No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Somos mamíferos (y tenemos tetas)

Mañana, mi princesa cumple 14 meses. 14 meses de lactancia feliz. Pero….todavía hay gente que me critica, que me mira, que me hace comentarios. En realidad, comentarios me han hecho siempre, pero según va creciendo, con más libertad se siente la gente para decir tonterías a diestro y siniestro. He oído de todo y proveniente de muchas partes, pero últimamente, estas son las cosas que más me dice la gente:

-Con esa edad, la teta ya es un vicio, no le alimenta- ¿Cómo que no le alimenta? La leche materna es el alimento biológicamente mejor adaptado para los bebés. Contiene todos los nutrientes que el bebé necesita y se adapta al crecimiento del niño. La OMS recomienda lactancia materna en exclusiva hasta los 6 meses de edad y complementada con otros alimentos (es decir, seguir dando teta a demanda y aparte, otra comida, no sustituir la teta por comida) hasta los 2 años.

-Dale biberones por la noche para que duerma del tirón, que se despierta a mamar por capricho- Pues la verdad es que se despierta a mamar, porque le encanta, porque lo necesita, porque todavía es pequeña y no ha terminado de madurar su sueño, porque a mí no me importa, porque no la “cebo” de cereales para que tenga un sueño más pesado y porque a mí me encanta que me busque por la noche y se ponga pegadita a mí y darle un beso en su cabeza antes de volver a quedarnos dormidas las dos

-Dar la teta es muy sacrificado- Sacrificado, ¿Para quién? Porque yo siempre he visto mucho más sacrificado el levantarse en mitad de la noche a la cocina a calentar agua, echar los cacitos de leche correspondientes, agitar, comprobar que el biberón no queme, mientras el bebé llora a moco tendido porque tiene hambre. Y si hace frío y tienes que salir del calorcito del edredón…eso sí que lo veo yo sacrificado. Por no hablar de la comodidad, salgo de casa con la teta puesta, y punto. No tengo que salir con el termo de agua caliente, la botella de agua fría, los biberones, la leche en polvo en un cacharrito… Que sacrificio sacarse la teta en cualquier momento y lugar.

-Con esos dientes, vaya mordiscos que te pegará- Pues exactamente los justos, para ser sinceros. Cuando empezaron a salirle, probó sus dientes en mis pezones un par de veces, le enseñé que eso no se hacía y se acabó. Lo mismo que prueban otros bebés sus dientes con los dedos de la madre o en una pierna jugosa que vea para pegarle un “bocao”. Es cuestión de enseñarle. Es cierto que alguna noche, cuando está dormida, aprieta los dientes, pero lo hace inconscientemente. En ese momento, le meto el dedo y le separo las mandíbulas, cual perro de presa, y a seguir descansando. Molesta, vale, pero tampoco es para tanto y tampoco lo hace siempre, ha sido solo un par de ocasiones.

¿Por qué parece que todo el mundo se empeña en criticar? ¿Es que esta sociedad ha avanzado tanto hacia un modelo de crianza “desapegado” que no se da cuenta de que lo natural es lo normal?

Somos MAMÍFEROS, sí señor, esta es la clasificación que tenemos. Y mamífero significa: clase de vertebrados de sangre caliente, con pelo y glándulas mamarias productoras de leche con la que alimentan a las crías. ¡¡¡Glándulas mamarias con las que alimentan a las crías!!! Entonces, ¿por qué la gente se sigue sorprendiendo de que alimente así a cría?

Desde el comienzo de la humanidad, hace millones de años, nuestros antepasados han dado de mamar a sus hijos. Y la especie ha evolucionado, ha habido grandes mejoras, todas para bien, como caminar erguidos, o tener un cerebro más grande y por tanto, ser más inteligentes. Se perdió el pelo que cubría nuestros cuerpos. Pero las tetas de las hembras, esas no han cambiado. Porque no necesitaban mejora. Porque la leche que sale de las hembras es, y será, el mejor alimento para nuestros hijos. Tantos millones de años y tantos millones de antepasados no pueden estar equivocados.

Entonces, dejad de hacer comentarios sobre la lactancia. Y esto se hace extensible a todas las madres lactantes, no sólo a mí. Dejad de criticar ni de opinar, dejad de hacer comentarios, que hacen que muchas mujeres, en algún momento de bajón, se pregunten si tanta gente en contra tendrá razón. Por los comentarios, y no sólo los que yo he puesto arriba, sino, otros peores (véase, tu leche no alimenta), muchas madres han fracasado en la lactancia. Y como está comprobado, la lactancia es el mejor alimento que se le puede dar a un bebé.

Y ya puesto, dar de mamar no es sólo alimentar. Es mucho más. Es cariño, consuelo, cobijo. Es seguridad, amor, risas.

Mi princesa no llora. Como decía en este post, mi hija es como los bebés africanos, va siempre en brazos (con portabebés, claro), colechamos y tiene libre acceso al pecho materno. Y siempre ha sido un bebé tranquilo, confiado, calmado, segura de sí misma. Porque en mí tiene esa seguridad.

Ahora que es más grande, es increíble cómo me busca cuando quiere mamar. En medio de un juego, de pronto se acuerda, viene, me baja la camiseta, mama un poco y sigue a su tarea. Y mucho más. Si se cae o se hace daño, inmediatamente, la teta es su forma más eficaz para calmarse, le quita todos los dolores, en la teta y en mis brazos, se relaja. Cuando algún día ha estado enferma, la teta de mamá se servía para curarse antes. Si está mala del estómago y no quiere comer, nunca ha rechazado la teta, de ese modo, estoy tranquila, porque está alimentada e hidratada. Cuando tiene sueño, la teta es su lugar favorito para dormirse. O simplemente, para reírse, a veces juega, chupa de una, chupa de la otra, se pone a hacer el pino, me río, se ríe, e inventa una nueva postura para mamar.
Y cuando me mira…..cuando sus ojos se clavan en los míos, ese amor que sale de ella, ese amor que siento por ella, eso, no es comparable a nada en este mundo.

Así que, sí, a todos los que se asombran, “todavía” sigo dándole teta, y lo seguiré haciendo todo el tiempo que ella quiera.

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