No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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He vuelto a escribir

¡Hola a todos!¡Cuánto tiempo!

Llevo meses desconectada del blog y de las redes sociales, alguna pequeña publicación en Facebook o en Instagram de vez en cuando, pero poco más. Hoy me he conectado al blog y he visto que llevo sin publicar nada desde el verano, pero han pasado tantas cosas desde entonces…

Hacer un resumen de estos meses va a resultar un poco complicado, aunque lo intentaré.

He tenido y sigo teniendo unos problemas en casa de los que me encantaría hablar, pero no puedo. ¡Cuántas noches de desesperación he tenido ganas de sentarme y ponerme a escribir mis penas y dificultades, desahogarme contándolo todo! Pero no puedo, me han recomendado que mejor no hable de esto en público, por aquello de que nos conocen y quizás, ahora o en un futuro, pueda tener alguna repercusión. Pero estoy pasando unos momentos bastante complicados. Tanto, que la psiquiatra me ha puesto antidepresivos y ansiolíticos. Pero bueno, gracias a la medicación, las sesiones con la psicóloga, la familia y los amigos con los que puedo contar y alguna otra institución implicada, voy llevándolo cómo puedo, y esperando que las cosas se solucionen pronto.

Por otro lado, hace meses volví a cambiar en el trabajo, más bien, me cambiaron. Me cambiaron de servicio y de horario. Al principio, tener que trabajar por las tardes me hizo derrumbarme un poco. Y, además, en la planta de hospitalización de oncología. Cuando me dieron la noticia del cambio lo llevé bastante mal, ¿cómo iba a apañarme con los niños si tenía que trabajar de tarde? ¿Me iba a gustar el servicio? Pues bueno, después de los primeros días, en que cuesta adaptarse a los cambios, me encantó. Tanto es así, que tras un mes en horario de tarde en onco, me propusieron volver a mi antiguo servicio y lo rechacé. Ya llevo varios meses trabajando aquí y me encanta. Sé que, para mucha gente, sobre todo personas que no trabajan en el ámbito de la salud, es difícil de entender que se pueda trabajar con personas que están muy enfermas y muchas de ellas, en las últimas etapas de sus vidas. Es duro, está claro y hay personas que duelen más que otras, la gente joven, las personas con un carisma que te hacen quererlas desde el primer momento, tener que perderlas cuesta y a veces te vas a tu casa con la pena. Pero también me voy a casa reconfortada, con la seguridad del trabajo bien hecho, con la tranquilidad de saber que he podido acompañar a los pacientes y a sus familias en unos momentos duros, saber que no han sufrido, que las he reconfortado, que he hecho todo para minimizar el trauma. Es increíble cómo la gente agradece los pequeños gestos en estos duros momentos. Y eso te hace valorar la vida un poquito más, las pequeñas cosas, los pequeños momentos. Me encanta mi trabajo, me encanta ser enfermera y ayudar a la gente. Sigo con la reducción de jornada, así que intento trabajar festivos, fines de semana y noches, para poder dejar a Sara en casa de los abuelos esos ratos, pero luego poder disfrutar de ella el resto del día o del fin de semana. Indudablemente, preferiría trabajar por la mañana, pero de momento, no llevo mal el horario ni ella tampoco. Estoy muy feliz en el terreno laboral, me encanta ir a trabajar.

Resumen de mi estudio para las oposiciones

Y siguiendo con el tema trabajo y horario, están las oposiciones. Uf, madre mía, qué desanimada estoy. Me apunté a la academia, que, por cierto, me costó un dineral, con muchas ganas de estudiar y de prepararme. Pero según iban pasando los meses, me fui desinflando. Quizás es por la rabia de saber que, para aprobar una oposición de enfermería, pesan más conocimientos que nada tienen que ver con la profesión que la propia experiencia. Es cierto que dentro del ámbito de la salud hay distintas disciplinas. Es cierto que hay enfermeras que no ejercen de cuidadoras, si no de investigadoras, de directivas, de estadistas, de estudiosas. Las respeto, evidentemente y si les gusta su trabajo, las admiro por ello. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de las enfermeras trabajamos de cara al cuidado directo del paciente. Según los últimos estudios y datos de anteriores oposiciones de enfermera, los temas que más peso han tenido en otros exámenes y que más interesa dominar para aprobar estas son: investigación, metodología enfermera, gestión, planificación, calidad, atención primaria, ética y legislación, demografía… Y en cambio, temas reales de la enfermera, como técnicas de enfermería, cuidados del anciano, del recién nacido, digestivo, ginecología, urgencias, infecciosas…van disminuyendo su importancia. Así que cuando empecé a ir a la academia y a hacer simulacros de anteriores exámenes, en los que la mayoría de las preguntas tenían que ver con temas que nunca había usado, que me resultaban complicados y desconocidos, y en cambio, temas reales del día a día, conocimientos necesarios para prestar un buen cuidado a nuestros pacientes casi no se tenían en cuenta, me fui decayendo. Me cuesta entender que se valore más este tipo de conocimientos para una oposición general de enfermería que la propia experiencia o el conocimiento innato de la profesión. Así que poco a poco, lo he ido dejando, he ido aparcando el estudio de algo que no me gusta y no me entra por otras cosas más importantes que hacer. Sé que es un error, que después de tantos años trabajando tengo muchas posibilidades de sacar la plaza, pero mentalmente no me veo preparada. Quedan un par de meses para el examen y como no me entre una neura a última hora, que por otro lado será absurdo, no creo que haga mucho.

He vuelto a retomar el deporte, que había aparcado un poco por estudiar. Bueno, nunca lo dejé del todo, pero ahora llevo unos meses más en forma que nunca, voy al gimnasio dos o tres veces por semana e intento salir a correr al menos un día. Incluso me he apuntado a una carrera de obstáculos en abril, ya os contaré. Hacer ejercicio físico me resulta estimulante, me despeja, además de los beneficios que tiene para la salud.

En diciembre se me estropeó el coche, una avería gorda de esas de 1000€ la reparación. Le di muchas vueltas a gastarme tanto dinero en un coche más o menos antiguo y al final, me lie la manta a la cabeza y el día de Nochebuena estrené coche nuevo. Uno bastante más pequeño, antes tenía un monovolumen de 7 plazas, pero siendo sincera conmigo misma, ya no necesito tanto coche, al final, el 99% de las veces vamos Sara y yo solas. Así que ahora tengo uno muy mono, con todos los extras y seguridades del mercado y tanto Sara como yo estamos contentísimas. 

Los niños se siguen haciendo mayores, Lucas tiene 17 años y Sara 7, el otro día fue su cumple, en unos días os cuento la fiesta. Y bueno, ellos crecen y el resto también, que yo cumplí 44 hace unos meses.

Ah, y una cosa emocionante. El 5 de mayo nos vamos de viaje a Disneyland Paris. Mi hermana y yo con las dos niñas. Podéis imaginar cómo estamos de emocionadas las 4, no sé si estamos más contentas las niñas o las mayores, jeje. Tenemos el viaje contratado desde noviembre y vamos contando los días que faltan. Ya están todos los preparativos, sólo queda que llegue y disfrutar. Ya os lo contaré también.

Las circunstancias de la vida me han enseñado a vivir el momento. Por eso disfruto cada día todo lo que puedo. Intento hacer muchas cosas de ocio con Sara. Salimos, vamos a conciertos, a teatros, a correr o montar en bici. Lo de Disneyland es un desembolso grande, pero la verdad es que, desde noviembre, pagando poco a poco cada mes, se hace llevadero.

El musical El Mago de Oz en el Teatro Maravillas es altamente recomendable

También salgo bastante más que antes, a cenar y a disfrutar con las amigas. Algunos días de diario, cuando Sara ya está dormida y su hermano está en casa para hacer de canguro, me lo dedico a mi. Es importante tener tiempo para una misma y compartirlo con las amigas se vuelve indispensable. Hablar con otras mujeres, compartir momentos ante una taza de café por las mañanas o ante una cena, te da otra perspectiva de la vida, te hace sonreír. Las amigas son esas personas con las que puedes contar en los buenos y en los malos momentos y la amistad hay que cuidarla.  Aunque no hay tiempo para hacer todo lo que me gustaría, intento mantener esas amistades que llevan ahí toda la vida, amigas del instituto a las que veo menos de lo que me gustaría. Y cultivar amistades nuevas, por supuesto. Y cuando puedo, viajo. En enero estuve en Tenerife y hasta tuve suerte con el tiempo y pude ir un día a la playa.

Seguro que me quedan cosas en el tintero de estos meses, pero así, en resumen, es lo más importante. Me gustaría retomar algo de tiempo para el blog, para seguir contando cosas de mi día a día, de mis preocupaciones e inquietudes, a ver si saco tiempo. De momento, prometo hablar del cumple de Sara en unos días.

Muchas gracias a todos y a todas por estar ahí, por seguir compartiendo publicaciones del blog, por seguir leyendo cosas que publiqué hace mucho tiempo. Me hace muchísima ilusión cuando veo que alguna de mis publicaciones sigue activa, cuando alguna persona me escribe para decirme que me echa de menos, gracias a todos por estar ahí. Besazos.

Estoy preparando unas Oposiciones

Ya sabes que soy enfermera en un hospital de Madrid. Y supongo, que como alguna vez he comentado, no tengo plaza fija en dicho hospital.

Terminé mis estudios de enfermería en el año 1997, 20 años ya, que se dice pronto. En aquella época empezó un peregrinaje por hospitales, centros de salud y distintos contratos que hicieron que, hoy en día, imprimir mi vida laboral ocupe varios folios.

La Sanidad Española es precaria en cuanto a laboralidad se refiere. En estos 20 años he firmado unos cuantos contratos de días sueltos, he trabajado jornadas de un tercio, he pisado 5 hospitales distintos y unos 6 o 7 centros de salud. He tenido contratos de verano, contratos para cubrir bajas por enfermedad, contratos de interinidad…Vamos, como casi todas las enfermeras y el resto del personal sanitario de España.

Pero esto cansa, agota y más después de tantos años. Porque al principio sabes que tu vida será así, cambiando de contrato con frecuencia, pero cuando van pasando los años, cuando tienes hijos, hipotecas, vida privada, necesitas una estabilidad y aquí no existe.

Y ya no solo la estabilidad laboral. Si no tienes una plaza fija, las diferencias salariales también se notan. En el caso de la sanidad pública, no hay diferencias entre sexos, pero sí entre personal fijo y personal temporal.

En el año 2006, en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, se aprobó la Carrera Profesional en Enfermería como “un elemento de motivación para los profesionales sanitarios, que muestre y valore el devenir de su vida profesional, siendo necesario para su desarrollo dotarla de unos sistemas de evaluación apropiados y definir con claridad los pasos a seguir hasta su finalización.” En la Carrera Profesional existen 5 niveles de reconocimiento, niveles que se van adquiriendo con los años de experiencia, con investigación, docencia, estudios…Cada nivel, evidentemente, es más complicado de alcanzar. Y cuando un enfermero adquiere un nivel, supone un reconocimiento económico (excepto el nivel 1). La realidad de la Carrera Profesional es que sólo está plenamente implantada en alguna Comunidad Autónoma, está paralizada en otras y no se reconoce en muchas. Y la otra realidad es que sólo reconoce al personal estatutario. No voy a darte muchos detalles sobre el tema, pero te diré que, en Madrid, donde llevaba el tema paralizado mucho tiempo, se ha vuelto a reabrir y según sus baremos, yo tengo nivel de Carrera 2. Pero, como no soy fija, no tengo derecho a cobrarlo.

También, el hecho de no tener una plaza fija me diferencia del resto de compañeros en que no tengo derecho a pedir una excedencia, por ejemplo, para irme a trabajar a otro sitio. O no tengo derecho a solicitar cambio de puesto de trabajo cuando se produce una movilidad interna.

En mis 20 años de trabajo, me he presentado a mas de un examen de oposición, pero la verdad, en ninguno de ellos estaba perfectamente preparada, bien por falta de tiempo, de ganas o de motivos personales.

Y ya ha llegado la hora de decir ¡basta!

Estudiar

Hace unos meses, el gobierno aprobó una gran oferta de empleo público, para cubrir puestos de trabajo que actualmente se están cubriendo con personal interino. Concretamente, en Madrid se ofertarán unas 5000 plazas, en un examen que tendrá lugar en mayo de 2019.

Y desde ayer, he empezado un nuevo camino en mi ajetreada vida. Me he apuntado a un curso para preparar estas oposiciones. Además de las horas semanales que me lleva la asistencia al curso, tengo que invertir muchas horas de estudio en casa. Al principio, me he agobiado bastante, pensando de dónde voy a sacar al menos 2-3 horas diarias para estudiar, una media de 10-15 horas semanales. Por que, si un día no puedo estudiar mis 2 horas, tendré que recuperarlas otro día para cumplir el objetivo semanal. Tengo que esforzarme de verdad para sacar esa plaza de enfermera que tanto merezco.

Me he pasado el día pensando y planificando y sé que no va a ser fácil, trabajar, la casa, los niños, la academia y las horas de estudio. Además, necesito seguir haciendo ejercicio para no hundirme. De momento, las mañanas que no trabaje las voy a aprovechar para estudiar y dejaré de ir al gimnasio en esos ratos. Invertiré las tardes con Sara para hacer ejercicio, ya que estudiar cuando ella está por aquí queda descartado, y así ella hace más actividad física. Las tardes serán para el deporte, la compra, la casa y las comidas. Y una vez que Sara esté acostada, seguiré con los estudios, aunque sé que ese va a ser el momento que más me va a costar, con el cansancio acumulado de cada día, las ganas de quedarme tirada en el sofá… Lo bueno, es que me he apuntado a la academia con mi hermana, así, las dos juntas, nos daremos apoyo emocional y empujones cuando haga falta.

Pero tengo que hacerlo, tengo que planificarme, no puedo decaer, tengo que ver que al final de este duro año que me espera, estará mi recompensa.

Y creo que, por una temporada, tengo que despedirme de ti. Últimamente, el blog estaba cada vez más abandonado y se me acumulaban las cosas sobre las que quería escribir apuntadas en una libreta. Ahora, siendo realistas, el poco tiempo que tenga libre, lo usaré para estudiar, así que no creo que, entre mucho por aquí, ya me perdonarás.

Estudiar

Pero prometo tenerte informada, aunque solo sea al final del camino. Y seguro que, aunque poco, alguna cosa seguiré subiendo a las redes sociales. Si en algún momento me siento con ganas o tengo tiempo de sentarme a escribir, sé que aquí estarás. Lo mismo, después de unas semanas de estudio, necesito desahogarme, quien sabe. Pero, si no me lees en mucho tiempo, no te preocupes, estaré estudiando por un futuro mejor.

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