Esta semana, Una mamá muy feliz también nos quiere contar su punto de vista sobre el colecho.
Heyyyy que nosotros también colechamos y quiero contaros mi experiencia, igual que Diana.
No me lo había planteado hasta que mi tesoro llegó al mundo con el sueño sin configurar…¡no dormía nada!, casi todas las noches nos daban las 7 de la mañana entre pañales, llantos, teta y llantos y teta… ¿y qué? después de tanto tiempo esperándolo, teníamos que disfrutar al máximo…¡qué felicidad! ¡ya habría tiempo de dormir!
Comenzamos casi sin darnos cuenta; a la mínima que mi tesoro cerraba el ojo, me faltaba tiempo para ponerlo en su cunita y lanzarme a la cama e intentar dormir un poco antes de que se volviera a despertar, nunca después de dos horas, a pedir otra teta. Entonces me lo metía en la cama con mucho cuidado, siempre pendientes por si lo pillábamos debajo o le echábamos el nórdico encima, luchando contra el sueño, con los ojos ensangrentados por no cerrarlos…En estos momentos de teta, papá aprovechaba para dormir, después vuelta a la cuna o más bien al salón con música y entonces era yo la que dormía… las ojeras nos llegaban a los pies, ¡¡¡pero que felicidad!!!
En cuanto papá se tuvo que ir dos o tres días a trabajar sin dormir, me di cuenta que cuando me quedaba frita dándole la teta al bebé en la cama, el exagerado de papá, que en cada toma me decía -“a ver si te vas a dormir, cuando termine, lo pones en la cuna” -hacía la vista gorda, ¡¡estaba rendido el pobre!!
Conforme mi tesoro pasaba más tiempo en la cama que en la cuna, comencé a informarme, ¡jolín pero todo lo que leía era malo!. Todas las noches me comía la cabeza…¡ni que estuviera cometiendo un crimen!…nada que entre unas cosas y otras lo mío era no pegar ojo.
Todo cambió cuando conocí a Carlos, las noches para mi cambiaron por completo…eh, eh, eh, que me refiero a Carlos González y “El Libro” (Bésame mucho, un regalo para toda la vida, mi niño no me come); resulta que no hacíamos nada malo, todo lo contrario, el colecho era lo mejor y más natural para todos. También ayudó mucho a tomar esta decisión mis pérdidas de memoria y despistes por no dormir; pregunté en agosto en que caía Semana Santa y se me metió en la cabeza que mi aniversario era el 19 ¡¡en lugar del 16!! Como veis, la cosa era grave.
Las primeras noches no fueron fáciles, soy muy comodona para dormir… ¡es con uno y me costaba!; ea, pues eso fue lo que acabó por convencerme; que llevo colechando la pila de años con un roncador profesional que me ha dado noches de auténtico insomnio, que me ha destapado continuamente y algún que otro codazo me he llevado, ¿y me estaba comiendo la cabeza por dormir con un angelito? Al que tenía que cambiar de habitación ¡¡era al león de La Metro!!
A ver, hay cosas que han cambiado. Yo que siempre he dormido desnuda, ahora me tengo que poner un camisetorro, porque el nórdico no sube más allá de mi cintura… ¡nada, que no hay quién lo tape!
Me he resfriado más este año que en mis mejores trasnochadas de juerga; el nórdico por la cintura y la camiseta asesina reliada en el cuello…¡¡cualquier noche no lo cuento!! o muero de pulmonía o ahogada por una camiseta, pero la zona central tiene que estar disponible para que mi tesoro tenga buffet libre toda la noche.
A las que hacéis colecho, ¿cómo os la apañáis para que coman de las dos tetas? Yo los primeros días saltaba por encima de él y me ponía en el otro lado…¡¡pero que trajín!! Llegaba al otro lado y me caía encima del papi, que no me dejaba hueco, mientras esperaba a que se moviera, yo a gatas encima de mi bebé, se me enganchaba como un corderillo, la camiseta reliá…¡¡ufff, me levantaba reventada!! Ahora, me quedo en mi sitio, me retuerzo un poquito, a modo de contorsionista, para que coja le teta de arriba, parezco la niña del exorcista; ¡soy capaz de poner el cuerpo boca abajo y la cabeza boca arriba!
Así descanso más, aunque ya voy notando escasez de pelo en la parte izquierda de la cabeza de dormir siempre de ese lado. Papá también descansa más; no se le echa encima 4 o 5 veces por noche una masa de 60 kilacos. Ahora cada uno en su sitio y mi tesoro actuando de barrera, se acabaron las noches de pasión, se pone paralelo a la almohada… ¡ocupa todo el espacio! y nosotros firmes en los largueros de la cama intentando no perder el equilibrio.
Entre una cosa y otra papá ha decidido irse a su habitación… ¡ya tiene edad para ello! Ahora toda la cama para nosotros, todos los días nos dan más de las 10 de la mañana…ahhhh, no me puedo levantar antes…. ¿y si mi tesoro se cae? No, no, no, yo lo acompaño hasta que él quiera, a veces me levanto con los riñones partíos, pero nada que no pueda soportar, todo sea por velar por el descanso de mi tesoro.
En fin, que viva el colecho, mi contractura del cuello, mi tendinitis del codo, mis ojeras y sus bolsas correspondientes, mis pezones escocidos, Carlos González y la madre que lo parió, que han hecho posible que todos los días mi tesoro me despierte con un besito, ¿qué puede tener eso de malo? ¿Eso es malcriar a un hijo?¡¡¡¡eso no tiene precio!!!!!
Chicas, a las que aun estáis a tiempo, ¡¡COLECHAD!!Hacedle ese favor a vuestros hijos y sobre todo, hacéroslo vosotras mismas. A mí el colecho me hace, hoy con lágrimas en los ojos de la emoción, Una mamá muy feliz.
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