No hay mejor lugar que los brazos de mamá

En diciembre del 2012 publiqué por primera vez en el blog. Aquellas primeras entradas eran pobres, meros intentos de intentar adaptarme a un nuevo reto que me había planteado. Al principio, el blog surgió más por una necesidad de hacer publicidad a los portabebés y a la tienda online que tenía por aquel entonces que a otra cosa. Pero con los meses, descubrí que me gustaba contar cosas de mi día a día, de la crianza de Sara y de sus pequeños e incesantes cambios. Siempre me había gustado escribir, hacer cuentos y redacciones para el cole, y el blog me brindó la oportunidad de hacer algo que me gustaba, con lo que me sentía a gusto y que, echando la vista atrás, no hacía mal del todo.

Escribir entonces era fácil, siempre había cosas nuevas que contar, experiencias que plasmar, conocimientos sobre portabebés, lactancia o salud que compartir con vosotros, mis lectores. Iba en el coche y se me ocurrían cientos de ideas para escribir, muchas veces tenía que anotarme en una libreta las cosas para no olvidarlo. Además, estaba en casa con la excedencia, lo que hacía que las mañanas libres fuesen muy productivas en tiempo, así que había meses que publicaba unas 20 entradas. ¡20! Madre mía, ahora, si publico dos veces al mes, me siento satisfecha. ¿o no?

Pues la verdad es que no. Echo la vista atrás y pienso en aquellos años, lo mucho que me aportaron, las oportunidades que se me abrieron, la cantidad de gente que conocí gracias al mundo virtual, las cosas que hice, los buenos ratos escribiendo historias y los ratos aún mejores leyendo los comentarios que me dejabais. Ahora casi no escribo y muchas veces lo echo de menos.

En estos cinco años, he pasado de contarlo todo a casi no contar nada. A veces pienso ¿y sobre qué voy a escribir? Mi vida y la de mis hijos, sobre todo la de Sara, que es (era) la principal protagonista, se ha vuelto mucho más pausada, más monótona. Ya no hay grandes historias que contar, grandes momentos que compartir. Ella y el blog han crecido, han madurado y se han vuelto más serios.

Hace poco más de un año que Sara dejó de mamar y aunque la lactancia materna sigue siendo un tema que me apasiona, aunque me gusta seguir ayudando a toda aquella madre que lo necesita, parece que el hecho de no ser ya una madre lactante me deja sin historias sobre las que hablar. Y lo mismo pasa con los portabebés.  Durante años, fueron primordiales en la crianza, en mi casa. Iba con Sara a cuestas a todos lados, siempre había alguna novedad que contar, algún beneficio que recalcar…pero un día dejó de pedir brazos y un día se hizo tan grande y tan pesada que mi espalda ya no aguantaba con su peso, por mucho que el portabebé dijese que sí. Y ahora, hablar de portabebés, parece que no me sale, que todo lo que tenía que contar ya está dicho. Aunque sigo asesorando y recomendándolos con gusto cuando alguien me pregunta; y sigo sonriendo por la calle cuando veo algún bebé feliz en brazos.

Muchos días, por la noche, cuando todos duermen ya y la casa está en silencio, cuando es mi momento de pensar y recapitular sobre lo que ha dado de sí el día, pienso en el blog y en lo que lo echo de menos. Me digo a mi misma que tengo que esforzarme más, que volver a retomarlo, que quiero volver a escribir con asiduidad y constancia. En ocasiones, he llegado hasta a ponerme un poco triste por lo abandonado que lo tengo. Y pienso, voy a sentarme a escribir, voy a hacerlo cada día, cada noche, aunque sólo sea un poco. Y entonces, ¡no se me ocurre sobre qué escribir! y me entra el bajón. ¿Qué puedo contaros que resulte interesante? ¿Qué decir que no haya dicho ya? Imagino que así deben sentirse los escritores cuando no tienen inspiración.

Y de pronto, un día me llega alguna idea para compartir con vosotros. Pero no encuentro el momento, el trabajo, la casa, las actividades extraescolares, los niños. Y cuando llega la noche y tengo tiempo, ya no me parece tan interesante lo que había pensado por la mañana. Entonces lo apunto en mi cuaderno de ideas y ahí se queda, esperando que llegue el día en que mi tiempo y mis ganas se junten.

En estas estoy. He llegado hasta a pensar en dejarlo del todo, en escribir una última vez a modo de despedida. Pero luego desecho la idea, casi prefiero escribir poco, de vez en cuando, a no hacerlo nunca.

Así que aquí seguiré pues, escribiendo poco y con mesura, cuando el tiempo, las ganas y las ideas lo permitan. Y escribiendo cosas que quizás ya no tengan tanto que ver con la idea inicial del blog. Porque todos hemos madurado, hemos crecido, nuestras vidas han cambiado. Y ahora, en vez de escribir sobre porteo, quizás escriba sobre el último lugar al que he ido a cenar; y en vez de escribir sobre lactancia materna, quizás escriba sobre consejos para hacer la compra en el supermercado. Pero, aunque brevemente, aquí seguiré y estaré feliz si queréis seguir acompañándome.

 

Comentarios en: "Cómo ha cambiado mi blog en 5 años" (8)

  1. Rodette dijo:

    Siga escribiedo cuando quiera tiene hijos, por lo inicio, es mujer, tiene vida q mas necesita.

  2. Nohemi Da Costa Valverde dijo:

    Recuerdo aquel 2012 con muchísimo cariño. Fran ya tenía más de dos años, y yo te descubrí, e hiciste que mi necesidad de llevarlo aún en brazos, fuese… No sé como describirlo. Los años siguientes seguimos con la mochila que te compramos. Con la llegada de Cris, todo cambió. Yo ya no podía llevarle, la cesárea y su recuperación ha sido (lo está siendo aún) dolorosa. Hasta pasados 6 meses casi, no podía portear ni a Cris en la maravilla de bandolera (de tu mano vino, por supuesto) pero le llevaba papa muchas veces aún. La niña no ha salido muy de porteo, quiere los brazos físicos de mamá. Ahí tengo los dos, esperando el momento de llevarles. Ha sido fantástico, este mundo que me descubriste. Me diste confianza en mi misma muchas veces que flanqueaba con la lactancia y quería mandarla a la porra. Me acordaba de ti, tu lo hiciste! Yo también podía! Y aquí sigue Cris, enganchada. Cada vez menos, pero sigue. Hubiese querido acompañarte más en algunos momentos que sólo pude decirte pocas palabras. En fin, quería decirte que aquí estaré, escribas poco o mucho, te leeré. Y que queda un café pendiente. Besos!

    • Jolines Nohemi, me has hecho saltar las lágrimas. Sólo por leer comentarios así merece la pena seguir, aunque sea poco. Además, como ya he dicho, el blog me ha dado la oportunidad de conocer a gente especial y maravillosa, gente que ha aportado algo a mi vida y por lo que estoy muy agradecida. Tú eres de esas personas.
      Un abrazo enorme y sincero y sí, a ver cuándo nos tomamos ese café.

  3. paracrios dijo:

    Yo estoy empezando y tengo ese miedo para el futuro ,yo llevo dos años y me he decidido a monetizarlo ,estoy haciendo un curso de emprendedores y esa es una cosa que me están enseñando que cuando no pueda hablar de una cosa porque no me apasiona pues que hable de otra ,así que ya sabes ,lánzate y habla de tu pasión a día de hoy !!!

  4. No dejes de escribir. Aunque a ti te parezca poco interesante lo que quieres decir, te aseguro que es solo un momento. A mi me pasa también y eso que llevo poquísimo tiempo con mi blog. Ando perdida muchas veces, últimamente creo que es una perdida de tiempo porque no se como hacer las cosas, no tengo ni idea de como conseguir que me lean y te aseguro que le pongo mucho empeño, pero a veces tengo la sensación de rendirme.
    Siempre quise hacer un blog, pero no tenia tiempo, el trabajo me ocupaba mucho. Mi padre enfermo hace ocho meses y yo decidí aparcar el trabajo para dedicarme a mi padre y ayudar a mi madre, pero la enfermedad de mi padre me estaba absorbiendo totalmente. Decidí empezar en serio con un blog, era de la única manera que podía atender a mi padre y estar con el porque ya sabíamos que el tiempo era muy limitado, sabia que viviría unos meses y no quería separarme de el, pero mi cabeza necesitaba evadirse de la realidad del momento y volverme a encontrarme conmigo.
    Si, me ayudo, aunque nadie me leía, aunque nadie me entendía, me ayudo mucho a no entrar en una dinámica negativa.
    Mi padre falleció hace un mes, ahora estoy en un momento en el que no se si creer en el blog y seguir intentándolo, oh buscar otras alternativas. Pero hay algo que me dice que siga, que no lo deje, que todo es interesante, absolutamente todo, y también creo que mi padre allí donde este, me anima a que siga.
    No lo dejes, es tu vida y todo de tu vida es interesante.
    Un beso muy grande y a por todas

    • Hola. Muchas gracias por tus palabras.
      Tienes tanta razón en lo de que escribir ayuda a evadirse… Cuando falleció mi pareja, pensé en dejarlo, pero tiempo después, escribir sobre eso me ayudó muchísimo.
      Así que no desfallezcas y sigue adelante. Aunque no lo lea nadie, o eso creas, aunque no te comenten, seguro que a ti te ayuda escribir y a alguien por ahí, le ayuda leerte.
      Mucho ánimo y un abrazo

  5. Enhorabuena por tu constancia, sigue así.
    Saludos!

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