No hay mejor lugar que los brazos de mamá

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Sara es SUPERPROTA de un cuento

Nos encantan los cuentos. Y si encima es uno en el que mi hija es la protagonista, nos gustan más todavía.

Tenemos una gran biblioteca y varios libros personalizados para Sara. Pero Superprota nos ha gustado especialmente.superprota

Es un cuento personalizado muy alegre, especial para su edad, que está con las primeras letras. Lo mejor del cuento es que el nombre de Sara y su fotografía ¡salen en cada página! No puedes imaginar la cara de sorpresa que ponía Sara cada vez que pasaba una página.

Personalizar el libro es muy fácil, tardas menos de 5 minutos en todo el proceso. La franja de edad recomendada es de 0 a 9 años, con distintas posibilidades.

Primero eliges el nombre del niño, el sexo y el cuento que quieres de los 5 disponibles. En sólo unos segundos puedes ver cómo será el cuento elegido, con el nombre del niño por todos lados. Después de verlo, llega el turno de la dedicatoria. Puedes escribir hasta 300 letras para esa personita tan especial. Elegimos la tipografía entre letra de imprenta, ligada o mayúsculas. Y para terminar, subimos una fotografía en la que nuestro peque esté muy guapo, muy guapo, para que sea Superprota de la historia.superprota

Hacer el cuento en sí es un proceso rapidísimo, de 30 segundos. Tardas más en elegir la foto que quieres y en rellenar tus datos personales. Y en un plazo de unos 8-10 días, lo tenemos en casa, listo para leer con nuestros niños.

Es un regalazo para cualquier ocasión. Un regalazo muy chulo para el próximo 23 de abril, que es el Día Internacional del Libro. El precio del libro con envío incluido es 26,95€.

Pero, ahora viene lo mejor, porque si compras el libro e introduces el código FELIZENBRAZOS antes de pagar, tendrás un descuento del 15%. Una oportunidad que no puedes dejar pasar para sorprender a tus hijos o para hacer un regalo personalizado.

La granja de Sara, nuestro cuento personalizado, está realizado con páginas gruesas y duraderas. Y además tiene una sorpresa más, que a Sara le ha hecho mucha gracia; en cada página hay unas hormigas escondidas que tiene que encontrar. ¡Es muy divertido!

Para terminar de personalizar el cuento, podemos añadir unos extras: el mismo cuento con páginas para colorear, un montón de pegatinas ¡con la cara de Sara! (que ella ya se ha encargado de repartir entre los abuelos), una pulsera elástica de Superprota y una graciosa cajita para guardar el cuento.superprota

Ya sabes, si quieres hacer un regalo especial a un niño, aprovecha esta oportunidad de llevarte en cuento con un 15% de descuento. FELIZENBRAZOS

 

¿Inundamos el mundo de libros?

Hola mamás y papás con bebés y niños felices. Y tíos y tías. Y abuelos y abuelas.

A través de un amigo me ha llegado una idea para hacer un intercambio de libros. Una cadena. Y me ha parecido algo estupendo para compartir con vosotros. Ya sabéis que en casa leemos bastante y fomento el hábito de lectura todo lo que puedo. A través de los libros nuestros hijos descubren muchísimas cosas, palabras, colores, historias, cosas nuevas y maravillosas. Cuando van creciendo la lectura les aporta información muy valiosa y útil, aparte de fomentar la inteligencia y el uso correcto del lenguaje.libros, cuentos

Por eso, cada vez que tengo oportunidad os recomiendo algún libro. Libros que leemos en casa y que nos han gustado.

Esta idea de la cadena no es nueva. Me he acordado de algo parecido que hice yo cuando era pequeña, hace ya muchos años y que implicaba enviar cartas, pues entonces no había redes sociales… Recuerdo que me dieron una lista con varios nombres y direcciones. Yo tenía que mandar una carta a la primera persona de la lista. En la carta le contaba alguna cosa mía y volvía a copiar la lista de personas que yo había recibido, sin poner a la primera persona y poniendo mis datos en último lugar. Recuerdo que durante algún tiempo mantuve correspondencia con algún chico de otra parte de España y que me alegraba un montón cuando me llegaba una carta, pues esa lista de nombres también se la tuve que dar a alguna amiga para que hiciese lo mismo que yo.

Pues la idea de ahora es mandar libros a los niños. Libros adaptados a su edad. Regalando libros, regalamos sonrisas, además de fomentar un hábito precioso que aumenta su inteligencia, fomenta el lenguaje y nos regala momentos compartidos con nuestros hijos. No hace falta que nos gastemos mucho dinero, seguro que podemos encontrar libros adaptados a nuestra economía. Además de mandar nosotros un libro, si la cadena no se rompe y sigue y sigue, nuestros hijos también recibirán libros. Tenemos que compartir la cadena con 6 personas y si la cadena no se rompe ¡nuestros hijos recibirán 36 libros! ¿Os imagináis la cara de sorpresa cada vez que reciban uno? ¿Y la cantidad de horas maravillosas que podemos compartir leyendo con ellos?libros, cuentos

¿Queréis participar? La mecánica es muy sencilla

  • Me mandas un mensaje privado o me dejas un comentario en este post diciéndome que quieres participar.
  • Recibes un mail con el nombre, edad y dirección de 2 niños.
  • Mandas un libro al primer niño de la lista.
  • Borras de la lista al primer niño, pones al segundo niño en el primer lugar y pones los datos de tu hijo/sobrino/nieto en segundo lugar.
  • Compartes esta cadena con 6 personas que quieran participar. Puedes compartirla por Facebook, por whatsapp o en persona con los papis del cole, con tus amigos o con el vecino del segundo.
  • Si nadie rompe la cadena, si tú mandas tu libro y las 6 personas con las que compartes tu cadena mandan su libro, tu hijo recibirá 36 libros.

La cadena hay que compartirla sólo con 6 personas. Cuando yo haya compartido la mía con mis 6 personas, si os apuntáis más ya os digo cómo seguir la cadena con dos niños diferentes y que no se rompa.

No sé si llegarán tantos libros a casa, pero me conformo con que llegue alguno. Y con que a vuestras casas también lleguen. Si nos comprometemos es muy fácil. Yo ya he comprado un libro para el niño que me toca y lo tengo preparado para mandarlo. Ojalá la cadena siga y siga y muchos niños reciban libros y sigamos fomentando la lectura.

Por favor, apuntaos sólo si de verdad estáis implicados y dispuestos a comprar un libro y mandarlo, para que no se rompa la cadena.

Hoy leemos Submarino al rescate

¡Nos encanta este cuento! Y es que para verlo correctamente ¡hay que mirarlo al revés!Submarino al rescate

Es la historia de un submarino amarillo que viaja por el mar para rescatar a un delfín atrapado en una red. Un cuento sencillo, de pocas palabras y dibujos vistosos y simpáticos. Todos los animales del cuento tienen unos ojos enormes que hacen que parezcan graciosos y achuchables.

Pero lo divertido de la historia es que es un libro pop up modificado. ¿Y eso qué significa? Los libros pop up son libros que contienen imágenes tridimensionales, al abrir las páginas, se despliegan unos dibujos que estaban convenientemente doblados, dejando ver una escena en tres dimensiones. Este tipo de libro resulta muy vistoso para los más pequeños. En submarino al rescate, los dibujos están colocados al revés, es un libro pop down, lo que significa que para ver la escena correctamente, hay que poner el libro boca abajo. Nosotras hemos probado a leerlo tumbadas, es muy divertido ver cómo se desarrollan los secretos del mar estirando los brazos.submarino al rescate

Submarino al rescate está encuadernado en tapa dura, tiene 16 páginas llenas de color y está recomendado a partir de 4 años. A nosotras nos ha encantado. Si quieres saber más del libro, sólo tienes que seguir el enlace del libro o pinchar en este botón. Está disponible en Boolino, la mejor plataforma de libros y cuentos infantiles en internet, llena de títulos para hacer las delicias de los más pequeños.

Princesas sí o princesas no

He leído en varias ocasiones que nuestras hijas no deberían creer en cuentos de princesas, porque las engañamos y crecen pensando que las mujeres conocerán a su príncipe azul y vivirán en un palacio de ensueño, felices para siempre. Que las guapas tienen todo lo que desean y las feas se quedan en casa fregando el suelo. Es cierto que la todas las películas de princesas realzan una parte de la mujer bastante machista y que no tiene nada que ver con la realidad en absoluto. Pero eso no sólo pasa en las pelis de princesas.

Como todo, las cosas con moderación y bien explicadas tienen total cabida en la vida de nuestros hijos. La educación empieza en casa y empieza por nosotros mismos. Nuestros hijos aprenden lo que ven en nosotros; si en casa ven roles machistas, crecerán pensando que eso es lo normal; si ven violencia, serán violentos, si leemos, amarán los libros y si nos respetamos, respetarán a los demás y a sí mismos… ¿Y si ven cuentos de princesas crecerán pensando en llegar a serlo algún día? Pues no.

Esto os lo dice la madre de un adolescente que en su más tierna infancia estaba obsesionado con Spiderman. Tenía disfraces que se ponía a la primera oportunidad posible, juguetes de todos los tipos, muñecos, tazas, cuadros, cromos, películas, comics, pegatinas, hasta compartíamos bañera con una moto acuática y su Spiderman correspondiente, ¿y eso era malo? ¿Acaso Lucas creció pensando que si te picaba una araña mutante te convertías en superhéroe y tenías que vestir mallas apretadas para salvar al mundo? Bueno, quizás durante algunos años sí, pero como todos los niños, creció y dejó de pensar en Spiderman y pasó a otra cosa, y luego a otra y las que le quedan. Evidentemente, nosotros como padres tenemos una importante labor educativa, estaba bien que a Lucas le encantase Spiderman y “quisiera ser él” temporalmente, pero también jugaba a otras cosas, leía otros cuentos y veía otras películas, hablábamos de otros temas, salíamos a jugar a cosas diferentes, se relacionaba con otros niños, vamos, lo normal en la infancia.

Y de pronto, apareció Sara. Cuando supe que estaba embarazada de una niña, insistí en no comprar cosas rosas para ella, quería vestirla con todos los colores del arcoíris, sin entrar en el típico azul-niño/rosa-niña. Aunque muchas marcas de ropa lo ponen un poco difícil y siguen cayendo en los mismos estereotipos de colores, y acabas comprando cosas rosas porque son taaan bonitas. Y mi pequeña se fue haciendo mayor y creciendo en una casa de “chicos”, llena de coches, muñecos, peonzas y Spidermans por todos lados. Y mira tú por donde que uno de los primeros colores que aprendió a distinguir era el rosa, sí señores, aunque yo no se lo había enseñado. Y ahora, con dos años y medio, vamos a comprar ropa y ella elige rosa, flores, princesas, mariposas… ¿y quién le ha enseñado todo eso? Porque yo no, bueno, que le gusten los dibujos de corazones puede ser cosa mía, pero el resto no. Yo la he dejado elegir, la he dejado crecer sintiéndose libre y ella ha optado por las princesas y por muchas más cosas. Porque no sólo de rosa vive el hombre, o la niña en este caso. Porque a Sara también le gusta jugar con coches, de hecho, abre el cajón de Lucas y le saca coches y pistolas con los que se pasa horas entretenidas. Y su taza de desayuno favorita es una de loza de Spiderman, reminiscencia de aquellos maravillosos años. Y tiene una camiseta de los Muppets (comprada en la sección de niños de una tienda, debe ser que a las niñas no les gusta la rana Gustavo) porque le encantan. Pero también tiene un disfraz de Blancanieves. Y en su carta a los Reyes Magos, después de ojear la revista de juguetes mil veces, se ha decantado por una muñeca de Elsa (Frozen), un perro que va en un bolso y un patín de Mickey Mouse, azul y rojo. Y si ve algo de  princesas se pone la mar de contenta. E igual de contenta se puso cuando el otro día vio a un niño con una chaqueta de Mike Wazowski.

Lo que quiero decir es que nuestros hijos pueden crecer creyendo en cuentos de hadas, no hay nada de malo en ello. Siempre han existido. Pueden querer ser princesas o príncipes o superhéroes o pueden imaginar que sus muñecos tienen vida y hablan por las noches, pueden creer que los monstruos viven en un sitio donde la energía la crean los niños con sus gritos o pueden querer ser un villano que roba la luna. Para eso está su fantástica imaginación. Pueden querer vestir como sus personajes favoritos e imaginarse que son ellos durante un rato. Y después de ese rato, seguirán siendo niños, que creen en más cosas, que actúan, ríen, juegan, cantan y bailan, que leen cuentos y pintan dibujos, que comparten buenos momentos con sus familias y con sus amigos. Y nosotros estaremos ahí para acompañarlos y guiarlos, para no dejar que se pierdan por el camino. Si mi hija quiere ser princesa, que lo sea, ya me encargo yo de enseñarle otros valores importantes de la vida.

Y tus hijos ¿juegan a ser princesas?

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