150 palabras: cereza, niño, punto
En el huerto del abuelo había un cerezo. El niño iba todos los años a visitar a los abuelos, pero nunca se había fijado en el árbol.
Ese año, fue diferente.
Mientras exploraba el jardín, llegó al árbol y lo encontró ¡lleno de cerezas! ¡Que bonitas eran! ¡Que rojas! Se sentó bajo el árbol, a contemplarlas y así pasó varias horas.
Al día siguiente, volvió al mismo lugar. De pronto, se fijó que una cereza temblaba. El niño pensó un rato y tuvo una idea. «Ahora vengo», dijo, y salió corriendo.
La cereza temblaba aún más. Temblaba de miedo a ser comida, pensó que sus días habían terminado.
El niño regresó con una enorme sonrisa, cubrió a la cereza con un paño de punto y le dijo que él cuidaría de que no tuviese frío, ya podía dejar de temblar.






