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Que no te engañen con la leche

Hace unas semanas recibí por correo postal un cheque para probar gratis la leche Puleva Max Energía y Crecimiento, cheque que metí en el bolso y olvidé hasta el otro día, que me acordé de casualidad y cogí un paquete para llevármelo a casa.

Lo primero que me llamó la atención fue su elevado precio, 1,30€.  Por ese precio compro yo 2 litros de leche normal. Pero bueno, como era regalada, pues me la llevé.

Ya he hablado alguna vez sobre este tipo de productos y las pocas cosas buenas que he leído sobre ellos. Puedes leer mi artículo comida casera Vs comida preparada. Y una vez que he tenido un paquete en casa, puedo decir con seguridad que nunca lo compraré y que no se lo recomiendo a nadie.

Este preparado lleva de todo menos leche. Bueno, leche lleva, pero tiene tantos ingredientes que el porcentaje de leche que tomarán los niños será inferior al que tomarían con un vaso de leche normal. Si miras los ingredientes, el segundo en aparecer es agua. El orden en que se muestran los ingredientes tiene que ver con las cantidades presentes. Es decir, el primer ingrediente es el que más abunda. En este caso es la leche, pero ¡el segundo es agua! Vamos, que esta leche tiene un montón de agua. Y el tercer ingrediente es el azúcar. Luego lleva aceites, sabores, vitaminas y minerales.Puleva leche

Si lo pensamos fríamente, es como si en un vaso llenamos la mitad de leche de vaca normal, le ponemos una cantidad generosa de agua, le añadimos 1 cucharada (de las soperas) de azúcar (1 cucharada  tiene unos 15 gr de azúcar, esta leche tiene 6.7 gr por 100 ml, en un vaso de 200 ml habrá 13.4 gr azúcar), le ponemos unas gotas de aceite de oliva y de girasol, le añadimos aceite de pescado, cogemos un trozo de un comprimido polivitamínico (calcular las cantidades según prospecto) y lo echamos al vaso, lo removemos bien y se lo damos a nuestros hijos. ¿Tú lo harías? Yo tampoco.

Ojo con los niños alérgicos. Porque cada vez tenemos que tener más cuidado con las cosas que les damos. Por ejemplo, mi hijo es alérgico al pescado y no le supone ningún problema tomar leche. Pero resulta que esta fantástica horrible leche tiene aceite de pescado. Y soja. Si la hubiese bebido sin habernos fijado en la etiqueta habríamos tenido un gran problema.

La falta de leche de esta leche se hizo patente el fin de semana. Cuando vienen mis suegros de visita y preparo café, siempre los hago con espuma de leche. Tengo un espumador de leche que en 1 minuto la calienta y la deja muy cremosa. Queda genial con los cafés y a los niños les encanta que les haga leche con espuma y comérsela a cucharadas. Como andaba el paquete dando vueltas por la cocina, decidí usarlo, así entre todos se gastaría antes esa “leche” regalada. Pero cuál fue mi sorpresa cuando vi que la espuma no salía. Por más que lo intenté, por más que batí la leche, allí no salió ni una gota de espuma. ¿Será porque tiene poca leche y mucho de todo?espuma de leche

Para terminar, algo que me molesta, y mucho, es ver el sello de la Asociación Española de Pediatría en este tipo de productos. Evidentemente, la mayoría de los pediatras en su correcto desarrollo de la profesión no los recomiendan. Mi pediatra directamente recomienda la leche de vaca a partir del año (Sara estaba con la teta y no la tomó hasta más tarde). En realidad, más que la AEP recomiende esta leche, que en realidad no pone eso, son los de Puleva lo que ponen que colaboraran con ellos y plantan el sello, de modo que queda más vistoso. Pero no nos engañemos, la AEP no recomienda estos productos, sólo trabajan con determinadas marcas. Hace no mucho hubo un problema similar con unas galletas que llevaban el mismo sello de la AEP y mucha gente se unió en una petición para que la Asociación retirase el aval de estas galletas. La Asociación hizo un comunicado oficial al respecto que puedes leer integro aquí, y que se resume como “La AEP no concede avales a ningún producto y cualquier alegación en este sentido por parte de una empresa es falsa.”puleva leche

¿De verdad necesitan nuestros hijos este exceso de azúcar? La inmensa mayoría de los alimentos preparados que compramos tienen azúcar, te sorprendería ver a cuántas cosas le añaden azúcar. Bastante sobredosis de glucosa metemos ya en nuestros organismos, lo que nos pone en peligro, ahora y en el futuro. Tampoco nuestros hijos necesitan un exceso de vitaminas y minerales. Es raro encontrar a niños malnutridos en nuestra sociedad actual y los que de verdad pasan hambre, por desgracia no podrán optar a este tipo de alimentos tan caros. La solución está en una alimentación sana y equilibrada, en enseñar a nuestros hijos a comer hoy para que sean unos adultos sanos mañana.

Y tú, ¿crees que son necesarios este tipo de alimentos enriquecidos?

Alimentación infantil 2: Comida casera vs comida preparada

Siguiendo con el tema de la alimentación, hoy quiero hablar de los preparados alimenticios para los bebés.

Hay multitud de marcas que ganan un pastón de dinero al año vendiéndonos a las madres cosas que los bebés no necesitan, desde “potitos”, pasando por papillas de cereales y llegando a leches de continuación y de crecimiento. Y nuestros bebés ¿necesitan realmente estas cosas? Vamos a analizarlas

Papillas de cereales

Una de las primeras cosas que recomiendan en los centros de salud es la introducción de las famosas papillas de cereales. Multitud de marcas y variedades podemos encontrar en las estanterías de los supermercados y de las farmacias. Y los padres se gastan bastante dinero en este tipo de cereales procesados. Seamos sinceros, en la mayoría de los casos el dinero no nos sobra, y si encima tenemos que gastar un dinero “extra” en alimentos preparados, apaga y vámonos. Pero ya no sólo es preocupante el dinero, sino la composición de dichas papillas. Pues no sólo tienen cereales, llevan otros aditivos, como azúcares y saborizantes, para que a los bebés les resulten más gratas de digerir. En este estudio realizado por la OCU de 15 tipos de papillas para bebés encontraron que  algunas se aproximaban al límite legal de contenido de azúcar y en casos puntuales encontraron micotoxinas

Los bebés tienen que comer cereales, claro, pero no existe obligatoriedad en dárselos en forma de papillas con alto contenido en azúcares. Comer cereales caseros es sencillo, más barato y más saludable. El arroz y el maíz son dos cereales sin gluten que podemos encontrar fácilmente en todas las casas. Y en cuanto introduzcamos el gluten, que será en torno a los 6-8 meses, ya no hay límites, macarrones, fideos, pan, harinas…tenemos un mundo de posibilidades a nuestro alcance, y al de los bebés. Cocer pasta o arroz es bien fácil y de este modo, los bebés comerán cereales de forma más natural. Y si ya les añadimos un sofrito de verduras, ummm. Y si alguien me dice que no van a comer todos los días arroz…. ¿no pasa nada porque coman todos los días papillas de cereales?

Tarritos de frutas y verduras

Otras de las grandes apuestas de las empresas dedicadas a la alimentación infantil son los tarritos de comidas envasadas. . Hay multitud de variedades, desde los que llevan una sólo fruta hasta los que combinan frutas con “galletas” o con “yogur”, de verduras, de carnes, de pescado y ya, lo más fuerte, los que llevan la etiqueta “buenas noches” para que el bebé “duerma mejor” ( y remirada la etiqueta no llevan nada distinto de los demás). Vale, no digo que en una ocasión especial, que os vaya a pillar fuera de casa, no los uséis, pero no por norma. Aunque ni en ocasiones especiales los he usado yo, pues Sara siempre se ha adaptado a comer cualquier cosa donde fuéramos. Alguna vez nos han dado muestras de potitos, pero creo que la peque los ha probado en un par de ocasiones y después de dos cucharadas ha dicho que se los comiera Rita. Donde esté una buena pera…

Los especialistas aconsejan usar estos tarritos de forma ocasional y no abusar de ellos. Es cierto que las leyes con respecto a los preparados de alimentos infantiles son muy estrictas, pero eso no quiere decir que no haya unos límites y que los fabricantes a veces lleguen hasta esos límites. De nuevo, en estudios de la OCU se han encontrado niveles altos de azúcares y de sodio, siempre dentro de los límites establecidos, pero mayores que si nosotros les damos comida casera sin azúcar ni sal añadida. Les sobra almidón y azúcar; y, a veces, les falta algo más de pollo o pavo”; “seis de los tarritos tienen más de la que aportan las frutas. Esto nos indica que son endulzados artificialmente.” No he podido acceder al estudio por no ser socia de OCU pero os dejo el enlace a este blog que copió todo el estudio.

Y aquí os dejo también para que leáis los comentarios de una mamá dentista y el exceso de azúcar y las caries:Mi hijo no toma chuches

En este tipo de alimentos se mezclan tantos ingredientes que los bebés difícilmente podrán distinguir sabores. ¿Quién dice que sea mejor que un bebé se coma un trozo de pera, uno de manzana, uno de naranja y uno de plátano triturado y envasado a que se coma sólo un plátano o un trozo de pera? ¿Acaso nosotros tomamos macedonia de frutas cada día? Al darle nosotros fruta en casa y de una en una, los bebés aprenderán a distinguir alimentos. Y ni que decir tiene con los preparados de carnes y verduras, que a veces llevan tantas cosas que el porcentaje de digamos, ternera, es mínimo. Y el sabor… Luego a veces algunos padres se extrañan que sus a sus hijos no les gusten muchas cosas, si es que con estos preparados no distinguen sabores.

Mucho problema hay también en caso de niños alérgicos a algún alimento. Haciendo nosotros la comida en casa, sabemos de sobra lo que lleva y lo que no. En los alimentos envasados, aunque el etiquetado siempre indica de qué están hechos, hay veces que pueden contener micro cantidades que no están obligados a poner en la etiqueta y se cubren las espaldas con eso de “puede contener trazas de…”

Vale, alguno me dirá que los tarritos preparados son más fáciles (lógico) y que no saben cocinar. Pero digo yo que el resto de la familia también come, pues el bebé puede comer lo mismo. O hacer purés especiales para ellos, no es tan difícil. (Hablo de purés para los que quieren alimentar así a sus hijos. De la alimentación libre de papillas ya hablaré la semana que viene). Un puré se puede hacer en cantidad y congelar, y hacer distintos tipos de puré para variar la alimentación.

Leches de crecimiento y yogures adaptados

Ya sabemos que lo mejor es la lactancia materna, en exclusiva hasta los 6 meses y complementada hasta los 2 años y después, todo el tiempo que se quiera. En estos casos, los bebés no suelen y no necesitan tomar leche de vaca en bastante tiempo. Pero en los bebés alimentados a fórmula, a partir del año, empiezan las dudas.

La OMS recomienda tomar leche de inicio tipo 1 hasta el año y a partir de entonces, leche de vaca entera. “Las formulaciones actuales ocasionan una ingesta excesiva de proteínas y una ingesta insuficiente de ácidos grasos esenciales, hierro, zinc y vitaminas del grupo B, respecto a las recomendaciones de la OMS para el adecuado crecimiento y desarrollo de los bebés y niños pequeños.” Extracto traducido de esta información sobre las leches de crecimiento de la OMS

A partir del año, los niños pueden tomar leche de vaca entera. Sola. Normal. Y ya está. Pero claro, las empresas de alimentos infantiles vuelven a meternos por los ojos las bondades de sus leches especiales. Una vez más, en muchas consultas de pediatría, recomiendan a los padres dar a los niños leches de continuación tipo 2 y 3, que están enriquecidas con un montón de vitaminas y minerales, supuestamente necesarios para su desarrollo. Digo supuestamente, pues los niños no sólo se alimentan de leche y las cantidades de otros nutrientes que necesitan ya las obtienen del resto de la comida.

Susana Ares Segura, médico del Servicio de Neonatología del Hospital Universitario La Paz: «Las leches llamadas ‘leches de crecimiento’(que se comercializan para niños mayores de un año) no son necesarias«. Explica que son fórmulas de transición entre la materna y la de vaca pero no suponen ninguna ventaja alimentaria para niños sanos sin necesidades especiales” La entrevista entera la podéis leer aquí.

Os dejo otra noticia sobre el motivo por el cual los niños no deberían tomar este tipo de preparados lácteos, que podéis leer en este enlace. Como ya os he comentado, tienen más azúcar y hasta tienen menos calcio.

Si os fijáis en estas imágenes comparativas, en una se ve la composición y los valores nutricionales de la leche de vaca entera y de una leche de crecimiento.

Aceites vegetales, azúcar, leche desnatada...vamos que tiene un montón de cosas además de vitaminas y minerales. Y 22 gr de azúcar en un vaso!!

Aceites vegetales, azúcar, leche desnatada…vamos que tiene un montón de cosas además de vitaminas y minerales. Y 22 gr de azúcar en un vaso!!

Una leche de vaca normal también tiene vitaminas y minerales. Con menos azúcar, y menos calorías

Una leche de vaca normal también tiene vitaminas y minerales. Con menos azúcar, y menos calorías

Con respecto a los yogures especiales para bebés, pasa lo mismo. Se recomiendan a partir de los 6 meses de edad por estar preparados con leche de continuación. Pero en un estudio de la OCU de dos marcas de yogures para bebés, constataron que NO están elaborados con leche de continuación, que les han añadido azúcar y que tienen un montón de calorías. Eso sí, para las compañías que los fabrican y los venden, el negocio es muy rentable, pues 4 yogures de este tipo cuestan en torno a 2.5€, mientras que si esperamos hasta los 9-12 meses para darle yogures al bebé, podemos darle yogures naturales sin azúcar que cuestan en torno a 1€. ¡Vaya diferencia! Aquí el estudio completo

Para terminar, el otro día leí este artículo, que si bien no habla expresamente de alimentación infantil, es uno de los “zumos envasados” que más se anuncian y que muchos padres consideran adecuados para mandar al cole de los peques. Deberías leerlo.

Y como siempre, termino diciendo que cada uno se alimenta cómo quiere, eso está claro. Ya he dicho muchas veces que yo no soy la madre más sana, pues a veces llevo a los niños a comer hamburguesas, les compro helados y chuches de vez en cuando. Pero intento evitarlo todo lo que puedo, y prefiero hacer hamburguesas y pizzas caseras, que ellos disfrutan igual y por supuesto, lo que sí hago es evitar este tipo de comida “especial para niños”. Oigo a muchos padres quejarse del dinero que cuestan los niños y luego les veo llenando los carros de alimentos preparados que en realidad no necesitan y que cuestan más de lo que se pueden gastar.

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