Aquí os dejo la reflexión semanal de mi querida una mamá muy feliz
¿Sabéis lo importante que es el silencio? si, ¿verdad? ¡Por la cuenta que nos trae!….
En mi vida siempre ha sido muy importante, aunque de diferente manera; atrás quedó el tiempo en el que solo podía dormir en la cama, a oscuras y por supuesto en silencio… Ahora a veces me sorprendo durmiéndome apoyada en la barandilla de la cuna, esperando a que el incansable de mi bebé se duerma…es lo único que importa, que él duerma. Ahora es para lo que necesito el silencio.
Pero no es tan fácil…. ¿¿cómo pueden tener un oído tan fino?? Lógico, lo están perfeccionando desde el vientre materno. Pero vamos, es que es increíble, es salir por la puerta del dormitorio, después de dos horas durmiéndolo y… ala, vuelta a empezar…¡¡se despertó!! ¡¡Pero si apenas respiro!! Y el día que no se despierta, ya me encargo yo de darle un puntapié a la cuna o de tropezar con el armario al tomar la curva demasiado cerrada.
Y digo yo, ¿por qué los papás no tiene el mismo concepto de silencio que nosotras? ¡Qué pesados! Por favor, ¿cómo podemos explicarles que guardar silencio no significa solamente no hablar? Tampoco se tose, se abren y cierran puertas, se tira de la cisterna de madrugada…prohibido hacer pis de madrugada, ¡¡eso son malas costumbres!!…Tengo yo la vejiga del tamaño de una gaita de no levantarme… ¡Pero si el padre hasta estornuda!, eso es un lujo, no he estornudado yo a gusto desde que me quedé embarazada, cualquier día voy a reventar de estornudar “en silencio”.
Chicas yo no se vosotras, pero yo me levanto hasta sin respirar, en bolas y me visto en medio del pasillo… ¡que voy a pillar una pulmonía! Hablando de pulmonías, ¿creéis que si le digo al papi que duerma destapado colará? Es que cada vez que se levanta o se mueve hace un ruidazo con el nórdico… Desde aquí hago un llamamiento a los fabricantes de ropa de cama, para que la hagan más suave. Mi nórdico parece que está “forrao” de papel de aluminio y en lugar de plumas parece relleno de canicas. Así me levanto yo, entumecida y con tortícolis de no moverme en toda la noche; que hace frío, pues me encojo hasta que me doy con las rodillas en la barbilla; que hace calor, pues cual sauna a sudar como un pollo se ha dicho…todo menos mover el nórdico.
Que estrés, cada noche es una aventura… haríamos todo lo posible para garantizar el descanso de nuestros bebés, ¿verdad?, y a veces es imposible… ¿no podríamos meternos en una burbuja, insonorizada, por supuesto?
A pesar de todo, aun llevando sin dormir un año, como siempre digo, soy Una mamá muy feliz.
Comentarios en: "La importancia del silencio" (5)
Mamá muy feliz, creo que hemos comprado el edredón nórdico en el mismo sitio…………..
Ellos son poco delicados por naturaleza. El mío es como un elefante en una cacharrería, Hasta para coger una servilleta tiene que hacer un ruido ensordecedor. Ahora, que espero que cuando despierte al bebé 2 o 3 veces tome conciencia de lo que le llevo repitiendo durante años y se vuelva más cuidadoso.
Jajajaja. A veces tardan más de dos o tres veces en darse cuenta…..
Y lo difícil que es hacérselo comprender a los demás? Aquí cuando hay visita, la que se lía…
Uf, si hablamos de las visitas….entonces aquí la niña no duerme ni con tapones!!