté preparada para ello, cuando su cuerpo admita estar con la vejiga llena toda la noche.

De todos modos, ahora que llevamos más de una semana de vuelta en casa, a la rutina de las vacaciones, que duerme en su mi cama casi cada noche (los días que trabajo duerme con los abuelos) parece que está volviendo a tener algo más de control; ahora se despierta con el pañal seco más o menos el 50% de las veces. Será cuestión de poco tiempo, pero sobre todo, de cariño, paciencia y respeto por sus tiempos, que es la única manera saludable de retirar un pañal.

Cuándo están preparados para quitar el pañal nocturno

Una vez que nuestro hijo controla perfectamente los esfínteres por el día, sabe pedir pipí y caca e incluso lo hace solito y dejamos de usar pañal, muchas familias se preguntan cuándo es el momento de quitar el pañal de la noche. La respuesta es muy sencilla: cuando el niño esté preparado.

Hay que ser respetuoso con los tiempos de cada niño, con el pañal del día y con el pañal de la noche. De todos es sabido que muchas familias fuerzan a sus hijos y les quitan el pañal antes de tiempo, por recomendación de la guardería, del pediatra, de la abuela o de la vecina del quinto. Muchos padres no respetan los tiempos de sus hijos y les obligan a pasar por días de estar mojados y horas interminables sentados en el orinal. El control de esfínteres necesita maduración y ésta es diferente en cada niño. Obligar a un niño menor de dos años a hacer algo para lo que no está preparado, además de conllevar muchos accidentes, en algunos casos puede ser contraproducente. El niño debe estar preparado para ello, debemos estar atentos a sus señales, hablar con ellos del proceso y hacerlo cuando veamos que puede. Aun así, si empezamos la operación pañal y seguimos teniendo accidentes, es mejor posponerlo un tiempo.

Bien, ya hemos superado esa etapa y nos preguntamos ¿cuándo quitamos el pañal de la noche?diaper pañal

Evidentemente, no debemos quitar el pañal nocturno hasta que el niño esté preparado. Hay niños que desde el mismo momento que controlan esfínteres diarios, controlan también el pipí por la noche; hay niños que necesitan unos meses más; hay niños que lo piden ellos mismos porque son mayores; y hay niños que tardan más. Hasta los 5 años, no se considera que un niño que se hace pis por la noche tenga enuresis, así que debemos tener paciencia y respeto por el momento madurativo de nuestros hijos.

Desde luego, lo que no es normal es querer que nuestro hijo no se haga pis por la noche a base de despertarle repetidas veces para llevarle a orinar. Me parece una tortura para el pequeño. ¿Acaso nosotros, lo adultos, nos despertamos varias veces para ir al baño en mitad de la noche? (entendiendo que no hay ningún problema). Pongámonos en el lugar del niño. Está plácidamente dormido, descansando de un agotador día de juegos y aprendizajes, cuando llega uno de sus padres y le levanta dormido, le lleva hasta el baño y le sienta en el inodoro, adormilado, mientras es obligado a hacer pis aunque lo único que quiere es seguir durmiendo en su cama. Y lo peor es que esta tortura se repite varias veces en la noche.  ¿A alguno de vosotros, padres, os gustaría pasar por eso? A mí desde luego no, cuando me acuesto a dormir, lo único que quiero es dormir. ¿Cómo puede entonces algún padre pensar que así su hijo aprende a controlar esfínteres por la noche? A mi entender, así lo único que conseguimos es trastornar el sueño del pequeño. Y forzarle a hacer pis cuando no tiene ganas.

Debemos respetar al niño, su ritmo, su proceso madurativo, no forzando la situación. Valorar cada situación y cada caso de forma individual. Lo correcto es observar al niño.

  • Si el pequeño se despierta por las mañanas con el pañal seco, durante varios días seguidos, significa que aguanta toda la noche y ya podemos quitar el pañal.
  • Si el niño en mitad de la noche se despierta y nos pide hacer pis, es señal de que sabe reconocer esta necesidad incluso dormido y podemos probar a quitarle el pañal.
  • Si es el propio niño el que nos pide que no le pongamos pañal, podemos probar unas cuantas noches a ver qué tal y si vemos que se hace pis, hablar con él para explicarle la situación.

Una vez que hemos comprobado que nuestro hijo está preparado, hay varias cosas que podemos hacer para ayudarles.

  • Intentar restringir un poco los líquidos a última hora de la noche.
  • Que hagan pis siempre justo antes de acostarse
  • Poner una funda protectora o un empapador en la cama del pequeño, por si hay algún accidente.
  • En caso de que una noche nuestro hijo se haga pis en la cama, nunca jamás debemos regañarle, hablar con él y quitarle importancia.

Sara cumplió 4 años en Marzo. Y hasta ahora ha seguido usando pañal por la noche. Al llegar el buen tiempo, los abuelos entraron al trapo en más de una ocasión, diciéndome que debía quitarle el pañal para que “aprendiese” y que si se mojaba, dejaría de hacerlo después de unas cuantas noches. Evidentemente, no les hice ningún caso y a parte de un pequeño problema que tuvimos en el colegio, del que vino llorando porque le dijeron que era un bebé por usar pañal, la niña no ha tenido ningún problema por usar pañal por la noche. Ya llevaba un par de meses que se hacía pis la mitad de las noches y la otra mitad se despertaba seca. Desde hace varios días, no se ha hecho pis ni una sola noche. Ella se despierta y lo primero que me pregunta es: “¿mamá me he hecho pis?” y cuando le digo que no se pone muy contenta. He hablado con ella y le he dicho que vamos a usar pañal unos días más; si sigue sin hacerse pis, en unas noches pasaremos a dormir sin pañal.

Todo sin prisas, sin agobios, respetando el ritmo de mi hija, escuchando sus necesidades.

Control de esfínteres nocturno

¿No te pasa que cuando tienes un niño de unos dos años, todo el mundo a tu alrededor te pregunta cuándo le vas a quitar el pañal? Parece que es obligatorio que a los dos años los niños controlen sus esfínteres. Y en muchos, muchísimos casos, se les fuerza y se les obliga a conseguirlo.

Pero el control de esfínteres es un proceso natural que el niño adquiere cuando está preparado para ello. Aunque muchos padres se esfuercen por adelantar y forzar el proceso. Muchas veces, este aprendizaje obligado se debe al hecho de que para entrar al colegio de educación infantil, los niños deben ir con las tareas hechas y sin pañal. Y con muchas más normas absurdas, como conté a principio de curso aquípañal

Sara dejó el pañal con dos años y pico. Un día le quité el pañal, lo hablamos y se hizo pis encima unas cinco veces, no lo pedía. Volví a ponerle el pañal y nos olvidamos del tema. Unos meses después, volvimos a hablarlo, lo intentamos y listo, tuvo un par de accidentes en unos días, pero cada vez que tenía ganas ella lo pedía, yo no tenía que preguntarle. Ocurrió de un modo natural, cuando ella estuvo preparada.

Con el pañal nocturno no ha sido así. Hay niños que controlan esfínteres por la noche casi a la vez que por el día. ¡Perfecto! Están preparados para ellos. Y otro no lo hacen. Lo que es absurdo es obligar a los niños a no hacerse pis por la noche cuando no están preparados para ello.

Si buscas por la red seguro que encuentras muchos consejos sobre cómo quitar el pañal de la noche. Uno de ellos es que beban poco o ningún líquido antes de dormir, vale, tiene su lógica, yo también limito mi consumo de líquidos para no tener que levantarme por la noche. Y otro es que hagan pis antes de acostarse, como hacemos todos, creo yo. Pero de ahí a decirnos que despertemos al niño en mitad de la noche para llevarlo al baño…eso es una especie de maltrato, para el niño que al que despiertas y para los padres que tienen que estar pendientes de llevarlo. Hay que respetar el sueño nocturno, ¿qué absurdez es esa de despertar al niño una, dos o incluso tres veces por la noche para llevarle a hacer pis y evitar que se moje durante el descanso? Si se hace pis por la noche, no está preparado para dejar el pañal, ya lo hará.

Por las noches, Sara bebe poco y hace pis antes de dormir. Aun así, hay mañanas que se despierta con el pañal seco y otras que lo hace con el pañal empapado. Más o menos al 50%. No está preparada para aguantar toda la noche. Yo no le doy ninguna importancia. Su pediatra en la revisión de los cuatro años no le dio ninguna importancia, entonces ¿por qué parece que le importa al resto de la gente?

Algunos miembros de la familia ya me han dado charlas y consejos sobre el tema de vez en cuando. Vamos a ver, ¿qué les importa al resto si Sara usa o no usa pañal por la noche? ¿Los compran ellos? ¿La lavan ellos por la mañana? No, pues listo. Lo más gracioso es cuando me dicen que la culpa de que Sara se haga pis por la noche es mía, debería dejarla sin pañal mojada, y así aprendería. ¡Toma ya educación respetuosa!

El problema ha llegado de la mano del colegio. Parece ser que salió el tema en clase. Y la profesora consideró oportuno decirles a algunos niños que el pañal era de bebés y que no podían usarlo. Durante unos días Sara ha venido hablando de eso, diciéndome que no le pusiera pañal. Obviamente, le he explicado que se lo tengo que poner porque si se hace pipí va a estar mojada. Hasta que parece ser que han vuelto a sacar el tema en clase y una mañana al despertar, me preguntó si se había hecho pis. Le dije que sí y se puso a llorar, porque eso era de bebés, que ella era mayor… ¡Mi cabreo fue mayúsculo! Le quité importancia al asunto, le expliqué que usar pañal por la noche no significaba que fuese pequeña, que ella es mayor e inteligente y sabe hacer muchas cosas, es una niña maravillosa y yo la quiero mucho, use pañal o no. Estoy intentando tener una reunión con la profesora para hablar del tema.

¿Usar pañal por la noche impide el correcto funcionamiento de una clase de 3 años? ¿Qué mi hija se haga pis por la noche le impide relacionarse con el resto de sus compañeros? Un tema tan absurdo no debería sacarse en clase, y  menos tratar a los niños como “bebés” o “niños pequeños”, propiciando que el resto de la clase entre en el juego de tratar a los niños de forma diferente en función de sus capacidades.

Hasta los 5 años se considera normal que los niños no controlen esfínteres por la noche. Como en todo proceso evolutivo, unos niños los harán mucho antes y otros mucho después. Si el niño se despierta con el pañal mojado por las mañanas, es absurdo intentar quitarle el pañal y forzarle a algo que no está preparado, respeto por el niño y por sus tiempos.

 

La maternidad de la A a la Z: Z de Zurullo

De nuevo me siento delante del ordenador a plasmar una nueva palabra de mi particular diccionario de la maternidad. Y aunque esta es mi palabra, se suma a las palabras de otras madres que comparten este espacio, para hacer entre todas, la Gran Obra Maternal, gracias a Trimadre a los treintaembarazada-silla2

Venía yo de un evento que ya os contaré, dándole vueltas al coco, cuando se me ha ocurrido la palabra Zurullo. La cosa es, ¿cómo se te ocurre algo así conduciendo? Pues la respuesta es muy fácil.  En mitad de la autovía, sin sitio para parar, tu princesa decide que es el mejor momento para hacer caca y claro, el ratito que te queda para llegar a casa lo haces entre los vapores de la plasta que acaba de soltar y las risillas de la peque cada vez que dice “caca peste”, que es lo último que ha aprendido.

Cuando nos dan el carnet de madres, también nos dan un master en zurullos y cacas varias. Nuestro primer contacto con el mundo de las cacas llega en el hospital, de la mano del meconio. Esa primera plasta que suelta nuestro retoño, de ese color negro y esa consistencia pastosa y como de chicle, porque madre para limpiar eso del culete, es para nosotros como un regalo. Sí, sí, podéis reír, pero confieso que con mi mayor, hasta hicimos una foto del momento plasta pegada en el culo, que él cuando la ve, 11 años después, me pide por favor que quite del álbum….

Luego, llegamos a casa con nuestro bebé de teta y resulta que decide hacer una media de 8 a 10 cacas cada día. ¡Toma ya economía familiar en pañales! Pues sí, esas cacas líquidas, que apenas huelen pero que salen a todas horas del día y de la noche, son especiales, porque las noches no tienen descanso para los zurullos, no señor, el organismo de los bebés se está regulando y después de mamar, sueltan la caca, da lo mismo el lugar o la hora.

Yo me saqué un título especial. El de limpiar cacas en cualquier parte. Porque, como ya he comentado, ellos no buscan el lugar perfecto para hacerse caca. Y claro, uno no siempre está en una casa o en un centro comercial con cambiadores. Yo he quitado cacas sentada en una taza de wáter, en un cuarto de baño en el que casi no me podía mover de lo enano que era, sujetando la puerta con las rodillas, con la peque tumbada sobre mis muslos, con las toallitas entre los dientes, con su culo apuntando peligrosamente en mi dirección, y haciendo el cambio de pañal más rápido de la historia, no fuera a haber algún escape. También soy experta en cambios en el asiento del coche, comodidad donde las haya, y peor en pleno invierno, embutida entre asientos de retención infantil, quitando abrigos, leotardos y pantalones largos, sin poderte ni mover ni poder abrir la puerta del coche para tener más espacio por miedo a que entrase el frío y nos quedásemos congelados.

Seguimos con el manual del buen zurullo. En la fase de las cacas líquidas, cuando nuestros bebés comienzan a moverse un poquillo más, allá por los dos meses, nos encontramos que esas cacas tienen vida propia y deciden desafiar los límites del pañal. Es divertidísimo cuando tu peque se hace caca en la silla del coche y tú rezas porque la caca no haya decidido trepar por su espalda y pensarte si meter a la lavadora la funda de la silla, la ropa de la niña y hasta a la niña misma. Aquí, tengo que contar una anécdota con una de esas cacas y un portabebé…. Pues sí, justo lo que estáis pensando, íbamos paseando en nuestro fular elástico, y una de esas cacas decidió que era el momento justo para desbordarse del pañal y ponernos un poco perdidas a las dos y al portabebé. Menos mal que llevábamos 3 capas de fular y solo nos enteramos del estropicio nosotras, no llegó a salir al exterior.

Ains, iba a hablar de mi master en zurullos, pero es que no dejan de venirme a la mente anécdotas más o menos graciosas de momentos escatológicos, que no puedo dejar de contar…. Era el mes de mayo, la peque tenía 2 meses y la caca escapista hizo su aparición. Le quité toda la ropa y la limpié como pude, para ir al baño a bañarla. Cuando estaba llenando la bañera, decidió hacerse pis encima de mí. Y no contenta con eso, me echó una bocanada de vómito en el hombro. Vamos, un cuadro que inmortalicé con la cámara del móvil, aunque creo que mejor no subo la foto, que dentro de unos años la peque me lo puede echar en cara.

Cuando empezamos con la alimentación complementaria, el intestino de la princesa cambió. Pasó de esas cacas líquidas y escapadizas a un estreñimiento preocupante. Hacía cada dos o tres días. Pero ella estaba contenta. Nada raro, algo completamente normal hasta que su intestino aprendiera a regularse. Y así fue, en poco tiempo, empezó a hacer caca a diario otra vez. Y a veces, ya es su forma de adulto, un zurullo en toda regla, jejeje.

Este nuevo tipo de caca, también nos ha dejado anécdotas, a ver que vais a pensar. La más divertida, viéndolo desde fuera, claro, es el momento zurullo y bañera. Estábamos las dos bañándonos juntas cuando decidió que era el mejor momento para hacer caca. Y allí apareció de pronto, flotando entre las dos, una caca de tamaño descomunal. A la peque no le hizo ni pizca de gracia, porque empezó a llorar y a señalarla con el dedo, apartándose de su camino. Claro, acostumbrada a hacerlo en el pañal, creo que era la primera vez que veía una caca en directo. A mí me dio un ataque de risa…y el mayor llegó con la cámara de fotos para inmortalizar el momento. Madre mía, ¡vaya álbum tengo ya! Ese no se puede enseñar a las visitas…

Ahora, nos encontramos en un nuevo momento. La princesa habla, dice algunas cosillas y dos de las palabras que mejor le salen son “caca” y “peste”, así que por lo menos, ella ya me avisa cuando me ha dejado el regalito.

¿Cuál será la siguiente etapa?

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